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El Judío ¿Bendición o maldición? (II) Israel morando con seguridad

  • Fecha de publicación: Viernes, 24 Enero 2020, 11:17 horas

Recientemente se ha hablado mucho acerca del tiempo de la futura invasión ruso-iraní a Israel, profetizada en los capítulos 38 y 39 de Ezequiel.  Debido a los eventos de interés periodístico que están ocurriendo actualmente, por medio de los cuales las relaciones entre Irán y Rusia se están fortaleciendo, los entusiastas de la profecía están tratando de manera apropiada de unir los puntos proféticos.  Como tal, debemos considerar cuidadosamente las cuatro condiciones o requisitos previos que tendrán que estar vigentes en la nación de Israel, antes que ocurra tal invasión.

1.   Israel tendrá que ser una nación restablecida como un estado soberano judío.
2.   Una nación militarmente segura.
3.   Estará morando en paz en el Medio Oriente, y
4.   Será una nación con su fortuna restaurada.

Dijo el profeta: “De aquí a muchos días serás visitado; al cabo de años vendrás a la tierra salvada de la espada, recogida de muchos pueblos, a los montes de Israel, que siempre fueron una desolación; mas fue sacada de las naciones, y todos ellos morarán confiadamente” (Ezequiel 38:8).

Este pasaje nos informa que Dios reunirá al pueblo judío desde todas las naciones del mundo, y los llevará de regreso “a los montes de Israel.   Ahora, esto no implica que los judíos migrarán sólo a las áreas montañosas de Israel, sino que más bien alude al hecho de que el pueblo judío integrará un estado soberano.  Aunque la Biblia a menudo se refiere a los montes en un sentido geográfico literal, también puede aludir al liderazgo o gobierno de una nación en un sentido tipológico.  En este caso por ejemplo, la inferencia es a un estado independiente judío, sobre el cual preside un gobierno soberano.  Como este gobierno está asociado con “los montes de Israel”, podemos decir con seguridad que la localización para este estado judío soberano restaurado es Israel.

Además, la Biblia describe al pueblo judío morando con seguridad.  Ezequiel declara que ellos como nación, “moran confiadamente”.  Usa las palabras hebreas Yashah Betach para destacar este punto.  La Escritura menciona estos dos vocablos hebreos que se complementan el uno con el otro, en otras partes del Antiguo Testamento, para identificar la soberanía del estado de Israel morando en una condición de seguridad militar: “Así ha dicho Jehová el Señor: En aquel día subirán palabras en tu corazón, y concebirás mal pensamiento, y dirás: Subiré contra una tierra indefensa, iré contra gentes tranquilas que habitan confiadamente; todas ellas habitan sin muros, y no tienen cerrojos ni puertas; para arrebatar despojos y para tomar botín, para poner tus manos sobre las tierras desiertas ya pobladas, y sobre el pueblo recogido de entre las naciones, que se hace de ganado y posesiones, que mora en la parte central de la tierra” (Ezequiel 38:10-12).

Ezequiel hace una exposición detallada de las condiciones que prevalecerán en Israel para el tiempo en que avanzará la coalición iraní comandada por Rusia.  Dice que irán “contra gentes tranquilas que habitan confiadamente [yashab betach]; todas ellas habitan sin muros”.  Israel será una nación en paz en el Medio Oriente.  La descripción de Ezequiel de que habitan sin muros, enfatiza una condición de seguridad nacional.

A lo largo del tiempo, los humanos han construido muros fortificados para impedir intrusiones de los enemigos y poner en vigor la separación entre dos grupos de la población.  Los chinos levantaron la Gran Muralla alrededor del año 200 antes de Cristo, para proteger la frontera norte de China de intrusos.  Los alemanes erigieron el Muro de Berlín en 1961 a fin de separar el sistema político comunista del oriente del capitalismo propagado en el occidente.

Asimismo, Israel hoy ha construido su propio muro fortificado para impedir que se introduzcan por la fuerza en su territorio y en sus propiedades, el elemento terrorista de la población Palestina.  Este muro se eleva unos siete metros sesenta y dos centímetros y se extiende por 721 kilómetros.  Como tal, Israel no es la nación que habita hoy sin muros, descrita en Ezequiel 38:11: “Y dirás: Subiré contra una tierra indefensa, iré contra gentes tranquilas que habitan confiadamente; todas ellas habitan sin muros, y no tienen cerrojos ni puertas”.

