Los siete de Cambridge
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Los siete de Cambridge
En los años 1800 siete estudiantes prominentes de Cambridge hicieron un gran impacto, no sólo en Inglaterra, sino también en el mundo. Stanley Smith, Montague Beauchamp, Dixon Hoste, William Cassels, Cecil Polhill-Turner, Arthur Polhill-Turner y Charles Thomas Studd, llegaron a ser conocidos en el mundo como “Los siete de Cambridge”.
En 1873 Stanley Smith, hijo de un prominente cirujano de Londres, atendió a una campaña evangelística de Dwight L. Moody y depositó su fe en Cristo, pero no vivía para Él. Una vez llegó a Cambridge, el deporte del remo se convirtió en la cosa más importante en su vida. Montague Beauchamp, el mejor amigo de Stanley, rededicó su vida al Señor en 1880. El Todopoderoso había reclutado al primer miembro de los “Siete de Cambridge”. Sin embargo, Beauchamp permaneció sin mostrar interés en el cambio de corazón de su amigo. Después que Smith y su amigo Kynaston Studd se comprometieron a orar juntos quince minutos cada día por su amigo Beauchamp, sus plegarias fueron respondidas en 1881, cuando Beauchamp anunció que finalmente se “había entregado enteramente a Cristo”.
Dixon Hoste era hermano del estudiante de Cambridge William Hoste, un cristiano comprometido que estaba en el equipo de remo con Smith y Beauchamp. William oraba y compartía su fe continuamente con Dixon, quien finalmente atendió una campaña de Dwight L. Moody y le entregó su vida a Cristo. Dixon, quien a los veintiún años ya era un oficial comisionado del ejército británico, regresó a su puesto profesando fe en Cristo Jesús.
William Cassels, también en el equipo de remo, era un joven tranquilo que estudiaba para convertirse en ministro. Después de que Stanley Smith le entregó su vida a Cristo, se hizo un buen amigo de Cassels. Ellos oraban frecuentemente juntos para ser una influencia cristiana en el equipo de remo, del cual Smith era ahora el popular capitán.
Arthur Polhill-Turner también encontró a Cristo en una campaña de Moody, mientras estaba en Cambridge. Arthur entonces persuadió a su hermano Cecil, quien era un oficial del ejército británico, para que asistiera a la campaña de Moody en Londres. Cecil estaba interesado en el cristianismo, pero pensaba que eso significaba tener que renunciar a su prometedora carrera militar, lo cual no estaba dispuesto a hacer. Finalmente en 1884 le entregó su vida completamente a Cristo después de un largo año de lucha espiritual.
Charles Thomas Scudd era el hermano menor de Kynaston Studd. Su padre, un millonario se convirtió en una reunión de Moody en 1877. Él había dedicado los últimos dos años de su vida a propagar el Evangelio. Sus tres hijos se convirtieron debido a sus esfuerzos. En Cambridge, Charles Studd era el capitán popular del equipo de críquet recibiendo reconocimiento mundial como el mejor jugador de todos los tiempos. Con su fama y éxito, Charles se apartó de Cristo por algunos años. En 1883 su mundo fue estremecido cuando su hermano George se enfermó. Enfrentado con su propia mortalidad y eternidad, el críquet comenzó a parecerlo como algo sin sentido. Charles se entregó completamente a Cristo e inmediatamente comenzó a usar su influencia para alcanzar a otros.
Independientemente, cada uno de estos jóvenes comenzó a buscar, cómo Dios podía usar sus vidas. Beauchamp fue el primero en enterarse de la misión en el territorio de China - cuyas siglas en inglés son CIM, y por medio de una serie de eventos y conexiones comunes, todos siete decidieron ir juntos a ese país. Cada uno de ellos fue aceptado como misionero de CIM. Antes de embarcarse, los “Siete de Cambridge” visitaron las universidades en Inglaterra y Escocia, hablando cada noche en auditorios atestados de personas. Cientos se entregaron a Cristo gracias a sus reuniones, trayendo un despertar espiritual en Inglaterra. En su servicio de despedida en Londres, tres mil quinientos se reunieron para decirles adiós.
El 18 de marzo de 1885, los Siete de Cambridge llegaron a China, en donde sirvieron por muchos años, algunos hasta su muerte.
Reflexión
¿Por qué cree que estos siete estudiantes, exitosos, prominentes y ricos, fueron a China como misioneros? ¿Alguna vez ha considerado si Dios tal vez quiere que usted vaya a dónde esos que nunca han oído las buenas nuevas de salvación? Hay maravillosas oportunidades misioneras para todas las edades, desde ministerios a corto plazo, hasta la posibilidad de carreras.
“Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno” (Romanos 15:20).
