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¡No puedo creer o no quiero creer!

  • Fecha de publicación: Sábado, 04 Noviembre 2023, 21:16 horas

«Yo simplemente no puedo creer», dijo un caballero que nos visitó en uno de los servicios.  La respuesta dada, fue: «En realidad no dices la verdad, porque no creer es mucho más difícil que creer.  ¡Y, sin embargo, tú CREES que no puedes creer!»  Luego: «Este caso se parece bastante a las creencias de los evolucionistas.  Ellos dicen no creer en la información bíblica del origen de todas las cosas, y sin embargo tratan de convencerse de lo que ni científica ni a simple vista es verdad».

Todas las evidencias científicas apuntan en dirección de la creación, no de la evolución.  Para hacer sencillo un tema un tanto difícil, hasta la fecha ningún evolucionista ha logrado descubrir algo que pruebe científicamente la evolución.  Sin embargo, un evolucionista está completamente convencido que sí, que hubo alguna vez una gran explosión mediante la cual surgieron todas las galaxias, todo el universo, todos los planetas, incluyendo la tierra, hasta llegar al hombre, el cual no era tan perfecto como ahora, ya que se parecía mucho a un chimpancé, pero, gracias a la evolución, poco a poco su boquita iba mejorando, su cabecita tan achatada también, sus orejas algo hundidas, su pelo por todas partes, su manera de caminar más como cuadrúpedo que como bípedo, su forma de saltar de un árbol a otro, etc.  Para que esto fuera “creíble”, se hicieron dibujos sobre cómo estos monos iban mejorando poco a poco, gracias a los “miles de millones de años”.  Esto es lo que muchos sí creen, sólo para exclamar luego: «¡Yo no puedo creer!»  Piense por un momento: Ni la lógica, ni la ciencia ni la simple observación de cuantas cosas nos rodean, confirman esta explicación sobre el origen de las cosas, pero los que dicen no poder creer en la revelación divina, la Biblia, sí creen en aquello que ellos mismos saben que no es la verdad.

¿Por qué entonces lo creen?  ¿Será cierto que de verdad no pueden creer?  Ya hemos demostrado que tal argumento no es más que un autoengaño por elección.

Si usted tiene algo de este problema, podemos decir que cualquier pecador sin ser salvo puede tener esta confusión en su mente y verse acorralado con innumerables problemas cuando el asunto es creer o no en Dios.  Toda esta cuestión gira en torno a la fe en la revelación divina.

¿Cómo superar algo tan serio?  No es nada difícil si conocemos algo de las Escrituras.  Porque no debemos olvidar que quienes alegan no poder creer, es decir, tener fe, no han leído la Biblia siquiera un capítulo.  Si comenzaran leyendo la Palabra de Dios, notarían la clara información que el Creador (Dios) ofrece a todos los hombres.  Si atraviesa por esta sofocante experiencia que, en cierto modo, usted mismo se la impuso, siga estos puntos:

  • Comience a leer la Biblia.  Toda, desde Génesis hasta Apocalipsis.  Para leerla en su totalidad necesitará algo más de 70 horas.  Son 66 libros en un sólo volumen.  Si cree que no puede creer, pero desearía poder hacerlo, siga este consejo.
  • Mientras lee, pida al Señor que le ayude a entender.  Tal vez sería bueno tratar de hacerlo cada día a la misma hora.  Como usted no puede creer, según dice, ¿cómo entonces podrá clamar a un Dios inexistente y a un Cristo que no era otra cosa que un mito, según tal o cual película donde se pretende hacer pensar que todo cuanto la Biblia dice sobre Dios, el origen del hombre, la creación, la salvación por medio de la fe, no es más que un engaño?

Cierta película sostiene que ya los antiguos egipcios y otros pueblos tuvieron historias parecidas a lo que la Biblia dice acerca del Salvador, Jesucristo, y que todo es mitología.  ¿Cómo es posible que crea en una película montada por individuos peores que usted mismo y diga no poder creer que la Biblia tiene razón?  Así que, si se pone a orar, hágalo más o menos así: «Señor, yo quiero creer, pero hay algo que me impide.  Si tú realmente existes, ayúdame a asegurarme de esto.  Tú sabrás cómo hacerme ver que existes y que quieres salvarme».

  • Recuerde lo que dice la Biblia sobre cómo y en dónde comenzar una comunión verdadera con el Señor.  En Hebreos 11:6 leemos: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.

En lugar de pensar: «No puedo creer», admita más bien: «No quiero creer».  Si usted es sincero cuando afirma que “NO PUEDE CREER”, y si sinceramente también desea “PODER CREER”, no dude que el Señor tiene medios para hacerle ver la verdad y usted puede llegar a ser un apasionado de la lectura de la Biblia, llegando a depositar su fe totalmente en Cristo Jesús, recibiéndole por Salvador.  La Biblia afirma que cuando uno busca a Dios de todo corazón, lo hallará: “Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jer. 29:12, 13).  Esta promesa, aunque está dirigida a Israel, en una u otra forma aparece también en el Nuevo Testamento.  Jesús dijo: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera” (Jn. 6:37).

  • Cuando una persona deposita su fe en Cristo, obtiene el perdón de todos sus pecados y la vida eterna.  Tal como dice en Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.

También dice: “Y a vosotros... os dio vida… perdonándoos todos los pecados” (Col. 2:13).

Usted debe saber que la salvación es un don de Dios, un regalo.  Por la fe el pecador (creyendo en Cristo) recibe este perdón, el cual es eterno.  Pero esto no es todo, porque el pecador recibe además el Espíritu Santo, el cual también es sin costo.  Cuando el pecador arrepentido deposita su fe en Cristo, habiendo ya sido salvo y teniendo en su ser al Espíritu Santo, inmediatamente comienza a entender lo que antes no entendía.  Su fe en Dios y en Cristo Jesús comienza a crecer, y entonces sí comenzará a entender la Palabra de Dios, ya que sin la asistencia del Espíritu Santo uno fácilmente se da por vencido, debido a que le parece difícil entender la Biblia: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios… Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Co. 1:18, 2:14).

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