Cuando Ezequiel dice que se trata de un “pueblo recogido de entre las naciones”, que ha adquirido “ganado y posesiones”, la referencia a que ha adquirido “ganados”, es para representar su riqueza agrícola, y las “posesiones” para referirse a su riqueza comercial.  Esta condición de  la restauración de su fortuna se asemejará al período de la historia de Israel correspondiente al año 1000 antes de Cristo, cuando el rey Salomón reinaba sobre la nación.  Tal como fuera el caso entonces, Israel se convertirá en uno de los países más ricos, si acaso no en la más rica de todas las naciones del mundo.

En el siguiente versículo, Ezequiel nos informa que la coalición rusa-iraní aspira apoderarse de la fortuna restaurada de Israel.  Sabá y Dedán, que en los tiempos bíblicos ocuparan el territorio en donde ahora se encuentran las naciones modernas de Yemén y Arabia Saudita, junto con otros mercaderes y poblaciones militares, cuestionarán los motivos de la coalición y al hacerlo permiten que podamos vislumbrar cuáles son sus verdaderas intenciones.

“Sabá y Dedán, y los mercaderes de Tarsis y todos sus príncipes, te dirán: ¿Has venido a arrebatar despojos? ¿Has reunido tu multitud para tomar botín, para quitar plata y oro, para tomar ganados y posesiones, para tomar grandes despojos?” (Ezequiel 38:13).

La coalición ruso-iraní tendrá como blanco el “ganado”, las “posesiones” y otros “grandes despojos” adquiridos por Israel.  El que posea además un gran “botín”, enfatiza la idea de una nación rica.

Como ya dijimos, para que todo esto ocurra, Israel primero tiene que cumplir con las cuatro condiciones que mencionáramos previamente: tiene que ser un estado soberano judío, militarmente seguro, estar en paz y con su fortuna restaurada.  Para que esto sea posible, necesita alcanzar la aceptación de parte de la gran mayoría de los miembros de la Liga Árabe, y así tener derecho a existir como un estado soberano, lo que implica que deberá hacerle concesiones políticas a los palestinos y sus socios árabes.  Sin embargo, la Biblia no apoya esta solución internacional.

La Biblia declara que la nación de Israel logrará sus cuatro pre-requisitos  gracias a una solución militar.  La Fuerza de Defensa Israelí se comprometerá en un serio conflicto regional.  Su victoria será en preparación para los eventos futuros de la coalición ruso-iraní destinada a avanzar en contra de ellos.

Retrocediendo a las palabras de Ezequiel, el capítulo 28 declara que Dios vendrá en defensa de Israel: “Y nunca más será a la casa de Israel espina desgarradora, ni aguijón que le dé dolor, en medio de cuantos la rodean y la menosprecian; y sabrán que yo soy Jehová.  Así ha dicho Jehová el Señor: Cuando recoja a la casa de Israel de los pueblos entre los cuales está esparcida, entonces me santificaré en ellos ante los ojos de las naciones, y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob.  Y habitarán en ella seguros, y edificarán casas, y plantarán viñas, y vivirán confiadamente, cuando yo haga juicios en todos los que los despojan en sus alrededores; y sabrán que yo soy Jehová su Dios” (Ezequiel 28:24-26).

Si parafrasearemos esto, sería: “Sí, ellos morarán con seguridad [yashab betach], cuando yo Dios, ejecute mis juicios sobre todas esas naciones árabes a su alrededor que los menosprecian”.  Ezequiel nos recuerda que la seguridad nacional que Israel necesita tan desesperadamente hoy, llega por medio del juicio ejecutado “sobre todas esas naciones árabes a su alrededor que los menosprecian”.

De manera sorprendente, “todas esas naciones árabes a su alrededor que los desprecian”, que menosprecian al emergente estado judío, están visiblemente ausentes en la coalición ruso-iraní, que incluye a Etiopía, Libia y Turquía junto con varias naciones modernas.  Los entusiastas de la profecía se preguntan, el por qué de todo esto, ya que en la actualidad, “todos esas naciones árabes a su alrededor que menosprecian al emergente estado judío son los oponentes más visibles de Israel”.

De manera coincidencial, estas naciones árabes en cuestión son miembros enumerados separadamente en otra profecía que habrá de cumplirse descrita en el Salmo 83, y que dice: “Oh Dios, no guardes silencio; no calles, oh Dios, ni te estés quieto.  Porque he aquí que rugen tus enemigos, y los que te aborrecen alzan cabeza.  Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus protegidos.  Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel.  Porque se confabulan de corazón a una, contra ti han hecho alianza las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos; Gebal, Amón y Amalec, los filisteos y los habitantes de Tiro.  También el asirio se ha juntado con ellos; sirven de brazo a los hijos de Lot” (Salmos 83:1-8).

Los adversarios de Israel que buscan acabarlos para que no sean una nación, formarán su propia coalición.  Desafortunadamente para ellos, son descritos en Ezequiel 28:24-26 como esos “cuantos los rodean y los menosprecian”.  Son esos sobre los cuales Dios ejecutará juicio devastador antes de que se integre la coalición ruso-iraní.

