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El propósito de la música

  • Fecha de publicación: Jueves, 10 Abril 2008, 18:01 horas

Ahora llegamos al concepto que considero más emocionante de este estudio: el propósito supremo de la música. ¿Cuál es su propósito? Hace varios años recibí una carta de parte de una señorita. En su carta decía: «Doctor Garlock: He sido creyente desde hace seis años. Antes de que me convirtiera a Cristo me juntaba con una pandilla de motociclistas, usaba drogas, bebía alcohol, escuchaba música rock seis u ocho horas al día. En cuanto me convertí, entendí que eso era malo, nadie tuvo que decírmelo. Tan pronto acepté a Cristo comprendí que las drogas eran malas, que el alcohol era malo y que la música rock era mala».

¡Es admirable que se convierta una señorita con ese trasfondo, y de inmediato sepa que esto es malo! Conozco a muchos que todavía no le ven nada de malo, ella lo supo de inmediato. Y sigue diciendo en su carta: «En los seis años que tengo de convertida no he escuchado nada de música rock, no puedo. Si entro a un restaurante y la oigo, me tortura, no la soporto. Si la oigo en una tienda, prefiero salir. Pero ahora el diablo me trae esas canciones de nuevo, cantos que no he oído en años, despierto a medianoche cantando unas de esas canciones. Creo que me voy a volver loca». Tal vez usted diga: «Está exagerando». No, me escribía desde un hospital psiquiátrico. Le contesté y le dije: «La Biblia tiene una respuesta para usted, lo mismo que para todos. Si sale del hospital venga a verme, si no puede salir yo manejo los 160 kilómetros para ir a visitarla».

Vino a visitarme el siguiente sábado. Era muy obvio cuando la vi entrar que estaba nerviosa, trastornada con la mirada perdida, y empecé a hacerle algunas preguntas, unas de las cosas que le pregunté fue: «¿Cuántos cantos nuevos sabe?» Porque ella me pidió: «¿Me puede ayudar, habrá alguna esperanza? ¡No veo la salida!» En nuestra plática dijo que no veía ninguna solución. Le respondí: «Mire, la Biblia tiene la solución para todo problema, y el suyo no es la excepción». Y volví a preguntarle: «¿Cuántos cantos nuevos sabe?» Y replicó: «Ni sé lo que es un canto nuevo». Fue así como ese día le di algunos principios que quiero darle a usted hoy:

El primero es el principio del reemplazo. Permítame explicárselo. Siempre que se prive de algo, reemplácelo con algo mejor. Algunos dicen: «Nos ha mostrado que esta música es mala, nos ha dado estos principios, y ha usado aquellas ilustraciones. ¿Qué cosa entonces podemos escuchar? ¿Qué queda?» Y tendría que contestar muy honestamente que reconozco que el cristianismo es el “camino angosto”, es el “camino estrecho” y cada vez más angosto. Por ejemplo, ¿cuánta televisión puede observar sin violar su conciencia? No mucho. Así que no me sorprende que el campo de la música sea tan estrecho. Me asombra que sea tan amplio como es, me sorprende que haya tanta música aun secular que nosotros como cristianos podamos escuchar. Espero que no piense que estoy afirmando que lo único que debemos escuchar es música cristiana, sería como decir que lo único que podemos leer es la Biblia.

Creo que debemos leer la Biblia, estudiarla, memorizarla; creo que la razón por la que muchos tienen problemas es porque no se han molestado en conocer la Palabra de Dios, pero no sólo leo la Biblia. Mencioné en el artículo anterior, que volamos en avioneta durante 17 años. Leí muchos libros sobre aviación que no me ayudaron espiritualmente, pero me ayudaron a sobrevivir para poder ser espiritual. Quería ser un buen piloto, así que estudié muchos libros, leía constantemente y estudiaba para estar actualizado y enterado de lo que había. Esos no eran libros espirituales, ahora si esos libros usaran lenguaje obsceno los tiraría también, porque se aplica el mismo principio. Pero quisiera enseñarle algo de música. ¿Ha oído la mala? ¿Qué puede oír?, hay tanto, incluso ni quisiera mostrarle porque va a decir: «Eso es muy poco». Son discos compactos y cómo me alegro por ellos, ¡qué sonido! Una vez que se oye esto, no quiere oír los cassettes, uno se malacostumbra muy pronto.

Pero quisiera darle sólo algunos ejemplos, para que escuche una música que se ajusta a principios bíblicos, a pesar de ser secular. Por ejemplo, Selecciones ha sacado varios álbumes, uno de ellos se llama Life Classical Gold y si lo escucha tendrá una idea de este sonido. Otro se llama Día de bodas en Trollhaugen, por Grieg. Es una música hermosísima, una melodía perfecta, ritmo, baja la superficie, se ajusta a principios cristianos muy bien. También tiene Academic by Request, que es un álbum muy interesante. La de Bach, se llama Las ovejas apacentarán tranquilas. Si lo escucha notará una hermosa contra melodía frente a la melodía principal, ¡música que eleva! Creo que Bach es nacido de nuevo, dudo respecto a muchos de los compositores, pero no de Bach. Creo que conoció al Señor Jesucristo, tantas cosas que dijo e hizo, y su manera de componer música indican que era salvo. Esa música es preciosa.

