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La oración

  • Fecha de publicación: Sábado, 03 Octubre 2020, 18:14 horas

Millones de personas, tanto en Estados Unidos como en el mundo entero, participaron el sábado 26 de septiembre del 2020 en dos eventos de adoración y oración en Washington D.C.  Miles personalmente, y los demás en línea a través de Internet.

“The Return” (El Regreso) fue organizado por el Pastor mesiánico Jonathan Cahn y “Prayer March” (Marcha de Oración) por el evangelista Franklin Graham.  Se estima que cerca de 80 mil personas se congregaron en Washington para ambos eventos.

Decenas de miles marcharon desde el gran obelisco, el Monumento a Washington, abarrotando la Explanada Nacional en el centro de Washington DC para orar por el país en particular, y el mundo entero en general.  El Pastor Graham, dijo al comenzar el evento: «¡Padre, nuestro país está en problemas, necesitamos Tu ayuda!»

Pero ¿por qué Estados Unidos necesitaba un día de oración y arrepentimiento?  Porque es una nación que tuvo su comienzo con un pacto con Dios hace 400 años, pero desde mediados del siglo XX empezó a descender en espiral: legislando la inmoralidad, llamando a lo malo bueno, y a lo bueno malo, expulsando a Dios y sus mandamientos de las escuelas, asesinando a sus propios niños por nacer y fomentando todo tipo de perversidades sexuales.

Como dijo el Pastor organizador del Retorno, Jonathan Cahn: «Sacamos a Dios de nuestros corazones, del gobierno, de nuestro camino, de las leyes, de la educación de nuestros hijos, de las plazas públicas, de nuestros negocios.  Lo expulsamos de los medios de comunicación, de la cultura.  Lo arrojamos fuera de nuestras vidas.  Y cuando lo hicimos, abrimos un vacío que vino a ser ocupado por una avalancha de otros dioses.  Pero... ¿Cómo podemos detener este espiral descendente?  ¡Arrepintiéndonos como nación, regresando y clamando al único Dios verdadero!»

Anne Graham Lotz, dijo: «Cuando oren, recuerden que están implorando ante la máxima autoridad que existe.  Nadie puede pasar por encima de Él.  Dios el Señor es nuestro Creador...  ¡Lo que Él dice, es así!  ¡Merecemos juicio... pero imploramos gracia!»

Cristianos destacados subieron al púlpito uno tras otro para clamar por la misericordia de Dios.  El Pastor Tony Perkins, presidente del Centro de Investigación Familiar suplicó: «Devuélvenos nuestro amor por Ti para que no tengamos miedo frente al mal».

La ex congresista Michele Bachmann clamó: «Merecemos Tu juicio, Padre, pero te pedimos Tu gracia.  Suplicamos por Tu misericordia».

El presidente Donald Trump participó en el evento, enviando un mensaje desde la Casa Blanca para que fuera leído a la multitud.  Dijo en una porción de su misiva: «En este Día Nacional de Oración y Retorno inaugural, la Primera Dama y yo nos unimos a millones de cristianos aquí en Estados Unidos y en todo el mundo en oración, mientras volvemos nuestros corazones a nuestro Señor y Salvador.  Siguiendo los pasos de nuestros antepasados, continuamos con la firme confianza en la protección de la Divina Providencia que nos proporciona fuerza duradera y tranquilidad en nuestros momentos de necesidad».

Los eventos y esfuerzos que tuvieron lugar el 26 de septiembre tenían el mismo propósito: Pedir perdón al Señor, arrepentirse ante el Dios Santo e implorarle que permita que Estados Unidos regrese a su primer amor.

Los organizadores y los medios noticiosos estiman que asistieron hasta 80 mil personas, convirtiéndola en una de las mayores multitudes que se congrega desde que se inició la pandemia de coronavirus.

No somos los dueños de nuestro destino.  ¿Cómo puede la humanidad alardear que va a hacer esto o lo otro, siendo que un virus microscópico ha paralizado a casi todo el planeta?  ¿Cómo pueden los expertos y los gobernantes de las naciones del primer mundo, hacer alarde de su poderío militar, riqueza y alianzas con otros países? ¡Nadie es dueño de su destino, porque sencillamente Dios es nuestro Creador y quien sabe exactamente lo que hacemos y cómo decidimos y determinamos las cosas!

Estamos atrapados en una corriente de la historia que no podemos controlar.  Y hay una sola cosa que podemos hacer: ORAR.  

No obstante, hoy hemos llegado a un punto en que muchas personas consideran que la oración es una simple formalidad.  Otros no la ven como un acercamiento a Dios, sino más bien como la práctica de una tradición venerable.  Mientras que hay un grupo que sólo ora en tiempos de gran tensión, peligro o incertidumbre.

