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Los efectos de la música

  • Fecha de publicación: Jueves, 10 Abril 2008, 18:01 horas

Vamos a estudiar los efectos de la música. Recuerde que iniciamos con El Dios de la Música, lo importante que es recordar que los principios musicales se relacionan con Dios y su persona. Nuestro entendimiento de Dios también nos ayuda a entender la música. Luego hemos visto el Mensaje de la Música, que la música sí comunica, transmite un mensaje. De ahí pasamos al Sonido de la Música, mostrando la importancia del sonido. Los elementos musicales, la melodía, armonía y ritmo se mencionan en la Escritura y podemos saber lo que Dios desea en esas áreas, incluso la palabra salmodear.

Pablo dijo: “Cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento”. Y ahí usa la palabra salmodear, “Salmodearé con el espíritu, salmodearé con el entendimiento”, es un término musical que se refiere a la melodía que va con la letra. De modo que hay un mensaje en la música misma y hay un sonido que Dios desea que tengamos. En la cuarta parte examinamos el Evangelio de la Música, hemos visto que si aceptamos la música incorrecta, aceptaremos doctrina incorrecta. La música correcta tiene que acompañarse de la doctrina correcta y ahora queremos estudiar los Efectos de la Música.

Recientemente en California, una señora pasó al frente al final del mensaje y dijo: «Déjeme platicarle algo interesante», y le respondí: «Siempre me alegra tener ilustraciones nuevas». Y prosiguió: «Tengo un hermano que fue jefe de relaciones públicas en Market Grand América en California, no es creyente. Parte de su trabajo era contratar a los grupos musicales de rock que se presentaban ahí en Grand América, también contrataba a los grupos cristianos. Mi hermano renunció al trabajo, lo dejó, porque dijo que tenían más problemas con drogas, alcohol y moralidad con los grupos cristianos, que con los mundanos».

Tenemos que reconocer los efectos de la música, hay cosas que van juntas, no son independientes. Y estamos usando como lema a Efesios 5:10: “Comprobando lo que es agradable al Señor. Dios tiene sus normas, y tal vez piense que si sostiene la norma de Dios la gente se alejará de usted, pero no es así, si sostiene la norma de Dios la gente que busca la verdad es atraída a ella. Es como un imán que los atrae a la verdad y a la Palabra de Dios.

Se han hecho estudios de adolescentes cristianos, ya que parece que muchos de ellos criados en hogares cristianos, oyendo la verdad, cuando son mayores se apartan del cristianismo en el que fueron criados. Dos adolescentes educados en el mismo hogar, con la misma enseñanza y crianza, uno sigue a Dios y el otro se aparta. Estos estudios buscan precisar cuál fue el factor que apartó a estos jóvenes de Dios y del cristianismo, cuál fue el elemento principal. Se supuso que lo primero sería, del lado derecho, demasiadas reglas, demasiadas limitaciones como joven, dice que vive en un ambiente artificial, asiste a una escuela cristiana, necesita conocer el mundo real y que tuvo que ser por tantas reglas que se apartó.

Sólo el 1,6% de ellos aprobaron esta razón, menos del 2% dijeron que era el exceso de reglas lo que los apartó del cristianismo, más del 20% que era la atracción del mundo. El atractivo del mundo, especialmente su música, fue el factor que más mencionaron que los apartó de principios cristianos al mundo, más de uno en cinco. Más de la mitad de ellos, 57,5% lo mencionaron como parte de la causa. Uno en cinco dijeron que era la causa, más de la mitad que parte de la causa era la atracción del mundo, y gran parte de la atracción del mundo es la música del mundo.

Cualquier joven cristiano sabe que el alcohol daña, que las drogas dañan, pero la música es ese último vínculo con el mundo. Si deja eso siente que es la muerte, ¡para qué vivir! Como que no hubiera más qué escuchar. «¡Si tengo que dejar esa música, qué queda, se acabó la vida!» Y este es el engaño de Satanás, siempre que Satanás pueda desviar hacia sus ideas falsas, apartará de la verdad. A quienes toman alcohol, si les sirven una deliciosa comida sin alcohol no la pueden disfrutar. Lo falso impide gozarse de lo genuino. Cuando la gente se traga esta música hiper-emocional, hiper-sensual, si les tocan música buena, dirán: «Eso no me gusta», lo falso les impide disfrutar de lo genuino. Los jóvenes mismos reconocen que la atracción del mundo es lo que los aparta del cristianismo.

¿Ha pensado alguna vez que hay dos maneras de ser hipócrita? Generalmente pensamos en la primera. Una manera de ser hipócrita es aparentar ser lo que no es; ese es el que finge ser cristiano y no lo es. Pero hay otra manera de ser hipócrita, la segunda forma es aparentar no ser lo que es y eso es lo que hacen muchos de estos artistas de música cristiana contemporánea, dicen al mundo: «¡Miren, no somos diferentes a ustedes! ¡Nos gusta su música, bebemos incluso igual que ustedes, vestimos como ustedes!» Eso es ser hipócrita, es aparentar no ser. Es como el muchacho que fue a un campamento, regresó y le preguntaron: «¿Cómo te fue?», y dijo: «Muy bien, nadie se enteró de que era cristiano», estaba aparentando no ser lo que realmente era. Y eso es hipocresía, es lo que tenemos hoy.