Si piensa que eso es demasiado tranquilo para usted, escuche Empire Brass se llama Cobre clásico. Oiga la primera pieza, La procesión de los nobles, es un quinteto de cobres. Será porque yo toco cobres, toco el trombón. En la Universidad Bob Jones dirigí un coro de 26 trombones, ¡qué deleite trabajar con ese grupo! Eso a mí me entusiasma, si eso no le emociona a usted es porque tiene descompuesto el “emocionador”. Pero si piensa que también es demasiado formal, aquí tiene cobres canadienses un disco llamado Village Band, escuche cómo tocan El vuelo del abejorro. Allí se oye una tuba, y quisiera poder hacer eso con mi trombón. Hay grabaciones de estas tan buenas que las pueden disfrutar los adolescentes.

Hay tanto bueno que no es necesario irse a la basura. Están también Los cantantes del rey. ¿Ha escuchado alguna vez a Los cantantes del rey? Es un disco que se llama Los campos de trigo blanco, escuche a The Londonderry Air. Ellos no aprendieron a cantar así de la noche a la mañana, creo que ensayaron un poco. ¡Qué hermoso sonido! Y si eso le parece muy lento, también tienen un disco para niños en el que hay un canto llamado Humpty Dumpty, si lo escucha oirá puras voces. Tienen discos donde lo único que hacen es mímica, cosas fantásticas como para deleitar a los adolescentes. Ahora, no recomiendo todo lo que ellos hacen, pero la mayor parte de su música es fantástica.

Si le gusta la música de guitarra Christopher Parkening, es cristiano, ama al Señor, uno de los guitarristas más destacados de nuestra época. En uno de sus discos Christopher Parkening toca con un estilo español. Si usted toca la guitarra podrá apreciar lo bueno que es. También tiene discos de himnos muy hermosos, vale la pena conseguirlos. Segovia dijo que es el mejor guitarrista de nuestra época, para que se dé una idea y es cristiano, ama mucho al Señor. Si le gusta la música de guitarra debe tener todas esas grabaciones.

Los Romeros, es un grupo familiar con cosas excelentes que podrían disfrutar. Luego debemos entender que hay mucha música, por ejemplo a veces la evitamos porque la asociamos con algo malo, pero no debemos tener miedo a la asociación no queremos identificación, pero la asociación a veces hace que evitemos ciertas cosas, por ejemplo hay muchos temas de películas muy buenos. El disco por Cincinnati Pops tiene entre otras: Victorias en el mar, Alas de guerra y Guerra y recuerdos, es una hermosa melodía. Creo que estas cosas son excelentes para cristianos, sanas, inspiradoras. Uno pensaría que el mundo entiende por qué piezas como La novicia rebelde se hicieron tan populares, eso es lo que mucha gente busca.

Luego hay grabaciones de música sagrada, quisiera recomendarle unas cuantas, hay muchísimas que pudiera recomendar. Junto a aguas de reposo es una música hermosa de flauta, un sonido muy hermoso. Es algo que puede disfrutar, o si prefiere canto coral por ejemplo, uno de los maestros de conducción de coro de nuestra época es Robert Shaw. Robert Wagner también ha producido muchas cosas buenas, una de sus grabaciones de música sagrada se llama Obras maestras de coro. Quisiera tocar mucho de esto, pero escuche la primera El Aleluya de Beethoven desde el Monte de los Olivos, ¡qué sonido! Usamos eso en la boda de nuestra hija Gina, lo arreglé para trompetas, pusimos las trompetas en la parte posterior del templo, el órgano adelante, era emocionante, hermoso. Pero dirá: «Ese sonido es grande, pesado». Este es un ejemplo de Música Majestuosa.

No tratamos de venderle nada, pero empezamos a producir música por medio de Música Majestuosa, porque dijimos: si vamos a enseñar lo que se está haciendo mal, debemos producir cosas que ocupen su lugar, el principio del reemplazo. Tenemos una grabación que se llama Canto de Adoración, y una de las melodías allí se titula Yo veré al Rey, es muy diferente, una música hermosa, pero sólo hemos rascado la superficie. Lo que trato de decirle es que hay música buena. Pero usted dirá: «¡No sé dónde encontrarla!» Hay que buscarla, como todo lo demás. Como en cualquier cosa tiene que separar lo bueno de lo malo, pero si es diligente lo podrá encontrar. Y existe mucho, tanto entre lo secular como entre lo sagrado.

Así que siempre que quite algo, reemplácelo con algo mejor. Esto se enseña en toda la Escritura, Efesios 4:22, dice: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre…” Tiene que deshacerse del “viejo hombre”, pero no sólo eso, porque si sólo llega hasta allí se queda con un vacío y el vacío siempre se introduce por el punto más débil. Así que al despojarse del “viejo hombre”, tal como dice el versículo “vestíos del nuevo…” Cuando deseche lo viejo reemplácelo con lo nuevo.

