El Mensaje de la Música
- Categoría: El lenguaje de la música
El Mensaje de la Música
Parte segunda de una serie de conferencia que consta de 6 partes
Dr. Frank Garlock
Esta es la segunda parte del mensaje El lenguaje de la música. En la primera, El Dios de la música, hablamos del interés de Dios por la música, porque es musical y que hasta la serie de sobretonos demuestra cuanto podemos aprender acerca de Dios mismo.
En el lenguaje y en el canto, aun las diferentes vocales se determinan por la fuerza de las parciales de la serie de sobretonos, así que tienen relación con toda la vida y demuestra que a Dios sí le interesa nuestra música y que sí tiene normas.
En la segunda parte vamos a hablar acerca del Mensaje de la música. Wilson Bryan Key, quien ha investigado mucho este tema, escribió el libro Seducción subliminal, la explotación por la prensa. Ha llegado a convertirse en un personaje controversial, pero tiene mucho discernimiento. Vamos a citar de su libro en varias ocasiones. Él dice: "Cuando entiende algo, aquello pierde el control sobre usted". Si observa a un mago realizar un truco se queda impresionado, y se pregunta: "¿Cómo lo hará?", pero una vez sabido cómo es, el truco pierde su efecto.
Bien, si podemos entender la música, qué hace y cómo opera, eso nos ayudará a saber cómo controlar la música que tenemos en nuestras vidas. Nuevamente usaremos como lema, Efesios 5:10 porque es el principio sobre el cual estamos operando. Espero entienda que no le estoy dando mis opiniones personales, no me interesa la opinión de nadie, mucho menos la mía. Lo que quiero exponer son principios bíblicos: qué desea Dios que tengamos, si a Dios le interesa nuestra música y si es así, entonces qué clase de música quiere Dios que tengamos. Además, cuáles son los principios pertinentes. Por esto usamos como lema Efesios 5:10: "Comprobando lo que es agradable al Señor".
Para comprender esto, debemos entender que la música es comunicación. Si no capta eso, no entenderá lo que está sucediendo en el campo de la música. Sé lo que dice la gente, aquella que afirma "que la música es amoral". Conozco su razonamiento, he hablado con muchos, he sostenido debates con muchos de ellos y sé cómo piensan. Dicen que la música es como un televisor. El televisor no tiene carácter moral por sí mismo, es únicamente lo visto en él, lo que lo hace bueno o malo. Usted habrá escuchado ese argumento. Pero esa analogía tiene una falla seria y la falla es el hecho de que la música no es un objeto inanimado como el televisor, sino es parte de lo que viene a través del televisor. La música no es un tocacassette, tocadiscos o aquello que tenga usted, no es ese objeto inanimado, sino que es lo trasmitido, es parte de la comunicación y como tal debe tener cualidad moral.
Un hombre de New Jersey me llamó hace varios veranos a mi residencia en Greenville, Carolina del Sur y me dijo: "Tengo un programa radial los sábados por la noche de unas dos horas. Este programa se escucha en todo el sur de New Jersey y en New York. Lo que me gustaría hacer es llamarlo a su casa, en Carolina del Sur, ponerlo al aire y permitir que la gente llame y haga preguntas, ¿aceptaría? Y le respondí: "Encantado, vamos a hacerlo". Me llamó el sábado por la noche y pasamos un rato fascinante, un tiempo muy emocionante. Las dos horas pasaron como relámpago. Incluso llamó un productor de música rock de la ciudad de New York y me dijo: "Usted habla de que dedicamos nuestros álbumes de rock al diablo" Y le respondí: "¡Yo no he dicho eso!" Y añadió: "Pues algunos lo dicen". "Pues yo no", repliqué. "Es que no lo hacemos", volvió a repetir. "Yo le creo, no digo lo contrario, le creo. Si dice lo contrario, le creo", fue mi respuesta. "Pero es que ustedes hablan de enmascaramiento en reversa". Y repliqué: "¿Yo no he hablado de enmascaramiento en reversa?" "¿Por qué no?" "¡Porque a mí me espanta lo que dicen al derecho!" Y respondió: "Sí, tiene razón". Y este era un productor, y ya para concluir añadió: "¡Está lleno de basura y suciedad!" ¡Y era un productor!
