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Boletin dominical - 06/03/11

  • Fecha de publicación: Miércoles, 24 Septiembre 2008, 14:39 horas

Un «sicario» es la persona que acepta matar a otra por dinero.  Alguien tiene un enemigo, pero no se anima a matarlo para sacarlo de su camino, entonces ofrece dinero y pronto logrará su cometido.

¿Agrónomos o sicarios?

Son muchos los agricultores que, al preguntarles qué tipo de semilla usan para obtener buenas cosechas, ya sea de trigo, soya, frijoles, maíz, etc., encogiéndose de hombros, dirán: «Es que estamos obligados a comprar semilla ‘Monsanto’». ¿Obligados?  ¡Efectivamente!, sobre todo en países como Argentina, USA, Paraguay, Brasil y otros.

He escuchado decir a algunos que suponen estar libres de la carne vacuna y de los pollos “pechugones”, que dicen: «Nosotros en casa comemos hamburguesas, pero de soya». ¿Son menos peligrosos los pesticidas que las hormonas?  Estimado hermano, Si usted es cristiano y cree que le está haciendo un bien a cuantos compran la semilla, incluyendo el arroz que usted provee, entonces usted no es tan agricultor como piensa, sino que ha llegado a ser parte del “club de sicarios voluntarios”. Esto no es para ofenderle, sino para llamarle a una seria reflexión.  Lo que ya hizo, el Señor le perdonará, porque lo hizo en ignorancia, tal como el apóstol Pablo admitió que, el daño que había hecho a la iglesia fue por ignorancia.  Debido a esto, afirmó que por eso el Señor, no solamente lo salvó perdonándole todos sus pecados, sino que lo escogió como el apóstol de los gentiles: “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.  Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.  Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” (1 Ti. 1:12-15).

Tenga valor y reconozca que lo que usted pensaba que no tenía nada de malo, era un “homicidio silencioso y lento”. Ponga su economía en oración, trate con el Señor este asunto.  Sin duda Él le mostrará una alternativa que usted se sorprenderá.  Recuerde: El deber del cristiano es hacer algo para que el enfermo se sane y el sano no se enferme.  ¿Sabía usted que actualmente ya existen recursos para que, incluso los ya envenenados puedan librarse de tanta toxina y vivir una vida saludable?  ¡Ciertamente el Señor nunca llega tarde!  A pesar de los negros nubarrones que cubren nuestro planeta, debemos saber que el Señor nos provee siempre una solución.

El Dr. de medicina Naturopática, Gez Agolli quien trabaja en los Centros Médicos «PROGRESSIVE», cree que ha llegado el momento de exponer las mentiras que se han propagado entre los norteamericanos y en el resto del mundo acerca del cáncer.  Historias recientes publicadas en los periódicos lamentan el billón de dólares aproximado que se ha gastado en la guerra en Irak, y han sugerido que ese dinero bien pudo haberse usado para encontrar una cura para el cáncer.

¡Qué ironía y cuán astuto es Satanás!  ¿Acaso no se sabe qué es el cáncer y cómo tratarlo?  El Dr. Robert H. Sorge, quien practica la medicina Naturopática desde el año 1964, declara en un reciente artículo, diciendo: «ADVERTENCIA: Lo que cada paciente de cáncer necesita saber antes de comenzar un tratamiento con quimioterapia es lo siguiente: Unos diez años antes de comenzar el siglo XIX, menos del 1% de la población se enfermaba de cáncer.  Conforme más drogas tóxicas y alimentos chatarra fueron añadidos a nuestras vidas, el cáncer, lamentablemente fue aumentando a 20% en la población.  Últimamente la tasa de cáncer se ha disparado hasta el punto de afectar a 42% de la población de Estados Unidos de América.  Se estima que más de 50 personas de cada 100, muy pronto se verá en peligro de contraer la enfermedad».

Compare esto con Gambia, un país de África Occidental y que bien puede pertenecer al tercer mundo, en donde hay pocos médicos, lo mismo que antibióticos y hospitales.  Tampoco hay ninguna clase de drogas para el control de la natalidad.  Por supuesto que no se consume comida chatarra.  No cuentan con Primpro (una droga para tratar la menopausia), ni Provera (otra droga para el género femenino).  ¿Cuál es el porcentaje de quienes han contraído cáncer?  Cuesta creerlo, pero apenas una mujer de cada 500.000 contrae cáncer del seno.  ¿Por cuántos años más seremos tan tontos e ingenuos que consideraremos al “cuarteto de la muerte” como necesario para alimentarnos y medicarnos?  Recuerde los nombres de estos “personajes”. Ellos son: Monsanto, la Comunidad Médica Alopática, la Industria Farmacéutica y las Compañías de Seguro.  Este “cuarteto” no cobra entrada, pero son muchísimos los que creen recibir beneficios de tan poderosa “Marcha Fúnebre” en todo el mundo.

En 1951, el Dr. Sydney Farber, profesor de patología de la Facultad de Medicina de Harvard, llevó el registro de 238 pacientes e informó en el Medical Journal, «Las tasas de respuesta hemotológica», que era un impresionante 54,6%.  Pero... ¿Cuántos de ellos sobrevivieron?  De los 238, sólo 19.  ¿Acaso le suena esto como progreso?

Sea usted médico o paciente, ahora probablemente por primera vez se da cuenta por qué algún familiar suyo ha muerto tan joven, aunque fue atendido “a tiempo” del mismo mal, el cáncer.  Puede que a muchos les parezca poco prudente desechar la medicina tradicional, (alopática), criando cada vez mayor número de fármacodependientes.  Esos que ignoran la prevención y la cura comprobada en favor del mercantilismo, han mantenido a USA como rehén ya por tiempo suficiente.  Notamos que cada vez hay más valor y propósito para la medicina naturopática tradicional, cuando trabaja para el bien del paciente.

Así como Dios creó todas las cosas y vio que todo era hermoso, así también, cuando Satanás visitó a Eva en el Edén, comenzó a trabajar en su propio laboratorio sobre cómo alterar genéticamente la semilla a fin de acelerar la muerte de millones, junto con los químicos que el médico prescribe a fin de acelerar su muerte, pensando que está matando al cáncer que ya ha sido detectado.  La Biblia dice: “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin” (Ec. 3:11).

J. A. Holowaty, Pastor

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