¡Me engañaron y yo no lo sabía!
- Categoría: Vida cristiana
¿Por qué me colocaron entre los hipócritas en los ojos de Dios?: “7 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: 8Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. 9Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mateo 15:7-9).
¡Me engañaron y yo no lo sabía!
1. Me dijeron que para ser cristiano debía pertenecer a su iglesia, por que era la única que me salvaría
Resulta que ahora, después de tantos años perdido en el pecado, descubro que el Salvador dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).
Además, sobre esto mismo el Señor dice “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo” (Juan 10:9).
El mismo Pedro, de quien me dijeron que era el primer Jefe Supremo de la única iglesia verdadera, contradice todo esto al declarar: “Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros... Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:11, 12).
¡Esto lo dijo San Pedro, el mismo que, según me enseñaron, había tomado el lugar del Señor Jesús! Además él escribió diciéndoles a sus destinatarios que era... UNO ENTRE IGUALES: “Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada” (1 Pedro 5:1).
Pedro se considera uno entre iguales. ¡Nada sabía del papado! ¡El mismo “primer Papa” no sabía que lo era...!
¿Por qué nadie me dijo todo esto? De haberlo sabido con gran gozo me habría rendido a Él.
Mi Señor, no señora alguna, salvó a Pedro y me habría salvado hace ya muchos años, pero yo no sabía que Cristo era el único Salvador. ¡Cuanto me entristece por haberlo ignorado por muchos años! ¡Oh, Señor, apiádate de mí, porque estoy profundamente arrepentido!
¿Por qué me engañaron con doctrinas de hombres como si se tratara de principios divinos?
¿Por qué me colocaron entre los hipócritas en los ojos de Dios?: “7 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: 8Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. 9Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mateo 15:7-9).
¿Por qué me cerraron la puerta a la lectura de la Bíblica cuando el Señor urge que la lea: “39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39)
¿Qué se proponían con esto?
¿Deseaban mi condenación en el infierno?
¿Qué mal les hice a tantos religiosos para castigarme de manera tan cruel, alimentando mi alma con pecados tan graves como la idolatría, las tradiciones de los hombres, con santos, dioses y diosas, con pomposas e impresionantes ceremonias, con rituales carentes de significado alguno cuando de salvación eterna se trata?
¡Hasta me colocaron bajo maldición al enseñarme sistemáticamente a confiar en los hombres y no en Dios. Dios dice: “5 Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová” (Jeremías 17:5)
Pero... no más, ahora me corresponde lo que sigue: “7 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto” (Jeremías 17:7, 8).
Pero... “maldito” no es todo, porque además, me hicieron un necio ¡!: “26 El que confía en su propio corazón es necio; mas el que camina en sabiduría será librado” (Proverbios 28:26).
¿Por qué me enseñaron que hay pecados “veniales”, y pecados “mortales”, cuando la Biblia, no hace tal diferencia, sino que ante Dios toda transgresión de su Ley es pecado?: “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley” (1 Juan 3:4).
¿Es la desobediencia a Dios un pecado mortal o venial? ¿Acaso no es cierto que Dios es inmutable? Si el pecado de desobediencia de nuestros primeros padres nos llevó a la condenación eterna, ¿quién enseñó a tantos religiosos a clasificar los pecados, decidiendo que algunos no son mortales?
2. Me dijeron que María, la madre del Salvador, era mi intercesora…
Cuando ella misma, jamás intercedió por nadie y la Palabra de Dios dice tan claramente que el único mediador es nuestro Señor: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo” (1 Timoteo 2:5, 6).
¿Por qué no me dijeron lo que dice el salmista: “15 Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré.
16 Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación” (Salmo 91:15, 16).
“9 Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad” (Isaías 58:9).
“24 Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído” (Isaías 65:24).
¡También Jesús mismo nos habla de cuan... dispuesto está Él para suplir nuestras necesidades!: “9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Lucas 11:9).
“13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:13, 14).
¿Por qué no encuentro en la Biblia un sólo texto que hable de santos o santas a los que podemos y debemos dirigir nuestras plegarias?
¡En esto también me engañaron, me estafaron, me alejaron del único y verdadero Dios! ¿Y qué me dieron a cambio? ¡Me hicieron más hipócrita de lo que ya lo era por naturaleza! Me enseñaron que los caminos tales como... la hipocresía, las pompas religiosas, la dependencia de los hombres, las limosnas y todas las buena obras. Yo aprendí la hipocresía, aprendí las apariencias, aprendí en esa religión cómo llegar a la muerte sin ser salvo. ¡Son ellos muy buenos maestros..!
Y como si esto fuera poco, descubro lo que dice el apóstol sobre el oficio de Cristo: “¿Quién es el que condenará? 0Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros” (Romanos 8:34).
¡Por favor, señores, estoy perplejo y anonadado ante la presencia de Aquel a quien rechacé porque esto fue lo que me enseñaron desde niño!
¡Cuántas veces he elevado mis plegarias a una supuesta María intercesora y corredentora, la que con gran ternura por ser “Madre de todos” recibiría mis peticiones y las llevaría ante el Salvador!
Mientras tanto descubro lo que dijo Jesús sobre la intercesión: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:13, 14).
¿Quién, por qué, dónde y en qué momento se introdujo a esta... María en la Deidad?
¿Por qué esa gente ha despreciado tanto a una sencilla mujer a quien Dios el Padre le asignó el papel de ser madre de la humanidad de Dios el Hijo?
Pero hay mucho más y mucho más grave. Descubrí que en esa religión a mi hermana María la tildaron de “golpista” para destronar a Dios. La Biblia dice que nuestro adversario, Satanás se propuso destituir a Dios y tomar él mismo su lugar: “11 Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán. ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” (Isaías 14:11-14).
Éste, conocido hoy como Diablo y Satanás, era el único que intentó un golpe de Estado contra Dios el Padre, cuando dijo... “seré semejante al Altísimo... sobre las alturas de las nubes subiré”: ¿Acaso no es esto un intento por despojar a Dios de su Omnipotencia y demás atributos paro sí mismo? ¿Acaso María, la madre de Jesús alguna vez intentó ser... “reina del cielo”? Estuve yo militando en una religión que intentó ofrecerle ayuda al despreciable Satanás al elevarla a reina del cielo.
Pero hay más. Como si fuera poco lo que hicieron de ella, la vincularon a una práctica aborrecible que ya se practicaba en los días del profeta Jeremías, unos 580 años a.C.
Cuando lo leí, me era difícil creerlo. ¿Qué culpa tiene nuestra ejemplar hermana en Cristo, su madre María? ¿Por qué la vincularon con el paganismo de los días del profeta Jeremías? Las promotoras de este macabro culto pagano eran las mujeres, pero ellas a su vez dijeron que lo hacían con el consentimiento de sus esposos.
