Esta reseña del texto bíblico no será un ejercicio de diplomacia con palabras edulcoradas ni fingidas, muy del gusto de los apóstatas e hipócritas que pueblan púlpitos, seminarios e institutos bíblicos, que nunca señalan a los lobos que se introducen entre el rebaño, "para no alterar la paz en medio de los hermanos", es decir, para salvaguardar su bolsillo y posición entre la élite de eruditos infieles, que una vez se infiltraron y hoy copan iglesias, denominaciones y centros de estudio evangélicos, otrora fieles, pero que hoy sirven noche y día a Satanás