Creo que el versículo clásico del Nuevo Testamento que enseña este principio es 2 Corintios 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es...”, es nueva creación. Y luego añade “...las cosas viejas pasaron”. Ese es el principio, deseche lo viejo, “...he aquí todas son hechas nuevas”, tiene que desechar lo viejo y reemplazarlo con lo nuevo. Supongamos que antes de hoy nunca había comido más que desperdicios, y yo le digo: «Mire, no debe comer esos desperdicios, es horrible». Y usted responde: «Bien, no comeré más desperdicios», pero no lo reemplaza con alimento bueno. ¿Qué va a suceder? O muere de hambre o regresa a los desperdicios. Siempre debe reemplazar según la especie. Si bebía alcohol tiene que reemplazarlo con un líquido bueno; si comía basura, reemplácela con alimento bueno; si escuchaba música mala, reemplácela con música buena. Siempre hay que reemplazar según su especie. Algunos dicen basta con leer la Biblia. No, lo siento, tiene que reemplazar según la especie, eso es lo que enseña la Escritura. Siempre reemplace con algo mejor.

Dios no llena un vaso sucio. Y cuando dice que las cosas viejas pasaron, Dios no llena un vaso sucio. Entendemos eso, porque no basta con lavar el vaso. Supongamos que tenemos aquí un vaso, pero tiene dentro un poco de arena. No voy a decir: «Pues llénelo de leche, no importa». ¡No! Claro que no, hay que limpiar el vaso. Dios no llena un vaso sucio, pero no basta con lavar el vaso, puede lavarlo todo el día, pero eso no lo va a nutrir. Algunos tienen la idea de que el cristianismo es una serie de prohibiciones: no haga esto, no haga aquello, no fume, no beba, no se junte siquiera con quienes hacen tales cosas. Piensan que eso los hace buenos cristianos. Los que están en el panteón no hacen esas cosas tampoco.

“Las cosas viejas pasaron”, ese el primer paso, pero no se queda ahí, sino que continúa “todas las cosas son hechas nuevas” y al mencionar “todas las cosas” eso incluye la música. La palabra “nueva” no se refiere a algo que acaban de componer, nuevo en tiempo, sino que se refiere a nuevo en especie. Es decir, que Dios quiere que tengamos sus cánticos nuevos. Pero la señorita me preguntó: «¿Y cómo voy a saber lo que es un cántico nuevo? Debo tener cantos nuevos, ¿cómo los voy a conocer?» Y me alegré de poderle decir lo mismo que quiero declararle a usted hoy. Es que hay un principio del canto nuevo, porque siempre que Dios afirma que hagamos algo, también nos dice cómo.

Leemos en el Salmo 40:3: “Puso luego en mi boca cántico nuevo…” Muchas veces la gente dice: «Puso en mi corazón algunos cantos». Dicen: «en mi corazón», pero la Escritura no menciona el corazón, sino “en mi boca”, eso es lo que declara la Biblia. Muy interesante, el versículo 2 de ese Salmo habla de que Dios nos saca de un pozo horrible. Mi Biblia Scofield dice que las palabras «pozo horrible» pudiera llamarse pozo de ruido. No hay mejor descripción de la música rock: “Me sacó de ese pozo de ruido, del lodo cenagoso, puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos, y luego puso en mi boca (en mi boca, no sólo en mi corazón, sino en mi boca) un cántico nuevo”. Hay una relación directa entre el corazón y la boca.

Jesús dijo en Lucas 6:45: “...de la abundancia del corazón habla la boca”. Hay una relación directa entre los dos. Josué 1:8, dice: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley…” Por eso hay que memorizar la Escritura, Dios quiere que repita Su palabra con su boca. La mejor manera de recibir respuesta a sus oraciones, es recitarle a Dios sus promesas. Al Señor le encanta cumplir su Palabra y dice que ha puesto en mi boca un cántico nuevo, además nunca nos deja en la oscuridad. Algunos dicen: «Dios me dijo que lo hiciera y no sé ni cómo». A veces los predicadores hacemos eso, le decimos que lo haga, y suponemos que sabrá cómo. Pero siempre que Dios ordena que haga algo, si busca en el contexto encontrará cómo hacerlo. Y cuando dice que “ha puesto en mi boca un cántico nuevo”, luego agrega “alabanza a nuestro Dios”.

El cántico nuevo de Dios es un canto que le alaba a Él. Por todo lo que ya he mencionado, creo que entiende que no estoy afirmando que sólo debemos tener música cristiana o cantos de alabanza, sino que hemos cantado toda clase de cantos y descuidado el cántico nuevo de Dios, perdiéndonos de lo que él quiere que tengamos. En la Escritura Dios subraya el hecho, de que nuestra alabanza por medio de la música, el propósito principal de la música es alabarle a Él. No queremos perdernos eso.