Sin que yo lo supiera me vincularon con un grupo de mujeres que conocían a Dios pero que se desvincularon de Él para seguirle a una tal… reina del cielo. ¿Cuándo cambiaron los papeles del Creador y Rey del Universo, que el cielo abrió las puertas a una… reina? El profeta de Dios tuvo serios problemas con estas mujeres rebeldes y paganas: “16 La palabra que nos has hablado en nombre de Jehová, no la oiremos de ti; sino que ciertamente pondremos por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer incienso a la reina del cielo, derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, y tuvimos abundancia de pan, y estuvimos alegres, y no vimos mal alguno. Mas desde que dejamos de ofrecer incienso a la reina del cielo y de derramarle libaciones, nos falta todo, y a espada y de hambre somos consumidos. Y cuando ofrecimos incienso a la reina del cielo, y le derramamos libaciones, ¿acaso le hicimos nosotras tortas para tributarle culto, y le derramamos libaciones, sin consentimiento de nuestros maridos?” (Jeremías 44:16-19).
De nada les valió a esas mujeres que Jeremías les hablara en el nombre de Dios. Estaban decididas a continuar con sus rituales paganos poniendo en práctica cultos de adoración a una mujer mitológica la cual, aunque con diferentes nombres era conocida en todo el mundo antiguo.
Isaías y Ezequiel nos hablan del intento del golpe de Estado que se proponía el hoy conocido como Diablo y Satanás.
Pero Jeremías vincula ese culto pagano con una... “reina del cielo” agregando que mientras lo hacían, todo les iba bien, pero cuando dejaron de hacerlo, “nos falta todo”.
Quedé intrigado y traté de localizar quién era esa... “reina del cielo” y cómo luego mi iglesia en la cual milité por tantos años, acomodó entre el golpista Satanás a otra “reina del cielo”.
¿Sabe qué encontré? ¡Que nunca se trataba de María, la madre de Jesús, sino de una abominable figura que se remonta hasta el libro de Génesis. Su nombre es conocido como Istarté, aunque en diferentes regiones del mundo tenía diferentes nombres. Por ejemplo, me propuse seguirle la pista a esa… “reina del cielo”. ¡Oh, lo que descubrí! ¡Hasta dónde la llevaron a una sencilla cristiana y madre del Salvador!
La madre y el niño se convirtieron en una representación del rito pagano de la fertilidad. Se pensaba que el dinero, las cosechas y las propiedades eran un regalo de la providencia de la diosa. Desde el propio principio, las bendiciones de la ciudad o del estado, eran asociadas con las bendiciones que provenían de ella.
La diosa primero fue conocida como Semíramis, la esposa de Tamuz, otro nombre para Ninus o Nimrod.
• En Caldea, se convirtió en Astarté;
• en Asiria en Istar;
• en Egipto en Isis;
• en India, era Iswara;
• en Asia Menor, Cibeles y Atis;
• en Roma, Fortuna;
• en Grecia, Ceres y en Anatolia Irene.
• Finalmente, esta herejía fue perpetuada en la iglesia católica en María.
Concerniente a la diosa, Hislop escribe en la página 20 de su libro: «En conexión con esto, debe observarse que el nombre de Juno, la reina romana de los dioses, la clásica ‘Reina del Cielo’, la cual en griego era Hera, también significaba ‘La Señora’; y que el título peculiar de Cibeles de Rea en Roma, era Madona, o ‘La Señora’. Además, hay fuertes razones para creer que Atenea, el tan conocido nombre de Minerva en Atenas, tenía el mismo significado».
Hablando por medio del profeta Jeremías, el Señor acusa a Israel de apartarse de Él, a fin de honrar a su repugnante reina, dijo: “Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira” (Jeremías 7:18).
3. Me enseñaron que María era una doncella “sin pecado original”…
Pero acabo de descubrir lo que ella misma dice a este respecto: “Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva...” (Lucas 1:46-48a).
¡Cuántas veces en mi ignorancia le he encendido alguna vela, me he postrado ante una estatuita de esta supuesta María y de rodillas le he expuesto mi plegaria!
¿Por qué no pude encontrar en la Biblia a esa María... “sin pecado original”? Pero ya descubrí por qué: Porque ella misma da testimonio de su propia salvación por la fe en Aquel a quien llamó... Señor, Dios y Salvador.
¿Será posible que quienes me engañaron no leyeron esto en la Palabra de Dios? Y si lo hicieron, ¿por qué se engañan, engañan a otros e hicieron lo mismo conmigo?
4. Me enseñaron que debo tener una serie de estatuitas de “santos” y que eso agrada a Dios, al mismo tiempo que respalda la devoción a Él.
Yo, tonto de mí, pensé que si estos objetos de madera, de bronce, de yeso o de lo que fuera, tenían alguna virtud para “acercarme a Dios”, entonces valía la pena comprarlos y tenerlos en un lugar bien visible en mi hogar para que la gente que me visitara supiera que temo a Dios, y que amo mucho a mi Salvador, a María, lo mismo que a tantos otros “santos”.
Asimismo me hicieron creer que si llevaba siempre conmigo el “Agnus Dei”, un pedacito de la vela o cirio bendecido por el Papa en semana santa, cuya cera simboliza el cuerpo de Cristo, estaría protegido contra tempestades, rayos, fuego, los demonios, adversidades, pestes, enfermedades y muerte súbita sin confesión. Y que nunca debía quitarme el escapulario, un objeto hecho de dos pedazos de tela marrón, unidos con dos cordones, sobre cuyos pedazos está la efigie de María con el niño y en el otro su promesa que dice: “Quienquiera que lleve puesto este escapulario no sufrirá el fuego eterno”.
¡Ay, pero cuando leí lo que dice el Señor en su Palabra sobre la idolatría, sentí como que me encontraba ante Él y era declarado culpable por la eternidad! Aquí está lo que leí: “Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos” (Éxodo 20:1-6).
5. Me dijeron que el Vicario de Cristo estaba en Italia, más específicamente en la ciudad de Roma…
Parte de la cual se considera centro del “cristianismo” porque allí reside este supuesto vicario.
Yo sabía el significado de la palabra «vicario», pero... ¿era realmente este individuo que dice ser sucesor de Pedro? Cuando leí sobre el Vicario de Cristo, ya que su significado es... “el que ocupa el lugar de otro”. Entonces, para mi sorpresa descubrí lo que la Biblia dice sobre la verdadera identidad de este Vicario: “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:18-20).
“Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros” (Juan 14:15-17).
Me pregunté entonces: ¿Acaso no sabía el Señor que Pedro ya estaba ocupando el papel de Vicario? ¡Por el contrario! Él aclara que rogaría al Padre, quien nos daría otro Consolador, “para que esté con nosotros: El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir”.
¡Me quedé perplejo, y no sabía qué pensar! Pero al momento se me amontonaron montañas de preguntas. Seguí leyendo el santo libro, la Biblia, y llegué hasta el capítulo 2 de Hechos. Fue cuando Dios el Padre cumplió con la promesa que Jesús les había dado a sus discípulos: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto” (Hechos 2:1-13).
Noté, además, que la Biblia se refiere al tiempo cuando el Vicario de Cristo tomaría su lugar, pero no dice en ningún pasaje que le había cedido esta posición a Pedro ni a ningún otro hombre. Volví a leer de nuevo lo de Mateo 28:18-20, y noté que el Señor Jesús declaró: “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.
¿Qué ganaron los religiosos que me engañaron con la cuestión Vicario de Cristo? ¿Por qué lo hicieron?
