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Navegante para muchos

  • Fecha de publicación: Miércoles, 24 Septiembre 2008, 14:39 horas

Dawson Trotman nació prematuramente en Arizona el 25 de marzo de 1906.  Se esperaba que no viviría.  Su madre atribuyó su supervivencia a Dios, mientras que su padre lo consideraba suerte.  Ésta no fue la primera diferencia de opinión de ellos.  La familia se mudó a California, y finalmente los padres de Dawson se divorciaron.

Mientras estuvo en la escuela era un líder natural.  Fue tanto presidente, como el que pronunció el discurso de graduación en su clase, también dirigió la Sociedad Cristiana Esfuerzo en la Iglesia Presbiteriana de Lomita, sin embargo estaba viviendo una doble vida.  Después de graduarse de la escuela secundaria Dawson se entregó al alcohol y al juego, inmerso en la década de 1920 la que se caracterizó por una economía próspera y los rápidos cambios sociológicos ejemplificados en las tabernas clandestinas, los carros de carrera, el jazz y el comportamiento no convencional de jóvenes adultos.

         Un mes después la policía lo detuvo por embriaguez.  Su madre le pidió a un vecino cristiano que orara por su hijo desobediente.  Al día siguiente el vecino la llamó y le dijo: “Pasamos la noche orando, y el Señor me dio el convencimiento, de que todo va a cambiar en la vida de Dawson, de hecho me sentí aliviado de la carga que tenía en mi corazón.  No se preocupe más por él”.

         Dos noches después, Daws fue a visitar de regreso a su antiguo grupo cristiano en la iglesia.  El concurso de memorización de versículos de la Escritura atrajo su interés, y durante las siguientes dos semanas, memorizó veinte versículos.  Uno de ellos resplandecía en su conciencia mientras caminaba un día para trabajar, “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).

         El concepto de la vida eterna intrigaba a Daws, y oraba: “¡Oh Dios, sea lo que sea que esto signifique, quiero tenerlo ahora!”.

Después de entregarle su vida a Cristo, Dawson se unió a un grupo de evangelismo personal.  Descubrió que las palabras de Dios que había memorizado, eran un testimonio poderoso que le obligaba a aprender cada vez más.  La memorización de la Biblia se convirtió en una disciplina que le daría forma a su vida futura y ministerio.

         Tras comenzar un grupo disciplinario que llamó “Hombre del minuto”, conoció a un marinero, fue entonces que las palabras de su vecino se convirtieron en una realidad.  Miles de jóvenes estaban pasando meses en alta mar a bordo de barcos, y Daws vio el potencial de entrenarlos  para que discipularan a sus camaradas.  Dios comenzó a reclutar a hombres que deseaban enseñar a sus compañeros marineros, y en 1933, los “Hombres del minuto” se convirtieron en los Navegantes.  Su lema era: “Conocer a Cristo y hacer que otros lo conocieran”, en las embarcaciones de la marina, estaciones y bases del ejército.  Cuando concluyó la segunda guerra mundial, miles de ex-marineros fueron a la universidad, y los Navegantes los siguieron hasta allí a través de Estados Unidos.

         En 1950 Dawson desarrolló un programa para el seguimiento de los convertidos en las campañas evangelísticas.  La filosofía de los Navegantes impactó asimismo de manera significativa a otros ministerios, incluyendo a los Traductores Wycliffe de la Biblia, Operación Movilización, Misión Hermandad de Aviación, y las campañas evangelísticas en las universidades.

         En 1956 en la conferencia anual de los Navegantes celebrada en el lago Schroon, en Adirondacks, New York, Dawson vio a una jovencita que se cayó de un lancha de carreras, y se zambulló de inmediato en el lago para auxiliarla.  La mantuvo en la superficie del agua lo suficiente para que otros pudieran rescatarla, pero entonces el mismo se hundió.  Antes que alguien pudiera ayudarlo, Dawson Trotman se ahogó.

         La nota bajo la fotografía de su obituario en la revista Time decía simplemente: “Siempre sosteniendo a alguien”.

Reflexión

         Central a la visión de Dawson Trotman y el ministerio de los Navegantes, está la memorización de pasajes de la Escritura.  El memorizar versículos de la Biblia es una forma excelente de convertirlos en parte de su vida.  Si nunca ha aprendido de memoria la Palabra de Dios, ¡comience ahora mismo!

         “Te alabaré con rectitud de corazón cuando aprendiere tus justos juicios” (Salmos 119:7).

Modificado por última vez enSábado, 30 Octubre 2010 19:28
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