Permítame señalarle algunos cantos en su Biblia para ilustrar esto, por ejemplo el primer canto está en el capítulo 15 de Éxodo, cuando Moisés y los hijos de Israel acaban de cruzar el Mar Rojo, se encuentran al otro lado y empiezan a cantar. Es el que dice: “Jehová es mi fortaleza y mi cántico...” Este es el primer canto en la Biblia, pero al principio dice: “Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico...”, ¿a quién? “...a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová...” Incluso si tiene concordancia o una Biblia en su computadora, registre la palabra “cantar” y revise las referencias, casi invariablemente “cantar” va seguido de “a Jehová”, una y otra vez se repite esto. Dios quiere que cantemos alabanzas a él.

Moisés y los hijos de Israel conocían este principio del cántico nuevo, sabían alabar a Dios con cánticos. Y continúa en el versículo 3: “Jehová es varón de guerra; Jehová es su nombre”. Vemos otra vez que son alabanzas a Dios por lo que ha hecho. No hablan de las proezas de ellos al cruzar el mar, sino que alababan a Dios.

Más adelante en el capítulo, María la profetisa y las mujeres se unen al canto, y dice que María les respondía: “Cantad a Jehová...” ¿Recuerda la historia de Ana? Ya la he mencionado en relación con El sonido de la música, cómo Samuel era tan sensible a la voz de Dios. El registro bíblico dice que Ana, su madre llevó a Samuel al templo tal como lo prometió. Si yo hubiera tenido que dejar a mi hijo en esa situación, habría dicho: «¡No es posible, qué voy hacer!» Y habría regresado a casa a preocuparme, no a orar, pero Ana no. Lea el capítulo 2 de 1 Samuel, allí está registrado el canto de Ana. Pero... ¿Cómo sabemos que es canto? En el original está en la forma poética de un canto. Ana dijo: “Mi corazón se regocija en Jehová, mi poder se exalta en Jehová... No hay santo como Jehová; porque no hay ninguno fuera de ti...” Ella sabía alabar a Dios con el canto.

Luego en el capítulo 5 de 2 Crónicas, si no ha estudiado este capítulo, estúdielo. Es un recuento de la dedicación del templo, el versículo 12 dice al final, que había en un extremo del altar “ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas”. ¡Ciento veinte! Imagine 120 trompetas, un sonido hermoso.

Ahora, sabemos por 1 Crónicas 23:5 que David tenía una orquesta de cuatro mil instrumentos. ¡Cuatro mil! ¡Imagínelo! Tenía 120 en trompetas y cuatro mil en la orquesta. Josefo un historiador secular, dice que todos estaban capacitados para cantar en el coro, todos con vestidos de lino. Eran unos 200 mil. No sé si todos cantarían al mismo tiempo, pero tomemos la mitad, digamos que eran 100 mil en el coro y sólo dos mil en la orquesta, pero no podemos cambiar los 120 sacerdotes, las 120 trompetas, no podemos cambiar ese número. La idea de que esto era una especie de musical de la edad de piedra es una locura, se basa en un concepto evolucionista, en la idea de que el hombre siempre está mejorando. Yo personalmente creo que esa debe haber sido la música más hermosa que se ha oído o se oirá en este mundo. Porque cuando la gente tiene una relación correcta con Dios, Él les da la habilidad para realizar, apreciar y entender la buena música, cuando pierden su comunión con Dios pierden esa habilidad.

¿Sabe dónde estaba la iglesia más fuerte del mundo en los primeros 300 años después de la muerte de Cristo? Al norte de África se encontraba la iglesia más fuerte del mundo, incluso conocí a unos misioneros, los Rosenhouse. Eran misioneros en Sierra, en la República Central Africana. Habían traducido la Biblia al idioma sango. ¿Sabe lo que ellos dicen al empezar a traducir el idioma que nunca había sido escrito? Encontraron más de 300 palabras hebreas en ese idioma. Porque el evangelio estuvo ahí, pero cuando esa gente le dio la espalda a Dios y se volvió al paganismo y canibalismo y todo lo que lo acompaña, su música se acabó. Cuando llegaron los misioneros se encontraron con toda clase de problemas. Algunos dicen: «Hemos descubierto que esta música rock viene de África». No, no culpen a los africanos. Nosotros nos fuimos por el mismo camino, sólo que llegamos más pronto. En la medida que nuestro país le ha dado la espalda a Dios, se ha convertido en una sociedad pagana. ¡Nuestra música se ha vuelto basura!

Yo creo que esa música del Antiguo Testamento probablemente nos dio la serie de sobre tonos, cómo Dios nos dio la serie de sobre tonos y tenemos la escala pentatónica que viene de eso. Nuestra música debe construirse sobre esos principios. Yo imagino que conocían esos principios en ese tiempo, creo que los aplicaban y tenían hermosa música, pero luego continúa y dice: “Cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una”. Lo primero que notamos es que dejaban oír su voz al unísono, numero uno, que había unanimidad. Los que tocaban las trompetas y los que cantaban hicieron oír su voz al unísono. Dios quiere que estemos unidos, eso me dice varias cosas. Para empezar me dice que ensayaban. Tanta gente no canta el unísono, sino ensayan esto de que «Hermanos no hemos podido ensayar, pero oren por nosotros mientras cantamos». ¡No! ¡Ustedes no ensayan yo no oro!

Pensará que es broma. ¡No! Es decir, ¿que todos deben ser músicos profesionales? ¡No, claro que no! Lo que estoy diciendo es que si lo va a hacer para Dios vale la pena hacerlo bien, y si no ensaya yo no escucho, mucho menos voy a orar. Esto de darle a Dios la sobra es abominación. Él quiere lo mejor, lo mejor de nosotros, por eso creo que ensayaban. También me dice otra cosa, que tenían un director que sabía lo que hacía. No se mantiene a tanta gente unida si el conductor no sabe lo que está haciendo: “Cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una, para alabar y dar gracias a Jehová, y a medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos y otros instrumentos de música, y alababan a Jehová...” (2 Cr. 5:13). Note que menciona la alabanza dos veces, así es en la Escritura. Entonces, ¿qué sucede? ¡Viene el poder! La fórmula es: unidad más alabanza, siempre es igual a poder. Vino el poder de Dios.

Pero... ¿Cómo sabemos que estaba el poder de Dios? Porque dice que la casa se llenó con una nube porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios. Como indicación de ese poder los sacerdotes no pudieron continuar sirviendo por causa de la nube. Ahora, no sé por cuanto tiempo se preparó ese sumo sacerdote para su sermón de ese día, pero recuerde el Nuevo Testamento cuando Jesús dijo en el templo: “…Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su cuerpo” (Jn. 2:19-21), pero ellos creían que hablaba del edificio del templo.

No sé cuántos de esos 46 años estuvo el sacerdote preparando su sermón, pero nunca pudo predicarlo ese día, porque las “nubes” siempre simbolizan el poder de Dios. Una de las cosas que aprendí como piloto fue respetar las nubes, es necesario respetar. Incluso una de esas tormentas eléctricas que tienen lugar en Florida tiene suficiente corriente para abastecer de electricidad a la ciudad de Nueva York por un año, sólo una tormenta. Hay corrientes verticales tremendas allí, que podrían literalmente desmembrar a una avioneta. Me he acercado suficiente, pero no quiero estar en el interior de una. Si usted quiere entre, pero yo no, me da miedo.

La Biblia dice lo mismo del poder de Dios. ¿Recuerda cuando Dios llevó a los israelitas por el desierto? De día era una columna de nube. Y en el monte de transfiguración, ¿qué fue lo que cubrió a Jesús? ¡Una nube! Cuando Jesús ascendió al cielo, dice que lo recibió una nube. Leemos en 1 Tesalonicenses 4, que en su regreso lo hace en el poder de Dios. Siempre es el poder de Dios, y aquí también tenemos el poder de Dios porque tenían unanimidad y alabanza en la música. ¡Cuánta falta hace ese poder en nuestra música hoy! Música llena de la Palabra de Dios, como le mostré en Colosenses 3:16; llena del Espíritu de Dios, como dice en Efesios 5:19. Podemos tener el poder de Dios en nuestra música también.

Recuerdo un programa radial de avivamiento con el doctor Charles Fuller. Nunca conocí al señor Green, el director de música, pero su música debe haber tenido algo especial, porque recuerdo que lo escuchaba muchos domingos por la mañana, en la casa en Nueva Jersey. Fue allí donde aprendí lo que es buena música cristiana. Allí me enamoré de la música del evangelio. He llevado a cabo estudios, he conducido óperas, he compuesto, pero ¡cómo me encanta la música del evangelio! A eso me ha llamado el Señor y me gusta usar lo otro para producir buena música cristiana.

Recuerdo muchos domingos, el doctor Fuller hablaba después del canto y decía: «Siento la necesidad de hacer una invitación». Y sin predicar ni una palabra, 50 ó 70 personas levantaban la mano para ser salvos, sólo por la música. Y yo pensé: «Si Dios me permite algún día trabajar con música, va a ser de esa, música que llega al corazón de la gente porque está llena de la Palabra de Dios y bajo el poder de su Espíritu, y Dios la usa, tiene el poder de Dios».

El principio es, que cada vez que abre la boca para alabar a alguien, le abre el corazón a esa persona, Dios quiere que le alabemos, porque cuando abrimos nuestras bocas para alabarle, Él abre nuestro corazón. Recuerde que Jesús dijo: “…de la abundancia del corazón habla la boca” (Mt. 12:34).

¿Alguna vez ha tenido noche de gratitud familiar en su casa? Extrañamos mucho a nuestros hijos. Seguramente usted se siente frustrado con los niños y los problemas, lo entiendo, pero los días más felices de nuestras vidas, y Flora Jean, mi esposa corroboraría esto, era cuando los hijos estaban en casa. Una cosa que se nos ocurrió fue la noche de gratitud familiar. Se selecciona a un miembro de la familia, que no tiene que ayudar a preparar la cena, ni tiene que ayudar a lavar platos, sino que decide lo que se va a cenar esa noche. Lo que quiera, es su día y después de cenar lo que desee. Luego todos nos sentamos y le decimos a esa persona lo que apreciamos de ella. Si hay niños pequeños hay que advertirles que no se puede decir nada negativo. Pero, les diré una cosa: Cuando hacen eso y si son jefes de familia, hay que tener su noche también, sus hijos necesitan tener el privilegio de abrir sus bocas para elogiarle a usted.