6. Desde niño me mandaban mis padres para que me confesara con un religioso, que le dijera todos mis pecados
Lo hacía, aunque no me gustaba, pero realmente creía que ese hombre estaba revestido de cierta autoridad divina y que estaba facultado para perdonarme, tal vez con algunas penitencias y cosas así. ¡Pero resulta que ese era un perdonador falso y que ninguna autoridad tenía! Leyendo la Biblia sobre este tema encontré el siguiente caso: “1 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa.
E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa” (Marcos 2:1-12).
Noté que esos escribas, puesto que no querían reconocer la Deidad de Cristo se escandalizaron cuando Él perdonó los pecados a un paralítico. Ellos dijeron... “Éste blasfema”. Ningún hombre tiene la autoridad divina para perdonar pecados a nadie. Todo penitente que lleva sus pecados a un religioso, los lleva ante un blasfemo, y así, ambos - el religioso y el penitente, comparten esa blasfemia, convirtiendo en una parodia, tan clara enseñanza de Jesús sobre el perdón y quién tiene autoridad para perdonar pecados.
Enseguida me di cuenta que, tanto el confesor como el penitente blasfemaban contra Dios cada vez que me confesaba, creyendo que el confesor sí, tenía autoridad para perdonarme.
Volví a revisar el “Padre Nuestro”, oración modelo expresada por el Señor: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén” (Mateo 6:9-12).
¿A quién debía yo pedir perdón? ¡A mi Padre que está en los cielos, ahora que ya era su hijo, por haberme entregado a Jesucristo!
Mis interrogantes y confusión no terminaron aquí, ya que en el mismo “Padre Nuestro”, la oración modelo que nos dejó el Señor, en parte dice... “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles (paganos), que piensan que por su palabrería serán oídos” (Mateo 6:7).
Quedé sorprendido cuando descubrí que la oración, lejos de ser una penitencia, debe ser una amena conversación entre el cristiano y el Señor. Un diálogo donde el hijo conversa cuando quiere con su Padre celestial. ¿Por qué en la religión me mantuvieron ignorante con respecto al diálogo que pude haber mantenido con mi Salvador?
Francamente no me fue difícil descubrir que mi religión era tan pagana como la de tantos otros que nunca tuvieron oportunidad de leer la Palabra de Dios. ¿Por qué no me dijeron que tratara los asuntos del perdón de mis pecados y tantas otras cosas directamente con el Señor?
7. ¿Por qué no me dijeron cómo ser salvo?
Algo que deseaba intensamente era salvarme. A veces escuchaba que alguien hablaba sobre la salvación. A los religiosos de quienes dependía les preguntaba cómo podría ser salvo. Muy paternalmente me decían siempre lo mismo: “Hijo, esto es algo que nadie puede saber, ni el mismo Papa, ni cardenales, ni los más santos, hombres y mujeres, jamás se atrevieron a asegurar que eran salvos y que partirían al cielo a la hora de la muerte”.
Esto no me desanimó ni me alarmó, porque dije: Si en todos los otros temas me engañaron, sin duda este es apenas uno más. Entonces me propuse a escudriñar las Escrituras, y continué leyendo ese libro que llegó a serme indispensable para consultar cada una de sus doctrinas.
Si mi religión ya me mintió en tantos otros temas, ¿no será lo mismo ahora?
De todo corazón deseaba que fuera posible tener la seguridad de mi salvación. Abrí mi Biblia y me encontré con estas palabras: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).
¿Creer en Su nombre y desde ese momento ser hecho hijo de Dios? ¿Recibir a Cristo es creer en Él?
¿Por qué entonces me dijeron que era la hostia la que, por la oración del religioso de turno se convertía milagrosamente en verdadero cuerpo de Cristo y el vino de la comunión en verdadera sangre de Él?
¡Cómo es posible que me hayan engañado con todo esto!
¿No será que algunos “cristianos” tomaron como un deber “sagrado” poblar el infierno y querían que yo fuera uno más?
Pero aquí no terminó mi búsqueda. Siguiendo mi lectura me encontré con Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”(Juan 3:16).
Lo que me impactó fueron las palabras... “para que todo aquel”. Entonces pensé: ¡Aquí estoy yo también! Pero... ¿qué se le ofrecía a “todo aquel que en él cree”? “¡No se pierda mas tenga vida eterna”! Entonces me pregunté: ¿Los religiosos nunca leyeron estas palabras en la santa Biblia? Ya que en el evangelio según San Juan, encontré más y más.
Jesús mismo hablando, dijo: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).
¿Cómo?... me dije. ¿“El que oye” y “cree” desde ese mismo momento “tiene vida eterna”? A esta altura dejé de pensar en el engaño que me tuvo cautivo y en los engañadores que tanto daño me habían hecho al mantenerme en la ignorancia y volví a repetir en voz alta: “Y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida”.
No dice... tal vez pasará de muerte a vida. Oh... “esto se verá si a la hora de la muerte es asistido por un religioso, se confiesa y es absuelto de todo pecado, pero... no para ir al cielo, sino para no ir al mismo infierno”.
Me dijeron que esta clase de “fieles” iban a un lugar llamado purgatorio. No pude menos que plantearme esta interrogante: Mi religión, sus enseñanzas y toda la jerarquía está equivocada y nada tiene que ver con el único Salvador, Jesucristo. O bien, el Señor, los apóstoles, los evangelios y toda la Biblia, mintieron y siguen mintiendo, ofreciendo una salvación por pura gracia divina.
8. Me enseñaron que el tal... “Papa o Santo Padre” (ya que Papa significa Padre) era la autoridad suprema de la “verdadera iglesia”
No me costó mucho recordar lo que ya había leído sobre este engaño, por lo cual volví a darle una mirada una vez más al mismo texto, pero esta vez en la versión Nácar Colunga, católica, donde dice... “Ni llaméis padre a nadie sobre la tierra, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos” (Mateo 23:9). Cada vez me alejaba más y más de mi religión y me acercaba a Cristo. Busqué en la Biblia palabras tales como... ex cathedra, infalibilidad que corresponda a algún hombre o mujer, transubstanciación, pecado venial, purgatorio, celibato sacerdotal.
Llegué a la conclusión que estaba totalmente equivocado y eso debido a que desde mi tierna infancia me lavaron el cerebro con ritos, ceremonias, liturgias, canonizaciones, “santos padres”, cardenales. Descubrí que, lejos de ser el Papa la cabeza de la iglesia de Cristo, la única Cabeza de la verdadera iglesia es Cristo mismo: “Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador” (Efesios 5:23).
1. Me dijeron que para ser cristiano debía pertenecer a su iglesia, no necesariamente a la de Cristo...
2. Me dijeron que María la madre del Salvador podía interceder por mí...
3. Me enseñaron que María era una doncella sin pecado original...
4. Me obligaron a tener quien sabe cuantas estatuitas de... “santos”...
5. Me enseñaron que el Vicario de Cristo no era el Espíritu Santo, sino el Papa del Vaticano...
6. Desde niño me confesé con algún sacerdote y no me di cuenta que me coloqué bajo la maldición de Dios...
7. ¿Por qué me ocultaron el verdadero medio de salvación y al verdadero Salvador?
8. Me enseñaron que la autoridad en asunto de fe y conducta, no era la Biblia, sino la iglesia papal...
¡Me hicieron un lavado cerebral al punto que me tragué todas las mentiras que ellos me enseñaron sistemáticamente!
