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Una de las grandes mentiras de Satanás en estos últimos días

  • Fecha de publicación: Miércoles, 03 Octubre 2012, 00:44 horas

Satanás es un experto en el engaño, y no se detendrá hasta atrapar en sus redes mentirosas a usted y a sus seres queridos.  En Juan 10:10a el Señor Jesucristo dijo que él “...no viene sino para hurtar y matar y destruir...”  Mientras que Pablo nos hace esta advertencia en 2 Corintios 11:14: “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz” para engañar a sus víctimas.

El Señor también dijo de Satanás: “...Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él.  Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Jn. 8:44b).

El diablo es un embustero inteligente, porque sus falsedades suenan mucho a verdad.  Él desea que usted cambie la forma cómo piensa, a fin de engañarlo y destruirlo.  No sólo es el padre de la mentira, sino que su mayor falsedad es sobre Dios y sobre lo que enseña su Palabra.

Por otra parte, cuando uno lee la Biblia, la Palabra dada por el Creador a los hombres, nota que la historia de la humanidad está expresada, usando tanto palabras como patrones numéricos.  Y verdaderamente, el uso de los números en la Escritura explica su carácter único y consistencia.  De la misma manera, Satanás también trata de copiar la verdad de Dios en este aspecto para tratar de engañarnos, por eso es necesario que estemos bien enterados para no caer en sus trampas.

En un sentido, Dios es el autor de dos grandes libros: la Biblia y el libro de la Creación, y en ellos tenemos todos los caracteres.  Es al leer estos dos libros que uno ve esa continuidad de su carácter y estilo únicos.

Él llevó a cabo su creación “por medio de los números” y esas cifras son precisas y necesarias para la gran pintura, conforme la describen las palabras, porque nuestro universo opera de acuerdo con reglas matemáticas precisas.  Considere por ejemplo la precisión sublime de la química.  Todos los elementos se combinan en formas matemáticamente precisas para producir sus varios componentes.  Cada uno de los elementos están registrados en un gráfico perfectamente balanceado, en el cual se puede contar y medir el número exacto y peso de cada átomo.

Cada planta tiene un número exacto de hojas o pétalos arreglados en un orden preciso.  Cada cosa viva tiene un número determinado de cromosomas en su estructura celular conforme a su diseño.  El hombre tiene 23 pares de cromosomas.  Un perro tiene 39 y un simio 24.

Los números son el código secreto de la Palabra de Dios.  No se puede negar que en la Biblia los números siguen un patrón.  Cualquier estudiante devoto de la Escritura con discernimiento espiritual puede ver esto claramente.  Dios ha sido llamado «El Maestro Supremo de las Matemáticas» y el «Gran Geómetra», quien ha hecho todo de acuerdo a un plan y por un número, peso y medida.  Dios es el Autor de la Escritura y el Creador del universo, entonces su Palabra y sus obras deben, y de hecho armonizan.

Una de las características interesantes del hebreo y del griego es que en ambos idiomas escritos no existen caracteres numéricos.  En el español, por ejemplo, tenemos números y letras, pero estos dos idiomas tienen sólo letras.  De manera que en cada uno de ellos, las letras también se usan como números.  En menor escala, en inglés y español, hay algo parecido.  Por ejemplo, el cero es una letra del alfabeto, la «O».  Cuando se usa, el contexto nos dice si es un cero o una letra y no tenemos problemas en entenderlo.  Lo mismo sucede en el hebreo y griego, las personas sabían cuándo estaban escribiendo números y cuándo letras.

Sin embargo, lo más interesante es que cada palabra escrita, también tenía un número análogo.  Por ejemplo, el nombre«Jesús»en griego es «iasous».  Y como cada letra tiene un número equivalente, podemos colocarle la cifra correspondiente y obtener un valor, el cual se conoce como «gematría».
Ocho es el número que denota un nuevo principio, un nuevo orden de cosas.  Y en Jesús, tenemos un nuevo principio, un nuevo nacimiento en la familia de Dios, por lo tanto, la gematría de su nombre en griego es esta:

  i
10
  A
8
  S
200
  O 70
  U 400
  S
200
    888

     En Apocalipsis 13:18 el Señor revela una clave para el significado de los números.  Y dice: “Aquí hay sabiduría.  El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis”.  Entonces, si debemos identificar a la bestia por el uso de los números y por contar, ¿no implica esto que este número tiene un significado que está estampado con la marca de inspiración divina?  Y si este es el caso... ¿No cree que tiene sentido esperar que otros números en la Biblia tengan también un significado?  ¿No cree que sería una buena idea no sólo leer la Biblia, sino tratar de entender su significado numérico?