¿Ha observado en una escuela cristiana cuando alguien pierde la comunión con Dios? Le pide que cante ¿y sabe lo que hace? Si logra que abra la boca para alabar a Dios, abrirá su corazón a Dios. Es un principio de su Palabra. Se aplica a otras áreas, pero es un principio. Si abrimos nuestras bocas para con Dios, Él abre también nuestro corazón a su voluntad y caminos. De alguna manera cuando se abre la boca para alabar al Señor, Él entonces abre el corazón, aun en tiempos difíciles. Permite que vea un poco del futuro y pueda prever, por qué está permitiendo esto que le sucede. No es que no vengan los pesares, pero Dios quiere que le alabemos de todos modos. Luego continúa en el versículo 13 de 2 Crónicas 5 y nos dice lo que cantaron: «¡Todo el tiempo soy feliz, feliz, feliz!» O cantaron: «Si eres salvo y lo sabes suénate la nariz».

No entienda mal, no estoy diciendo que no tengamos cantos divertidos. Si está en un autobús con un grupo de adolescentes cristianos y quieren cantar algo divertido, está bien, pero no descuide el canto nuevo de Dios. Nosotros teníamos una noche especial en nuestra iglesia donde la congregación escogía los cantos. Los adultos elegían los coros infantiles y los niños los himnos, tal como Castillo fuerte es nuestro Dios. Los niños querían los himnos que alaban a Dios. Y en el texto de 2 de Crónicas, su alabanza es: “Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre”. Un canto de alabanza a Dios, ese es el canto eterno. ¿De qué cantan? «Dios es bueno, Dios es justo, su misericordia es para siempre. Dios perdonará al pecador que viene a Él». Pablo llega a eso en Romanos 3:26 y dice: “…que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”.

¿Cómo es posible que un Dios santo que no tolera el pecado, justifique a un vil pecador como usted y yo? Así lo hace, «Él es bueno, santo y justo, su misericordia es para siempre. Él salva a quien viene a él por su Hijo, el Señor Jesucristo», es el cántico de redención. Pero eso es Antiguo Testamento, ¿no? Vamos a un pasaje del Nuevo Testamento. Hemos visto varios versículos del Nuevo Testamento, pero vamos a uno más, al capítulo 16 de Hechos. Pablo y Silas están en la cárcel de Filipos, “esa cárcel era un lugar hermosísimo, un bello sitio”, ¡no, era una cueva en la montaña! Estaban dentro de la cueva, y dice en el versículo 24 que estaban “en el calabozo de más adentro”. Además habían sido golpeados ese día, seguramente sangraban sus espaldas, probablemente con fiebre como resultado de la golpiza, y peor aún, no sólo los habían azotados, sino que sus pies estaban en los cepos. ¿Se imagina lo que era eso?

Cuando esté en su casa, siéntese en el piso, ponga una pila de libros de unos 35 centímetros, suba los pies sobre la pila de libros y quédese ahí una media hora sin moverse. Le parecerá que se parte la espalda. Ellos, no se podían acostar en ese piso de tierra, porque la espalda les sangraba. Y peor aún, era medianoche, dice el texto bíblico “y a medianoche”. Yo no sé usted, pero cuando estoy enfermo, medianoche es la peor hora. Anhelo que llegue la mañana y la noche parece eterna. Pero... ¿qué se imagina que estaban haciendo Pablo y Silas?: “Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios”. Y no era en voz baja, cantaban himnos a Dios, alababan a Dios. ¿Estarían cantando acerca de lo terrible de su condición o que todo se compensará en el cielo? No estoy criticando los himnos de consuelo, creo que los necesitamos. Pero vea en la Biblia, que cuando la gente está bien con Dios siempre canta alabanzas. Eso hicieron Pablo y Silas, cantaban en voz fuerte. Si fuera yo, acaso podría tararear un poco, pero Pablo y Silas cantaban de modo que todos oyeron. Esa noche cuando ellos cantaron, tenían los cantos memorizados. ¿Cómo lo sé? Porque estaba oscuro. ¿Se imagina que Pablo le dijera a Silas, “Saca el himnario y abre en el 222, tenemos que cantar?” Si hubiese sido así, nunca habrían cantado esa noche. Por eso debe memorizar la Escritura, porque a Satanás le encanta atacar cuando más oscuro está y cuando usted no tiene la Biblia, cuando no tiene himnario.