Pero... tal como ya indiqué, logré zafarme de esa cueva de ladrones de almas y el Señor me dio una preciosa oportunidad para dejar los mitos, las supersticiones y los absurdos religiosos con todo su paganismo, para que comenzara de nuevo.
¡PERO ME ENGAÑARON DE NUEVO!
Cuando el Señor me libró de esa prostitución religiosa, ya no tuve iglesia, no tuve esa... familia fraternal, no sabía a dónde debía ir. Debo hablar de esto porque supongo que muchos podrían caer en una segunda trampa.
Para cuantos desean saber a qué me refiero cuando afirmo que fui engañado hasta dos veces, con mucho gusto relataré mi historia.
Cuando me libré del primer engaño, me quedé sin iglesia...
No podía invitar a nadie para que escuchara el Evangelio y fuera salvo...
Era yo como una oveja sin pastor, pero sí, sabía ahora la diferencia entre rezar y orar.
Sabía que mi Pastor era el mismo Salvador, Cristo Jesús.
Sabía yo que el Espíritu Santo me acompañaría en la lectura y comprensión de la Biblia.
Sabía también que seguramente existían iglesias que proclamaban el Evangelio en toda su pureza, sin idolatría, sin reina del cielo, sin hombres con atribuciones de retener o perdonar pecados, sin un “cristo” reducido a un pedacito de harina con agua que de alguna manera mágica se ha convertido en el mismo Cristo que murió por mis pecados...
Sabía yo lo del cristianismo litúrgico, con una mezcla de superstición, mitología y la más repugnante idolatría...
Pero... ¿estaba bien que me quedara sin unirme a una iglesia?
Descubrí las palabras de Hebreos 10:23-25, y entonces comencé a pensar que un cristiano debe buscar a sus hermanos en la fe: “23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Hebreos 10:23-25).
Noté también que los cristianos desde su comienzo se congregaban y oraban juntos.
Unían sus esfuerzos y comenzaron a evangelizar a cuantos encontraban...
Noté que había hombres con el don de enseñar la Palabra de Dios, exponerla y alimentar así a los ya salvos, en primer lugar, y al mismo tiempo evangelizaban para que otros fueran salvos.
Leía en Hechos 2:43-47, donde se describe en pocas palabras el perfil de la verdadera iglesia de Cristo: “43Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hechos 2:43-47).
Entonces me pregunté: ¿Habrá alguna iglesia como la que se describe aquí en nuestros días?
Y si las hay, ¿dónde están y cómo podría encontrarlas?
ME PUSE A INVESTIGAR POR INTERNET
¡Ay, lo que encontré allí! Compartiré mi experiencia, esperando que otros no caigan en la misma trampa y no sean engañados hasta dos veces.
HABLEMOS PRIMERO DE... “LA GUERRA ESPIRITUAL”
Noté que sí, es verdad que existe una verdadera guerra espiritual.
Un predicador fiel a la Palabra de Dios dice:
Durante las pasadas décadas se ha desarrollado un movimiento global que busca librar a las ciudades y los barrios de los flagelos sociales. Uno de los objetivos del movimiento de guerra espiritual es identificar y atar poderes demoníacos sobre territorios, aunque en ninguna parte del Nuevo Testamento se instruye a los creyentes a intentar tal cosa.
Leemos que en una ocasión en que Daniel estuvo afligido y ayunando por tres semanas, se le apareció un varón vestido de lino, quien le dijo: “Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia. He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días”(Daniel 10:12-14).
De acuerdo con este pasaje de la Escritura, es cierto que la Biblia indica que sí existen poderes demoníacos involucrados con las naciones, y que están teniendo lugar enfrentamientos entre los ángeles caídos y los ángeles de Dios. Eso es algo que la Palabra de Dios revela claramente.
Pero nosotros sólo tenemos un breve vislumbre, y es claro que Daniel de ninguna manera estaba practicando la guerra espiritual a través de sus oraciones.
La batalla estaba teniendo lugar en el reino angélico de forma totalmente independiente de sus oraciones. Los proponentes de la guerra espiritual tuercen éste y otros pasajes fuera de su contexto y añaden toda clase de enseñanzas sobre supuestos espíritus territoriales, basados, no en las Escrituras, sino en supuestas profecías, visitaciones de ángeles, y hasta en conversaciones con demonios.
Dios nos ha dicho en la Biblia lo que quiere que sepamos sobre esas cosas, y no debemos de ir más allá de lo que está escrito.
La Escritura dice: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:7).
Este pasaje implica que es posible resistir al diablo, pero no hay ningún texto que siquiera insinúe que podemos atarlo, sino que dice en 1 Pedro 5:8, que “...vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”.
Asimismo leemos en Apocalipsis 20:2 y 3, que él será atado cuando el Señor Jesucristo retorne a la tierra, y lo arroje al abismo: “2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo” (Apocalipsis 20:2, 3).
El capítulo 6 de Efesios describe toda la armadura de Dios para el creyente en contra del diablo, pero allí no leemos nada acerca de atar al diablo o identificar espíritus territoriales, o alguna otra práctica propia del movimiento de guerra espiritual de hoy.
El error básico del movimiento, es que no está edificado sobre las claras enseñanzas de la Escritura, sino sobre pretendidas revelaciones proféticas. Cada movimiento que cree en una revelación continua va de un error a otro, y éste no es la excepción.
Un ejemplo de la guerra contra espíritus territoriales fue lo que ocurrió en octubre de 1997, cuando el ministerio Cosecha Global de Peter Wagner, patrocinó un evento en Éfeso, Turquía, llamado “Operación Palacio de la Reina”.
La meta era quebrar el poder de “la Reina del Cielo”, a quien Wagner describió como “el espíritu demoníaco gobernante más poderoso” que bloquea la difusión del Evangelio.
Pero... ¿Cómo sabe que existe un poder demoníaco llamado “la Reina del Cielo”? ¿Cómo sabe que es el espíritu demoníaco más poderoso en el mundo hoy? Él piensa que sabe estas cosas por el poder de una revelación continua, pero en realidad está engañado por su propio error doctrinal y por no aceptar la Biblia como la única fuente de revelación Divina.
¿Y QUÉ DE LA RISA O CARCAJADA SAGRADA?
Otra cosa que ha difundido el señor Peter Wagner, como parte de las prácticas de la guerra espiritual, es “la risa sagrada”. Basándose lo que enseña la profetisa Cindy Jacobs, considera que “El arma de la risa es extremadamente poderosa y aún necesaria como una manifestación intercesora... La risa quiebra el poder de Satán de deprimirlo y oprimirlo a usted en medio de la batalla... También puede ser una forma de guerra directa contra Satán y sus fuerzas porque hace burla del enemigo”.
¿No es esto un planeado sistema para ridiculizar las enseñanzas de Jesús y los apóstoles?
¿En dónde encontramos en el Nuevo Testamento al Señor Jesucristo y los apóstoles riendo ante el diablo, o riendo para guerrear en su contra?
¿En dónde los vemos siendo dominados por un espíritu de risa, cayendo al piso y revolcándose, riendo incontrolablemente aún durante la predicación? Sin embargo, todo esto puede presenciarlo en los encuentros carismáticos.
Noté que este caballero, llamado Peter Wagner parece haber sido “llamado” quien sabe por qué clase de espíritu, para confundir al mayor número posible de almas sedientas de la verdad.