•   El salmista al hablar de Dios dijo: “Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres.  Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito” (Sal. 147:4, 5).
•   Luego en Isaías 40:25 y 26, Dios dice: “¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo.  Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio”.
•   Y Jesús dijo a sus discípulos: “Pues aun vuestros cabellos están todos contados” (Mt. 10:30).

¿Por qué los números siete y diez aparecen tan a menudo en los libros proféticos de Daniel y Apocalipsis si no tienen significado?  ¿Por qué el número tres está asociado con la resurrección del cuerpo si carece de sentido alguno?
La Biblia, desde el principio hasta el fin, es un libro construido sobre un vasto sistema numérico el cual está entretejido con las doctrinas de la Palabra de Dios.  Un sistema tan vasto no puede ser contradicho.  El acuerdo y armonía de los diferentes escritores, desde un extremo de la Biblia hasta el otro sobre el significado de números tales como tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce y sucesivamente, ofrecen un argumento en favor de la Palabra de Dios que es imposible refutar.

Si los varios escritores de la Biblia no hubieran sido guiados por una mente maestra, por Ése que nunca comete errores y cuyo conocimiento y sabiduría abarca los eventos de los tiempos, en algún momento los varios escritores de los diferentes libros, hombres que vivieron en tiempos tan diferentes, y lo más importante que nunca llegaron a conocerse, se habrían contradicho.

La precisión con que todos los números en la Biblia se acoplan en sus lugares es la mayor prueba de la intervención del poder sobrenatural y sabiduría de Dios.  ¿Cree usted que un grupo de hombres podía haber diseñado tal sistema de números y hacer que los mismos armonizaran de principio a fin?  Dejemos que el ateo, el modernista o el agnóstico explique esto.  Ante la sabiduría del Todopoderoso, quien diseñó este sistema de números, la mente del hombre es nada.

Los sistemas numéricos se encuentran en toda la creación.  Por ejemplo, cada copo de nieve está compuesto de cristales construidos sobre un plan simétrico definido.  Si los hombres le colocan a los billetes de dólares un hilo entretejido en el papel para prevenir la falsificación, ¿por qué Dios no iba a poner características en su Libro para probar que el mismo era inspirado?

Aunque podría citar decenas y hasta centenas de ejemplos, para demostrarle la veracidad del patrón numérico que Dios imprimió en su Libro Sagrado, no voy a hacerlo para no prolongar demasiado este artículo.  Estimo que las pocas citas que mencionaré serán suficientes para demostrar la veracidad de la Aritmética Bíblica.  Dios usa los números para ilustrar verdades, y a menudo los oculta hasta que llegue el tiempo designado.

•   Tome por ejemplo el número uno.  Para Dios «uno» significa «finalización»: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Dt. 6:4).
•   Mientras que se necesitan «dos» para hacer al hombre completo: “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.  Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante” (Ec. 4:9, 10).
•   El número «tres» es la unidad compuesta más simple de la ciencia matemática.  El Creador es un Dios en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.  Tres es el número de la Trinidad.
•   El «cuatro» simboliza el número de este mundo creado.  Hay cuatro estaciones: invierno, primavera, verano y otoño.  Hay cuatro puntos cardinales: norte, sur, este y oeste.  Cuatro elementos primarios de la naturaleza: tierra, aire, agua y fuego.  Cuatro divisiones en el día: mañana, mediodía, tarde y noche.  Cuatro fases lunares: luna llena, cuarto creciente, cuarto menguante y luna nueva.  Cuatro reinos: mineral, vegetal, animal y espiritual.

