Media docena de excusa del pecador
- Fecha de publicación: Miércoles, 27 Julio 2011, 03:29 horas
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Aquellos de nosotros los cristianos que tratamos de alcanzar al mayor número posible con el Evangelio de Cristo, tenemos suficiente experiencia en las diferentes reacciones que nuestro esfuerzo consigue.
Algunos ejemplos:
Yo ya tengo mi religión y con esto me basta...
Ustedes aborrecen a María y esto yo no lo puedo aceptar...
Ustedes comenzaron con Lutero, nosotros no, venimos de los apóstoles de Cristo.
Yo creo que todas las religiones son buenas, si uno es sincero...
Ustedes tienen eso que cada uno interpreta la Biblia a su manera...
Yo prefiero estar donde estoy. Mis antepasados pertenecieron a esta religión y no veo la necesidad de cambiar a otra...
Recuerdo que cuando era jovencito, en la zona donde vivía con mis padres, se decía que era muy peligroso leer la Biblia, porque al hacerlo, uno podría quedar loco...
La lista de excusas podría ser mucho más larga y ciertamente todos los cristianos activos, los que comparten el Evangelio con otros, deben tener sus propias experiencias.
VAMOS A ENUMERAR SEIS EXCUSAS PRINCIPALES
Debemos admitir que hay pecadores que no invocan, lo que se podría llamar, excusas tontas.
Ellos no hablarían de María, de Lutero, de quedar loco por leer la Biblia, de ser parte de la única verdadera iglesia, porque saben que aquello no es cierto y no quiere lucir su ignorancia.
Se trata de personas que conocen la verdad y su principal argumento es... “Todavía no”. Veamos esas seis excusas:
1. SOY DEMASIADO JOVEN PARA OCUPARME EN RELIGIÓN
Si seguimos la pista a un pecador(a) desde su temprana edad, pronto descubriremos que el joven ve ante sí una puerta abierta con muchas posibilidades que podrían hacerlo famoso, rico, divertido y con muchos amigos.
Hace algunos años se hizo famosa la canción... “Quiero tener un millón de amigos”.
En plena juventud, el muchacho piensa en el deporte...
Piensa en el fútbol, ciclismo, natación, basquetbol y una larga lista en el campo del deporte que aparece ante el joven. ¿Religión, a esta edad...?
NO SE TRATA DE QUIEN RECHAZA DEFINITIVAMENTE
Estamos hablando de un pecador perdido que... solamente pospone esta decisión. Él sabe que, tal vez, habría que detenerse en hacer los arreglos pertinentes para estar bien con Dios también.
• Él no piensa que su juventud puede acabar en un instante...
• Él no piensa que detrás de su decisión de postergar, está el peligro de seguir haciéndolo hasta cuando la muerte lo recoja aunque viva muchos años...
• Él no entiende que Satanás está detrás de esta indecisión y que a medida que pasen los años, él siempre tendrá una excusa...
Le parece que entregarse al Señor es volverse miserable y acabar con la felicidad.
Piensa que esto le traerá vergüenza y rechazo de familiares y amigos...
Piensa que si cumple con algunas ceremonias y prescripciones de su religión, es suficiente.
Cierta vez uno de estos caballeros dijo: «Yo fui llevado a la iglesia y me salpicaron con agua, el bautismo. Luego me casé, y me salpicaron con granos de arroz. Esto es todo cuanto necesitaba y no quiero más». Su interlocutor le respondió: «Una vez más lo llevarán y será salpicado con tierra»...
¿ES USTED DEMASIADO JOVEN PARA PENSAR EN DIOS?
Todo joven debe recordar las palabras de Salomón: “9 Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad. Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento” (Eclesiastés 11:9-12:1).
El autor a los Hebreos amonesta: “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones”: Es tan serio esto que en el versículo 15, vuelve a decir: “Entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones...” De nuevo se repite lo mismo en Hebreos 4:7: “7 otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 4:7).
Luego en Hebreos 3:13, dice... “Antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado”.
Cuando una persona es joven, cree que el mundo le ofrece placeres que la vida cristiana se los quitaría...
El joven no piensa que su evaluación es incorrecta, porque está engañado por el pecado.
Cuando menos piense, descubrirá que la juventud es fugaz, que la ha descuidado y que es irrecuperable.
Cualquier edad es buena para recibir a Cristo y ser salvo, pero ninguna como la niñez y la juventud...