Otra práctica que ha sido popularizada por el movimiento de guerra espiritual dirigido por el señor Peter Wagner, es marchar alrededor de un edificio o una ciudad, para reclamar autoridad sobre ello.
Los eventos Marcha para Jesús, que se han extendido a través del mundo, fueron originalmente establecidos en Inglaterra por carismáticos con el propósito de hacer guerra espiritual contra espíritus territoriales.
¿Escuchó alguna vez acerca de...
LA ESTACA DEL COLONIZADOR
Otra de las prácticas extrañas del movimiento de la guerra espiritual es la “estaca de colonizador”. Esto comenzó en San Francisco hace ya algunos años y se extendió a St. Louis, Missouri y a Texas.
Pequeños grupos de carismáticos, al amparo de la oscuridad, visitan sitios claves en la ciudad, tales como edificios del gobierno, instituciones financieras y educacionales, para desarrollar la siguiente ceremonia: Cavan un pozo, entierran una Biblia, entonces introducen una estaca de unos treinta centímetros de largo en el terreno, sobre la que está escrito en la parte de arriba “Jesús es el Señor”, además de versículos de la Biblia en los costados.
Ungen el área con aceite, y entonces toman la comunión y oran.
Cuando descubrí todo esto, realmente me asusté. Noté que era superstición y brujería.
¿Qué clase de evangelio es esto?
¿Qué espíritu enseñó esto a los modernos predicadores?
Dice en la publicación Charisma News Service, del 7 de Diciembre de 1999, que “Bill Malone, director de Pray USA, reclama que es un ‘acto profético’ por medio del cual los participantes están haciendo una afirmación a Dios y a Satanás de que ese territorio pertenece a Jesucristo y que están retomando y echando fuera a los usurpadores”.
Esta práctica es una completa necedad y, por supuesto, con absolutamente ninguna autoridad en las Escrituras.
¡Es brujería, fetichismo y satanismo! ¿Sabe usted qué significa... FETICHE?
«Objeto material al que se le rinde culto y se le atribuyen propiedades mágicas».
Si usted es parte de alguna iglesia que practica esto, usted está involucrado en el demonismo de manera sistemática de donde únicamente el poder del Espíritu Santo le podrá librar.
La guerra espiritual se practica muy vigorosamente en otros países, particularmente en América Latina y África, en donde la idea de los demonios está más difundida. Sin embargo, su influencia está aumentando en Estados Unidos, junto con la cartografía espiritual. EI arte de trazar mapas.
Cuando observé todo esto por televisión y escuché lo que el... “predicador” decía, dije: ¿No será que son brujos asiáticos que se afeitaron su barba y cambiaron su modo de vestir y ahora están tratando de reemplazar el Evangelio de Cristo por la brujería de Satanás.
¿Acaso no es cierto que debemos cuidarnos del demonismo?: “19 ¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios. No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios. ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él?” (1 Corintios 10:19-22).
EL LABERINTO
Después de tanto demonismo practicado y enseñado por “predicadores” me puse a investigar qué era eso de... “Laberinto”.
Quienes no conocen este juego satánico, lo han llevado incluso a sus templos y allí se regocijan envueltos en este ritual pagano.
Como tantas otras imágenes y símbolos paganos, la imagen universal del laberinto cayó presa del sincretismo y ha retornado a los pisos de las “iglesias cristianas” emergentes, como la muestra gráfica de las pruebas que debe pasar el hombre en su camino a Dios o como la posibilidad de peregrinar hacia el eje del mundo, que en el pasado era Jerusalén, la Ciudad Santa.
SE VACIARON LOS ANAQUELES DE SATANÁS:
Es tanta la demanda de productos demoníacos en muchas llamadas... “iglesias cristianas”, que Satanás mismo se ve en apuros para volver a llenar sus anaqueles con nuevos inventos.
¡Imagine cuán apresurados deben estar sus subalternos para abastecer la demanda de un número cada vez mayor de quienes acaban de descubrir que sirviéndole, les permite ofrecer engaños que producen riqueza material, popularidad y gran éxito!
La utilización más antigua de la imagen del laberinto en un contexto cristiano fue en el pavimento de la Basílica de San Reparatus, en Argelia, que data del año 324 después de Cristo y que actualmente se conserva en la catedral de Argel.
Desde la “S” en su centro, puede leerse en todos los sentidos “Sancta Eclesia”, la representación de la “Madre Iglesia católica” a la que todo fiel debe llegar.
Es interesante notar que aunque la palabra “Ecclesia” lleva dos “c”, en este caso particular sólo tiene una, lo cual permite transformar el laberinto en un cuadrado basado en el número mágico trece.
La cuestión LABERINTO es muy viejo para el paganismo, pero completamente nuevo para los... “cristianos”.
¿Qué de malo hay, se preguntan, si es una religión atractiva, que arrastra a miles y miles, que produce riqueza y bienestar material, que otorga poderes sobrenaturales y mucho gozo?
Recién en el siglo sexto, el laberinto hizo su aparición en Europa. Cinco siglos más tarde, se construyeron en el norte de Italia tres laberintos, uno de ellos, el de San Miguel Mayor, en Pavía, contemporáneo de la Iglesia de San Davino en Piacenza y otro en la Iglesia de Lucca. Al costado de la imagen se puede leer: “Éste es el laberinto que Dédalo el cretense construyó. Una vez dentro, nadie puede salir, salvo Teseo gracias al hilo de Ariadna”.
PERO... ¿QUÉ ES EL LABERINTO? ¿QUIÉN LO INVENTÓ?
Construcción compuesta de gran número de pasillos dispuestos de tal forma que resulta muy difícil encontrar la salida, Cisa nyt complicada, con muchos elementos mezclados.
Lugar formado por caminos que se entrecruzan de manera que es difícil orientarse. Creo que todas las herejías modernas son una mezcla de caminos difíciles de entender. La Biblia dice: “3 La insensatez del hombre tuerce su camino, y luego contra Jehová se irrita su corazón” (Proverbio 19:3).
El laberinto es otro producto de los insensatos.
El laberinto, es una estructura con senderos complejos que está creciendo en popularidad y se usa para la plegaria contemplativa. Los participantes caminan a través de él hasta que llegan al centro, y luego dan la vuelta hacia afuera. A diferencia de los muchos senderos, el laberinto solo tiene uno.
También el Señor es uno sólo, y uno de sus nombres es el Camino, pero es recto. Pablo encontró a un miembro del laberinto, llamado Barjesús y le dijo: “10 ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?” (Hechos 13:10).
Pedro le agrega a esta declaración de Pablo “15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad” (2 Pedro 2:15).
Usualmente pueden visitarse a lo largo del camino estaciones de oración con velas, iconos, pinturas, etc. El laberinto se originó en las sociedades paganas antiguas. El escenario usual está designado para que la persona que ora practique una especie de meditación, capacitándola para que al llegar al centro del laberinto, sea como si llegara ante la presencia de Dios.
En un artículo en la revista Christianity Today, escrito por Dan Kimball, titulado “Un laberinto de oración”, Kimball describe así cuando él y su esposa caminaron a través del laberinto en la Convención Nacional de Pastores: “La plegaria meditativa como la que experimentamos en el laberinto resuena en los corazones de la generación emergente. Si tuviéramos espacio instalaríamos un laberinto permanente para promover la oración más profunda. Sin embargo, hasta entonces, Graceland continuará incorporando la plegaria experimental y animando a nuestra gente para que se ponga de pie, se queden quietos y oren”.
