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Boletin dominical - 05/09/10

  • Fecha de publicación: Miércoles, 24 Septiembre 2008, 14:39 horas
 Si usted es un cristiano nuevo y siempre se ha nutrido de la sana doctrina, es para conocer los “ministerios” del enemigo también.  Los MUCHOS FALSOS PROFETAS SE LEVANTARON ¡y están entre nosotros! (Mt. 24:11).

Si usted es un cristiano nuevo y siempre se ha nutrido de la sana doctrina, es para conocer los “ministerios” del enemigo también.  Los MUCHOS FALSOS PROFETAS SE LEVANTARON ¡y están entre nosotros! (Mt. 24:11).  Hablemos hoy de uno de ellos, llamado Steve Munsey.

Steve Munsey es pastor, autor, director, productor, recaudador de fondos y experto en crecimiento de la iglesia.  Vive y reside en Munster, Indiana.  Su iglesia cuenta con diez mil miembros y continúa aumentando diariamente.

Este hombre es otro de los grandes artistas del engaño y el fraude.  En 1998, cuando Israel celebró su quincuagésimo aniversario, aprovechó esa fecha en favor de la cadena “cristiana” de televisión LeSEA para explotar el evento.  Aseguraba que como se habían cumplido cincuenta años, y cada cincuenta años el Señor había decretado un año de jubileo (el tiempo en que debían devolverse las tierras a sus propietarios originales, en que se cancelaban las deudas financieras y Dios bendecía a su pueblo con riqueza), los cristianos no debían perder esta oportunidad para ser bendecidos por Dios.  Por lo tanto, debían enviar su semilla de fe a LeSEA, para que Dios a su vez los bendijera con riquezas ilimitadas.

En una campaña en la Trinity Broadcasting Network el 2 de noviembre de 1999 dijo, que si usted se comprometía a donarle dos mil dólares a la TBN, por la celebración del milenio, Dios no sólo le devolvería los dos mil dólares antes del año 2000, sino que lo dejaría totalmente libre de deudas, y que igualmente toda su familia sería salva en ese año.

Bueno, en enero del año 2000, hubo nuevamente otro Teletón en LeSEA, ¿y sabe lo que dijo Munsey en esta ocasión?  ¡Nada más y nada menos, que el Papa de la Iglesia Católica había declarado que el año del jubileo era el 2000, y que a partir de ese año, la iglesia no volvería a estar en pobreza!  Añadiendo: «Bueno, si el Papa lo declaró debe ser cierto».  Y una vez más aprovechó la ocasión para decir que Dios le había hablado directamente y que iba a bendecir a su pueblo con vastas riquezas también ese séptimo milenio, ¡pero la única forma de recibir el milagro, era enviando siete dólares multiplicados por setenta a LeSEA!  En total 490 dólares.  Tan pronto lo hicieran  podían esperar su milagro en cosa de días.  Afortunadamente, “Dios le reveló” otras formas para poder recibir dinero, porque también podían enviar 49 dólares por diez meses, o 70 por siete meses, ya que esa combinación eran los números de suerte que Dios le había confiado para comprar su milagro.

¡Usted ni siquiera puede imaginar los secretos que Dios le ha revelado a Munsey!  ¿Se imagina lo que ideó para sacar provecho del ataque terrorista ocurrido el 11 de septiembre del año 2001 y recaudar dinero para Daystar durante su teletón?  Bueno, según él, el Señor Jesucristo nació el 11 de septiembre del año 3, antes de la era cristiana, y como Satanás odia tanto esa fecha, hizo que los ataques terroristas tuvieran lugar el 9-11-2001, para que así la atención de las personas se apartara de las bendiciones que Dios había determinado otorgarle a su pueblo en los siguientes meses, durante la primavera del año 2002.  Y añadió: «¡Dios está determinado a tocar sus negocios, sus finanzas, sus hijos y su salud en los meses venideros si está dispuesto a sembrar ‘su semilla’, a sembrar su dinero en el fértil territorio de Daystar TV ahora mismo!  Habrá una bendición doble para todos los que contribuyan a Daystar en este año de completa renovación, porque en el año 2001, en la temporada de expiación, en los meses de septiembre y octubre comenzó el séptimo milenio desde la creación y fue también el comienzo del tercer milenio desde el nacimiento de Cristo».
¿Increíble, cierto?  Pero... ¿Será todo esto verdad?  Por favor, note que esta es la segunda vez que Munsey ha cambiado la fecha del comienzo del séptimo milenio, sólo para continuar usando esto como un medio para recaudar dinero en sus teletones.