2. ESTOY DEMASIADO OCUPADO PARA PENSAR EN DIOS
Al joven imagínelo muy jovial, corriendo tras la pelota, participando en una carrera de bicicleta, escalando montañas. Ganando trofeos por su resistencia y por sus habilidades en más de una disciplina deportiva...
Ahora imaginemos al mismo joven pero ya casado y con uno o dos hijos...
Sus ocupaciones, sus intereses y responsabilidades han cambiado...
Ahora su esposa lo llama desde el automóvil diciéndole que no le alcanza el dinero que tiene para cubrir las compras que hará...
Ahora tiene que verse porque el chiquillo se enfermó y es necesario ver a un médico...
Ahora en el trabajo no hay mucha seguridad y probablemente sea despedido y se quede sin ingreso monetario.
Ahora la excusa para pensar en Dios es otra, es que... “estoy demasiado ocupado” para pensar en Dios.
Esta etapa de la vida también pasa pronto y es verdad que mantiene ocupado al joven de ayer...
3. ESTOY DEMASIADO FELIZ PARA PENSAR EN DIOS
Los hijitos de ayer ya crecieron, son adolescente y han cubierto la primera parte de su educación, listos para continuar.
Recibieron becas porque tuvieron muy buen puntaje...
Al que conocimos como joven campeón, ahora camina muy contento con su esposa, los hijos tienen sus intereses y ocupaciones y la pareja recorre los senderos de un maravilloso parque contemplando todo aquello y gozando del trinar de las aves.
Es probable que allí de nuevo alguien lo encuentre para hablarle de Dios.
No, gracias, somos felices como individuos y como pareja, ¿qué más podemos pedir? ¿Acaso no estoy bien con Dios si vivo una vida tan feliz?
Ando bien con mi esposa, con mis hijos, con mis familiares, con mis compañeros de trabajo. Pertenezco a un club exclusivo y puedo darme el lujo de gozar de muchos privilegios, al margen de lo absolutamente necesario.
No entiendo porque ciertas personas me persiguen siempre con eso de Dios, de Cristo, de salvación, que hay que evitar el infierno y cosas así. Yo no molesto a nadie, cada uno que vive como quiere...
• ¿Quieres creer en Dios? ¡Entonces, adelante, cree!
• ¿Quieres creer en Buda? ¡Adelante!
• ¿Quieres creer en Mahoma? ¡Adelante!
Todos ellos y cada uno en particular dicen ser la única verdadera religión.
Yo trato de hacer el bien que puedo y de no engañar a nadie.
Yo no robo, no estafo, no mato, no insulto a nadie y suelo dar una que otra limosna al pobre que se me cruza...
Pero... ¿está usted preparado para la muerte? ¿Qué? ¿Muerte para un hombre de mi edad en plena flor de la vida? Bueno... permítame relatarle una experiencia que aparece en la Biblia. Creo que he visto su nombre en Lucas 12:16-21: “16 También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”.
4. DEMASIADO CANSADO PARA PENSAR EN DIOS
Seguimos con el mismo joven con el cual comenzamos siguiéndole sus pasos hasta verlo ya cuando sus hijos se casaron y cada uno tiene su familia. El caballero ya cumplió mas de 60 años y lo único de juventud que tiene son las fotografías de hace más de 30 años y algunos trofeos que exhibe con orgullo.
Todavía tiene tiempo para corregir su locura de vivir sin ser salvo...
Sin embargo, aunque tiene una Biblia, no la ha leído jamás. Primero por ser muy joven, luego por estar demasiado ocupado, mas adelante, demasiado feliz y ahora, demasiado cansado.
¡SATANÁS TIENE EXCUSAS PARA TODAS LAS ETAPAS DE LA VIDA!
No sé a qué altura de la vida está usted, pero para todo pecador no es tan fácil abandonar la vida perdida y recibir la salvación que el Salvador le ofrece.
En muchos casos su propia religión es su mayor estorbo, especialmente si la tal religión lleva el rótulo o la etiqueta de... cristiana.
Los cristianos deseosos de conducir a otros al conocimiento del Señor, solemos desanimarnos cuando ese pecador como que... no tiene interés.
Debemos recordar siempre que nuestro trabajo termina cuando le hablamos al pecador acerca de Cristo. La otra parte la hará el Señor. Si vemos que el pecador evangelizado sigue en sus pecados, no es que fracasó usted o que el fracaso sea del Señor.
