El Papa y la Eucaristía
- Fecha de publicación: Jueves, 01 Marzo 2012, 02:16 horas
Según la creencia católica cuando los fieles participan del “sacramento bendito”, el cuerpo físico de Cristo de hecho alimenta a la persona que come la hostia. En otras palabras, Cristo está en ellos porque comen su cuerpo. El 21 de junio del año 2000, el papa Juan Pablo II animó a los católicos para que
promuevan la idea que Cristo se encuentra presente en la Eucaristía. Durante la Contra Reforma muchos protestantes murieron porque rehusaron aceptar este dogma. Pero... ¿Podría ocurrir lo mismo en el futuro?
A fin de entender el significado de esta creencia llamada transubstanciación, es importante revisar el mensaje pronunciado por el papa Juan Pablo II durante la audiencia general celebrada en medio del cuadragésimo séptimo Congreso Internacional Eucarístico, el 21 de junio de 2000. En su homilía, el Papa habló de la Eucaristía como la fuente y centro de la obra misionera de la Iiglesia Católica. En sus propias palabras: «El congreso pone la Eucaristía en el centro del gran jubileo de la encarnación expresando toda su profundidad misionera, espiritual y eclesiástica. Es de hecho, que de la Eucaristía, la iglesia y cada creyente toma la fortaleza indispensable para proclamar y llevar testimonio delante de todos, del evangelio de salvación. La celebración de la Eucaristía, el sacramento del cordero pascual del Señor, es en sí mismo un evento misionero que planta las fértiles semillas de la nueva vida en el mundo».
Elaborando además en lo que el Papa llamó «el aspecto misionero de la Eucaristía», su mensaje seguía diciendo: «La Eucaristía es un sacramento ‘misionero’, no sólo porque la gracia de la misión fluye de él, sino también porque contiene en sí misma el principio y la fuente eterna de salvación para todos».
El Papa asimismo llamó a todos los católicos para que miraran y renovaran su visión misionera con la siguiente declaración apasionada: «Esta reflexión sobre el significado y contenido misionero de la Eucaristía no puede dejar de mencionar esos destacados ‘misioneros’, testigos de la fe y el amor de Cristo, quienes son los mártires. Las reliquias de los mártires preservadas desde la antigüedad... son una clara señal del poder que fluye del sacrificio de Cristo. Esta energía espiritual incentiva a todos los que son nutridos por el cuerpo del Señor a ofrecer sus vidas por Él y por sus hermanos y hermanas entregándose a sí mismos sin reservas y, si es necesario, incluso derramando su sangre».
Esa motivación “misionera” que se deriva de la “energía espiritual” que proviene de las “reliquias” asociada con “mártires misioneros” me preocupa. Todos los cristianos serios que creen en la Biblia, deberían alarmarse por la declaración del Papa. ¡Considere sus ramificaciones! ¿Por qué trata de motivar a los fieles para una acción “misionera”, incluso hasta el punto de “derramar la sangre?”
Con respecto al derramamiento de sangre, tal vez sería apropiado recordar la sangre que fue vertida durante la Contra Reforma hace siglos. Sabemos que los cristianos que creían en la Biblia fueron martirizados y su sangre derramada porque rehusaron aceptar el dogma católico de la presencia del cuerpo de Cristo en la Eucaristía. ¿Será posible que la historia vuelva a repetirse? ¿Será posible que el mundo esté siendo preparado para el mayor engaño en la historia de la humanidad?