Ahora, según Munsey, realmente no sabemos cuándo Dios comenzó el séptimo milenio, pero Satanás seguramente marcó su comienzo el 11 de septiembre para imprimirle su sello perverso.  Por lo tanto, como apenas estábamos entrando en el nuevo milenio, la tele-audiencia debía comprometerse a dar 37 dólares mensuales por doce meses para aprovechar esta oportunidad.  Note cómo juega con los números para lograr sus propósitos.

Asegura que Dios le dijo que llenara seis tinajas grandes de piedra con agua y luego colocara en su interior peticiones de oración, estos recipientes según él, representan el primer milagro de Cristo, cuando transformó el agua en vino en las bodas de Caná.  Como según Juan 2:1 este milagro tuvo lugar en el tercer día, a la conclusión de su programa, durante la oración, Munsey hacía añicos las tinajas para “liberar la doble porción de bendiciones” para esos que eran obedientes y daban sus donaciones a Daystar.

Como esta treta resultó tan provechosa, ahora Munsey entra en una pileta plástica llena con peticiones, además de suciedades que representan las cargas y presiones de todos.  Luego de gritar y gesticular en forma frenética dentro de la pileta, reclamando y exigiendo las bendiciones de Dios, libera el agua para que las personas sean bendecidas y liberadas de sus cargas y tribulaciones.

Mi oración es que Dios levante a hombres verdaderamente preocupados por el rebaño, en lugar de esos que sólo procuran el enriquecimiento personal.  Quiero dar gracias a Dios por todos esos que se atreven a hablar en contra del engaño en la Iglesia, tal como lo hiciera Pablo cuando dijo: Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.  Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.  Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.  Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.  Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno(Hch. 20:26-31).

Volvamos al texto que citamos al comienzo de esta nota: Mateo 24:11.  No se trata de algunos pocos de estos pseudos profetas de Dios, sino que son muchísimos.  Además, ¿sabe usted de iglesias bíblicas con diez mil miembros?  El Señor dice que... “engañarán a muchos”.  Es un asalto contra las doctrinas bíblicas que nunca antes hubo.  Otra advertencia que muy a tiempo la Palabra de Dios nos dejó, es lo que Pablo escribió en 2 Corintios 11:13-15.
La advertencia de la proliferación de falsos maestros, falsos profetas y falsos cristos debe ser tomada muy en serio.  En los días del malvado rey Acab, Israel atravesaba por un momento cuando abundaban los PROFETAS FALSOS.  850 contra un Elías.  450 profetas de Baal y otros 400 de Asera: Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel (1 R. 18:19).

Debemos notar que cuando Elías dice que él quedó solo y Dios le dice que se ha reservado a 7 mil que no doblaron sus rodillas delante de Baal, estos 7 mil no eran profetas, sino hombres fieles a Dios y no rendían culto a ningún ídolo.  Lo mismo ocurre hoy.  Son muchos los hermanos que permanecen fieles al Señor, pero la gran mayoría de pastores están seriamente comprometidos con el “dios mamón” (el dios dinero).

Si bajamos la guardia, muy pronto seremos arrastrados por esta corriente de los modernos “profetas” que están al servicio del engaño, ofreciendo todo cuanto tiene que ver con las riquezas materiales, la prosperidad, la unidad a cualquier precio con cuantos practican abiertamente la idolatría, etc.

J. A. Holowaty, Pastor

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