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No hay cristianismo sin Cristo

  • Fecha de publicación: Jueves, 01 Marzo 2012, 00:11 horas

Hay muchos que atacan la fe cristiana. Pero quizá la mayor amenaza contra el cristianismo se encuentra en medio del propio cristianismo, una forma de cristiandad que existe sin Cristo. Durante las varias décadas pasadas, ha habido una tendencia dentro de ciertas denominaciones por diluir el mensaje de salvación que Jesús tan claramente proclamó.

¿Qué hay detrás de este engaño? ¿Tiene la Biblia la respuesta?

Hace unos 2.000 años, se inventó el término cristiano para describir a esos que estaban comprometidos a seguir a Jesucristo. Los cristianos reconocieron que Jesús había muerto por los pecados de la humanidad, creyeron que era Dios encarnado como hombre, reconocieron que si se arrepentían de sus pecados y aceptaban su muerte sobre la cruz y su victoriosa resurrección, podían reconciliarse con el Creador y vivir con él por la eternidad.

Hoy, la palabra cristiano tiene un significado mucho menos específico. Puede describir toda clase de comportamientos, facciones y rituales que las personas adoptan. El nombre cristianismo ha tomado muchas variaciones. Se usa para identificar a una serie inimaginable de individuos religiosos, a pesar del hecho de que incluso ante la observación más casual, se revela que estos “cristianos” no son nada más que charlatanes y fraudes.

La Biblia predice que este será el escenario común en los últimos días. Respecto a la apostasía en la iglesia, Pablo escribió: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Ti. 4:1).

Verdaderamente, tal como predijo Pablo, el cristianismo ha sido afligido por “doctrinas de demonios”. Por ejemplo, un sector mayor del cristianismo ha rechazado abiertamente la abrumadora evidencia que confirma que Dios es el creador de todas las cosas. En lugar de eso, han razonado que las filosofías humanistas, ateas, son compatibles para explicar todas las cosas. Para empeorar la situación, muchos que se autoproclaman cristianos, son más celosos respecto a adorar la creación que al Creador. Ellos apoyan las prácticas religiosas de los paganos en lugar de proclamar las buenas nuevas de que Jesucristo murió para salvarnos de nuestros pecados y darnos la esperanza de vida eterna.

A fin de ser llamados cristianos verdaderos, hay ciertas doctrinas fundacionales de la fe que no pueden comprometerse o diluirse. La salvación depende totalmente de la obra consumada sobre la cruz. No hay otra forma de heredar la vida eterna.

Nuestra primera responsabilidad es captar firmemente y creer estas buenas nuevas por nosotros mismos, estableciéndolas para siempre en nuestros corazones. La siguiente responsabilidad es compartirlas con otros, sembrando las buenas semillas del evangelio y orando para que Dios garantice un suelo fértil, para que germine la semilla de la Palabra y traiga vida eterna. ¿Conoce alguien que profesa ser cristiano, pero no conoce a Jesucristo? ¿Por qué no toma tiempo, ora por él/ella ahora mismo y pide que la gracia de Dios les revele la luz?

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