Hugh Latimer
- Publicado en Anécdotas
“Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mat. 10:28)
“Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mat. 10:28)
Marzo - 1
“¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores” (Hec. 7:52)
“Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre” (Apocalipsis 3:8)
El emperador Decio-Trajano, reinó sólo por dos años del 249 al 251, pero en ese breve tiempo ordenó el asesinato de muchísimas personas, porque consideró que el mejor medio de asegurar la unidad y estabilidad del Imperio era rehabilitar la religión del Estado, la que había decaído por los avances del cristianismo, por lo cual decretó que todos los cristianos debían participar en los ritos y ceremonias paganas y trajo con ello una terrible persecución.
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? (Mateo 6:25)
El misionero metodista en India, obispo Thoburn estaba caminando por una calle cuando la gran pluma de un águila descendió lentamente hasta el suelo. Él levantó la mirada al cielo buscando al águila a la cual se le había desprendido, pero no vio ninguna. Dándole vueltas y vueltas en sus manos, recordó que con estas plumas se habían escrito documentos históricos.