Otro hombre llamó esa misma noche y me dijo: "Usted afirma que la música tiene cualidad moral, ¿no?" y repliqué: "Sí, señor". Siguió diciendo: "Dígame cuál nota del piano es mala y yo la quito". Le respondí: "Mire, seamos razonables, hay diferentes maneras de comunicar y la música es sólo una de ellas. Si usted compara la música con las otras formas le ayudará a entender lo que estamos diciendo acerca de la música. Por ejemplo, en el campo del lenguaje, el lenguaje se compone de palabras, nos comunicamos por medio de palabras. Esas palabras se forman con letras individuales". Me detuve un instante y le inquirí, "Permítame una pregunta: ¿Cuál letra del alfabeto es mala? Que tal la letra A, ¿es mala?". Y respondió: "¡Ah no!" "Entonces la B, esa sí es muy mala", "¡Ah no! Ninguna es mala". Y repliqué: "Entonces, ¿significa eso que no podemos tener palabras sucias, ni blasfemas?"
"¡Claro que sí tenemos! Porque aunque las letras individuales son neutrales, una vez que las comenzamos a combinar tenemos palabras, que tienen cualidad moral. Podemos tener lenguaje bueno o lenguaje malo dependiendo de cómo combinamos las letras y lo que expresemos. Veamos en el campo del arte. El arte es otra forma de comunicación, le llamamos Bellas Artes. ¿Qué sucede en el arte? El arte consta básicamente de líneas y círculos, esto lo confirmé con un dibujante". Y replicó: "Básicamente sí, aunque hay otras cosas". A lo que le dije, "En la música también, hay otras cosas. Pero básicamente el arte son líneas y círculos". Y seguí aclarándole al hombre en el radio: "Supongamos que dibujo una línea, ¿es una línea mala?" "No", fue su respuesta. Pregunté entonces: "¿Un dibujante no podría tomar ese mismo papel y dibujar algo pornográfico?"
¡Claro que puede! Porque aunque las líneas y los círculos son neutrales, una vez que los empieza a combinar tienen cualidad moral. Hay arte bueno y arte malo, según se combinen los elementos. Si eso es cierto en el lenguaje y en el arte, también lo es en la música. Las notas individuales, son neutrales, pero cuando las empieza a combinar, cuando les agrega ritmo, cuando comienza a convertirlas en lenguaje, puede tener música buena o música mala, según la combinación de los elementos y la manera de ejecutarlo.
La música es comunicación, por tanto tiene cualidad moral, no se puede decir que es amoral. Aún más, Wayne Barlow, otro de mis maestros en la Escuela de Música Eastman, un erudito, muy respetado, músico muy distinguido, quien ahora está dedicado a la música electrónica, es uno de los hombres más brillantes que jamás he conocido. Wayne Barlow dijo en uno de sus libros: "El significado de la música, es la música misma", no la letra. Vamos a citar a muchos más que dicen lo mismo. Y sigue diciendo el señor Barlow: "Se entiende aún mejor que el lenguaje mismo". Y es que las palabras pueden ser muy confusas, es necesario tomar el contexto para entender su significado. Por ejemplo, ¿qué significa la palabra "calle"? En un contexto es un camino, en otro es inflexión del verbo callar. La ortografía y la pronunciación es la misma. Y usted dirá: "Entonces, ¿cómo lo puedo entender?" Es necesario ver el contexto para saber el significado.
El doctor Barlow dice que así es cuando se empieza a entender el lenguaje de la música, que se comprende mucho mejor que las palabras, él reconoce este hecho. Lo que trato de hacerle ver es que los eruditos siempre admiten este hecho. Su libro es muy interesante, aunque su lectura es muy pesada. Lo que hace este autor, es tomar algunas doctrinas fundamentales de la Biblia y muestra cómo se relaciona la música con esas doctrinas, y cómo la música que tenemos en nuestras iglesias debe corresponder con las doctrinas que profesamos creer. Explica que las palabras por sí solas son inadecuadas, pero la música, nos ayuda a entender la verdad de los hechos, la música va más allá de los hechos, por ir a los significados ocultos.
Debemos saber que eso es cierto, en nuestra época, en la cual contamos con la televisión, debemos entender esto mejor que nunca. ¿Alguna vez ha bajado el volumen del televisor, para ver qué entiende? No entenderá mucho, porque el sonido de fondo determina qué está sucediendo. Por ejemplo, en una escena en donde una mujer se acerca a una puerta, mete la llave en la cerradura, hace girar la perilla, abre la puerta y entra, es algo que sucede todos los días, sin embargo la música de suspenso en el fondo está diciendo que alguien le espera en el interior. La música determina el sentido, va más allá de los hechos porque es el lenguaje de los sentimientos.