Nosotros podemos suponer con seguridad, que la ejecución de los juicios sobre las naciones mencionadas en el Salmo 83 tendrán lugar antes que se forme la coalición en cuestión.  Deducimos esto porque la alianza ruso-iraní intentará invadir a un Israel militarmente seguro, y esto sólo podrá ser una realidad después del juicio subsecuente ejecutado sobre las otras naciones que rodean a Israel mencionadas en el Salmo 83.  Los confederados nombrados en el Salmo 83 son:

-   “Las tiendas de los edomitas” cuyo equivalente moderno son los refugiados palestinos y los jordanos del sur
-   “Los ismaelitas” - que corresponden a Arabia Saudita 
-   “Moab” - a los refugiados palestinos y jordanos del centro
-   Los “agarenos” - a los egipcios
-   “Gebal” - al norte de Líbano
-   “Amón” - los refugiados palestinos y jordanos del norte
-   “Amalec” - los árabes al sur de Israel
-   “Los filisteos” - los refugiados palestinos y Hamás de la Franja de Gaza
-   “Los habitantes de Tiro” - Hezbolá y el sur de Líbano
-   “El asirio”  - que no son otros que los sirios modernos y
“Los hijos de Lot” - que son los mismos Moab y Amón mencionados anteriormente.

Debido a estos juicios ejecutados sobre los árabes que menosprecian a los judíos, Israel alcanzará la autonomía requerida y preparará el escenario para la invasión rusa-iraní.  El mundo internacionalmente lo reconocerá como un estado soberano judío y el conflicto árabe israelí de que somos testigos hoy, quedará finalmente resuelto.

Como tal, Israel será una nación en paz, lo que alcanzará gracias a su poderío militar.  Es el “ejército grande en extremo” profetizado en Ezequiel 37:10 el instrumento que utilizará Jehová Dios en la ejecución del juicio en contra de las naciones árabes que rodean a Israel.  El estado judío tomará control y explotará mucho del territorio que hoy está ocupado por los árabes, lo cual contribuirá a la restauración de su fortuna.

Antes que comencemos a desarrollar el tema de las conquistas de Israel sobre esos a su alrededor que los menosprecian, consideraremos primero la razón para su restauración, la cual ocurrió el 14 de mayo de 1948, y la explicación detrás de la pendiente invasión ruso-iraní al estado judío.  Dios en gran parte intenta que estos dos eventos monumentales sirvan al mismo propósito divino, el cual dice es hacer “... Notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, y nunca más dejaré profanar mi santo nombre; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, el Santo en Israel.  He aquí viene, y se cumplirá, dice Jehová el Señor; este es el día del cual he hablado” (Ezequiel 39:7 y 8).

Los judíos con la ayuda de Dios, derrotarán la coalición rusa-iraní durante los eventos descritos en Ezequiel 39:3-6 y 39:7 y por medio de esos eventos, Él dará a conocer su Santo Nombre a través de las naciones del mundo.  De manera similar, por Ezequiel 36:22-24 aprendemos que la Restauración de la Nación de Israel como el Estado Judío servirá al mismo propósito: “Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado.  Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos.  Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país” (Ezequiel 36:22-24).
Además, es notable que Dios busque ser “santificado” por el pueblo judío a la vista de la comunidad internacional.  La palabra hebrea para “santificado” es qadash, y es la misma utilizada en Ezequiel 36:23 y Ezequiel 28:25.  En ambos casos, destaca la restauración del estado soberano judío de Israel como un evento santo y épico.

Milagrosamente, en la historia moderna, el llamado del sionismo ha arrastrado inexorablemente al pueblo judío, el que por siglos vivió dispersado en medio de las naciones del mundo.  Israel se convirtió en una nación en 1948, y los judíos han respondido a la inclinación sionista implantada en ellos individual y corporativamente.  Muchos ya han respondido al sagrado llamado y han migrado al territorio que 1.878 años antes les diera un hostil adiós.

Sí, los judíos han regresado y todos esos árabes alrededor de ellos, quienes los menosprecian, han tratado de impedir el proceso prescrito.  Por consiguiente, si volvemos a leer Ezequiel 28:24-26 con esta respetuosa compresión, podemos concluir que el juicio destinado para las naciones árabes que rodean a Israel, es justificado.