Un joven decidió testificarles a todos sus compañeros en la escuela cuando era adolescente. Gracias a su estudio de la Palabra de Dios, literalmente por su meditación en la Palabra, Dios le dio una idea: escribió a una revista nacional y les preguntó: «Si hago un estudio entre adolescentes, ¿ustedes lo publican?» Y le respondieron: «Sí, claro». Hizo una encuesta a cada alumno en su escuela, preguntando cuáles tres cosas buscaba en la vida. Lo que más frecuentemente se mencionó, fue que querían ser amados, ser felices y querían paz en el mundo y en su propia vida. ¿Sabe lo que hizo? Los llevó a Gálatas 5:22, 23 y les mostró que los primeros tres frutos del Espíritu son amor, gozo y paz. Les demostró que en Jesucristo, no en el mundo, sino en Jesucristo, podían tener lo que buscaban. Antes de salir de esa escuela había testificado a todos sus compañeros de estudio, y así fue como lo hizo.

Veamos el capítulo 12 de Romanos. Son dos versículos que debe memorizar si no lo ha hecho. Debemos memorizar continuamente, a mí me gusta memorizar por pares como Romanos 12:1, 2, porque de una manera muy concisa expone verdades tremendas. La Biblia hace esto con frecuencia, podríamos predicar una semana sobre Romanos 12:1, 2. Ahora sólo rascaremos la superficie, dice: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Ro. 12:1, 2).

Lo primero que Dios quiere es su cuerpo, si fuera un predicador no empezaría con el cuerpo ¿verdad? Pero nunca hay que temer al orden que Dios establece, y Él dice que lo primero que quiere es su cuerpo. ¿Por qué quiere el cuerpo? Porque el Señor sabe que si tiene su cuerpo lo tiene a usted, no puede ir a ningún lado sin su cuerpo. Supongamos que cuando yo me casé con Flora Jean le hubiera dicho: «Mi amor, te amo y quiero casarme contigo, pero guardaré mi cuerpo en otra parte». Usted diría: «¡Eso es una locura!» Y ella opinaría lo mismo. Asimismo es una locura decirle a Dios, te amo y quiero ser tu hijo, quiero servirte, pero haré con mi cuerpo lo que yo quiera. Dios quiere su cuerpo, ¿y cómo lo quiere? Como sacrificio vivo, santo. ¿Mi cuerpo es santo? ¡Definitivamente! Es templo del Espíritu Santo.

Observe lo siguiente: Aun nuestro cuerpo debe ser “santo, agradable a Dios”. Recuerde nuestro lema Efesios 5:10: “Comprobando lo que es agradable al Señor”. Dios dice que aun nuestros cuerpos deben ser agradables para él, y agrega: “que es vuestro culto racional”. Esa es una palabra griega muy interesante, es el término “logicos”. ¿Qué palabra le recuerda? ¡Lógico! Lo más lógico que puede haber es dar su cuerpo a Dios. Si dice que es Su hijo, Dios quiere su cuerpo. Permítame preguntarle: ¿Alguna vez le ha entregado su cuerpo a Dios? ¿O hace cosas con su cuerpo que sabe que no le agradan? Si es hijo de Dios, Él quiere su cuerpo, Él lo dice. Lea lo que declara Romanos 12:2: “No os conforméis a este siglo (no acepte el molde del mundo), sino transformaos (una metamorfosis, un cambio total) por la renovación de vuestro entendimiento...”

Lo segundo que Dios busca es su mente. Y tengo por muy cierto que la lucha más difícil de toda la vida es aprender a controlar la mente, por eso la Biblia lo menciona tanto. Isaías 26:3, dice: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”. El Señor guardará lo que usted piensa. Hebreos 8:10, dice: “...Pondré mis leyes en la mente de ellos...” 1 Corintios 2:16: “...nosotros tenemos la mente de Cristo”. Filipenses 4:8: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. Si le diera sólo este versículo, ninguna otra cosa, tendría que rechazar el 99% por ciento de lo que se llama música rock. Con ese sólo versículo se eliminaría el 99%.

El problema es que algunos ven el uno por ciento y dicen: «Eso es bueno». Es como si fuera por la calle y viera un bistec en el bote de desperdicio, ¿lo sacaría y se lo comería? ¡No, claro que no! Porque está en el bote de los desperdicios. Muchos buscan algo bueno entre los desperdicios de Satanás, pero Dios quiere su mente. Ahora permítame otra pregunta: ¿Ha entregado su mente a Dios? ¿En qué piensa cuando está solo? Dios dice claramente que sí puede controlar su mente, tal como declara Josué 1:8: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito...”

