Teodosio el Grande
- Categoría: Tema del día
Teodosio el Grande
La gran estatua de bronce de la divinidad griega Serapis había sido adorada por generaciones. Los adoradores fieles ahora observaban con temor como los soldados de Teodosio levantaban los pesados martillos contra la gigantesca efigie de metal que se erguía en el templo pagano de Alejandría.
Al primer golpe, los espectadores cayeron sobre sus rostros aterrados esperando ver caer sobre ellos la ira divina de Serapis. Pero ningún rayo cayó sobre las tropas del emperador cristiano Teodosio Primero, ni tampoco el sonido de un trueno enfurecido retumbó en el templo. En lugar de eso, conforme los martillos le hacían grandes agujeros al bronce batido, una multitud de ratas espantadas brotaron del suelo del templo antiguo. Se dice que en ese día muchos paganos se convirtieron en cristianos.
Hijo de un famoso general romano, Teodosio nació en España en el año 347. Temprano en su vida se distinguió como militar y luego se retiró del servicio público. En el año 379, el emperador Graciano al sentirse incapaz de resistir las incursiones de los bárbaros, propuso al general hispano Flavio Teodosio el gobierno de la parte oriental, siendo coronado emperador de Oriente el 19 de enero del año 379. Allí libró las guerras góticas tan efectivamente, que en el año 380 fue capaz de firmar un victorioso pacto de paz con los godos. A principios de ese año, se enfermó tan gravemente que temiendo que iba a morir, buscó al obispo de Tesalónica y fue bautizado.
Aunque Teodosio fue criado como cristiano, su bautismo en el año 380 debe haber sido una experiencia de conversión. Desde el año 381 hasta su muerte, fue un militante celoso de las doctrinas apostólicas de la iglesia de la misma forma como era de la gobernatura del imperio.
En los años 381 y 385 prohibió los sacrificios para la adivinación, detuvo efectivamente todos los holocaustos paganos a todo lo ancho del imperio, autorizó la destrucción de algunos templos paganos, los que convirtió posteriormente en iglesias cristianas y ordenó la demolición de todos los templos en Alejandría causando desasosiego entre los cristianos y los paganos.
En el año 391 cerró todos los lugares paganos de adoración a todo lo ancho del imperio. Al año siguiente, de manera efectiva prohibió la adoración infiel privada, amenazando con duros castigos a los aterrados paganos para que consideraran el cristianismo.
Desde el año de su bautismo, Teodosio le ordenó a sus súbditos que “siguieran esa religión que Pedro y los apóstoles le trasmitieron a los romanos”. Aliado espiritualmente con Ambrosio, el popular obispo de Milán, luchó vigorosamente contra una herejía duradera, el arrianismo, la cual negaba la existencia eterna del Hijo de Dios. Todos los arrianos conocidos fueron expulsados de Constantinopla y sus capillas fueron cerradas a través del Oriente.
Teodosio cometió un error muy serio. En el verano del año 390 estalló una insurrección subversiva en Tesalónica, y el comandante militar de la ciudad fue asesinado. El deseo de Teodosio por vengarse le condujo a ordenar una masacre de los habitantes de la ciudad, los inocentes junto con los culpables. Pronto se arrepintió de su ataque de furia y canceló la orden, ¡pero era demasiado tarde! Siete mil habitantes de Tesalónica que fueron atraídos al estadio de la ciudad por la falsa promesa de una carrera de carrozas, fueron asesinados por las tropas romanas.
Ambrosio estaba horrorizado. Como obispo y amigo, le envió una carta personal a Teodosio, pero espiritualmente inflexible, que decía: “Si el sacerdote no le habla a alguien que peca, él que yerra morirá en su pecado”. Ambrosio le negó la comunión al emperador hasta que se arrepintió verdaderamente y completó un período de ocho meses de penitencia.
Teodosio se encerró en su palacio y lloró. Finalmente se reunió con Ambrosio privadamente en humilde quebrantamiento. Perdonado finalmente y libre para entrar al santuario y adorar, mostró su arrepentimiento públicamente arrojándose sobre el piso, arrancándose sus cabellos y llorando a gritos ante Dios y el hombre implorando perdón por su pecado.
El 17 de enero del año 395, Teodosio murió. Fue el último soberano del imperio romano unificado. Hizo arreglos oficiales para que después de su muerte, el oriente y el occidente se dividieran en dos imperios permanentes para sus dos hijos. Como resultado de su política agresiva, dejó tras de sí un reino libre de herejías y paganismo. La posteridad le recuerda como Teodosio el Grande.
Reflexión
¿Cómo evalúa usted la vida de Teodosio? ¿Estaba correcto o se equivocó al destruir templos paganos y desterrar a los herejes? ¿Cuáles fueron sus puntos fuertes y sus debilidades? Los errores son parte de la condición humana, ¡pero gracias a Dios que hay perdón para esos que muestran arrepentimiento genuino!
“El alma sin ciencia no es buena, y aquel que se apresura con los pies, peca” (Proverbios 19:2).