El Señor Jesucristo nos enseñó que oráramos sin cesar.  Tan fervientes y tan directas eran Sus oraciones, que una vez cuando ya había terminado de hacerlo, uno de sus discípulos se le acercó y le dijo: “Señor, enséñanos a orar” (Lc. 11:1b).

Hay ocasiones en que Dios responde a nuestras oraciones en un minuto, en otras en una hora, un día, un año o incluso después de un tiempo prolongado, ya que Él puede permitir que continuemos en pruebas y tribulaciones por un periodo indefinido.

La oración es nuestro vínculo de comunicación con el Creador, implica fe y amor por Él.  El diablo odia las plegarias, porque la oración niega sus acusaciones.  Recuerde que cuando el patriarca Job más oraba a Dios, más trataba Satanás de perseguirlo. 

Esto nos lleva a otro punto de implicaciones proféticas.  Porque conforme esta generación se aproxima cada vez más a la Segunda Venida de Cristo, la oposición a las oraciones abiertas y en público continúa aumentando, especialmente en Estados Unidos, una de las grandes naciones líderes del mundo.  Pero... ¿por qué? ...

Porque la oración significa que hay un Creador que creó todas las cosas, además de refutar la teoría de la evolución.
-  Es un recordatorio para los educadores humanistas de que hay un Dios que lo sabe todo, quien declara que la sabiduría de los hombres es sólo necedad.
La burocracia federal en Estados Unidos se opone a la oración porque ilustra que los cristianos tienen un Padre Celestial que cuida de ellos como ciudadanos del cielo, y eso le molesta a muchos funcionarios públicos en Washington.
-  La oración es ridiculizada por los medios noticiosos, porque es evidencia de que hay un Dios omnipresente y omnisciente que sabe más de lo que está ocurriendo que Google, los medios noticiosos en el mundo entero y las redes sociales.
-  La oración está bajo ataque por el sistema judicial en el mundo entero, porque ofende a los jueces federales de las naciones, ya que es un recordatorio de que hay un Juez mayor que todos ellos, quien juzgará no sólo los hechos de cada hombre, sino hasta los pensamientos de cada mente y el intento de cada corazón.

Nabucodonosor honraba y temía a Daniel, porque sabía que Dios respondía a las oraciones del profeta.  Sus enemigos también le tenían miedo, no sólo porque oraba, sino porque lo hacía abiertamente ante toda la ciudad de Babilonia.  En una ocasión Darío, el gobernante de Medo Persia, promulgó un edicto real prohibiendo la oración a cualquier dios bajo pena de ser arrojado en el foso de los leones…"Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes" (Dn. 6:10).

¿Por qué los ateos, los humanistas, los evolucionistas, los burócratas y los pervertidos, detestan tanto las oraciones de los cristianos?  Porque saben que Dios responde a nuestras plegarias.  Eso nos lleva a concluir, aunque pueda parecer irónico y hasta una contradicción, que la realidad es, que los ateos tienen más fe que los mismos cristianos en que Dios responde a nuestras oraciones.

Durante los últimos 50 años del siglo pasado, los creyentes que estaban preocupados por la decadencia moral en Estados Unidos, se involucraron en movimientos de acción social y política para retardar la fuerza de la oleada.  Sin embargo, esto no funcionó.  La historia demostró que las curvas exponenciales del crimen, divorcio, abortos, nacimientos ilegítimos, personas que vivían a expensas del gobierno, el abuso con las drogas, el alcoholismo, las enfermedades relacionadas con el sexo, las perversidades y la inmoralidad sexual siguieron en ascenso, llegando a su clímax en los primeros 20 años de este siglo.

La construcción de la torre de Babel sólo se interrumpió por la intervención directa de Dios, "No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos" (Zac. 4:6).  Si los cristianos en Estados Unidos y el mundo entero, deseamos realmente hacer un impacto sobre la decadencia moral y condición espiritual de la humanidad, entonces debemos seguir orando.  Orando por las Cortes Supremas de Justicia, por los Palacios de Gobierno, por las oficinas del Congreso, por las escuelas públicas, las clínicas de aborto, las tiendas que venden licores, los salones de cine y las oficinas de los medios noticiosos.

A pesar de lo que digan los políticos, los burócratas, y sin miedo a la pandemia de coronavirus que está asolando al planeta, pongámonos en el lugar de Moisés y oremos por toda la humanidad.  Dios está sentado en el trono y es el único que tiene todas las respuestas.  La  oración es la línea directa que nos une a Él: Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” (1 Jn. 5:14, 15)

 

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