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"Cómo experimentar el gozo cristiano" - P II

  • Fecha de publicación: Sábado, 22 Octubre 2022, 18:26 horas

6. Aprenda a ser agradecido:

Es difícil dar gracias cuando los tiempos son duros, sobre todo cuando se experimentan dolores muy fuertes.

Podemos decirle dos razones, de las muchas que hay, para agradecer en el tiempo de aflicción:

• Dios le permite vivir sólo lo que usted necesita.  Agradezca porque todo lo que vive es realmente lo que necesita, no es en vano.

• Dios le permite atravesar sólo por donde usted pueda resistir.  Agradezca porque Dios le está librando de cosas peores, las cuales no resistiría. 

En la Biblia, el gozo cristiano siempre está ligado al principio de la gratitud: “Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz” (Col. 1:12).  Tenga el corazón agradecido a pesar de las circunstancias adversas que pueda estar pasando.

7. Busque ayuda de sus hermanos:

Normalmente, cuando se pasa por conflictos, crisis o problemas, muchos cristianos tienden a aislarse o simplemente callar y responder a todos: «Estoy bien».  Pero Dios ha establecido los miembros necesarios para ayudar a sus hijos en su crecimiento en la fe y en su gozo cristiano: “No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes” (2 Co. 1:24).

Permítanos decirle que por mucho que ore y pida a Dios por sus problemas, pero sin estar buscando consuelo y ayuda en los hermanos de la fe, no obtendrá el gozo pleno de Cristo.  Esto se debe a que el plan de Dios para nuestra edificación radica en un pueblo unido, una iglesia o congregación.  Si entendiéramos por qué muchas veces la Biblia dice palabras como: Alentaos, animándoos, exhortándoos, enseñándoos, estimulándoos...”, cambiaría mucho nuestra actitud, pues al no hacerlo de esta manera estaríamos viviendo en desobediencia contra Dios.  Busque ayuda en hermanos maduros y consagrados en la fe.  Esta es la manera que Dios ha escogido para ayudarnos y perfeccionarnos: “A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Ef. 4:12).  “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor” (2 Ti. 2:22).

El gozo de Cristo debería ser la característica de nuestra vida cristiana
“Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido” (Jn. 15:11).

Estas palabras fueron pronunciadas por nuestro Señor Jesucristo y es muy importante que notemos cuándo las dijo.  Era un momento muy extraño para hablar de gozo y alegría, porque al cabo de poco tiempo estaría en el oscuro Getsemaní, y poco después se vería frente a sus acusadores y escuchando las burlas e insultos de quienes le odiaban.  Sí, fue justo antes de las agonías del Calvario cuando Él habló de “mi gozo…” y es muy significativo que, en las Escrituras, esta es la única ocasión en que habló de Su gozo.  ¡Qué extraordinario habrá sido el gozo del Señor para permanecer en Él en momentos de prueba tan duros!  Y su deseo y provisión para nosotros (es decir, para cada creyente) es que su gozo, que es tan diferente al del mundo, sea nuestro gozo: “…que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido”.

Como cristianos deberíamos estar llenos de gozo
La vida del cristiano debería manifestar el gozo del Señor y lo vemos por ejemplo en estos puntos:

1. Gozo en la conversión: “Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino” (Hch. 8 :39).

2. Gozo en la lectura de la Santa Palabra de Dios: “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos” (Jer. 15:16).

3. Gozo en la oración: “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido” (Jn. 16:24).

4. Gozo en las tribulaciones: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas” (Stg. 1:2).

5. Gozo en el sufrimiento: “Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre” (Hch. 5:41).

6. Gozo en el servicio: “No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes” (2 Co. 1:24), y

7. Gozo al final del camino: “Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles” (He. 12:22).

Si pertenecemos al Señor deberíamos estar siempre regocijándonos.  Es el gozo de Cristo: “…que mi gozo esté en vosotros” (Jn. 15:11).  “Mi gozo…en vosotros…”  La vida cristiana es la vida del Señor Jesucristo en un hombre o mujer; vea Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”; y Colosenses 3:4: “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria”

El gozo cristiano es el gozo de Cristo en un cristiano, y esto quiere decir que este gozo profundo y permanente no se encuentra en nadie más, sino en Él.  Llamativo y maravilloso es que el verdadero gozo cristiano no sólo no se ve afectado por las circunstancias adversas, sino que en realidad se ve aumentado en medio de las pruebas y tribulaciones: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas” (Stg. 1:2).

Lucas 10:21: “En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó”.  Aquí se nos dicen dos cosas: la primera, que “Jesús se regocijó…”, y la segunda, que se sometía completamente a la voluntad de su Padre.  Su gozo era el gozo de una total y continua sumisión a la voluntad de su Padre celestial.  La traducción literal de Lucas 10:21 es “Jesús se regocijó en el Espíritu Santo”, y otra traducción dice “en aquel mismo momento, el Espíritu Santo llenó de alegría a Jesús”.  Mire y compare con Romanos 15:13: “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”.

El deseo de Jesús es que Su gozo sea completo en nosotros, sus hijos.  ¿Cómo será esto posible, estando él allá y nosotros acá?  ¡Él está en el Cielo y nosotros en la tierra!  La respuesta es: por el Espíritu Santo.  “El fruto del Espíritu es… gozo”, Gálatas 5:22: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe”; compárelo con Hechos 13:52: “Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo”; y Efesios 5:18: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”.

Entregue su vida por completo al dominio del Espíritu Santo y él le enseñará, le guiará y encaminará su vida conforme a la voluntad de nuestro Dios y podrá experimentar en todo tiempo el gozo de ser de Cristo.

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