Cuando queremos hacer algo que no está bien, buscamos excusas para justificar nuestros hechos.  Por ejemplo, si queremos ser deshonestos en el examen que rendimos, pensamos: «Bueno, todos lo hacen», aunque no siempre sea así.  Si queremos retener las ofrendas que son del Señor, decimos: «Bueno... Dios es dueño de todo y no necesita de mi dinero.  ¡La mayoría en la iglesia no da la ofrenda!». 

La Biblia dice: “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.  El camino de los impíos es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan”
Pr. 4:18, 19). 

          En Estados Unidos hoy, es perfectamente legal modificar la apariencia de las partes privadas externas mediante una cirugía de reconstrucción genital, además de cambiar los caracteres sexuales secundarios, gracias a una terapia de reemplazo hormonal.   Se trata de una extraña y retorcida mutilación médica para alcanzar la transexualidad.

      ¿Sabía usted que María recibió a Cristo Jesús como su Salvador personal antes de que él naciera?  Cuando ella visitó a la madre de Juan el Bautista, llamada Elizabet, Juan, que estaba en el vientre de su madre, dio un salto unos tres meses antes de nacer: