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Boletin dominical - 31/01/10

  • Fecha de publicación: Miércoles, 24 Septiembre 2008, 14:39 horas

7.    «Nunca más confesaré derrota».  Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento (2 Co. 2:14).
¿Sabía usted que el único que nunca sufrió derrota fue nuestro Señor?  Es necesario jamás pecar, porque el pecado es derrota.  Pablo admitió su problema de derrota en Romanos 7:19-21, 24: Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.  Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.  Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí... ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?”.

Un paquete de mentiras (III)

7.    «Nunca más confesaré derrota».  Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento (2 Co. 2:14).

¿Sabía usted que el único que nunca sufrió derrota fue nuestro Señor?  Es necesario jamás pecar, porque el pecado es derrota.  Pablo admitió su problema de derrota en Romanos 7:19-21, 24: Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.  Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.  Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí... ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?”.

8.    «Nunca más confesaré falta de entendimiento».  Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención (1 Co. 1:30).

Compare esto con Romanos 1:22 y 12:16: Profesando ser sabios, se hicieron necios... Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes.  No seáis sabios en vuestra propia opinión”.  En Romanos 16:27 se nos dice que el único sabio es Dios mismo: “Al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre.  Amén”.  Luego se repite en 1 Timoteo 1:17: Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos.  Amén”.

Un cristiano puede creerse muy sabio, el mejor entre los mejores, y sin embargo ser un ingrato, soberbio y arrogante.  ¿No sería mejor seguir la amonestación que encontramos en 1 Pedro 5:6?: Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo”.

9.    «Nunca más confesaré enfermedad».  Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados (Is. 53:5).  “Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias(Mt. 8:17).

Es muy claro, por el mismo contexto, que Isaías, aunque habla del Mesías, no se refiere a las enfermedades del cuerpo, sino a las del alma.  Dice que fue “por nuestras rebeliones”... por “nuestros pecados”.  Todos nosotros nos descarriamos... mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros (v. 6).

No dice que Dios el Padre cargó sobre Él las migrañas, artritis, cáncer, alta presión, ceguera, parálisis, sida, etc.  Ciertamente nuestros problemas (enfermedades) físicos, desaparecerán cuando Él venga a reinar, pero por ahora ¡por favor no se burle de Isaías 53:5, 6!  Si el Señor vino para morir por nuestras enfermedades, entonces sí que fue un fracaso total.  Usted no tiene más que acercarse a un hospital y descubrir que necesita cirugía e internación, pero no hay médicos disponibles para operarle ni cama alguna para internarlo.  Si usted está sufriendo alguna enfermedad, no vacile en confesarla, así otros le ayudarán orando por su salud y pedirán para que el Señor le fortalezca.

En cuanto a Mateo 8:17, sí en la casa de la suegra de Pedro se cumplió la profecía de Isaías 53:5.  ¿Desde cuándo una profecía cumplida debe volverse a cumplir?  Sin duda lo ocurrido allí era una muestra de lo que Él hará cuando regrese acompañado de Sus ángeles y todos los santos (salvos).

10.  «Nunca más confesaré pesares y frustraciones».  Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros(1 P. 5:7). Es bueno que se detenga por unos instantes en 1 Samuel 1:14-16: Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria?  Digiere tu vino.  Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.  No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora”.

Muy amarga era la situación de esta piadosa mujer.  Ella misma le dijo al fracasado Elí: “Porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora”.  Ella sí que estaba frustrada, ya que era estéril y deseaba ser madre de un hijo que fuera un siervo de Dios: un profeta, un rey, un hombre para Su gloria.  ¡Necesitamos más de esos que lloran sus frustraciones y sus pesares!  Si no los tiene, algo debe andar muy mal en su vida y en su caso reina la carne, no el Espíritu.  Puede contar con Elí para burlarse de cuantos cristianos hoy dicen: “He derramado mi alma delante de Jehová” es por... “la multitud de mis congojas y mi aflicción”.

11.  «Nunca más confesaré esclavitud: Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad (2 Co. 3:17)».
¿Consideró alguna vez 1 Corintios 7:22, 23?  Lo ideal es librarse de la esclavitud del pecado y convertirse en esclavo de Cristo: Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo.  Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres”.

Los esclavos se compraban, y éste, una vez comprado, servía a su amo, porque no le quedaba otra.  Nuestro Señor nos compró, no para que seamos príncipes y princesas, sino esclavos y esclavas: Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios (1 Co. 6:20).

No cabe duda que las pretensiones del que escribió cada uno de estos... “Nunca más”, se trata de quien debe estar dentro de la corriente psicoreligiosa que dice: «Tú puedes».  Tanto puedes que no necesitas de nada ni de nadie, ni aún a Dios.  Te propones con el... “Nunca más” y comenzarás a vivir algo que, entonces sí, “nunca más lo desearás”.

J. A. Holowaty, Pastor

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