Los seres vivientes (o querubines) mencionados en el capítulo 1 de Ezequiel, son cuatro en número.  Cada uno de ellos tiene cuatro caras, cuatro lados, cuatro alas y se mueven sobre cuatro ruedas, representando la creación y providencia de Dios: “Y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes.  Y esta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre.  Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas... Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus caras y sus alas por los cuatro lados... Y cuando los seres vivientes andaban, las ruedas andaban junto a ellos; y cuando los seres vivientes se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban.  Hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; hacia donde les movía el espíritu que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.  Cuando ellos andaban, andaban ellas, y cuando ellos se paraban, se paraban ellas; asimismo cuando se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas” (Ez. 1:5, 6, 8, 19-21).

•   El «cinco« y el «diez» también tienen significado en la Escritura.  El hombre tiene cinco dedos en cada mano y cada pie.  Tenemos cinco sentidos: vista, olfato, oído, gusto y tacto.  Si sumamos los cinco dedos de cada mano tenemos diez, igualmente si sumamos los dedos de los pies.  El sistema decimal se basa en el diez.
Pensamos de diez en diez.  El diezmo, por ejemplo es el diez por ciento.  Ningún hombre podía ser consagrado como sacerdote bajo la ley judía, si no tenía todos los diez dedos de las manos y los pies completos.  La ley estipulaba: “Porque ningún varón en el cual haya defecto se acercará; varón ciego, o cojo, o mutilado, o sobrado” (Lv. 21:18).  A no dudar, el diez representa lo completo en el ser humano.
•   En la Biblia el número «seis» usualmente tiene un significado diabólico, simboliza la MANIFESTACIÓN DEL PECADO.  Para los judíos tenía un significado siniestro.  Como siete era el número sagrado, el seis al ser menor simboliza la imperfección.
•   El hombre fue creado el sexto día: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó... Y fue la tarde y la mañana el día sexto” (Gn. 1:27, 31b).
•   Dice Apocalipsis 13:18, que “el número de la bestia... es número de hombre.  Y su número es seiscientos sesenta y seis”.
•   Cuando el hombre comenzó a analizar y a combinar números, desarrolló otros símbolos interesantes.  Tomó el número del mundo perfecto (el cuatro) y le añadió el número divino perfecto (el tres), y así obtuvo el «siete».  Es así como tenemos el número de la perfección espiritual de lo completo.
•   En Apocalipsis se menciona al “Cordero”, el Señor Jesucristo, 28 veces, cuatro veces siete.
•   Hay siete palabras en mayúsculas en Apocalipsis 19:16: “REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”.
•   La séptima semana de Daniel tendrá una duración de siete años.

La mentira de Satanás en nuestros días

     Todo lo que hemos examinado nos demuestra que el Creador, en los números de su Libro Sagrado, la Biblia, dejó su marca impresa como una señal indeleble de que es su autor, porque ninguna mente humana es capaz de haber entretejido tantas verdades en un sistema numérico.

El engañador por su parte, hoy como nunca antes, está tratando de engañar a la humanidad para apartarla del camino, y se está valiendo de todo, y claro está los números no podían ser la excepción.  Las personas en todas partes del mundo parecen compartir el sentimiento colectivo de que el mundo se aproxima a su fin.  Prevalece una sensación apocalíptica en el ambiente, la cual ha sido incentivada por el gran terremoto en Haití, en Chile, la gran catástrofe de Japón, la serie de tornados asesinos e inundaciones que han asolado el territorio de Estados Unidos, las inundaciones en Sudamérica, el comportamiento errático de la luna y la actividad solar.

Según la fundación para la investigación Pew Research Center, uno de cada cinco norteamericanos cree que el Señor Jesucristo regresará durante esta generación actual.  Una encuesta llevada a cabo por la publicación U.S. News and World Report reveló, que el 60% de los norteamericanos, de todos los credos religiosos, están convencidos que finalmente un día el mundo se acabará.  Y cerca de 20% dice que el tiempo que nos queda no es más de dos décadas.

Crisis de complejidades alarmantes están emergiendo y acelerándose con regularidad aterradora: la disminución de los recursos vitales, los problemas con la producción del petróleo, la carestía de alimentos, la amenaza nuclear, el colapso económico, la extinción de las especies tanto en la fauna como en la flora, la propagación potencial de virus manipulados genéticamente, el peligro que representan los cultivos híbridos que consumimos en una base diaria, las guerras, rumores de guerra, los conflictos en Medio Oriente, récords en tsunamis, patrones erráticos en el clima, terremotos sin precedentes y el aumento en tormentas catastróficas.