Puede pensar como Dios quiere, si lo desea. Él nunca le pide algo sin que le capacite para hacerlo, y quiere su mente. Pero vea lo tercero: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios agradable y perfecta”. Mire cómo todo se relaciona, no es algo rebuscado, todo se relaciona. Así se encuentra en la Escritura, es decir que Dios quiere su cuerpo, mente y espíritu, para que todo su ser sea de Él, a fin de poder mostrarle Su voluntad.

Muchos le dicen a Dios: «Dime lo que quieres y decidiré si quiero hacerlo o no». Lo siento, así no funciona. Dios no revela su voluntad para satisfacer la curiosidad de la gente. Sólo la revela a quienes la van a cumplir, tiene que decirle al Señor: «Haré lo que tú me pidas» y entonces Dios se lo dirá. Pero otra vez esto se relaciona con la voluntad de Dios: “Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” (Ef. 5:17). Sólo tendrá felicidad en la voluntad de Dios. Muchos adolescentes, y hasta algunos adultos también, piensan: «Si me entrego a la voluntad de Dios será una tragedia. Me podrían mandar a África con todo esos bichos, matas uno y vienen mil a su funeral». O... «Dios me podría hacer predicador. ¿Qué podía ser peor que eso?» O «Esposa de un predicador. ¡Nada puedo imaginar peor que eso!» O «misionera...» Me espanta la escasez de jóvenes llamados a las misiones.

¿Cómo irá a llegar el evangelio a la siguiente generación? Me alegra que en la universidad cristiana de Pensacola tienen un fuerte énfasis en misiones. Muchos jóvenes allí responden al llamado al campo misionero. Es emocionante, debe ver lo que está sucediendo allí, porque la felicidad sólo se encuentra en la voluntad de Dios. Quisiera tener espacio para darle mi testimonio. Mi familia era muy pobre, nueve hijos: siete hombres, dos mujeres. Tan pobres, que sólo completábamos para los agujeros del queso gruyere, o como decía mi tío: «El desayuno, comida y cena eran sandwichs de aire con leche de rana». Es que mi padre se enfermó cuando yo tenía dos ó tres años de edad, y no pudo trabajar por dos años y no teníamos nada. Pero Dios tocó ese hogar, fui salvo a los cinco años. El Señor habló a mi corazón, me sacó de Nueva York cuando tenía once años. Tocaba trombón en la orquesta de la secundaria a los doce años, tocaba con los de High School. Me decían niño prodigio, no sé que será eso, pero así me decían. A los catorce años tocaba en la orquesta estatal, era solista de trombón y luego me invitaron a la filarmónica.

Yo me consideraba el don de Dios para el mundo de la música, “era muy humilde”, pero Dios tocó mi vida. No puedo dar detalles, pero me enteré acerca de la Universidad Bob Jones. Yo nunca había conocido un músico que fuera espiritual y los que eran espirituales no eran buenos músicos, creía que no se podía ser ambos. Supe de Bob Jones tres semanas antes de ir allá. No tenía dinero para asistir. Mi hermano mayor regresó de la marina con $80 dólares y con eso fui a Bob Jones. Llegué a la mesa de inscripciones donde se pagaba y quería pedirles una consideración, y les dije:

«Sólo estaré por un semestre...» Y me preguntaron: «¿Cómo se llama?», y respondí: «Consíganme un trabajo para quedarme». Volvieron a preguntarme: «¿Cómo se llama?», les dije: «Me llamo Frank Garlock», a lo que replicaron: «Su cuenta ya está pagada»; volví a decir: «Me llamo Frank Garlock». Creí que sería un error, que después me cobrarían. Luego supe que mi abuela había conducido a Cristo a una mujer muy rica de Florida, y que ella pagó todos mis estudios en Bob Jones. Nunca la vi hasta que me había graduado. Y así vez tras vez, al rendirme a la voluntad de Dios. En Nueva York creía que iba hacia la cima, pero yo tenía que pagar mi boleto. Como Jonás al huir de Dios que tuvo que pagar su pasaje, aunque de regreso no le gustó el medio de transporte, pero Dios se encargó del pasaje.

Quisiera convencerlo que la felicidad sólo se encuentra en la voluntad de Dios, fuera de ella hay depresión, pecado, pérdida, fracaso, frustración, y no comprende por qué. Si tan sólo entendiera que la felicidad, gozo, paz y amor, únicamente se encuentran en la voluntad de Dios. Pero preguntará: «¿Eso que tiene que ver con la música?» Examine conmigo el capítulo 16 de 1 Samuel. Hemos usado este capítulo por años. Desde que escribí sobre el ritmo del rock hace muchísimos años usé entonces estos versículos para mostrar los efectos de la música. Los principios siguen vigentes, las ilustraciones cambian, pero los principios son los mismos, porque la Palabra de Dios nunca cambia.

