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La Iglesia será noticia

  • Fecha de publicación: Sábado, 29 Junio 2024, 19:09 horas

Algún día: «LA IGLESIA SERÁ NOTICIA». Cuando se dice Iglesia, se refiere a la iglesia de Cristo. No se habla de una denominación, ni de una religión. Se habla de hombres y mujeres que fueron salvos por la fe en Cristo. Todos ellos, de todos los tiempos, desde el nacimiento de la Iglesia, que viven o ya hayan muerto, son esa Iglesia de Cristo. A los que ya están con el Señor, por lo cual no están con nosotros, los llamamos: «La Iglesia triunfante». Mientras tanto, nosotros somos «La Iglesia militante». Pero algún día, no sabemos cuándo, todos los redimidos, toda la Iglesia, todos los millones de salvos por la fe en Cristo, abandonarán el planeta y serán llevados a la presencia del Salvador. Esta es una doctrina bíblica conocida como: «El arrebatamiento de la Iglesia»: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Ts. 4:16-18).

Examinemos brevemente este y otros textos de la Biblia que hablan sobre el arrebatamiento. En primer lugar, nadie sabe, ni el día, ni la hora cuando ocurrirá esto. Esta declaración del Señor resulta bastante difícil de explicar. Es el único caso en toda la Biblia donde nuestro Señor dice que: “…de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre” (Mr. 13:32).

Por eso en el siguiente versículo el Señor dice: “Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo” (v. 33).

Este evento no debe preocupar, ni asustar ni desesperar a los cristianos, sino más bien debe ser motivo de aliento, de estímulo. Tal como Pablo dice en el texto ya indicado: “Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Ts. 4:18). Este evento debe animarnos, fortalecernos en la fe, inspirarnos a redoblar nuestros esfuerzos por alcanzar al mayor número posible de quienes aún no conocen al Señor para que también ellos sean salvos.

El otro texto que con frecuencia examinamos en relación al arrebatamiento es 1 Corintios 15:51, 52: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados”.

Aquí el apóstol Pablo amplía este concepto cuando dice que “… No todos dormiremos”, es decir, que «no todos los cristianos tendremos que pasar a la eternidad por la puerta de la muerte física», sino que habrá una generación, la cual será arrebatada por el Señor. ¿No le gustaría que el Señor viniera ahora, mientras todavía estamos en nuestros cuerpos? Otro detalle en Corintios, es que… mientras “no todos moriremos”, sí “todos seremos transformados”. Esta declaración, especialmente porque aparece a la Iglesia de Corinto, la cual estaba muy lejos de ser un ejemplo en conducta, echa abajo el rapto parcial. Pero Pablo les asegura que, tanto los cristianos intachables, de muy buen testimonio, como los con tachas y de testimonio escandaloso y poco plausible, participarán de este singular evento. Todos cuantos recibieron a Cristo por Salvador, son de Él. Por lo tanto, todos ellos serán arrebatados, levantados a las alturas e introducidos a la patria celestial, donde estaremos para siempre con nuestro Salvador.

Cuando hablamos del “Rapto parcial” nos referimos a quienes enseñan que en esta operación divina participarán únicamente los… “espirituales”. Pero, aunque la Biblia habla de cristianos espirituales y carnales, nunca dice que el arrebatamiento sea únicamente para los no carnales. Cuando esto ocurre, y debemos estar seguros de que así será, ¿Cuántos de los ocho mil millones de habitantes del planeta serán recogidos? ¿Serán millones o serán miles de millones? No debemos olvidar que todos aquellos que murieron siendo salvos también partirán. En realidad, en lugar de unirse ellos a nosotros, más bien nosotros nos uniremos a ellos. ¡Tan rápidamente ocurrirá todo que no habrá tiempo para nada! Pablo dice que: “…los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Co. 15:52b). A los hermanos en Tesalónica, hablando de lo mismo, Pablo dice: “…y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Ts. 4:16b, 17).

¿Le parece imposible que esto suceda? ¿Le parece que esta doctrina, la del arrebatamiento de la Iglesia es una creencia que carece de apoyo bíblico? ¿Sabía usted que hay muchos cristianos, teólogos, pastores y supuestos “expertos en las Escrituras”, quienes dicen que la muerte de cada cristiano es su “arrebatamiento personal”? Un Pastor que habló en el sepelio de una hermana, dijo textualmente: «La hermana ya ha resucitado en el cielo…».

Francamente es imposible creer, pero efectivamente ese Pastor así lo creía. ¡Creía en la resurrección del alma! Pero, como el alma no muere, ¿Cómo puede resucitar? ¿Qué sería de usted si el arrebatamiento tuviera lugar hoy mismo?

Deposite su fe en Cristo Jesús, porque Él murió por usted clavado de una cruz. Al ser salvo por la fe en Cristo, recuerde que su condición de salvo eternamente NO puede jamás cambiar, porque es el Salvador quien dice que de Su mano “nadie os arrebatará” (Jn. 10:28).

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