Ocurre que, mientras el cristiano le indica al pecador quien es el Salvador y cómo acercarse a Él. El Salvador se ofrece salvarlo, pero tampoco lo presiona. Él dice... “Venid a mí todos”. Él dice además que... el que oye y cree, en ese momento obtiene el perdón de pecados y la vida eterna.
El mismo pecador acaba de recibir ayuda de dos personas: usted y el Salvador.
¿Por qué no se salva? ¡Porque no quiere!: “40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
¿Es posible que una persona simplemente no quiera acudir al Señor para obtener la salvación?
El pecador que no se salva, no es porque no fue predestinado para salvación, tampoco por ser demasiado pecador ni demasiado... “sin pecado”. La única razón es porque no quiere...
PARA EL CANSANCIO SATANAS TIENE LOS ELEMENTOS NECESARIOS:
1. Una pelea entre palabra y palabra con la esposa...
2. Algún “juguito” llamado cerveza...
3. Un cómodo sillón para relajarse y... “que nadie me moleste”...
4. Un televisor con su control remoto para una agradable distracción...
5. Una llamadita telefónica para distraerse con algún amigo del mismo tipo de vida.
¿Qué pasaría si este hombre cansado del día de tanto trabajo tomara otro camino?
1. Una conversación con su esposa sobre asuntos espirituales. Tal vez ella le contaría lo que había escuchado por radio durante el día. Algún predicador que habló sobre algún tema que le fue de bendición.
2. El caballero se tomara una buena ducha y se ofreciera para completar la cena a fin de hacerle más liviana las ocupaciones inevitables para ella...
3. Ya a la mesa, ambos elevaran una plegaria al Señor agradeciéndole por el día pasado y encomendando sus vidas a su Salvador, antes de recibir los alimentos.
4. Terminada la cena, ambos lavaran los platos, limpiaran la cocina y ya listos para el descanso.
5. Ahora sí, un momento de lectura bíblica y oración antes de retirarse a descansar.
Para que todo esto ocurriera, el caballero del que hablamos, debía haber hecho las paces con Dios, recibiendo a Cristo por Salvador. El hombre se encamina a la muerte sin pensar que con cada día que pasa su cuerpo está más cerca del cementerio.
5. DEMASIADO SABIO PARA PENSAR EN DIOS
Este caballero imaginario (que puede ser usted mismo), ahora no tiene por qué preocuparse. Tiene suficiente para vivir cómodamente. Sus hijos ya tienen sus propias familias, hay algo de ahorros en el banco. La experiencia que tiene, como que... le ofrece seguridad en esta última etapa de su vida.
¿Tendrá tiempo ahora para pensar en su eternidad?
¿Se detendrá para corregir su andar y optar por el Salvador?
¿Acaso no sabe que la muerte puede reclamarlo en cualquier momento?
¿De qué le valdrá su sabiduría, su experiencia y su cómoda vida, si ahora que tiene tiempo y oportunidad tampoco está dispuesto a hacer los arreglos para la eternidad?
¿Acaso no sabe él que con la muerte física el pecador pierde para siempre la oportunidad para ser salvo?
¿Le habrá dicho alguien lo que la Biblia dice sobre la muerte de los perdidos?
1. El pecador puede ser salvo únicamente mientras está en su cuerpo, mientras vive: “25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” (Juan 11:25, 26).
2. Por delante el Señor programó dos resurrecciones. La primera para los salvos: “6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años” (Apocalipsis 20:6).
“23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida” (1 Corintios 15:23).
Todos cuantos participen de la primera resurrección serán retirados de sus sepulcros para encontrarse con su Salvador en el aire: “53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria” (1 Corintios 15:53, 54).
Es trágico ver a tantos hombres y mujeres, viviendo como si todo terminara con la muerte...
No todos tienen la oportunidad de completar las seis excusas...
El que un caballero pueda vivir sano y fuerte hasta una edad avanzada no es regla. Es más bien raro...
Cuando el hombre llega a su quinta excusa, sus logros, su experiencia, su posición en la sociedad y hasta su intachable trayectoria desde su juventud, le hacen pensar que el cielo y el mismo Creador lo aplauden, razón por la cual Dios lo bendijo y lo protegió.
6. ¡DEMASIADO TARDE PARA PENSAR EN DIOS!