No hay que tenerle miedo a los sentimientos. Algunos dicen que todo lo sentimental es malo, que no debemos recordar las cosas en las cuales participamos emotivamente. Yo recuerdo el día en el cual se casó mi hija menor, Gina, fue un momento emotivo, porque entregábamos a nuestra última hija. También recuerdo muchos años antes cuando ella nació. Me tocó ver el nacimiento, estuve allí. Creo que todo papá debería tener esa experiencia, vi su nacimiento. Vivíamos en Carolina del Sur, llamé a mi hermana en New Jersey para decirle que teníamos una nueva niña en nuestra familia y pasé 20 minutos llorando en el teléfono. Pagué por 20 minutos de llanto. Porque tuve una participación emotiva. Cuando me casé con mi esposa, ya hace un buen tiempo, lo recuerdo como si hubiera sido ayer, porque tuve una participación emotiva y la sigo teniendo. Recordamos las cosas en las cuales tenemos participación emotiva. Dios lo sabe, por eso nos dio la música.
Dígame: ¿Ud. vivía en 1963 cuando el presidente Kennedy fue asesinado? ¿Puede recordar dónde estaba cuando recibió la noticia? He preguntado eso en muchas partes y las personas siempre recuerdan, ¿sabe por que? Ese fue un momento muy emotivo para Estados Unidos, por eso pueden recordar donde estaban cuando se enteraron. ¿Recuerdan Ud. la explosión del Challenger? ¿Dónde estaba cuando lo supo? Como fue algo tan emotivo, es posible recordar el evento muy bien.
Yo recuerdo comerciales que escuché hace años, la televisión está bien consciente de eso, igual la radio. No puedo precisar dónde los escuché, pero los recuerdo, porque le pusieron una tonadita. Si no le hubieran puesto música no los recordaría, ellos saben eso. Cuando se trasmitió el juego por el campeonato mundial el año pasado, un comercial en ese programa costaba $28.000 dólares por segundo, no por minuto, sino por segundo. ¿Por qué se imagina que siempre ponen música en el fondo? No es porque quieran despilfarrar dinero, sino que están conscientes que esto cautiva y ayuda a recordarlo, porque afecta los sentimientos y nos hace recordar mucho tiempo, después que hayamos olvidado muchas cosas.
Por eso los predicadores pensando que pueden predicar el Evangelio y usar el tipo de música que quieren están equivocados, porque las personas recordarán esos cantos mucho tiempo después de haber olvidado el mensaje. Ahora, con eso no estoy menospreciando la predicación. Dios así lo diseñó y esto es lo dicho por este hombre: "La música va más allá de los hechos a los significados ocultos". Comunica en un nivel diferente.
Como ya he dicho: las emociones no tienen nada de malo, pero también tenemos que entender que hay algunos sentimientos los cuales no caben en el cristiano. ¿No es así? Así que si hay emociones que no van con el cristianismo también debe haber cierta música, porque si la música es el lenguaje de los sentimientos hay cierta música que tampoco cabe con el cristianismo. ¡Eso tiene sentido!
Leonard Bernstein dice: "La música no tiene que pasar por el sensor del cerebro para que pueda llegar al corazón. Un fa sostenido no tiene que considerarse en la mente, sino que pega directamente, por eso es tan poderoso". Lo que está diciendo es que sin analizarlo, su mente va directamente a sus sentimientos y llega hasta un nivel que no puede ser alcanzado de ninguna otra manera. La música tiene ese poder y debemos saberlo.
Este es un libro muy interesante, se titula Lápidas que hablan y otros cuentos de la edad media. ¡Qué título más interesante! Se nota que quien lo escribió está en el campo de la comunicación. Su autor se llama Gary Gumpert, es un libro secular, pero miren que dice: Algunas de estas personas de la televisión preguntan: ¿Cómo es posible que la inmoralidad en la pantalla, propicie inmoralidad en la vida real? Los magnates en la televisión dicen que no, esto no puede ser, que lo propuesto en la televisión es sólo tratar de mostrar la realidad. Pero permítame decirle, que están totalmente confundidos respecto a cuál es la realidad, recuerde que realidad es lo mas cercano a la verdad y verdad es lo afirmado por Dios que es verdad. Entonces ellos muestran la cara asquerosa de la vida y dicen que eso es realidad, pero están confundidos, aunque digan: "Podemos mostrar toda esta inmoralidad, consumo de drogas y todo lo demás y no afecta a nadie". Wilson Bryan Key refuta esto, me gusta mucho su afirmación en su libro Seducción subliminal, donde dice: "Si no cree que afecta a la gente asómese por la ventana".