Después que Kimball y su esposa tuvieron la experiencia del laberinto en la convención, hicieron instalar uno temporal en su propia iglesia. Él explica como “colgaron obras de arte en las paredes, colocaron cortinas y encendieron velas alrededor de toda la habitación para crear el sentimiento visual de un espacio sagrado”.
Al describir cómo “más de cien personas” recorrieron el laberinto provisional, Kimball dijo: “Fue un gozo ver a tantos de rodillas en comunión con Dios, a través de los elementos experimentales de la oración”.
El tener cierta comprensión de cómo comenzó el interés actual en el laberinto y la naturaleza de esta práctica, nos proporcionará discernimiento adicional de la iglesia emergente y su uso de prácticas multi-sensoriales de adoración.
Lauren Artress de la Catedral Grace en San Francisco, es considerada como la catalizadora del día moderno del laberinto. Un artículo escrito por Mark Tooley, titulado Los laberintos son la última moda para quienes buscan experiencias espirituales, publicado el 21 de noviembre de 2001 por Noticias Ecuménicas del Instituto para Religión y Democracia, explica:
“Para ella [Artress], el laberinto es para ‘la transformación de la personalidad humana en progreso’ que puede realizar un ‘cambio en la conciencia conforme buscamos madurez espiritual como una especie’. Artress dice que caminó su primer laberinto durante un seminario en 1991, junto con la psicóloga y canalizadora mística Jean Houston, quien hace varios años asistió a la famosa primera dama Hillary Clinton, para tratar de ponerse en contacto con el espíritu de la fallecida Eleanor Roosevelt... Ella le llama a su descubrimiento del laberinto... uno de los ‘eventos más asombrosos de su vida’. Para ella, el laberinto es ‘una herramienta espiritual destinada a despertarnos al ritmo profundo que nos une a nosotros mismos y a la luz que convoca desde el interior”.
Artress dice que “la geometría sagrada” del laberinto, se basa en el conocimiento antiguo sagrado, y ve el laberinto como una forma de comunicarse con la divinidad femenina.
Pronto descubrí que la casi totalidad de los programas disponibles vía Internet, niegan las doctrinas bíblicas y enseñan sistemáticamente el ocultismo avanzado.
Descubrí que ellos también niegan el derramamiento de sangre para la remisión de pecados.
¿Por qué niegan la sangre? Porque.... “sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (de pecados) (Hebreos 9:22b).
Algunos líderes emergentes dicen que aman la Cruz, pero un tema subyacente que está ganando impulso entre ellos, es que Jesús fue a la Cruz como un ejemplo de sacrificio y servidumbre que debemos seguir, negando que Dios envió a su Hijo para que sufriera una muerte violenta por los pecados de la humanidad. A continuación permítame citarle unos pocos ejemplos:
- Dice Beca Horton, en la página 156 de su libro Historia de la iglesia y de las cosas venideras, “Qué un Dios amante nunca haría eso! Un acto tan violento convertiría al cristianismo en ‘una religión sanguinaria”“.
- Harry Emerson Fosdick, un teólogo liberal que fuera pastor de la Iglesia Riverside en la ciudad de Nueva York, dice en la página 136 de su libro Estimado señor Brown, “Que creer en la doctrina de la expiación, de que ‘Jesús sufrió como un sustituto por nosotros’ debido a nuestros pecados, es una ‘barbaridad precivilizada’”.
En su libro El uso moderno de la Biblia, Fosdick dice “Que el que Jesús fuera a la Cruz debe ser visto como un ejemplo de una vida de servicio y sacrificio, y no compararlo con los ‘antiguos sacrificios de animales’, algo así como un fraude piadoso’ que le hiciera Dios al diablo”.
Por cierto que la “Laberintología” ha “laberintado” muy bien a cuantos la han adoptado.
En la página 135 del libro de Fosdick Estimado señor Brown, él declara: “Las muchas teorías de la expiación suponen que por un sólo acto sacerdotal de auto-sacrificio, Cristo salvó al mundo. ¡No! Estas teorías legalistas de la expiación son a mi juicio una desgracia teológica”.
Pero yo encontré en la Biblia estas palabras: “Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un sólo sacrificio por los pecados... porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados” (Hebreos 10:12, 14).
- Fosdick explica en la página 136 de Estimado señor Brown: “Si hablara con ese predicador fundamentalista, indudablemente insistiría que usted debe creer en la teoría de la expiación ‘sustituta’... es decir que Jesús sufrió como un sustituto y pagó el castigo que merecíamos debido a nuestros pecados. ¿Puede usted imaginar una sala de justicia moderna en un país civilizado en donde un hombre inocente fuera castigado deliberadamente por el crimen de otro hombre?... La expiación sustituta... recorrió un largo camino en la historia en muchos sistemas penales. Pero ahora es una barbaridad precivilizada; ninguna corte secular toleraría la idea por un momento; sólo en ciertas teologías anticuadas se retiene esto como una explicación para la muerte de nuestro Señor... La vida y muerte de sacrificio de Cristo es demasiado sagrada para tergiversarla”.
- Brian McLaren, el líder más destacado en Estados Unidos de la iglesia emergente, cita en un sitio de Internet la entrevista que le hiciera Leif Hansen el 8 de enero de 2006, y declara que “La idea de que Dios envió a su Hijo para que sufriera una muerte violenta por nosotros, es una publicidad falsa para Dios”.
McLaren también dijo en la entrevista: “Yo escuché a un líder cristiano muy conocido, cuyo nombre no mencionaré... que dijo algo como esto: ‘La comprensión tradicional dice que Dios nos pide algo que Él mismo es incapaz de hacer. Nos pide que perdonemos a las personas, pero es incapaz de perdonar, porque no puede perdonar a menos que castigue a alguien en lugar de la persona que va a perdonar. Dios no le dice: ‘Perdona a tu esposa, y luego ve y patea al perro para que le des rienda suelta a la ira. Dios de hecho perdona’. Pero está la sensación, la comprensión común de la expiación que presenta a un Dios que es incapaz de perdonar. A menos que patee a alguien más’”.
Cuando leí todo esto, enseguida recordé lo que dice en 2 Pedro 3:3: “3Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias”.
- El sacerdote episcopal Alan Jones, en su libro Concibiendo nuevamente el cristianismo, completa esta idea de que Dios nunca intentó que el sacrificio de Jesús sobre la Cruz fuese considerado como un pago por nuestros pecados. Y dice en la página 168: “La fijación de la iglesia en la muerte de Jesús como el acto universal de salvación debe terminar, y el lugar de la cruz debe ser vuelto a concebir en la fe cristiana. ¿Por qué? Debido a la secta del sufrimiento y el Dios vengativo detrás de ella”.
“La otra tendencia de sólo criticar, trata con la sugerencia implícita en la cruz, que el sacrificio de Jesús fue para apaciguar a un Dios airado. El castigo por sustitución - la Cruz, fue el nombre de esta doctrina vil”.
