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El resultado de una decisión

Se ha puesto a pensar ¿por qué la Biblia Católica tiene más libros que la Evangélica? La respuesta proviene de un hombre que murió el 30 de septiembre del año 420. Su nombre fue Sofronio Eusebio Girolamo, pero la historia lo conoce como Jerónimo.  Nació de padres cristianos en la parte nororiental de Italia y fue a Roma a la edad de doce años para estudiar.  Fue bautizado allí a los diecinueve años y resolvió dedicarse exclusivamente al servicio de su Señor.

Fiel hasta el fin

George Whitefield fue el más grande predicador del siglo dieciocho y uno de los individuos más conocidos y más amados en América.  Nacido en Inglaterra, ingresó en Oxford en 1734.  Dedicó su entera vida a la predicación.  Cuando las iglesias se rehusaron a permitirle que usara sus púlpitos, comenzó a predicar al aire libre.  Viajó a través del mundo de habla inglesa, realizando catorce viajes a Escocia y siete a Estados Unidos.  Regularmente pronunciaba como veinte sermones a la semana.

Todo se inició cuando las personas comenzaron a orar

En 1860 los cristianos en Jamaica oyeron hablar del despertar espiritual que se estaba propagando por todo el mundo.  Deseando convertirse en una parte de él, comenzaron a celebrar reuniones de oración al despuntar el día.  La mayoría tenían lugar en las plantaciones, ya que las personas podían así orar antes de iniciar sus labores en los campos.

Un verdadero noble

John Wycliffe un líder reformador en Inglaterra, nació antes de la Reforma alrededor de 1320.  Recibió un doctorado en teología en Oxford y sirvió como un conferencista en la universidad y como rector de las iglesias locales.  Enseñaba que la Biblia era la única autoridad para fe y práctica.  Negaba la enseñanza católico romana de la transubstanciación la que asegura que el pan y el vino de la comunión en la misa, de hecho se transforman en el cuerpo y sangre de Cristo.  Repudió la enseñanza de la iglesia católica de que el pecador, como es incapaz de hacer suficiente penitencia para expiar por sus pecados, puede utilizar los tesoros espirituales  de los méritos de Jesucristo, la Virgen María y los santos, llamados indulgencias.  Atacó la infalibilidad del papado y trató de abolir las órdenes religiosas.

Pionero de la reforma

Thomas Bilney, un pionero de la Reforma inglesa, nació cerca de Norwich en 1495.  Siendo un joven estudiante de teología en Cambridge, confuso y físicamente acabado por su lucha con su "condición perdida", en un estado de pánico y desesperación salió de su dormitorio una noche y se dirigió a una librería en donde vendían "libros prohibidos" y compró una copia del Nuevo Testamento.  Oculto esa noche debajo de las sábanas con su compra ilegal y una vela parpadeante, sintió que la radiante luz de Dios se derramaba sobre su alma.

Un mártir de la reforma

La historia de la vida y muerte de Hugh Latimer no deja de impresionar a través de los siglos.  De ser uno de los más férreos opositores a la Reforma, y de los sacerdotes católicos más importantes de su época, pasó a ser el predicador protestante más grande de su tiempo y uno de los iconos del mensaje del Evangelio, el que proclamó con inquebrantable convicción, incluso hasta el martirio.

La vergüenza de Salem

Todo comenzó en 1692 cuando la joven hija de Samuel Parris, el pastor de la iglesia de Salem, Massachusetts, comenzó a exhibir extraños síntomas psicopáticos.  Experimentaba convulsiones violentas, alucinaciones y estados como de trance.  Un poco después de esto, tal parecía que su prima estaba afligida del mismo mal.   Pronto la histeria se propagó entre otras jóvenes adolescentes dentro de su esfera social.  La propia esclava de Parris, Tibuta, pasaba el tiempo contándole a estas niñas impresionables cuentos sobre hechizos, brujería y ocultismo que recordaba de su infancia en las Indias Occidentales.

Los tiempos y las edades de Dios

En noviembre 3 de 1745, David Brainerd un misionero de los indios Crossweeksung, de New Jersey, de veintiséis años, bautizó catorce convertidos.  Esto fue parte de lo que él llamó “una obra extraordinaria de gracia” con la cual Dios había bendecido su labor entre los nativos americanos de New Jersey y Pensilvania.

El dolor es parte de la vida

Dice la Escritura: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto” (Juan 12:24).

El 24 de octubre de 1851 fue el funeral de Archibald Alexander, el primer profesor del Seminario Teológico Princeton.  Bajo su liderazgo el plantel se convirtió en el seminario líder de la nación.  El funeral se llevó a cabo en la Primera Iglesia Presbiteriana de Princeton.  La procesión funeraria pasó enfrente de Nassau Hall, el edificio más antiguo en donde estaba localizada la escuela, antes de seguir por la calle Whiterspoon  en dirección al cementerio.  Encabezando la procesión iban doscientos cincuenta estudiantes y los profesores del seminario.

Lloró con quienes lloraban

Edward D. Griffin renunció a su pastorado en la Iglesia Presbiteriana Newark, una de las más grandes en la nación, para convertirse en profesor de predicación ante el púlpito, en el nuevo Seminario Teológico en Andover, Massachusetts.  Cuando se mudó de Nueva Jersey a Boston, a ocupar su nueva posición, fue acompañado por cinco estudiantes que atenderían el nuevo seminario.  Uno de ellos, Lewis LeCount Conger, pronto se enfermó seriamente, y Griffin quien aprendido a querer profundamente al joven, buscaba informar y consolar a la familia del seminarista enfermo.  Fue así como comenzó su conmovedora correspondencia con esos que amaban a Lewis Conger:

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