¿Es eterno Jesús?
- Fecha de publicación: Miércoles, 24 Septiembre 2008, 14:39 horas
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El arrianismo fue una herejía que se remonta a comienzos del siglo cuarto, cuando un sacerdote de Alejandría de nombre Arrio negó la eternidad del Señor Jesucristo, Dios Hijo. Arrio argumentaba que como un ser humano que tuvo un nacimiento y fue creciendo, Jesús no podía ser eterno. En el año 325 el Concilio de Nicea condenó el arrianismo. Esto puso fin a la controversia en el imperio romano, pero el arrianismo mantuvo adherentes entre algunos germánicos tales como los vándalos.
En el año 429 Gaiserico, quien entonces era rey de los vándalos, condujo a ochenta mil personas de su pueblo fuera de España y conquistó África del Norte. El imperio romano cedió parte del territorio a los vándalos por medio de un tratado. Cuatro años después Gaiserico tomó a Cartago. En la clímax del poder de los vándalos en el año 455, saquearon a Roma.
Gaiserico estaba principalmente interesado en la riqueza que podría adquirir mediante la conquista de África del Norte, sin embargo su hijo Hunerico deseaba promover el arrianismo. Cuando Hunerico tomó el poder por primera vez en el 477 a la muerte de su padre, mostró cierta tolerancia religiosa al permitir que un obispo cristiano fuera ordenado en Cartago, la primera vez que se ocupaba esta posición en veinticuatro años. Pero cerca del fin de su vida emprendió una campaña brutal para forzar a los cristianos a que se convirtieran al arrianismo.
En el 483, Hunerico anunció que comenzando el primero de febrero del año siguiente, patrocinaría un debate que decidiría el mérito superior - o del cristianismo o del arrianismo. Cientos de obispos de los dos lados se congregaron en Cartago a pesar de las serias dudas de los cristianos. El caso fue que el debate fue una farsa - de hecho nunca tuvo lugar, ya que los obispos arrianos se las ingeniaron para impedir la discusión. El 25 de febrero de 484, Hunerico publicó un decreto acusando a los obispos cristianos de actuar con consumada temeridad para convertir todo en confusión, perturbando la paz e impidiendo que se celebrara la reunión. Canceló el debate y decretó la suspensión de la adoración, ordenando que todas las iglesias fueran entregadas a los arrianos, y que todos los obispos cristianos se convirtieran al arrianismo para el primero de junio de ese año.
A cientos de obispos les fueron confiscados sus bienes, los que fueron adjudicados al clero arriano y terminaron siendo exilados por su rechazo a convertirse. Incluso en el exilio eran azotados, y hasta asesinados. Los vándalos dividían las familias y sometían a sus víctimas, tanto a jóvenes como a ancianos, a palizas, mutilaciones, a ser ahorcados, ó arrastrados hasta morir.
Hunerico murió en diciembre de 484, el mismo año de su decreto, y sus sucesores no continuaron la violenta persecución que había comenzado. El poder y fortaleza de los vándalos declinó. En el 533, cuando los vándalos fueron derrotados, África del Norte una vez más se convirtió en parte del imperio romano, y el cristianismo ortodoxo fue restablecido.
Reflexión
¿Cree usted que Dios el Hijo existió siempre? Si es así, ¿cómo le explicaría eso a un testigo de Jehová que llegara tocando a su puerta, y quien es un arriano del día moderno? ¿Por qué no se prepara para responderle antes de que llegue?
Cristo, “... es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten” (Colosenses 1:15-17).