Resulta que con frecuencia la muerte no da tiempo para arreglar cuentas con Dios. No hay alguien para dirigir al pecador no salvo al Salvador.
¡LA MUERTE NO PREAVISA DE SU LLEGADA!
Quiero compartir algunos casos de muertes repentinas, incluso de jóvenes y personajes que tuvieron muchos planes para una larga vida. Pero... como se suele decir, “la muerte les hizo una mala jugada...”
NUNCA OLVIDE:
HE AQUÍ UNA DOCENA DE ADVERTENCIAS PARA USTED
1. La salvación es posible únicamente mientras usted vive, luego, si muere sin ser salvo, resucitará para ser juzgado y condenado por la eternidad: “27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27).
“7 Cuando muere el hombre impío, perece su esperanza...” (Proverbios 11:7a).
“26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” (Juan 11:26).
2. Usted tiene por delante dos eternidades o dos destinos eternos. Nadie podrá escoger por usted. Cada uno escoge su destino. O vida eterna en el cielo con Cristo o condenación eterna en el infierno con Satanás y con todos los impíos: “28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Juan 5:28, 29).
3. Si usted no cree en la resurrección de los muertos, eso no cambia nada, ya que Dios no pregunta si usted quiere o no resucitar. No tendrá un reloj despertador en su tumba para que pueda resucitar. El Creador ordenará que resucite ¡y usted lo hará con la velocidad de un relámpago!: “52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Corintios 15:52).
4. Tenga por seguro que Dios lo ama mucho, tanto es así que entregó a su Único Hijo, el Señor Jesús, para que Él muriera por usted y sufriera todo cuanto sufrió cuando fue crucificado: “21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1 Pedro 2:21-24).
5. Recuerde que no hay pecado tan grave que Él no le pueda perdonar ni tan pequeño que no necesite perdón... “Y a vosotros, estando muertos en pecados... os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados” (Colosenses 2:13).
6. ¿Sabe usted qué hace Él (Dios) con los pecados del pecador que busca Su perdón?: “17 He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados” (Isaías 38:17).
7. Nunca olvide que fuera de Cristo no hay quien salve. No hay una religión que salva, no es posible acumular buenas obras para salvarse, no hay nadie, ni en el cielo ni en la tierra, fuera de Cristo, que pueda salvar a un sólo pecador: “11 Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:11, 12).
“6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).
8. El mejor momento, la mejor fecha, la mejor hora, la mejor edad para salvarse es la misma para todos. Se define con una sola palabra AHORA: “7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, 8 No endurezcáis vuestros corazones... 12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado” (Hebreos 3:7, 8a, 12, 13).
“7 otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 4:7).
Hoy es el único día seguro para nosotros, porque el ayer ya pasó y el mañana bien puede ser que nunca llegue.
9. No olvide que no hay manera de detener la muerte cuando ésta llega para desalojar al destinatario que busca de su “residencia” (cuerpo): “8 No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad librará al que la posee” (Eclesiastés 8:8).
10. Nunca olvide que usted es pecador, no porque peca, sino que usted peca porque nació pecador: “12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12).
“5 He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre” (Salmo 51:5).
El día que su padre lo engendró y su madre lo concibió, usted ya era pecador.
12. El único medio de salvación para todo pecador (y todos lo somos) es mediante la gracia divina: “8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8, 9).
La salvación es un regalo. No se puede comprarla ni por dinero ni sacrificándose en bien de otros, ni haciendo caridad a diestra y siniestra.
El temor a la muerte se debe a la falta de seguridad de lo que le espera al moribundo más allá.
Hay solo dos clases de muertes. El salvo que muere y va rumbo al cielo y el no salvo, que también muere, pero va rumbo al infierno.
En el cielo nadie discute si hay o no hay cielo.
En el infierno tampoco se discute si hay o no hay infierno.
En el cielo todos los redimidos gozan de lo que en vida le pertenecía por fe y esperanza.
En el infierno, del cual tanto se burlaba quien rechazó la oferta divina, hay dolor, hay separación, hay arrepentimiento, hay clamor a Dios.
Todo es sincero, todo es verdadero. El arrepentimiento, la fe, la gracia divina... pero todo ¡DEMASIADO TARDE!
En este mundo tenemos el tiempo necesario entre la cuna y la tumba para decidir nuestra eternidad: Cielo o Infierno.
Nunca olvidemos, el infierno fue preparado para el diablo y sus ángeles: “41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25: 41).