Boletin dominical - 26/06/11
- Fecha de publicación: Miércoles, 24 Septiembre 2008, 14:39 horas
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Lo que sigue puede parecer exagerado o que correspondería únicamente a esos países muy desarrollados, “los del primer mundo”. Pero, pensándolo bien y conociendo la Palabra de Dios, estamos muy cerca de perder completamente nuestra privacidad.
¡La Biblia habla del día cuando todos los poderes del mundo estarán en las manos de un dictador mundial! El aspecto que la mayoría de los cristianos conocen es la economía mundial, cuando todo se reduzca a una marca conocida por el número 666, aunque el asustado ciudadano podrá optar, ya sea por el número 666, la marca, o el nombre de la bestia (el Dictador mundial).
¿Cómo se harán las compras y cuánto sabrá el vendedor acerca de su cliente que solicite algún artículo? Siga leyendo. Para facilitar la comprensión de este encuentro entre un cliente y el operador del comercio, vamos a pensar en alguien buscando pizza en uno de esos lugares que las venden. He aquí, el operador de la pizzería recibe una llamada telefónica de un potencial cliente:
Operador: «Gracias por llamar a New Pizza Hut. ¿Puede darme su Número de Identificación Nacional?».
Cliente: «Esteee... ¡Es que sólo quiero ordenar una pizza!».
Operador: «Lo siento, pero de acuerdo con la ley, para cumplir con su pedido primero debo tener su Número de Identificación Nacional».
Cliente: «Bueno, siendo así, mi número es... Espere... 342569-204999- 844610».
Operador: «Gracias, Mr. Sherman. Veo que usted vive en el #1742 de Meadowglen Drive; que el teléfono de su residencia es el 583-4981, el de su oficina en Lincoln Insurance el 475-2302, que su celular es el 244-2531, y que usted me está llamando desde su casa».
Cliente: «Todo es correcto, pero dígame: ¿De dónde obtuvo toda esta información?».
Operador: «Es que estamos conectados con USA Instant Infonet».
Cliente: «¿Y eso qué es?».
Operador: «Es el Sistema Nacional de Seguridad. Bueno, ¿y qué pizza quiere?».
Cliente: «Quisiera dos de sus pizzas especiales con jamón de pollo, de carne y de cerdo».
Operador: «No creo que sea una buena idea, señor...»
Cliente: «¿Cómo? ¿Qué dice?».
Operador: «Señor, sus registros médicos nos dicen que usted es hipertenso, y lo que es más, su colesterol y triglicéridos ya duplican los valores aceptables. El Seguro Nacional de Salud no nos autoriza a venderle algo que constituye una elección peligrosa para su salud».
Cliente: «Y entonces... ¿Qué me recomienda?».
Operador: «Lo ideal para usted sería nuestra pizza de bajas calorías de soya. Le aseguro que le encantará».
Cliente: «¿Y por qué supone que eso puede llegar a gustarme?».
Operador: «Es que estoy viendo en su récord que la semana pasada consultó en una biblioteca pública el libro Porotos de soya para el gourmet. Por eso le sugerí la pizza de soya».
Cliente: «Bueno, entonces envíeme dos de tamaño familiar».
Operador: «Perfecto. Eso será más que suficiente para usted, su esposa y sus dos hijos. Y las sobras servirán para alimentar a sus dos perros. El total es 39,99 dólares».
Cliente: «Bien, ahora por favor tome nota del número de mi tarjeta de crédito...»
Operador: «Lo siento, señor, deberá pagar en efectivo. Veo que ha excedido el límite de crédito en su tarjeta VISA».
Cliente: «No se preocupe, porque cuando llegue la pizza ya habré regresado del cajero automático de la esquina desde el cual sacaré el efectivo».
Operador: «No creo que sea posible, señor, pues también excedió el límite del efectivo disponible».
Cliente: «De todas maneras envíe las pizzas. Mi esposa me acaba de decir que tiene el efectivo necesario en casa. Y tenemos hambre, ¿cuánto demorarán?».
Operador: «Estamos un tanto demorados, unos 55 minutos aproximadamente. Pero como usted vive cerca, si quiere puede retirarlas personalmente, aunque ignoro si tiene ganas de cargar pizzas en una moto».
Cliente: «¿Y cómo sabe que no iré en auto?».
Operador: «Porque como se atrasó en el pago de las cuotas, su automóvil fue incautado por el vendedor hace dos meses. En cambio su moto Harley ya está pagada y usted llenó el tanque de gasolina ayer por la tarde».
Cliente: «Pero, ¿por qué no se va al mismísimo infierno?, allí podrá calentar las pizzas y de paso saluda al diablo».
Operador: «Le aconsejo señor, que modere su lenguaje. Veo que hace catorce meses un policía de tránsito lo denunció por insultarlo y un juez lo condenó a pasar tres meses en prisión por irrespeto a la autoridad, y que apenas quedó en libertad hace dos semanas».
Cliente: .... (Se quedó mudo).
Operador: «¿Algo más, señor?».
Cliente: «Sí. Tengo un cupón de una oferta que dan ustedes de una Coca Cola de dos litros con cualquier orden».
Operador: «Lo siento, pero nuestro aviso, al final, en la letra pequeña, incluye una cláusula que dice bien claro que según nuestra constitución vigente, esta oferta excluye a diabéticos, y en su último chequeo médico aparece que tiene principio de diabetes».
Cliente: «Pues mire, cancele mi orden y usted puede tragarse las dos pizzas».
Operador: «Siento mucho no poder complacerlo, porque soy un robot-ordenador y carezco del orificio de la boca. Que tenga un buen día y gracias por llamar a New Pizza Hut».
Pastor, J. A. Holowaty