- Esta idea de rechazar el juicio de Dios colocado sobre Jesús en lugar de nosotros, no es exclusiva de Fosdick o McLaren. De hecho, tal rechazo está integrado en las enseñanzas de muchos otros. En 1991, William Shannon, biógrafo del monje y místico católico Thomas Merton, dijo en las páginas 109 y 110 de su libro Silencio en llamas: “Ésta es una noción típica patriarcal de Dios. Es el Dios de Noé quien ve a las personas sumidas en el pecado, se arrepiente de haberlos hecho y resuelve destruirlos. Es el Dios del desierto quien envió serpientes para que mordieran a su pueblo porque murmuraron en su contra. Es el Dios de David quien prácticamente decimó a un pueblo... Es el Dios que exigió la última gota de sangre de su Hijo, para que así su ira, evocada por el pecado, pudiera ser apaciguada. Este Dios cuyo humor alterna entre bondad e ira fiera... ‘Éste Dios no existe’”.
AI escuchar a todos estos... “reverendos”, llegué a la conclusión que si ellos proclaman la verdad, entonces es mucho mejor doblar mis rodillas ante Satanás y pedir socorro a los demonios que adorar a Dios y depender de la guía del Espíritu Santo.
Fui engañado por segunda vez, pero no fue solo esto lo que me engañó, porque tengo más para decirles.
En otras palabras, de acuerdo con Fosdick, McLaren y Shannon, Jesús debe ser visto como un modelo de sacrificio a seguir en nuestras propias vidas, pero ver a Dios el Padre como un juez en contra del pecado no es un punto de vista apropiado de Él. Esos que rechazan la expiación reconocen que la más grande amenaza para sus puntos de vista heréticos son esos que toman la Escritura literal y seriamente.
- El ex-sacerdote católico Brennan Manning en su libro publicado en 2003, Por encima de todo, cita a William Shannon casi palabra por palabra, respecto a la expiación, y dice en las páginas 58 y 59: “El Dios cuyo humor alterna entre bondad e ira fiera... el Dios que exigió la última gota de sangre de su Hijo, para que así su ira, evocada por el pecado, pudiera ser apaciguada, no es el Dios revelado por Jesucristo, ni en Jesucristo. Y si no es el Dios de Jesús, ‘él no existe’”.
COMO SI TODO ESTO FUERA POCO, TAMBIÉN LA BIBLIA ES RECHAZADA COMO INSPIRADA POR EL ESPÍRITU SANTO
Aquí podemos muy bien aplicar las palabras del profeta: “14 Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos: Porque dijeron esta palabra, he aquí yo pongo mis palabras en tu boca por fuego, y a este pueblo por leña, y los consumirá… Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra; 31los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin?” (Jeremías 5:14, 30, 31).
Las oportunidades que tienen los muchos “tele-evangelistas” para cubrir el mundo entero con el Evangelio, es única. ¡Pero no lo hacen, sino que lo ridiculizan y más bien apartan a cuantos con gran gozo le recibirían si estos “predicadores” dijeran la verdad!
¿Por qué no lo hacen? ¡Porque ellos tampoco lo conocen!
- Marcus Borg es un distinguido profesor en religión y cultura, y también de estudios religiosos en la fundación Hundere Endowed Chair en la Universidad Estatal de Oregon. Es conferencista y autor de varios libros. Borg explica en la página 25 de su libro El Dios que nunca conocimos: “Yo me liberé de la idea de que la Biblia es un producto divino. Aprendí que es un producto de la cultura humana, el producto de dos comunidades antiguas, el Israel bíblico y el cristianismo primitivo. Como tal, contenía la comprensión y afirmaciones de ellos, no declaraciones que provenían directamente o de alguna forma fueron dirigidas por Dios... Me di cuenta que sea cual fuere lo que significa la ‘revelación divina’ y la ‘inspiración de la Biblia’, si es que significa algo, no quiere decir que la Biblia sea un producto divino con autoridad divina”.
¡Qué manera de negar la inspiración de las Escrituras! Obviamente estos predicadores no creen en lo que dijo Jesús en su oración: “17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17).
Tampoco creen en lo que Pablo escribió a Timoteo: “14Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:14-17).
Los cristianos que se postulan como líderes y expositores del evangelio, son traidores, son blasfemos, son burladores, son incrédulos, son enemigos de Dios, de Cristo, de la Biblia y de los cristianos que todavía siguen fieles a la Palabra inspirada por el Espíritu Santo.
Esta actitud ciertamente explica cómo Borg pudo decir: “Jesús ciertamente no nació de una virgen, ni tampoco pensó de sí mismo como el Hijo de Dios y no vio su propósito de morir por los pecados del mundo”.
Nunca se ha negado la Biblia como de procedencia divina como ahora...
Ni los mismos ateos, por desconocer su contenido, jamás se burlaron de Dios, de Cristo y de la inspiración de las Escrituras, como lo hacen estos.
Si lo que Borg está diciendo es cierto, entonces tenemos que descartar a Juan 3:16 que dice que de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, y tendremos que rechazar el tema de la ofrenda de sangre que es tan común a través de toda la Escritura. En el Antiguo Testamento es claro: “Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona” (Levítico 17:11).
Nunca el mundo pudo ver la paciencia de Dios para con los impíos como ahora.
Aquí no se trata de la perversión física, la inmoralidad y el paganismo de los que nunca conocieron el Evangelio. Estos son pervertidos espiritualmente. ¡Están en el demonismo en carne viva!
Pero Borg rechaza este énfasis en un artículo escrito en el periódico Washington Post, titulado Pascua acerca de la vida, no de la muerte: “Pensar que el significado central de la Pascua (de la resurrección) depende de algo espectacular que le ocurrió al cadáver de Jesús, pasa por alto el punto del mensaje de Pascua y se arriesga a convertir la historia en una trivialidad. Asociar la Pascua principalmente a nuestra esperanza para una vida después de la muerte, como si nuestra existencia después de muertos dependiera de que Dios transformó el cadáver de Jesús, es reducir la historia a un anhelo políticamente domesticado por nuestra supervivencia más allá de la muerte”.
- Dice John White en la página 15 de su libro Ciencia de la mente: “Jesús fue una persona histórica, un ser humano que se convirtió en Cristo, el Cristos es una condición eterna transpersonal de ser, Jesús no dijo que este estado elevado de conciencia que había en él era exclusivamente suyo por todo el tiempo. Tampoco nos pidió que le adorásemos. Más bien, nos llamó para que le siguiéramos, que siguiéramos sus pasos, que aprendiéramos de él, de su ejemplo”.
La Biblia dice “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión”( Hebreos 9.22).
Y también “...se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado” (Hebreos 9.26).
¿Vamos a rechazar estas Escrituras y otras que hablan de la expiación porque no suenan lógicas? La Escritura nos dice que la mente carnal es enemistad en contra de Dios.
Necesitamos reconocer que la Biblia es revelación de Dios, de sí mismo al hombre. Es nuestra autoridad final, y debemos adherirnos a la verdad de sus enseñanzas: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados... Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo” (1 Juan 4:10, 14).
Con todo cuanto dicen del Señor, la Biblia y del mismo Dios, ¿no están escupiendo al rostro del Señor?
¿Cuánto daño más deben hacer al Evangelio y blasfemar contra el Señor para que sean juzgados y condenados?