En la década de 1960 cuando las canciones hablaban de droga, ¿qué sucedió? Fue cuando los jóvenes empezaron a usar drogas al por mayor. Cuando las canciones comenzaron a hablar de amor libre y sexo libre, una ola de inmoralidad inundó a esta nación y a sus jóvenes, y él dice, "Si no lo cree, asómese por la ventana". Si los cantos lo proclaman la gente lo va a hacer. Incluso en la última estadística que vi dice, que en Estados Unidos la segunda causa de muerte entre los adolescentes después de los accidentes automovilísticos, es el suicidio. Ahora mismo es una de las más grandes amenazas. Y son tantas las canciones que motivan al suicidio.
Wilson Bryan Key, dice "Si no lo cree, asómese por la ventana". Cuando oigan las canciones observen lo que está sucediendo. Pero los magnates de la prensa que promueven la televisión dicen: "No, no tiene ningún efecto", mientras que al mismo tiempo aseguran que la publicidad modifica la conducta del público y procuran que la gente se anuncie, porque la publicidad sí acrecienta el consumo. ¡Hasta donde llega la hipocresía!
Un libro relativamente nuevo se llama Control mental sabatino, escrito por Phil Phillips, un hombre cristiano. Él expone la filosofía, la cual se está enseñando a nuestros niños, porque los padres creen bueno permitir que el sábado por la mañana la televisión sea la niñera, creen que nada puede ser más inocente que las caricaturas. Pero si no las ha visto nunca, debe verlas con sus hijos. Este hombre demuestra que se está enseñando a los niños toda una filosofía errónea y que la televisión no es una buena niñera, ya que enseña una filosofía, un estilo de vida y una mentalidad la cual les afectará de por vida y definitivamente no es cristiana.
¿Cuándo fue la última vez donde vio un programa de televisión que muestre a una familia cristiana celebrando su devocional juntos? Esto no lo verá nunca. Incluso siempre que muestran a los cristianos ponen a un pastor y lo ridiculizan, siempre es una especie de tontito, en las caricaturas observarán que el predicador siempre es el tonto, el idiota. Es una filosofía equivocada y debemos entender que sí nos afecta y parte de su efecto es a través de la música.
Otro libro muy iluminador, aunque su lectura es muy pesada. (no aconsejo leerlo a menos que les guste mucho leer cosas pesadas), se llama Una teoría generativa de la música tonal. Si no me interesara este tema yo no lo habría leído. Fue escrito por dos hombres Fred Leydahl y Ray Jackendoff, uno es catedrático de la Universidad de Columbia y el otro es de la Universidad de Brandon. Para que conozcan su trasfondo, uno es musicólogo y el otro es lingüista.
Escribieron su libro porque querían hacer un estudio para exponer las reglas de la música compartidas por todas las culturas. Tomaron lo mismo que he mencionado, la monogénesis de la música y dijeron: "Debe haber reglas que rebasan las líneas de las culturas, que rompen barreras etnológicas y debe haber reglas que se aplican a toda la música". Cuando lo estudiaron, en el campo del idioma, encontraron que el 85% de los principios del lenguaje son innatos y sólo el 15% tienen que ser aprendidos. ¡Qué maravilla! Pero... ¿por qué? Porque si vamos al libro de Génesis al primer capítulo, veremos que Dios es un comunicador, es inevitable esa conclusión, dice el versículo 3: "Y dijo Dios...", versículo 5 "Y llamó Dios...", versículo 6 "Luego dijo Dios...", 8 "Y llamó Dios...", vez tras vez.
Dios habló y el mundo fue y un día como veremos en el sexto mensaje, el último, y tal como dice en Hebreos 12, un día Dios hablará y el mundo dejará de existir por la Palabra de su poder. Aquí vemos como Dios es un comunicador. Por eso, cuando nos hizo, nos otorgó la capacidad de comunicarnos. Los animales no pueden comunicarse como nosotros, tendrán su manera, pero no se comunican igual, sólo el hombre puede hacer eso porque fue hecho a la imagen de Dios. Pero cuando estos hombres tomaron esos mismos principios y los aplicaron a la música, descubrieron que el 95% de los principios de la música son innatos y sólo el 5% es necesario aprender.