“Y nunca más será a la casa de Israel espina desgarradora, ni aguijón que le dé dolor, en medio de cuantos la rodean y la menosprecian; y sabrán que yo soy Jehová.  Así ha dicho Jehová el Señor: Cuando recoja a la casa de Israel de los pueblos entre los cuales está esparcida, entonces me santificaré en ellos ante los ojos de las naciones, y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob.  Y habitarán en ella seguros, y edificarán casas, y plantarán viñas, y vivirán confiadamente, cuando yo haga juicios en todos los que los despojan en sus alrededores; y sabrán que yo soy Jehová su Dios” (Ezequiel 28:24-26).

Lo que hemos podido deducir por toda la información recolectada, es que Dios se está preparando en la actualidad para que su nombre sea conocido a través de las naciones del mundo.  Está llevando de regreso al pueblo judío e integrando con ellos un ejército grande en extremo.  La ejecución de sus juicios sobre muchos de los árabes, será un evento santificante y sin pretensiones en la historia futura del mundo.  Los gentiles mostrarán consideración por los judíos, por la soberanía de su estado, y lo más importante, por el Santo nombre de Jehová su Dios.

Lo que el mundo está presenciando hoy en el teatro del Medio Oriente es el escenario para un evento espectacular, en el cual el santo nombre de Dios llegará a tener una gran prominencia ante la audiencia internacional.  El conflicto árabe israelí, Irán y su deseo de poseer armas nucleares, el petróleo descubierto en el mar Caspio entre las fronteras de Rusia e Irán y muchos otros eventos son los acontecimientos iniciales en el gran espectáculo de Dios.

Debido al fortalecimiento de las relaciones entre Rusia e Irán, los eruditos en profecía están muy correctamente discerniendo la cercanía del cumplimiento de los eventos descritos en los capítulos 38 y 39 de Ezequiel.  Los cuales habrán de ocurrir pronto, pero no necesariamente enseguida.  Antes de eso la nación de Israel debe alcanzar soberanía, paz, seguridad y fortuna.  “Cuantos lo rodean y lo menosprecian” en la actualidad, se oponen a estas cuatro condiciones.

El Señor muy pronto ejecutará sus juicios en contra de estos enemigos, los cuales llevará a cabo en la forma como lo prescribió, porque es Él mismo quien está actualmente preparando todo para santificar su Santo Nombre.  Hace aproximadamente cuatro mil años, Dios expresó su política internacional a través de la promesa que le hiciera a Abraham, contenida en Génesis 12:3: “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”.

Toda la destrucción que quieren llevar a cabo las naciones árabes en contra de Israel, se volverá en contra de ellos en la misma forma.  Este castigo será sólo el cumplimiento de todo lo contenido en la bendición Abrahámica.  Los árabes irán en contra de los judíos en cumplimiento de esta profecía del Señor Jesucristo: “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.  Y todo esto será principio de dolores” (Mateo 24:7 y 8).

En la primera y segunda guerra mundial, se levantaron naciones contra naciones.  Esto preparó el escenario para la restauración de Israel y el restablecimiento del estado judío.  Los países árabes en frontera con Israel han demostrado su insatisfacción con la reaparición del estado judío en esa área del mundo, y finalmente se unirán para que tenga cumplimiento el Salmo 83.  Y el reino árabe dirá: “Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel” (Salmos 83:4).

Cuando el reino judío prevalezca militarmente sobre los árabes, tendrá lugar el cumplimiento de Ezequiel 28:24-26, ya que Dios ejecutará su “juicio sobre todos esos que rodean a Israel y lo menosprecian”.  La liberación de estos juicios devastadores mediante los medios poderosos que desplegará el reino judío, hará evidente ese decreto divino contenido en el pacto Abrahámico.  Ese pacto nulificará toda la política exterior internacional relacionada con el conflicto árabe israelí.

Después de examinar toda esta información, hay que admitir que verdaderamente hay un Dios y que su nombre es santo.  Grandes eventos en la escala de David y Goliat continúan desarrollándose en el Medio Oriente y afectan directamente nuestras vidas diarias.  El terrorismo que se origina principalmente de toda la confusión en el Medio Oriente ha extendido su horrible brazo a nuestro alrededor.

Trate sólo de llevar un tubo de crema de dientes que contenga más de dos onzas, en su equipaje de mano en un avión, ¡y comprobará que no se lo permitirán!  Eso se ha convertido en algo de seguridad nacional. ¿A quién se le habría ocurrido, que un elemento básico de higiene personal podría convertirse en una arma avanzada táctica en el arsenal de los terroristas?

Ahora es el tiempo perfecto para considerar el significado del restablecimiento de Israel.  Del Señor Jesucristo - un judío quien aseguró ser el Mesías, el Hijo de Dios y del Santo Nombre de Dios, nuestro Padre Celestial.  Continuemos escudriñando las Escrituras para saber más sobre los días en que vivimos.  Seamos participantes activos al contribuir para que la Biblia siga siendo el libro más leído en este mundo.

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