Iglesia Bíblica Misionera

No sabíamos cómo nos iría.  ¿Crecería la Iglesia?  ¿Permanecería realmente fiel a la Biblia, la Palabra de Dios?  ¿Sería una Iglesia aceptada o rechazada por los demás pastores y líderes del país?  ¿Nos daría el Señor un crecimiento visible y sostenido?  Podríamos añadir muchas otras interrogantes, porque con el nacimiento de una nueva Iglesia sucede algo muy parecido como con el nacimiento de un bebé.  ¿Qué será de él o ella?, nos preguntamos.  ¿Será mañana un caballero sano y temeroso de Dios?  ¿Será ella una doncella encantadora, santa, compasiva y servicial?

Siempre el Señor es quien tiene la última palabra.  Hemos orado, hemos predicado, hemos cantado y nos dimos cuenta de que éramos una iglesia “rara” entre tantas otras.  No obstante, un buen porcentaje de hermanos que la componemos hoy, provienen de otras congregaciones.  Debemos admitir que el establecimiento de esta Iglesia aquí en Ñemby, fue programado por el mismo Señor.  ¡Quién hubiera imaginado, siquiera, que estaríamos llevando la sana Doctrina Bíblica mucho más allá de nuestras fronteras!  ¿Qué sabíamos nosotros sobre internet, sobre las necesidades que tendrían muchos hermanos de una Iglesia “al estilo bíblico” y sin la menor contaminación de la apostasía que ya se conocía y abundaba ese año, 1999?

Debemos recordar que, a diferencia de lo que generalmente ocurre con el establecimiento de una Iglesia, donde primero nace la misma, tal vez en algún salón alquilado o en el domicilio de alguna familia (hasta que el número de hermanos aumente), para finalmente construir el templo; nosotros tomamos otro camino.  Primero levantamos el templo y luego se organizó la Iglesia.  Esto se debió a que 1480 kHz Radio América, años antes comenzó su ministerio y los frutos no se hicieron esperar.

Una “señal” para recordar como anécdota: la misma noche del 13 de febrero de 1999, ya estaba casi por terminar la primera reunión de organización, cuando espontáneamente salió un caballero y sin ser invitado se acercó al lugar donde estaba el Pastor José Holowaty, diciéndole que le impondría la mano para que Dios le prosperara, etc.  Este atrevido hermano se encontró con algo que seguramente nunca había experimentado.  Los hermanos ya habían orado, ya se habían encomendado al Señor, y no tenían la menor duda de Su bendición.  El Pastor con cierto... respeto le dijo: «No, no se preocupe hermano que ya hemos implorado la presencia y bendición del Señor, no es necesaria su oración».  El caballero dijo entonces: «Qué cosa rara, no sabía que no deseaba que orara por usted».  Acto seguido se fue y se sentó.

Mirando hoy retrospectivamente, nos damos cuenta que Satanás asistió también a esa recordada reunión y deseaba su “tajada de la torta”.  Es probable que el hermano en cuestión tenía la mejor intención, pero estaba equivocado en lo que a oración se refiere. 

¡Cuán maravilloso ha sido el Señor en todo momento con nosotros!  Todos sabemos que no es fácil crecer numéricamente mientras seamos fieles a la Palabra de Dios.  Vivimos días del imperio de las tinieblas y de burladores que siempre van en aumento.  El Señor nos advierte de esto, cuando dice: “Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias” (2 P. 3:3).  “Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu” (Jud. 17-19).

Es suficiente escuchar las opiniones que emiten a través de emisoras, desde sus púlpitos y en todo tipo de encuentros, burlándose de la seriedad del pastorado, de la santidad, de la reverencia en la música y del celo por la sana doctrina bíblica y la enseñanza sistemática de la fe neotestamentaria.  El desenfreno teológico indefectiblemente lleva al desenfreno de la conducta del cristiano.

Debemos admitir que en el ministerio que el Señor nos confió aquí, lo mismo que los medios que nos ha dado, gracias a un puñadito de colaboradores, quienes con sus aportes nos ayudan, nuestra responsabilidad es muy grande.

Continuará...