¿No es éste el perfil de la iglesia que nos muestras nuestros últimos días aquí?
Lo que nosotros vemos hoy cumpliéndose en todo el mundo, nuestros padres y abuelos apenas si lograban imaginarlo de manera muy vaga.
LOS TEXTOS BÍBLICOS QUE DEBEMOS LEER HOY COMO NUNCA ANTES Mateo 24:5-7...
“5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares” (Mateo 24:5-7).
“25 Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas” (Lucas 21:25, 26).
“16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Tesalonicenses 4:16-18).
“7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia” (2 Tesalonicenses 2:7-12).
“1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:1-4).
¿QUÉ SERA DEL MUNDO CUANDO LA IGLESIA HAYA PARTIDO?
Ya sabemos que le espera la Gran Tribulación, de la cual el Señor dijo: “21porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (Mateo 24:21, 22).
Si tuviera que explicar la Gran Tribulación de manera abreviada, lo haría leyendo Apocalipsis 6:1-14: “1Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer. Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira. Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada. Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino. Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra. Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos. Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar”.
DESPUÉS DE MI EXPERIENCIA POR INTERNET
Estuve nutriéndome con los manjares infernales, la mayor parte procedente de Barjesús, me fui a dormir.
¡Esa noche era una pesadilla inexplicable!
¡Me parecía que toda una verdadera jauría de demonios me rodeaban!
Ahora, mirando y recordando aquello, no dudo que Satanás y sus ángeles no querían que fuera un desertor.
Al día siguiente comencé a buscar alguna iglesia en la guía telefónica para ver si encontraba alguna sin contaminación de herejías, paganismo y satanismo.
Encontré una que, a juzgar por su nombre, me pareció aceptable...
Llamé preguntando el horario de servicios y que me gustaría visitarlos, pues, dije, estoy buscando una iglesia cristiana verdadera.
La dulce voz de una dama, seguramente la secretaria me dijo que efectivamente la iglesia era cristiana y que yo sería bienvenido.
MI EXPERIENCIA EN ESA... “IGLESIA”
El salón era amplio y estaba lleno...
Los instrumentos musicales en la plataforma me hicieron pensar que habría buena música...
Llegada la hora de iniciar, todos nos pusimos de pie y le dimos... “un aplauso para Jesús”.
Hubo música, sí, si es que se puede llamar música, ya que no aguantaba el volumen.
¡Cómo esperaba que eso terminara y que el pastor hablara de la Palabra de Dios!
Tal cosa no ocurrió. Se anunció que “el Espíritu Santo se estaba moviendo con gran poder en ese momento”.
El pastor dijo algunas palabras y la gente comenzó a caer al piso...
Yo solamente miraba. Admito que me asusté, pensando... ¿qué es esto?
Pero no pude pensar mucho, porque veía a otros tantos cayendo y entonces, la música dio paso a todo tipo de alaridos. Algunos cacareaban, otros ladraban, otros cantaban como el gallo, balaban como corderos, relinchaban como los caballos, mugían como las vacas, se retorcían como serpientes, lloraban y otros reían a carcajadas.
Lamenté no haberme traído una grabadora, porque me gustaría hacerles escuchar...
Yo no sabía cuanto tiempo duraría esa tortura del festival demoníaco...
Quería salir y huir de ese lugar, pero me fue imposible, porque por los pasillos era imposible caminar, a menos que pisara sobre cuerpos de hombre y mujeres, todos ellos retorciéndose.
Pasaron varios minutos que a mi me parecían largas horas, y paulatinamente amainaba el eco infernal.
Cuando vi que todos volvieron a sentarse y ya podría salir, mientras estaban de pie y para que nadie notara a mí asustado como estaba y que literalmente huía de allí, logré ganar la puerta que daba a la calle y pedí perdón a Dios por haberme metido en esa cueva tan peligrosa.
Confieso que nunca creería que eso podría ocurrir en una iglesia que era supuestamente cristiana...
En un manicomio por lo menos hay guardas, pero allí no vi a nadie que cuidara el desenfreno.
¡POR FIN ENCONTRÉ LO QUE BUSCABA!
Cuando salí de ese rincón de confusión, miré al cielo y le dije al Señor: «Gracias, Señor por haberme librado de ese lugar tan extraño, confuso y dañino. No necesito otra señal alguna para saber que tú tampoco estuviste allí, pero seguramente me esperaste afuera, junto a la puerta de entrada.
Entonces recordé tus palabras en Apocalipsis 3:20. Probablemente yo era el único que esperaba oír Tu voz, ¡y tú me diste esta oportunidad y al mismo tiempo cumpliste con tu promesa!: “20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
Te prometo, Señor, que ya no andaré metiéndome en esos salones donde dicen servirte pero no te dejan entrar. Gracias, Señor, muchas gracias por la paciencia que me tienes. Amen».
¿QUÉ SUCEDIÓ DESPUÉS?
Me propuse buscar una iglesia que sea bíblica. Ya no me importaba si su templo era pequeño o grande, si era cómodo o incómodo, si me quedaba cerca o lejos.
Yo deseaba llenar mi alma de la Palabra. Se me ocurrió buscar una iglesia... Bíblica. El Señor puso en mi camino a un caballero que me orientó y me dijo que en un lugar, casi invisible, una calle angosta y de gente más bien humilde, había una capilla pequeña donde se predicaba la Palabra de Dios.
Busqué el lugar, encontré la capilla y un cartel donde aparecía el horario de servicios.
El domingo y a la hora indicada llegué a ese lugar. La gente era atenta conmigo. Me saludaron y me invitaron a tomar asiento que ya comenzaría el servicio. Así lo hice teniendo mi Biblia para seguir al predicador. Era tiempo de que comenzara a edificar mi alma hambrienta de Su Palabra.
Recuerdo que el tema de ese humilde pastor era... “Jesús, el Buen Pastor”.
Se cantaron algunos himnos y uno, cuya letra en parte recuerdo, decía...
¡Oh Señor, procuro en vano mi conducta reformar,
pues ningún poder humano santidad me puede dar!
Es mi vida de pecado, diaria ofensa para ti,
Manifiesta tu clemencia y de Nuevo hazme nacer.
La congregación de menos de un centenar de personas cantaban casi a capella, aunque una joven hermana tocaba un viejo piano junto a la plataforma.
Lo que mucho me llamó la atención fue que no hubo desorden alguno. Nadie gritaba, nadie gemía, nadie interrumpía, nadie caía al suelo, nadie gritaba ¡Aleluya o Gloria a Dios! Todos escuchábamos con atención las palabras del predicador.
Al finalizar el predicador su mensaje, invitó a quienes desearían rendir su vida al Salvador, entonces yo, aunque sabía que ya era salvo, quería que me orientaran porque deseaba ser parte de esa congregación. El pastor se tomó el tiempo y me escuchó con atención. Luego oró por mí, diciéndome que si deseaba me visitaría en mi hogar para orientarme ahora que ya había yo encontrado la iglesia que buscaba.
Allí no pedían dinero, solamente levantaron la ofrenda sabiendo que los hermanos ya venían preparados con lo que habían separado para cubrir los gastos de la iglesia.
Cuando salí de allí, recordé las palabras de Jeremías 29:12, 13 “12 Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”.
“7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mateo 7:7, 8).