Cuando vino el cumplimiento del tiempo
- Fecha de publicación: Sábado, 24 Diciembre 2022, 19:22 horas
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Dios nos permitió llegar a otra celebración navideña. No importa tanto si la fecha es correcta o no. Ciertamente muchos factores apuntan en su contra, pero en realidad nadie puede fijar la fecha con precisión, porque lo único que sabemos es que nuestro Señor vino cuando, en el calendario de Dios, había llegado el momento.
“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos” (Gá. 4:4, 5).
Este texto, y lo que sigue, es lo que más agrada de todo cuanto es Navidad. Sí, los adornos de luces, el intercambio de regalos, el árbol en la sala de estar, las tarjetas de alguien por allí que, de no existir la Navidad, nunca lo haría. Existen algunos que suelen enviar la tarjeta, que luego salvo raras excepciones, son contestadas. Es decir, para estos, la Navidad es recordar a algún amigo por allí, o hermanos en la fe. ¿Hay algo de malo en esto? No, los hombres como ellos están ocupados y no tienen tiempo para escribir por escribir, nada más.
No obstante, la Navidad cobra verdadero sentido, verdadero significado, verdadera razón de ser, cuando descubrimos que era un cierto tiempo que debía llegar. Sabemos que Dios no está sujeto a tiempo y espacio, pero al tratar con nosotros, él mismo estableció los años, las estaciones, los meses, días, etc. Porque nosotros no funcionamos fuera del tiempo. Cuando la Biblia dice que “cuando vino el cumplimiento del tiempo” se refiere a nosotros. En cuanto a Dios, para él todo fue hecho desde antes de la fundación del mundo, antes de la creación del universo.
Y dentro de este factor tiempo, Dios cumplió su promesa de hacer que el hombre, realmente sea la corona de su creación. Cuando Dios creó a Adán, le dio el encargo de toda la creación, tanto vegetal como animal. Pero el hombre se dejó engañar y el engaño en el que cayó, acarreó consigo todas las desgracias que vemos en todo el mundo: las guerras, las muertes, las enfermedades, y todo cuanto nos deprime y nos entristece. Pero Dios no permaneció “de brazos cruzados”, contemplando la miseria que Satanás le entregó al hombre, habiéndole ofrecido convertirlo en Dios. ¡Con razón que Satanás fue llamado padre de toda mentira!
Mucho antes que la desgracia del pecado entrara en el mundo, Dios ya preparaba la salvación. En los planes de Dios ya estaba Abraham, el pueblo hebreo, la línea mesiánica, los profetas, luego José y María, el nacimiento de Juan el Bautista, el milagro de la concepción de Jesús, su nacimiento, el lugar, la fecha, la hora y todo cuanto Dios había preparado.
¿Qué significado especial tiene este acontecimiento? No existen palabras para describir la singularidad de este nacimiento. Es probable que cuando estemos en Su presencia, cuando ya de nuevo se diga que, “cuando vino el cumplimiento del tiempo”, porque el mismo Señor, pondrá punto final a todo cuanto conocemos hoy a fin de llevarse a los suyos a su presencia. Luego, pasados algunos pocos años, el mismo Salvador, cuyo nacimiento estamos recordando, y rodeado de millones y millones de redimidos, regresará a este mundo para establecer Su propio reino. Pasarán a la historia todas las imperfecciones de los hombres, las injusticias, las luchas por el poder, los reclamos de los pobres y explotados, la codicia y avaricia de quienes nunca están conformes. ¿Cuándo será esto? Así como no sabemos con exactitud la fecha del nacimiento de Jesús, tampoco la Biblia nos revela la fecha exacta de su regreso. Los pre-navideños sabían que el Mesías vendría, el lugar donde nacería, el milagro de su concepción, pero no sabían la fecha. Así también hoy, sabemos mucho acerca de él. Sabemos que, en cuanto a su advenimiento, él cumplió todas las profecías que hablaban sobre él. ¿Cumplirá de la misma manera las profecías sobre él en cuanto a su regreso? Permítaseme contestar a ésta con otra interrogante: ¿Existe alguna, siquiera una razón para dudar de ello? Si así son las cosas, entonces no se preocupe de la fecha exacta de Su nacimiento. Procure tener usted su propia Navidad, procure antes “Nacer de Nuevo”.
SINCERA GRATITUD
Ahora que, una vez más, arribamos al filo del año, a la conmemoración del advenimiento del Salvador y la entrada en un nuevo año, no podemos menos que expresar nuestra sincera gratitud por sus oraciones y su decidida y constante colaboración con este maravilloso ministerio radial al servicio y edificación de los hermanos y una voz de esperanza para cuantos aun no conocen al Señor.
Cualquiera sea su negocio, pérdidas o ganancias, la inversión que usted ha hecho en este ministerio sigue siendo un rotundo éxito y usted recibirá su recompensa cuando el mismo Salvador que entonces vino en forma de bebé allá en Belén, regrese “sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria” (Mt. 24:30b) “para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Co. 5:10b).
No se desanime, hermano(a), “Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará” (He. 10:37).
De parte de la gerencia y el personal de Radio América, le decimos...
¡Muchas gracias por sus oraciones y muy felices fiestas y un año 2023 saturados de victorias en la comunión con el Señor!