La última vez que hablé con esa señorita que mencioné anteriormente, ella tenía memorizados más de 50 himnos y estaba por graduarse de una escuela cristiana. Le pregunté: «¿Cuántos cantos has memorizado?», y me dijo: «50 cantos completos memorizados». Ella memorizó todas las estrofas, si tiene 15 estrofas memoriza las 15. Yo no recomendaría más que dos o tres estrofas de cada himno, pero ella los había memorizado todas. Eso lo hicimos en la iglesia donde estuvimos por 27 años, toda la congregación memorizaba himnos. Si pedíamos Grande es tu fidelidad, toda la congregación sabía la letra. Si cantábamos Firmes y adelante, toda la congregación se lo sabía. Ni siquiera tenían que abrir el himnario todos sabían la letra de esos himnos Cuán grande es Él En la cruz. Ella tenía 50 himnos memorizados y le pregunté: «¿O sea que no funciona?» Respondió: «Claro que sí. Antes despertaba a medianoche con esos cantos y no sabía qué hacer, sentía que me volvía loca, pero ahora si vienen en mi mente uno de esos cantos, sólo empiezo a cantar alabanzas a Dios como ‘Grande es tu fidelidad’ e inmediatamente el canto antiguo se aleja». Y pensé: de eso se trata el principio, se expulsa literalmente el canto viejo con un cántico nuevo de Dios. Ese es el principio de reemplazo, el principio del canto nuevo.

Es que esa noche cuando cantaron Pablo y Silas, Dios hizo algo por ellos que a pocas personas les toca ver. ¿Se ha puesto a pensar en eso? Pocos cristianos ven que Dios cumpla su Palabra ante sus mismos ojos, aunque Dios siempre cumple su Palabra. ¿Cuándo fue la última vez que Dios cumplió su Palabra ante sus propios ojos? Eso es emocionante, cómo Dios cumplió su Palabra esa noche. Yo creo que era un trío el que cantaba. Pero... ¿quién era el tercer miembro? ¡Dios! Vimos en Sofonías 3:17: “Jehová está en medio de ti… se regocijará sobre ti con cánticos”. ¿Y cómo sabemos que Dios cantó esa noche? Hubo un terremoto, parece que fue un pequeño temblor local, sólo abrió la cárcel, no tembló en todo el pueblo sólo abrió la cárcel. Siempre que Dios habla la tierra tiembla. Vea 2 Samuel 22:8, Dios habla y la tierra tiembla. Salmo 18 comenta sobre eso, Dios habla y la tierra tiembla. Incluso en Hebreos dice algo muy interesante: “Mirad que no desechéis al que habla…” (He. 12:25a). “La voz del cual conmovió entonces la tierra”. La voz de Dios sacude la tierra, pero luego continúa y dice: “Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo” (He. 12:26). Es que Dios habló para que la tierra fuese, y dice que un día dirá la Palabra para que el mundo deje de existir por la Palabra de su poder (He. 1:3), el poder de Cristo.

Yo creo que Dios se unió al canto esa noche, por eso hubo ese terremoto. Aun en Apocalipsis menciona esto: “salió una gran voz del templo del cielo... hubo... un gran temblor de tierra” (Ap. 16:17). Cuando Dios habla, hasta el cielo tiembla, la tierra se sacude, los cimientos del templo. Pablo y Silas, esa noche, condujeron a ese carcelero de Filipos y a toda la familia de él a Jesucristo. Vieron el cumplimiento de la Palabra de Dios ante sus ojos. Como dice Salmo 40:3: “Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová”. Dios promete que si usted y yo tenemos su canto nuevo en nuestra boca, no sólo en nuestro corazón donde nadie lo ve, porque hay que sacarlo donde lo puedan ver, “verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová”.

Yo anhelo ver cuando llegue al cielo cuántas personas habrán conocido a Cristo como su Salvador como resultado directo de la respuesta de Ron Hamilton, cuando perdió un ojo por cáncer, por eso le llamamos “Parche de Pirata”. A unos días de haber salido del hospital con los versículos que la gente le había enviado, se sentó y escribió: «Gózate en el Señor. Él nunca se equivoca, él conoce el final de cada uno de mis caminos pues cuando sea probado y purificado saldré como oro». Palabras tomadas directamente de la Escritura. Y nunca hemos oído que Ron se queje ni una sola vez. A dondequiera que vamos, la gente cuenta la bendición que ha sido para ellos ese canto, qué bendición.

Di este mensaje en la iglesia hace tiempo, y una señora me escribió una carta varias semanas más tarde. Me dijo: «Usted dio ese mensaje y no tuvo ningún efecto en mí. Dije, no hay manera de que yo aplique eso. Tengo cinco hijos y el mayor tiene cinco años”. No estoy seguro de algunos de los detalles, pero creo que dijo que el mayor tenía cinco años, y continuó: «Siento que lo único que hago es lavar caras sucias y pañales todo el día, pensé que esto no se aplica a mí. Yo no puedo ser testimonio para nadie. No tenemos secadora y tiendo la ropa afuera en el tendedero. Sin embargo, los principios que usted dio volvían continuamente a mi pensamiento, así que decidí que el mejor momento para hacerlo sería en mi momento más frustrante, cuando tenía que tender la ropa en el frío y el viento. Así que decidí cantar himnos de alabanzas mientras tendía la ropa. Sólo tenía dos o tres días haciéndolo cuando un día salió la vecina y se puso junto a la cerca y preguntó: ‘¿Qué es lo que cantas?’». Cuenta que le pudo testificar a la vecina y pocos días después aceptó a Cristo. Eso es lo que promete ese versículo, si cantamos cantos de alabanza a Dios, Dios cumplirá su Palabra, Él nos acercará a otros.