Este es el trasfondo: Saúl rey de Israel desobedeció a Dios y por su desobediencia tuvo problemas. La desobediencia siempre trae problemas, no siempre de inmediato por eso la gente se engaña. Desobedecen a Dios y no ven que el Señor tome un palo para golpearlos, y dicen: «Supongo que Dios se ha olvidado». Es como aquel optimista que cayó de un edificio de 20 pisos y al pasar por el décimo alguien le oyó decir: «Hasta aquí todo va bien». Hay muchos cristianos así. Dicen: «Desobedecí a Dios y no ha hecho nada, creo que lo olvidó». No, es que Dios no tiene prisa. Usted tiene prisa. Dios puede tomarse 100 años para producir un roble, usted no tiene tanto tiempo. Dios traerá la cosecha cuando esté listo.

Saúl desobedeció a Dios y por eso tenía problemas. Leemos en 1 Samuel 16:14: “El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová”. Dirá: «¿Un espíritu malo de parte de Jehová, cómo puede ser eso?» Déjeme explicarle algo. Frecuentemente, cuando la Biblia usa la palabra espíritu no se refiere a un ser. Nosotros lo usamos igual, hablamos de “un espíritu de competencia”. No creo que esté refiriéndose a un ser, no lo creo, se relaciona a un ambiente, un ánimo que prevalece allí. La Biblia usa el término de la misma manera, no siempre alude a un ser y creo que al decir que “le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová” se refiere a un espíritu de depresión.

Siempre que alguien desobedece a Dios vendrá la depresión. Es posible que se sienta muy bien un día y al día siguiente ni le importa vivir. Aun en las escuelas cristianas, jóvenes cristianos desobedecen a Dios y viene la depresión, se ve en sus rostros. Dice Isaías 3:9: “La apariencia de sus rostros testifica contra ellos...” Creen que le engañan, pero se nota la depresión que siempre viene como resultado de la desobediencia. Por esto tantos en el campo del rock son destruidos por las drogas. Podría mencionar cientos, personas con millones de dólares, coches, casas, dinero, fama y renombre mundial. Y diría: «¡Qué felices!» Pero no, ¿sabe por qué toman drogas, lo mismo alcohol? Para ocultar la depresión. Hablan “de la hora feliz”. Nada podía estar más lejos de la verdad, están ocultando la depresión.

El libro La clausura de la mente americana menciona a tantos cantantes de música rock que se han metido en problemas serios, aun Elvis Presley murió por las drogas. En su mansión Graceland, en Memphis, Tennessee, en la pared de su casa, hay un letrero que dice: «Sólo porque trató bien a su madre, eso no le da derecho de portarse como un maniático sexual». ¡En la pared de su casa! No puede violar los principios de Dios sin pagar el precio, no importa quien sea, los principios, valen. Y cuando medito en estas gentes, siempre pienso en 2 Pedro 2:19: “Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción...” Están esclavizados y quieren arrastrarle con ellos.

El problema es que si usted se junta con los guajolotes nunca volará con las águilas. Pero si pasamos al último versículo en el capítulo 16 de 1 Samuel, es interesante porque dice: “Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David, el pastorcito David tocaba el arpa...”y observe las cuatro palabras que siguen “...tocaba con su mano”. Debe subrayar esas palabras. Creo que Dios está diciendo claramente que era la música misma lo que afectaba a Saúl. Sabemos que David era un dulce cantor de Israel, pero aquí no se refiere a la letra, Dios aclara que era la música misma, no la letra que cantaba David, lo que afectaba a Saúl.

Luego enumera los tres resultados: número uno, dice que Saúl sentía alivio. La palabra traducida alivio, es el vocablo hebreo que se refiere a una respuesta física ante la música. La primera respuesta a la música siempre es física. Al escuchar sólo unos compases, usted ya está moviendo, pies, cabeza, manos. Eso nada tiene de malo. La música afecta el cuerpo, esos movimientos hacen notar sus extremidades. Algunos dicen que si marca el ritmo con el pie es malo ¡claro que no! Nunca he visto que alguien mueva el pie sensualmente, nunca lo he visto.

Es asombroso lo que se desvía la gente con estas cosas, algunos dicen: «La música sincopada es mala». ¡Imposible! La síncopa es parte natural de la vida, la palabra misma es sincopada. Qué puede tener eso de malo, eso no es malo. Si canta el himno que dice: «Al Cristo vivo sirvo», Cristo es la palabra sincopada, nada tiene de malo, es parte natural de la vida. Pero algunos se desvían totalmente y dicen: «Algo tiene de malo la síncopa». Incluso Handel en El Mesías, cuando repite el aleluya, este aleluya es sincopado. Y dicen: «Eso es mundano, es muy repetitivo». Eso es didáctico, pero no hay que exagerarlo. Hay repetición, pero con variación, usa síncopa y nada tiene de malo.

