Assad perpetra un nuevo baño de sangre
Artículo desactualizado, publicado a manera de información
- Fecha de publicación: Sábado, 13 Agosto 2011, 00:57 horas
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Pese a sus promesas de cambio y al aumento de la presión internacional, el régimen sirio sumió de nuevo al país en un baño de sangre con la muerte de al menos dieciséis personas, la mayoría en la provincia de Homs
Los recientes llamamientos para que se detenga la  violencia parecen no haber hecho mella en el presidente sirio, Bashar al  Assad, que un día más continuó con su ofensiva militar y su campaña de  arrestos a opositores, que se saldó con cerca de 300 detenidos.
Un  portavoz del grupo opositor sirio Comités de Coordinación Local, Hozam  Ibrahim, dijo que al menos dieciséis personas fallecieron por disparos  de las fuerzas de seguridad en varias zonas de Siria.
En esta  jornada, la ofensiva se centró en la ciudad de Ksir, en la provincia de  Homs, donde irrumpieron las fuerzas de seguridad y causaron la muerte de  doce personas, entre ellas una mujer y su hijo, así como decenas de  heridos.
"Las tropas del Ejército cercaron todos los accesos a  Ksir para facilitar la entrada en la ciudad de las fuerzas de seguridad,  que dispararon indiscriminadamente contra todo aquel que se encontraba  en la calle", denunció Ibrahim.
La ciudad fue también objeto de una vasta campaña de arrestos que incluyó a varias de las personalidades de la localidad.
Después  de estos atropellos, el Ejército, los "shabiha" (matones del régimen) y  las fuerzas de seguridad se retiraron de Ksir, y dejaron escrito en los  muros lemas de alabanza a Al Assad.
Estas pintadas también  recogen amenazas contra la población, ya que anuncian un regreso de las  tropas a la ciudad si se celebran nuevas manifestaciones.
El  activista de los Comités señaló que este ataque se enmarca en la campaña  que lleva a cabo el régimen de Al Assad "de aldea en aldea para poner  fin a las manifestaciones", que comenzaron el pasado mes de marzo y se  han saldado ya con más de 2.000 víctimas.
En la misma línea, en  el barrio de Baba Amro en Homs, donde el día anterior murieron al menos  dieciocho personas, numerosas personas resultaron heridas al volver a  disparar las fuerzas del orden contra los civiles, mientras que  supuestos matones del régimen quemaron varios comercios.
Además  de la provincia de Homs, la ofensiva de las fuerzas de seguridad se  cobró tres víctimas en Deir al Zur (este), y una en Latakia (noroeste).
En  Deir al Zur, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó de  que el barrio de Al Omal fue bombardeado con armamento pesado y  ametralladoras instaladas en tanques.
El muerto de Latakia es un  hombre de 30 años al que se le disparó delante de su familia cuando  miembros de las fuerzas de seguridad entraron en su casa en el pueblo de  Tafil.
A las víctimas se unió de nuevo una gran campaña de  detenciones en todo el país, sobre todo en Homs, Idleb (noreste) y Deraa  (sur).
En la localidad de Msaifra en Deraa, las fuerzas de  seguridad acompañadas de los "shabiha" arrestaron a entre 150 y 200  personas, según los Comités.
Por su parte, el Observatorio  informó de la detención de al menos cien personas, entre ellas 35  menores, en la provincia de Idleb, cerca de la frontera con Turquía.
Esta  ONG explicó que todos los arrestos se registraron en la ciudad de  Saraqeb, en donde irrumpieron tanques con soldados que, además, atacaron  varias tiendas de activistas y cortaron la electricidad en toda la  localidad.
Los Comités de Coordinación Local denunciaron que los  arrestados son torturados durante los interrogatorios, y que estas  agresiones causaron la muerte en los últimos diez días de nueve  detenidos, una cifra que se eleva a 65 casos desde el inicio de las  protestas.
Esta campaña de represión tiene lugar un día después  de que fuentes oficiales aseguraran que el Ejército se había retirado de  Hama (centro) y de que el Gobierno se comprometiera a seguir con las  reformas.
Además, la agencia oficial de noticias SANA, informó de  que el Ejército abandonó Idleb después de recuperar la seguridad tras  los ataques a ciudadanos dirigidos por "grupos terroristas".
La  visión del régimen sirio vuelve, de esta forma, a contrastar con la de  los opositores, la comunidad internacional y la ONU, que alertó de que  continúa la ofensiva de Al Assad y de que Siria es escenario de graves  violaciones de los derechos humanos.