En cierta oportunidad una dama me platicaba que estuvo en una tienda y la dependiente era muy áspera y tosca, y pensó que sería imposible alcanzarla. Cuando todos habían salido se empezó a abrir con nosotros, vio que éramos comprensivos y se abrió con nosotros. Nos platicó que había quedado viuda dos veces, y fueron a visitarla para hablarle acerca del Señor, está abierta al evangelio. Si nosotros abrimos nuestras bocas para alabar a Dios, la música es una de las mejores maneras, aunque no es la única. No obstante, este principio es aplicable, que si abrimos nuestras bocas para alabar a Dios, Él obrará en los corazones para que crean en Él.

Dirá, ¿cómo encontraré himnos de alabanza? Pues es fácil, hay muchos: Qué gran misterio tan incomprensible, Gloria, gloria de Fanny Crosby, Oh quien tuviera lenguas mil, Fuente de la vida eterna. Incluso coros como Si Dios es fiel, Maravilloso es Él, y muchos himnos más. “Qué gran misterio tan incomprensible. El Verbo se encarnó y al mundo descendió. El plano oculto reveló hacia el hombre, y por su tierno amor me levantó”. Cada frase de estas, proviene de la Biblia. Literalmente son cientos de himnos que puede aprender y usar para alabar a Dios.

Nosotros en Música Majestuosa tenemos algunos, nuestros libros se llaman Alabanzas. Hemos usado como tema Mi Dios es justicia y bien. El principio aquí es el mismo que leímos en 2 Crónicas 5: “Él es bueno, mi Dios es justicia y bien, es santo, es un Dios tan fiel, no me desamparará, porque para siempre es su misericordia”. Ese es un canto de alabanza. No trato de venderle nada, pero tenemos libros llenos de cantos que alaban a Dios. Hebreos 13:15, dice: “Ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza”. Si es un sacrificio, me dirá: “Usted no se imagina los problemas que tengo”. Recuerde, “de la abundancia del corazón habla la boca” (Mt. 12:34).

A Dios no le importa tanto por lo que está pasando, sino su respuesta a lo que está pasando. Y usted puede decir: «Eso porque no sabe lo que son los problemas». Recuerdo una época en nuestra vida cuando la señora Garlock y yo estábamos tan quebrantados que casi no podíamos ni orar, y recuerdo habernos arrodillado junto al sofá para decirle al Señor: «Hemos confiado en tus promesas, pero no vemos el cumplimiento. Seguiremos confiando en ti». No creo que haya cambiado nuestras vidas ni nuestras circunstancias, pero sí cambió nuestros corazones. En ese tiempo no podía ni recordar los pasajes que había memorizado, pero recordaba los cantos, podía cantar himnos de alabanza a Dios, es el mejor remedio para la depresión. Si batalla con depresión empiece alabar a Dios, es el mejor remedio cuando no hay trastorno fisiológico. Dios quiere que se despoje del viejo hombre y se vista del nuevo.

El versículo lema de mi vida, cuando la gente me pide que firme algo, siempre pongo Salmo 104:33, que dice: “A Jehová cantaré en mi vida; a mi Dios cantaré salmos mientras viva”. ¡Qué versículo! Y continúa en el siguiente: “dulce será mi meditación en él...” (Sal. 104:34a). Una de las mejores maneras de meditar en el Señor, no es sólo en su Palabra, sino en la Persona de Dios. ¿Desde cuándo no medita en la Persona de Dios mismo? Al recordar al Dios tan grande que tenemos, una de las mejores maneras de hacerlo es cantar himnos que alaban a Dios: «Abrirán tu corazón a Dios, dulce será mi meditación en él». Aun Dios canta, y cuando nosotros lo hacemos nos unimos a algo que vamos hacer por la eternidad, glorificar a Dios. Qué oportunidad nos ha dado Dios: «Yo me regocijaré en Jehová», «Comprobando lo que es agradable al Señor».

Hemos recorrido bastante, empezando por ver que Dios es musical; demostrando que la música tiene un mensaje; que el sonido de la música es importante, pero que también el evangelio, la doctrina que lo acompaña es importante. Demostrando asimismo que la música sí nos afecta, y que Dios nos la ha dado como una de las herramientas más maravillosas. Me alegra tanto de que Dios me permita servirle por medio de la música. Lo disfruto tanto, que me siento hasta culpable, que Dios me permita servirle por medio de algo que tanto me place. ¡Qué privilegio!

Ha sido un placer para mí poder darle estos principios. Espero que los ponga en práctica. No acepte mi palabra por lo que yo diga, lo que diga no importa, es lo que dice Dios. Investigue los principios que le he dado, vea si son fieles a la Palabra de Dios y luego creceremos una vez más,“comprobando lo que es agradable al Señor” (Ef. 5:10).

Que Dios le bendiga y su Santo Espíritu le guíe al comprobar lo que es agradable a Él en el campo de la música.

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