Por naturaleza tenemos miedo a lo nuevo. Cuando William B. Bradbury compuso la música de Tal como Soy, algunos dijeron: «Eso es mundano». ¿Cómo puede ser ese himno mundano? Y dicen: «Pues está en un compás de tres por cuatro, los valses están en tres por cuatro y la gente baila los valses, así que debe ser malo». ¿Cómo es posible? Hasta su corazón late como un vals, tiene un latido fuerte, uno secundario y un contratiempo, eso no es malo. Incluso hay unos micrófonos para oír el pulso, el flujo de la sangre, y al oír eso un hombre dijo: «Mi sangre baila vals». Y si Dios puso eso en usted como ritmo natural, no puede ser malo de ninguna manera. Ahora, si busca el ritmo del sexo, y si hay un ritmo rock que apela el cuerpo, no puede tomar eso que Dios dice que es sensual y usarlo para Él. Pero su ritmo cardíaco no es malo, no hay problema con la síncopa es parte de la vida. La música le afecta físicamente y nada de malo hay con la respuesta física, siempre que la respuesta física sea correcta.

Si pone una grabación de rock, esos movimientos llaman la atención hacia su cuerpo. Cuando Elvis Presley empezó a salir en televisión no querían mostrarle de la cintura para abajo, le decían: «Elvis la pelvis». Decían que sus movimientos eran sensuales y tenían razón. Si escucha una marcha, ¿quiere marchar a ese ritmo? Bien, esos movimientos enfatizan las extremidades, eso no es sensual, y ese ritmo adicional le motiva a marchar perfecto. No se desvíe diciendo que si determinada música tiene cierto ritmo debe ser mala. Ron Hamilton escribió un himno que se llama Alas de águila que lleva una especie de ritmo como para correr, y dice la gente: «Eso es mundano». ¿Cómo puede correr mundanalmente? ¿Ha tratado de correr sensualmente? ¡Nunca lo he visto, no se puede! Y es que si se desvía por una de esas tangentes, pierde todo el sentido de lo que es la música. Siempre hay que guardar el equilibrio.

Hay una palabra griega interesante, aunque esto se aparta un poco del tema. Cuando Pablo le dijo a Timoteo cómo debe vestir la mujer, dice en el segundo capítulo “que vistan con modestia”, la palabra en el griego original es sofrosune, que significa «dominio propio», literalmente con sentido común. Dios espera que tengamos sentido común. Quiere que su pueblo piense, por eso enseña esto; pero responde físicamente a la música, es inevitable. La música afecta nuestro cuerpo.

Existe una disciplina fascinante que se llama quinesiología de la conducta. No se espante con esa palabrota, se refiere a nuestra reacción ante el ambiente y su influencia sobre nuestra conducta. Puede usarla para impresionar a sus amigos alguna vez. La quinesiología de la conducta es un tema que ha sido investigado mucho por el doctor John Diamond, quien fue presidente de la Academia Internacional de Medicina Preventiva, alguien muy conocido que ha pasado más de 30 años estudiando los efectos de la música.

No acepto todo lo que dice, porque está en el área de la medicina holística, pero tiene varios argumentos interesantes. Dice: «La música rock puede dañar emocional y físicamente». Le puede afectar físicamente. Diamond explica que mucha de la música rock, no toda, pero como el 50% tiene lo que él llama un ritmo anapesto interrumpido, que es lo contrario a su latido cardíaco normal. Y dice que cuando ese ritmo está presente destruye la fuerza muscular. Lo ha demostrado, ha investigado y se lo demuestra a la gente. En televisión, en una de esas entrevistas, hacía que las personas levantaran su brazo, si tocaba buena música no podía hacer que bajaran el brazo, con la otra música el brazo caía. Era pérdida de la fuerza muscular. Pero repito, no acepto todo lo que él dice, aunque presenta cosas que son muy interesantes, y asegura que quiera o no le afectarán.

Ahora, refiriéndose al ritmo anapesto interrumpido, explica que no importa el volumen. Pero algunos jóvenes dicen: «Yo no escucho rock muy fuerte». El doctor Diamond dice que tiene el mismísimo efecto, y nosotros entendemos que el volumen sí importa. Entienda eso, en cuanto al oído el volumen sí importa. Y cuidado al usar audífonos, porque es fácil excederse en volumen y dañar el oído. Debe saber que el oído no se repara. Se corta la mano, se le queda la cicatriz, pero se repara. Se daña el oído y lo ha perdido por el resto de su vida.

El sonido se mide en decibeles. La escala de decibeles es logarítmica, la temperatura es una escala aritmética, hay esa diferencia, pero la comparación es útil. Por ejemplo, una conversación, son como 70 decibeles. Incluso una aspiradora o un tren, como 70 decibeles, no le hará daño. Un taladro neumático, como 85 decibeles, cuídese; quince minutos expuesto a este ruido le dañará si no usa tapones. El tráfico de una calle transitada se aproxima a los 90 decibeles. Estar junto a un jet que despega, son cerca de 120 decibeles, tres minutos y medio de eso dañará su oído permanentemente.