En el campo del lenguaje dijeron: "Si dejáramos a los niños solos, arreglarían el idioma, por ejemplo si le dice a un pequeño que traiga algo, le dice ‘lo traigo’, luego le dice que lo ponga en el pasado y dice lo trají". Se equivoca, porque ese es el 15% que necesita aprender, es lo diferente, lo irregular. Pero se afirma que en el campo de la música, el 95% de esos principios son innatos y sólo el 5% tiene que ser aprendido. Se deben violar todos los principios de la buena música para poder disfrutar el rock. Tome simplemente el volumen y olvídese de todo lo demás. Prácticamente hay que ser un sadomasoquista para poder escucharlo, porque Dios ha hecho nuestros oídos para resistir cierto volumen. Incluso si empezamos en 115 decibeles no debemos oírlo por más de 15 minutos y por cada 5 decibeles que aumente el volumen, el tiempo debe ser la mitad. A 120 decibeles, límitelo a 7 minutos y medio a 125 decibeles, a 3 minutos y un cuarto. Pero... ¿Sabe quién determinó eso? Dios lo determinó.
Algunos dicen: "La belleza está en el ojo del que mira", pero no lo crean, la belleza está en el ojo de Dios. Dios es quien determina qué es bello. Pero resulta que estos hombres que no pretenden enseñar principios cristianos, se dieron cuenta que el 95% de los principios, Dios los puso en nosotros en forma innata y sólo el 5% tiene que ser aprendido.
Volviendo al libro de Neil Postman Matándonos de deleites, dice en ese libro: "La manera como se expresan las ideas, afecta lo que serán las ideas". Eso debe ser obvio. Supongamos que me hacen un regalo, lo cual sería buena idea, imaginen que al entregarme el regalo yo digo: "Ah, gracias", en un tono bien dulce, entonces ustedes pensarán: "Lo aprecia, le vamos a regalar algo más", pero supongan que al recibir el regalo los miro y les contesto en tono adusto, "Ja, gracias", se preguntarán "¿Y a éste que le pasa?"
La manera de decirlo determina la intención. ¿No le parece extraño que las personas piensen que pueden tomar música rock y ponerle letra bíblica y no cambiarle el significado a las palabras? Es imposible. Cuando la gente quiere maldecir ¿qué nombre usan?, el nombre de Dios, el de Jesucristo. Pero ustedes no dicen: "Qué maravilla, lo dice tan fuerte que se escucha hasta en la otra cuadra". ¡No! sino que replican: "Eso es blasfemia, no haga eso". La manera de decirlo, el tono empleado, determina si las palabras son bendición o maldición.
Muchas de las melodías de hoy, tal como una llamada, Mesías, la cual supuestamente es cristiana, cuando usted escucha los alaridos y la forma cómo expresan las palabras suenan como blasfemia. Aunque hablan de presentar el Evangelio, lo que están haciendo en realidad es presentar otro evangelio y otro cristo y lo hacen con música rock.
Este es un libro interesante, y su título es bien curioso, Todos los hijos de Dios y zapatos de gamuza azul escrito por un hombre cristiano Kenneth A. Myers, habla de la cultura popular y cómo esta cultura se relaciona con el cristianismo. En este libro dice: "Las formas y culturas pueden cancelar la comunicación, la manera de decirlo". Todos los hombres en este campo reconocen qué les estoy enseñando. Uso estas citas para demostrarles que no son ideas originales mías, algo que he inventado de alguna manera. Esto lo enseñan eruditos en el campo del entendimiento de los efectos de la música, de la sociología de la música y todas las disciplinas que la acompañan.
Volviendo al libro de Gary Gumpert, Lápidas que hablan y otros cuentos de la edad media, dice en este libro que los fanáticos de esta música, sus "fans", como así le llaman, insisten en que la calidad es subjetiva. Es decir, si a mí me parece malo, es malo, pero si me bendice, nadie lo debe dudar. O sea, nuestra reacción a aquello, lo hace bueno o malo, insisten en que todo es subjetivo. Es como el borracho que cree e insiste a gritos que no está ebrio y a los cinco minutos está inconsciente.