Sin embargo, en apariencia, la vida en la tierra continúa como siempre.  Vivimos en un mundo frágil, con una peligrosa interdependencia los unos de los otros.  Estamos viendo una confluencia asombrosa de eventos claves.  Y los problemas en el planeta continúan multiplicándose.  ¿Es que verdaderamente se está gestando algún cataclismo inminente?  ¿Será el preludio de un gran final hacia una destrucción indescriptible?

Satanás como nunca antes, está usando la fábula de que el mundo concluirá el 21 de diciembre del año 2012, para apartar a muchos de la adoración verdadera.  Pero... ¿Será cierto que en el año 2012, el reloj cósmico llegará a la hora cero?  ¿Será realmente un tiempo de desastres épicos?  ¿Está verdaderamente codificada una advertencia para la tierra en el calendario maya, como suponen algunos?

El 21 de diciembre del año 2012, marca el fin en el ciclo de cinco mil años del calendario maya.  Pero... ¿De dónde obtuvieron los mayas este código que marca el fin del tiempo?  Según aseguran muchos, cuando las manecillas del reloj señalen el comienzo de ese día, se iniciará el gran final y la tierra girará sobre su eje.

Pero... ¿Acaso no hemos oído hablar de todo esto antes?  El fijar fechas para el fin del mundo no es nada nuevo.  Hay una larga y trágica historia de fechas que fueron determinadas como el fin del mundo.  Sin ir muy lejos, hace apenas unos meses, Harold Camping, el presidente y propietario de Family Radio, predijo que las personas salvas serían llevadas al cielo el sábado 21 de mayo del año 2011, y que cinco meses después, el 21 de octubre tendría lugar el fin.  Cuando nada ocurrió el 21 de mayo, modificó su predicción asegurando que todo lo dicho tuvo lugar el 21 de mayo, pero espiritualmente y que el 21 de octubre una gran catástrofe golpearía el planeta y sería el fin.

Las personas en Estados Unidos y prácticamente en el mundo entero, están familiarizadas con el término T E O T W A W K I, el cual se trata de un acrónimo en inglés para «The End of The World As We Know It» («El fin del mundo tal como lo conocemos»).  Este acrónimo lo comparten humanistas, futuristas seculares, científicos, escritores de ciencia ficción, musulmanes, judíos, zoroastrianos, budistas, hindúes, bahais, diversas religiones de los indígenas norteamericanos, incluyendo los Hopi, los Lakota, los mayas y hasta los rastafaris (los seguidores de un movimiento socio-cultural y religioso que considera al emperador de Etiopía Haile Selassie Primero, como la encarnación de Dios).  Incluso se han filmado una buena serie de películas sobre el fin del mundo.

El escritor Gregg Braden dice así en su libro publicado en el año 2009, Patrones geométricos del tiempo: El secreto del año 2012 y una nueva era mundial: «Según los meticulosos cálculos mayas, el mundo tal como lo conocemos se aproxima a su fecha de expiración.  De manera interesante, el antiguo calendario azteca corrobora la fecha determinada en el calendario maya, señalando también el fin de este ciclo presente para el 21 de diciembre del 2012».

Pese a todo, no hay un solo académico maya que haya apoyado la idea de que la conclusión del quinto ciclo del Calendario del Conteo Largo, señala el fin del mundo.  De hecho, hicieron mofa de la idea, asegurando que esto no es más que una leyenda urbana fabricada en internet.

Pero... ¿De dónde provienen estas predicciones?  ¿En qué se basaron?  ¿Ocurrirá lo que anticipan?  ¿Son confiables?  Y tal vez lo más importante, ¿tienen algo que ver con los eventos alarmantes que se están sucediendo en el mundo en la actualidad?  Bueno, sin duda alguna, es aquí donde Satanás interviene, porque él también quiere convencer a la humanidad de que su patrón numérico es verdadero.

El año 2012 marca tanto el fin del quinto ciclo, como el fin del ciclo precesional.  Coincide con el «alineamiento galáctico» del sol y la tierra con el «ecuador galáctico» que divide en dos partes iguales el agujero negro en el centro de la Vía Láctea.