Mencioné en otro artículo, que por cada cinco decibeles hay que disminuir el tiempo a la mitad. Si puede escuchar por quince minutos un volumen de 115 decibeles, para escuchar 120 decibeles sólo tiene siete minutos y medio, para 125 sólo tres minutos y cuarto y hay que seguir reduciendo. Pero las bandas de rock registran constantemente entre 100 a 130 decibeles, se aproximan a lo que llaman el umbral del dolor. Estoy usando la escala que pone el umbral del dolor a 140, algunos lo ponen en 130. Conozco el otro, pero uso este.

Si yo pudiera generar 140 decibeles de sonido en un salón, no podría permanecer en su asiento, perdería el control de su cuerpo, eso se llama el umbral del dolor. Hay quienes buscan justificarlo con la Biblia, la Biblia no se refiere a esto. Unos minutos a esa intensidad daña el oído permanentemente. Los audiólogos nos dicen que muchos adolescentes ya tienen un daño auditivo que corresponde normalmente a la persona de 70 años y nunca lo recuperarán. Un artista de rock dice: «Veo que los niños hablan, pero no oigo nada de lo que dicen». Otro asegura que cuando habla por teléfono, nada escucha en la línea.

Varios artistas cristianos usan tapones cuando tocan, pero ¿qué sucede con los jóvenes en el auditorio? Lo que dice el doctor Daimond en relación con el ritmo anapesto, es que si lo toca fuerte o suave, de todas maneras afecta su oído. El volumen sí le afecta y la pérdida auditiva es permanente. La música afecta su cuerpo. Pero el texto de la Escritura no sólo dice que Saúl sentía alivio, sino que estaba mejor. ¿Recuerda Romanos 12:1? Lo primero que Dios pide es su cuerpo y lo primero que afecta la música es su cuerpo. ¿Recuerda Romanos 12:2? Lo siguiente que Dios le pide, es su mente y lo siguiente que afecta la música es la mente. Pero la Biblia explica que Saúl estaba mejor, ¿recuerda que estaba deprimido? La música afectó su pensamiento, porque la música afecta su mente.

Creo que esta es el área menos comprendida, más subestimada, de la música. La música sí afecta su manera de pensar. El doctor Daimond en su libro Tu cuerpo no miente, tiene un capítulo titulado La música en tu vida. Allí hay algunas cosas que nos ayudan mucho a entender los efectos mentales de la música, estemos de acuerdo o no con todas sus conclusiones. En este libro habla de algo que se llama inversión cerebral. El cerebro consta básicamente de dos hemisferios que están en equilibrio entre sí, pero que realizan diferentes funciones. Dice el doctor Daimond que si tolera ciertas cosas en su vida hace que las funciones de esos hemisferios se inviertan, él le llama inversión.

De modo que la persona desea lo que debe rechazar y rechaza lo que debe desear. Las drogas pueden ocasionar eso, el drogadicto sacrifica su familia por las drogas, paga cualquier precio por esas drogas. El alcohol igual, el alcohólico estará dispuesto a hacer cualquier cosa por conseguir licor. Dice el doctor Daimond que la nicotina del tabaco tiene el mismo efecto. Si alguien fuma suficiente cigarros, hará lo que sea por conseguirlos. ¿Leyó ese artículo en Selecciones? Un reportero fue a un hospital grande donde intervienen a pacientes con cáncer de pulmón, hay uno de esos en Phoenix, Arizona. Los operan de la garganta y de los pulmones por el cáncer que tienen como resultado del tabaquismo. Algunos de esos pacientes tenían orificios en la tráquea para que pudieran respirar. El reportero se quedó pasmado, porque algunos fumaban por el orificio de la traqueotomía. Tienen el cerebro invertido, han desarrollado un deseo por aquello que los va a destruir y rechazan lo que es bueno. El doctor Daimond dice que la música rock hace lo mismo. ¿Conoce o ha conocido a algún joven que se está rebelando contra Dios? Le digo algo acerca de ese joven, le gusta el rock, preguntará cómo lo supe. Es parte íntegra, va junto, es parte íntegra y causa inversión cerebral. Desea cosas destructivas y rechaza las buenas.

Recuerda que Dios habla de esto en Miqueas 3:2, donde dice: “Vosotros que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo...”. Tiene un cerebro invertido, es el engaño de Satanás. Tiene muchas cosas, creo que Satanás cuenta con trucos para apartarle de la verdad. He hablado personalmente con jóvenes que están tan intoxicados con las drogas, que no pueden entender una presentación del evangelio. He hablado con personas que están tan ebrias que no pueden razonar para entender el evangelio para llegar a Cristo. El diablo puede hacer cosas de esas, tiene herramientas a su disposición, tal parece que hoy más que nunca, para apartar a la gente de la verdad.

