Despertar espiritual en Crossweeksung
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Despertar espiritual en Crossweeksung
A la edad de veintinueve años David Brainerd había sido un misionero entre los indígenas por cuatro años. Después estuvo ministrándole a los nativos Delaware de Crossweeksung, New Jersey.
Fue entonces cuando registró así en su diario los eventos ocurridos el 23 de marzo de 1746 “Allí estaban unos quince extranjeros, personas adultas que llegaron a nosotros la semana pasada - buceadores que nunca habían asistido a reuniones religiosas hasta ahora. Pensé que era apropiado disertar este día en una manera peculiarmente apropiada para las circunstancias, y en conformidad intenté hacerlo de Oseas 13:9, donde dice... ‘Te perdiste, oh Israel, mas en mí está tu ayuda’. En la mañana comencé hablando en la forma más simple posible que podía sobre la apostasía del hombre y su condición en ruinas, después expuse algunas cosas respecto a la existencia y perfección de Dios, y su creación del hombre en un estado de rectitud y felicidad. En la tarde, me esforcé por explicar la gloriosa provisión hecha por el Señor para la redención de criaturas apóstatas, al dar a su propio Hijo amado para sufrir y satisfacer la justicia divina en favor nuestro. Sin embargo, en la asamblea no se advertía ese afecto y preocupación que ha sido tan común entre nosotros, aunque en general se percibía una atención conveniente, incluso entre la mayoría de los extranjeros’.
“Cerca del ocaso, sentí una preocupación desacostumbrada en mi mente, especialmente por los pobres forasteros, de quienes Dios había retenido tanto su presencia, como la poderosa influencia de su Espíritu, en la reunión de ese día, y por medio de esto les había negado el grado de convicción que esperaba que pudieran haber experimentado. En ese estado de ánimo visité varias casas y pronuncié un discurso con alguna preocupación y afecto a los buzos particularmente, pero sin éxito aparente, hasta que llegué a una casa donde había buzos extranjeros. Allí las verdades solemnes que expuse parecieron tener efecto, primero sobre algunos niños, luego sobre los buceadores adultos que de alguna forma habían estado atentos antes y después, y también sobre paganos forasteros’.
“Continué mi discurso con fervor, hasta que casi todos en la casa estaban bañados en lágrimas, mientras los buzos lloraban en alta voz y parecían estar ansiosos por su interés en Cristo. Después de esto, cantidades de personas se fueron reuniendo desde todas las casas de los alrededores y pronto colmaron el lugar, tanto que nos vimos obligados a removerlos hasta la casa en donde usualmente nos reuníamos para adoración pública. La congregación se reunió inmediatamente, y muchos parecían increíblemente afectados. Hablé algún tiempo de Lucas 19:10, ‘Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido’.
“Se percibía una preocupación visible y amor entre la asamblea, y a no dudar una influencia divina en los corazones de muchos. Había cinco o seis de los extranjeros, hombres y mujeres, que parecían estar considerablemente alertas. En particular un hombre joven de rasgos duros, que parecía como si nada pudiera conmoverlo, ahora estaba bañado en lágrimas... y sollozó por largo tiempo”.
David Breinerd murió de tuberculosis exactamente un año y medio después. Fue directo al cielo, en donde más tarde le daría la bienvenida a todos los nativos que había guiado a Cristo.
Reflexión
Un despertar espiritual comenzó entre los indígenas, porque Brainerd sintió la dirección de Dios y fue a visitar sus hogares en la tarde después del servicio de adoración. ¿Alguna vez ha sentido que Él está guiándole para que haga algo? ¿Ha seguido su dirección? Tal vez no ha experimentado resultados milagrosos como Brainerd, pero si sigue la guía de Dios, tendrá la satisfacción de ser fiel.
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8:14).
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