El señor Gumpert continúa diciendo: "El juicio sí es subjetivo, su evaluación de la situación, pero la condición misma no lo es". No importa que usted diga, "Pero yo no lo veo así..." Eso no quiere decir que la música no tiene cualidades inherentes. Su juicio sobre la música puede ser subjetivo, pero sus cualidades inherentes no es asunto subjetivo, es objetivo.
La Palabra de Dios comenta sobre esto y quisiera citar los siguientes versículos para mostrarle que aunque hay muchos versículos los cuales no mencionan la música directamente, hay otros alusivos a ella de manera indirecta. Hace varios años estuve visitando una ciudad grande y me invitaron a una entrevista en una radiodifusora cristiana, le llaman La estación del amor, para que tengan una idea. La noche antes de la entrevista el gerente de la radio, leyó uno de mis libros, debe ser uno de los libritos que escribí titulado El ruido fuerte del ritmo rock. Así que decidió no hacer una entrevista, sino un debate entre él y yo, y otros de sus hombres sería el moderador, pero eso me lo dijo cuando llegué al estudio, que sería un debate, y le respondí: "Está bien".
Fue muy interesante, comenzaron el programa tocando música rock. Obviamente, era música rock, no había duda. Luego me pidieron que comentara sobre ella en el aire. Yo les expliqué cuál era el problema con esta música. Luego dijeron: "Tenemos al compositor en la línea, queremos que hable con él". Y les respondí: "Está bien". Entonces le expuse al compositor, que suponía ser cristiano, cuál era el problema con esta música, por qué estaba mal y por qué no podía ser música cristiana. Pero luego, y aquí es donde Dios le da a uno palabras, porque Dios me hizo pensar que debía hablarle sobre la salvación, por eso estando en el aire, le dije: "Rick, ¿cuándo te convertiste?" Y me contestó: "¿A qué se refiere?" Así que le cité algunos versículos acerca de la salvación y entonces me comentó: "Asistí a un festival de rock hace algunos años estaban tocando un canto cristiano y me impactó tanto la música que tuve que tomar una decisión". Y le volví a preguntar: "¿Qué pasaje bíblico te condujo a Cristo? Romanos 10:17 dice, ‘Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios’. Sólo la Palabra de Dios conduce a las personas a Cristo, así que dime, ¿qué versículo bíblico te condujo a Cristo?" No tuvo respuesta. Finalmente le dije a las dos personas que estaban conmigo en la mesa: "Caballeros, es obvio que estamos hablando con un hombre inconverso" y Rick estaba escuchando y no hubo respuesta, pero preguntaron: "¿Dónde dice en la Biblia: ‘No usarás música rock’?, ¿dónde lo dice?" Y les respondí: "Vamos, seamos razonables. Hay muchos principios en la Biblia que aplicamos en una situación determinada. Por ejemplo, la Biblia no dice: ‘No fumarás’. Pero como cristianos sabemos que la Biblia declara en Romanos 12:1 que nuestros cuerpos pertenecen a Dios, que debemos mantenerlos limpios puros y santos, aceptables para Dios, que es nuestro culto racional. Y la razón por la que no fumamos es por causa de un principio bíblico que aplicamos en esa área".
Yo no lo sabía, pero el hombre con quien sostenía el debate tenía una cajetilla de cigarros en el bolsillo. Nunca había entendido que se toman principios bíblicos y se aplican y eso quisiera que hagamos hoy. Tomaremos algunos versículos que no se aplican directamente a la música, pero sí indirectamente. Uno de esos versículos es Hebreos 5:14: "Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal" (He. 5:14).
La frase "para los que por el uso", es muy interesante, aunque implica práctica va mucho más allá, porque aquí se dice literalmente "por hábito". Es algo que llega a ser tan parte de uno, que se convierte en hábito. "Para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados", el término hebreo que se traduce para "ejercitados" también significa "disciplina". Pablo le dijo a Timoteo en 1 Timoteo 4:7: "Ejercítate para la piedad", disciplínate. De ese mismo vocablo hebreo se deriva "gimnasio", que es un lugar donde uno se disciplina para poder ser lo que se desea. En Hebreos 5:14 aprendemos que debemos disciplinarnos para la piedad a fin de poder "discernir el bien y el mal". Leemos en el capítulo 12 de Hebreos que Dios nos castiga para que seamos disciplinados por el castigo. También vemos en 2 Pedro 2:14 que uno se puede disciplinar en un sentido equivocado, se puede convertir en un hábito el hacer lo malo, tanto que el corazón se habitúa a la codicia en dirección equivocada, pero Dios quiere que disciplinemos nuestros sentidos, desea que conozcamos el bien y le distingamos de lo malo.