La revista Newsweek decía en un titular: «Alto al rock pornográfico». Estuve en una audiencia en Washington, tengo un tomo grande de audiencias, donde hablaron del daño causado por la música rock, tratando de que el congreso haga algo. Esta cita es interesante, Russel Baker del New York Times dice: «Si tu concepto de la música es un choque en el metro seguido de los alaridos de los heridos, entonces el rock es música». Sólo escuche un disco de rock “cristiano”, puede adquirirlo en cualquier librería. Y es que una vez que ha perdido el rumbo, el sentido de lo bueno y lo malo, se vale de todo. Las personas del mundo dicen: «Eso es un choque del metro y los gritos de los heridos». El mundo lo reconoce mientras algunos cristianos lo niegan. “Los hijos de este siglo son más sagaces”.

Un artista del rock dijo: «Hemos construido nuestra carrera sobre la rebeldía», lo expresó abiertamente. Lo que pasa es que no le ven nada de malo. Todos dicen: «Nuestra música es sensual», pero no le ven nada de malo a la sensualidad, no entienden nuestras críticas, pero los cristianos sí deben entenderlo. Esto es algo interesante, Muzak es una empresa que provee música para los grandes centros comerciales. Si va a un centro comercial y escucha música que tocan, lo más probable es que ha sido producida por Muzak. He hablado con personal de Muzak, y aseguran que no hacen esto, que lo hace la policía de la localidad, niegan que son ellos. Lo que sucede es que graban una voz subliminal. Explican que los robos son tan serios en los centros comerciales, que una cadena nacional de tiendas informó que tienen una persona de tiempo completo sólo para evitar que los empleados les roben. No los que entran, sino los empleados. Dicen que el problema es tan serio que ahora camuflan dentro de la música una voz subliminal que dice: «No robaré, no robaré, no robaré».

Hay dos maneras de hacerlo, pueden ponerlo en el rango ultrasónico, que no se oye, pero ahí está. O lo ponen en el rango infrasónico, bajo el umbral auditivo. Tu mente consciente no lo percibe, pero ellos creen que te afecta. Incluso Muzak les garantiza a sus clientes, una disminución de sus pérdidas por robo si usan esa música, ¡lo garantiza! Explican que es como una sugestión pos-hipnótica. Pero, dirá: «A mí no me hipnotizan». ¡No lo asegure!

Ya mencioné que mi hermano menor se llama Víctor, tiene un doctorado en la universidad de Cornell, como psicólogo con especialidad en hipnosis. Enseña en la universidad de Cayuga en Nueva York y trabaja con los reclusorios de Nueva York, tratando de ayudar a los presos por medio de la hipnosis, ese es mi hermanito. Es un campo muy interesante. La última vez que hablé con él, me dijo: «Frank, tú no entiendes lo que hago». Ya le había dicho que no me gustaba, que no me gusta, lo que hace. No creo que Dios quiere que entregue su mente a nadie. La Biblia enseña que Dios desea que usted siempre tenga control de su mente, sus pensamientos, su vida espiritual. Pero mi hermano asegura: «Yo puedo ayudar a la gente por medio de la hipnosis. Viene alguien que quiere dejar el cigarro, tenemos una sesión de media hora y luego me pregunta: ‘Doctor yo creía que me iba a hipnotizar’», y mi hermano responde: «Ya lo hice». ¡Ni cuenta se dieron! No estamos hablando de dormirlo, se trata de controlar su mente, y le pregunté: «¿Y qué de la música?» Me respondió: «Por eso te lo digo. Nosotros creemos que la música se controla por cierta parte del cerebro, por eso la música puede meter ideas y filosofías al subconsciente de la persona, sin que conscientemente sepa lo que dice la canción». Cuando me explicó eso pensé: Con razón, tantos jóvenes dicen: «Escucho música rock, y a mí no me afecta». Han sido hipnotizados y no se han dado cuenta, pero otros pueden ver los efectos. Esas personas dicen abiertamente qué es hipnosis, la música afecta su mente.

Incluso tienen lo que llaman progresión de estímulos, dicen que la música cambia para influir sobre los altibajos del día en una empresa. Que la música le saca de los puntos bajos para emparejar su día, y garantizan un aumento de productividad en el centro de trabajo, mayor eficiencia si usan esa música. Pero la Biblia no sólo dice que Saúl tuvo alivio y que estaba mejor, porque la música no sólo afectó su cuerpo y su mente, sino que también dice que el espíritu malo se apartó de él. Es decir, que la música afecta su vida espiritual.

Si escucha una hermosa melodía, una bonita contramelodía, ya que la música debe ser principalmente melodía con una armonía sujeta a esa melodía y el ritmo bajo la superficie donde apenas se nota, aunque ignoremos la letra de esta pieza, es música que eleva porque sigue los principios de Dios. Si sabe además la letra hay una respuesta que afecta su vida espiritual de manera correcta y será un creyente más fuerte, porque la música sí afecta nuestra vida espiritual.

