Jesús, mayor que Moisés - P III
- Publicado en Boletin Dominical
Si usted aún no recibió a Jesucristo como su Salvador personal, lea lo que le espera de aquí en más. Supongamos que usted nunca lo haga. Cuando hablamos de “recibir a Cristo como Salvador”, no nos referimos a una determinada ceremonia, como podría ser... la primera comunión, el bautismo o cumplir con algún voto, etc. En el evangelio de Juan 1:12, dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.
Dice la Palabra de Dios que… “Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres” (Lc. 1:26-28). La expresión “muy favorecida” se origina de una sola palabra griega, que esencialmente significa «mucha gracia», lo cual indica que María recibió la gracia de Dios.
Algunos escépticos preguntan: “¿Si es verdad que Jesús cumplió con tantas profecías, por qué en el Antiguo Testamento no se le menciona por su nombre?”. Bueno, hasta cierto punto consideramos que es una buena pregunta, incluso justificada. Pero a este respecto, hay por lo menos tres respuestas. La primera y más obvia es, que nunca, nunca, va a encontrar el nombre “Jesús” en las antiguas Escrituras Hebreas, sencillamente porque sólo se le conoce así, en español, inglés, francés y portugués, y ha existido desde hace unos 500 años.
Toda la Biblia - desde Génesis hasta Apocalipsis, es una revelación del maravilloso plan de Dios, el que abarca pasado, presente y futuro, y trae salvación al mundo perdido por medio de la obra redentora de su Hijo Jesucristo.
Cada uno de los 66 libros de la Biblia, revela por sí mismo a nuestro Señor Jesús, en una forma única y propia. En...
Si Jesús llegara a su hogar y pasara allí un día o dos...
Si llegara inesperadamente, me pregunto: ¿qué haría usted?
¡Oh, sé que le daría la mejor habitación a un huésped tan honorable
Y que toda la comida que le serviría sería la mejor!
Cuando joven, Dwight Lyman Moody el gran evangelista, predicador y escritor norteamericano del siglo XIX, fue llamado de súbito para predicar en un funeral. Él comenzó a escudriñar los evangelios tratando de encontrar algún sermón pronunciado por Cristo durante un funeral, pero buscó en vano.
Edwin R. Roberts del Seminario Princenton cuenta que una vez un pastor concluyó su disertación con estas palabras: "No voy a tomar vacaciones este verano: ¡el diablo nunca las toma!".
En una reunión evangélica al aire libre, el pastor le dijo a la concurrencia que deseaba que algunos de ellos dieran sus testimonios. Mientras esto ocurría un escéptico que pasaba justamente en el momento en que un exalcohólico ofrecía su testimonio de cómo Dios le había salvado, se paró a escuchar. El exalcohólico estaba diciendo cómo Jesús había hecho un milagro y había salvado su pobre alma.
Satanás tiene muchas formas para desviar a los creyentes, a fin de que ya no sean eficaces como testigos de Cristo. Una de esas maneras es hacer que se obsesionen con la acumulación de riqueza. Aunque no hay nada de malo en ser rico, el amor al dinero y la falta de deseo de amar a Cristo es un gran problema. ¿Conoce a alguien que haya sido impedido de esta manera para no servir a Jesús?