El mensaje de la música
Todos conocemos los cinco sentidos: vista, olfato, gusto, tacto y oído. Creo que Dios quiere que disciplinemos los cinco sentidos. No describiré cada uno de ellos, pero podría escribir un sermón completo sobre los mismos. Dios quiere que disciplinemos los ojos y en esta época de la comunicación cada persona debe aprender a disciplinarlos. Tal vez recuerda a un evangelista famoso que cayó en pecado y dijo: "Toda mi vida he sentido fascinación por la pornografía". Debía saber que la indisciplina de sus ojos lo iba a alcanzar tarde o temprano.
Dios quiere que disciplinemos los cinco sentidos, pero observe cuál es el quinto sentido, es el oído. Dios dice que usted y yo, como hijos suyos, debemos disciplinar el oído, saber lo que es bueno y lo que es malo. Que debemos "ir al gimnasio" y aprender a disciplinar el oído. ¿Han observado todo lo que dice la Biblia sobre el oído? Es todo un libro acerca del oído, se menciona más de 1.500 veces en la Escritura. Busquen una concordancia exhaustiva y verán que Dios habla no menos de 1.500 veces acerca del oído. Lo hizo, porque lo considera importante, y si es tan importante para Dios también debe serlo para nosotros. Romanos 10:17 dice: "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios". No es por la vista, por el tacto, ni siquiera por la experiencia, aunque algunos digan: "Yo tuve tal o cual experiencia y eso fortaleció mi fe". No, la experiencia no desarrolla la fe, sólo la Palabra de Dios puede hacerlo. La experiencia la puede confirmar, pero sólo la Palabra de Dios produce fe. Otros dicen: "Yo tuve tal o cual experiencia y eso destruyó mi fe". No, sólo la falta de la Palabra puede destruir la fe, porque si la experiencia pudiera destruir la fe, los creyentes en Rusia no tendrían fe alguna, pero al contrario, la fe de ellos es tan fuerte que no quieren saber nada de nuestro cristianismo.
Dios nos dice que la fe se produce "por el oír, y el oír, por la palabra de Dios". A Cristo se le llama en Juan 1:1 "el Verbo". El que oye. A Juan Bautista se le llamó: "La voz del que clama en el desierto". Lo que oye. La Palabra de Dios está llena de esto. Incluso en 1 Juan 1:1, el apóstol dice: "Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos..." Los educadores modernos le llaman a eso audios visuales... ¡Y creen que tienen algo nuevo! Dios ha hablado desde siempre y si tomaran este sólo versículo y entendieran su trascendencia, se apartarían de la televisión totalmente porque en ella tenemos el impacto tremendo de la vista junto con el oído. Tenemos un medio capaz de destruir totalmente a la sociedad, de hecho la está destruyendo y es porque el sonido influencia al ser humano completamente. El sonido se trasmite a casi todos los centros nerviosos y órganos del cuerpo.
Casi todos cuando escuchamos el retumbar de un trueno, nos estremecemos instintivamente porque tenemos más terminales nerviosos en el oído que en ningún otro sentido. Dios así nos hizo y permitió que el sonido fuera importante para nosotros. En el capítulo 32 de Éxodo, está el relato de Moisés y Josué, Moisés era un anciano y Josué un joven, subieron al monte para recibir de Dios los diez mandamientos. Josué subió un poco y Moisés hasta la cima. Estando allí, Dios le avisó a Moisés que había problemas en el campamento, recibió un aviso previo. Ya más adelante los dos venían descendiendo del monte juntos y escucharon el clamor que provenía del campamento. Leemos que dice el versículo 17: "Cuando oyó Josué el clamor del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Alarido de pelea hay en el campamento". Pero... ¿Tenía razón? Aunque eran alaridos, no eran de guerra, parecían más bien música rock, como el rock cristiano.