Cuando dije esto hace 26 años, muchos me miraban con desprecio, decían: «¡Qué tontería, pensar que la música tenga poder espiritual!» Pero la Biblia lo dice, así que nunca dudé en predicarlo. La música afecta su vida espiritual, no estoy diciendo que exista un estilo de música espiritual, sino que la música afecta nuestra vida espiritual y Dios tiene principios que debemos seguir para saber qué clase de música debemos tener. Para mí, lo interesante es que tantos de los artistas del mundo dicen lo mismo. Un grupo popular dijo: «No hemos venido para tocar y cantar, hemos venido a predicar». ¿A predicar? Sí, así lo dicen, no son palabras mías, así lo aseguran ellos. Se consideran misioneros. Dijimos que no muchos jóvenes van al campo misionero, pero ellos aseguran: «Somos misioneros» ¿Y qué hacemos? Aseguran que su música es un arma en la lucha por llevar convertidos a su religión. Y dirá: «Eso es una locura, ¿cómo van a ganar convertidos por medio de la música?»

Hace varios años el mormonismo estimaba que en ese tiempo habían traído 25.000 convertidos a su religión por medio de su música. En la actualidad serán muchos más. Saben que su música tiene poder espiritual. Hay muchos artistas que afirman lo mismo, algunos manifiestan haber nacido de nuevo. Uno dijo que andaba en la sierra en la noche y vio un aerolito y nació de nuevo. ¡Qué emocionante no! Dirá: «Pues no me interesa su filosofía, a mí me gusta su música».

Uno de los cantos de ese hombre, dice que nació en el verano de sus 27 años regresando a casa, a un lugar donde nunca había estado antes. Eso sucedió a los 27 años de edad, dejó atrás el ayer. Se puede decir que nació de nuevo, que encontró una llave universal, pero eso de ninguna manera es nuevo nacimiento, se refiere a una experiencia religiosa falsa. Él considera que su música es mucho más que espectáculo. Por su parte, el otro grupo dice que no son artistas, sino predicadores. Este cantante afirma que esto no es espectáculo, considera su música como el “evangelio de una nueva religión secular” cuya deidad es la propia cabeza de uno. ¡Eso se llama, humanismo, humanismo secular! Pero va más allá, es paganismo y este artista es uno de los primeros pensadores de la Nueva Era, y dice: «Un día de estos no seré humano, seré un dios». Fabuloso ¿no?

Y vemos que dice en la portada de su disco: «Me complace compartir con ustedes EST». ¿Y qué será EST? Son las siglas de Earhart Sensitivity Training. Es una mentalidad que forma parte de la Nueva Era - EST. Y si recuerda latín, sabrá que la palabra «EST» significa «ser». Yo creo que esto es una falsificación del “Yo soy” de la Biblia. Una falsificación del diablo y muchos se lo tragan. Este hombre declara abiertamente que trata de convertirte a eso.

Yo me preguntaba: ¿Qué puede tener de malo al tipo que le gusta las vitaminas naturales y la granola? Porque le decían el niño sano. Muchos creen que el diablo viene vestido de rojo y tiene cuernos y cola, pero la Biblia no dice eso. La Escritura lo describe como “ángel de luz”, el niño sano. Por eso la gente cree que es inocente y bueno, pero es un evangelio falso y mentiroso.

Permítame citarle parte de la letra de ese canto, quiero que la lea, ya que es un tema bien conocido. Lo escuché en una tienda el otro día, muchos lo conocen porque tiene bonita melodía, pero la letra es alarmante. Lea lo que dice, se llama: «Yo compongo los cantos» y dice:

Yo he vivido desde siempre

Y compuse la primerísima canción.

Yo compongo los cantos.

Mi hogar es en tu interior

Y tengo mi propio lugar en tu alma.

Ahora, cuando me asomo por tus ojos,

Soy joven a pesar de que soy muy viejo.

Soy la música y yo compongo las canciones.

¿Quién será, el que habla? ¡Obviamente el diablo! ¿Ha leído lo que dice la Biblia acerca de Lucifer?: “Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono”. ¿Se dio cuenta? “Yo, yo, yo”. «Yo soy la música, yo compongo». Hasta dice “que su hogar es en su interior y se asoma por sus ojos”. ¡La canalización, los espíritus malignos! Eso es lo que dice. Y muchos jóvenes cantan eso y no saben que están cantando las virtudes del diablo. Esa es solo una canción, pero tales temas abundan, en donde el diablo es quien habla y la gente los cantan.

Jesús dijo: “Mirad lo que oís”. Tengan cuidado, no escuchen lo que no deben. Dios quiere que comprobemos lo que es agradable a Él. Cuando entendemos que el Señor quiere nuestro cuerpo, mente y espíritu, y que la música afecta en ese mismo orden: cuerpo, mente y espíritu, desearemos la música que le agrada a Dios. Tenemos suficientes principios, no podemos permanecer cerrados si queremos saber la verdad. Tengamos en cuenta lo que dice Efesios 5:10: “Comprobando lo que es agradable al Señor”.

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