Observe que aquí la palabra "clamor" significa ruido, quiere decir cacofonía, sonido completamente desorganizado, aunque algunos no comprenden esto. Cuando Moisés volvió a hablar, dijo: "No es voz de alaridos de fuertes, ni voz de alaridos de débiles; voz de cantar oigo yo" (Ex. 32:18). Y usó el mismo vocablo hebreo que significa ruido. Algo tenía el canto del pueblo que le dijo a Moisés que había pecado en el campamento. Recordará que tomó las tablas de la Ley y las rompió.
Algunos dirán, pero el Salmo 66:1 dice: "Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra", ¿no es eso lo que debemos hacer? Están muy equivocados, la palabra que se emplea aquí es muy diferente; el término hebreo que se traduce como "Aclamad" significa un sonido organizado, hermoso. Dice en efecto: "Hagan un sonido fuerte para el Señor". Y la gente mal interpreta esto y dicen: "pero la Biblia dice, 'Alabad (a Dios) con címbalos resonantes', entonces, ¿por qué no podemos usar amplificadores?"
Dios se refiere al sonido natural. Si una congregación numerosa canta toda junta, no podría producir un sonido que dañe el oído. Si cantáramos a todo volumen no podríamos dañar el oído. Incluso, si cada uno tuviera un instrumento y fuéramos una orquesta, una banda, no podríamos tocar con un volumen suficiente para dañar nuestros oídos, no se puede. La única manera de hacerlo es con sonido electrónico, artificial o mecánico. Puedo conectar un amplificador con grandes parlantes y dañar sus oídos en cuestión de minutos. Dios no se refiere a eso. Ese es un abuso del concepto y cuando dice "Aclamad" es algo totalmente diferente al "clamor" que oyeron Moisés y Josué.
Uno de mis personajes favoritos en la Biblia es Samuel. Lo veo y pienso: "Cómo quisiera ser como él". Leo de José y Samuel y pienso: "¡Qué grandes hombres!", pero cuando veo a Jacob digo: "Ese soy yo". Vemos a Samuel, que siendo un niño su madre lo entregó a Dios y lo llevó al templo para estar con Elí y sus hijos impíos. Si yo me hubiera encontrado en una situación similar, me habría retractado, habría dicho: "Señor, no vas a pedirme que deje a mi muchachito en esta situación". Pero la madre de Samuel lo había prometido a Dios y Dios lo cuidó. Seguramente parte del trabajo de Samuel era cuidar al viejito Elí.
Mis padres ancianos vivieron con nosotros durante cinco años. Sé lo que es cuidar ancianos. Mi padre vivió hasta los 89 años, pero tuvo su primera embolia 26 años antes. Supongo que parte del trabajo de Samuel era estar posiblemente en la misma habitación con Elí, ya que si necesitaba algo a medianoche Samuel estaba allí. Tal vez recordará que cierta noche el Señor llamó a Samuel. Samuel saltó de su cama y corrió a donde estaba el anciano muy cerca, y le pregunto: "¿Para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado" (1 S. 3:5b). Eso me dice que Samuel estaba tan atento a la voz de Dios, que bastaba que el Señor hablara en voz bajita para que Samuel lo oyera tan fuerte hasta pensar que era el anciano que tenía cerca. Conozco a personas, adultos y jóvenes, que si Dios les hablara con un trueno no lo escucharían. Han permitido que el mundo, la carne, el diablo y la música del mundo ahoguen la voz de Dios. Sus oídos están cauterizados de modo que si el Señor les hablara no lo escucharían, por eso están oyendo toda clase de voces que no debían y haciendo cosas indebidas.
En Marcos 4:24, Jesús dijo: "Mirad lo que oís..." Cuiden lo que oigan. No sean indiscriminados. Pero el Señor va un paso más allá en Lucas 8:18, dijo: "Mirad, pues, cómo oís..." O sea que debemos usar el discernimiento. Cuando oigan el sonido usen el discernimiento para saber de qué se trata. No escuchen indiscriminadamente pensando que no lo pueden controlar. No sólo lo que oyen sino cómo lo oyen para separar lo bueno de lo malo, porque muchas voces están enseñando el error y Dios quiere que desarrollemos discernimiento en el asunto de oír, para que podamos, tal como dice Efesios 5:10, "Comprob[ar] lo que es agradable al Señor".
Ya nos referimos a Dios como "El Dios de la Música", pero ahora hicimos referencia al "Mensaje de la Música", la necesidad de discernir lo bueno de lo malo y de tener en nuestra vida la música que Dios quiere.