De acuerdo con estudios modernos computarizados, se estima que el raro alineamiento galáctico del año 2012 ocurre sólo una vez cada 26.000 años, al igual que el tiempo que tarda la tierra en completar el bamboleo alrededor de su eje.  El 21 de diciembre del año 2012, cuando tenga lugar el solsticio de invierno para el hemisferio norte, el sol y la tierra se alinearán con el centro galáctico de la Vía Láctea.  Como de acuerdo con la Biblia, la historia registrada sólo se remonta a seis mil años, no podemos aceptar esta teoría interminable de ciclos.

Lo cierto es, que cruzaremos el umbral del ecuador de la Vía Láctea en el año 2012.  Cuando eso ocurra, dicen los que apoyan esta teoría instigada por el diablo, que comenzaremos el año 5.125 de edad del mundo, y también el año 26.000 de un nuevo ciclo precesional.  La cronología maya predice cinco ciclos, cada uno de 5.125 años.  Se dice que ya han pasado cuatro, y que los cuatro anteriores, según los “expertos”, han concluido supuestamente en destrucción.  El fin del quinto ciclo está determinado para el 21 de diciembre del 2012.  Completaremos ambos ciclos simultáneamente, los dos convergerán en el año 2012.  Estos dos ciclos comparten la misma fecha final.

Este alineamiento no volverá a ocurrir en otros 26.000 años.  La gran pregunta es: ¿Qué significa todo esto?

Según Nostradamus el fin del mundo tendrá lugar en algún momento en la primera parte del siglo XXI, esta misma creencia era compartida por el vidente católico llamado “San Malaquías”.

En otros artículos de Profecías Bíblicas, hemos hablado extensamente sobre la perfección matemática de la Gran Pirámide de Giza o Keops, los templos de Egipto y los grandes monumentos de México, Perú y Camboya, porque todos tienen una cosa en común: están alineados con las estrellas.  Pero... ¿De dónde recibieron sus constructores esta información astronómica?  ¿Por qué sus arquitectos parecían estar tan obsesionados con los cuerpos celestiales y sus posiciones?  Se sostiene ampliamente que los antiguos egipcios y otras culturas poseían este conocimiento y que lo dejaron impreso en los grandiosos monumentos que construyeron.

Algunos estudiosos de la Biblia creen, que quienes edificaron la gran pirámide fueron los hijos de Set y apoyan su creencia en esto que dice Flavio Josefo, el historiador judío del primer siglo en su obra Antigüedades de los Judíos, en el Primer Libro, Capítulo 2, Parágrafo 3: «Cuando Set creció y llegó a la edad en que supo discernir lo que era justo, se volvió un hombre virtuoso.  Y así como él fue un hombre de excelentes cualidades los hijos que dejó imitaron sus virtudes.  Vivieron felices en la misma tierra, sin disensiones y sin sufrir infortunios hasta el día de su muerte.  Fueron también los inventores de esa especie particular de sabiduría relativa a los cuerpos celestes y su orden.  Y para que sus invenciones no se perdieran antes de ser ampliamente difundidas, como según la predicción de Adán todas las cosas serían destruidas primero por el fuego y luego por la violencia de una gran cantidad de agua, construyeron dos columnas, una de ladrillos y otra de piedra, e inscribieron en ellas sus invenciones; si la de ladrillos era derribada por la inundación, quedaría la de piedra para exhibir al mundo sus descubrimientos, y le informaría que había otra columna de ladrillos.  Hasta el día de hoy han quedado en la tierra de Siriad».

Si la gran pirámide, que es la más conocida y por ende la más importante, fuese la única construcción gigantesca con datos astronómicos tan precisos que existiera sobre la tierra, esta explicación sería suficiente.  Pero no es sólo esta edificación, sino que son varias en diferentes partes del mundo.  Por lo tanto, sugerir que la tecnología y conocimiento matemático, además de la habilidad física para construir estos grandiosos monumentos provino de la cabeza de personas comunes y corrientes que vivían en algún lugar en el desierto, luce más allá de cualquier lógica y probabilidad.  Es casi como decir que entregándole un destornillador a un chimpancé, podría construir un televisor.  Pese a todo, estos monumentos antiguos parece que hubieran aparecido de la nada, en un tiempo cuando el hombre se encontraba supuestamente entre la edad de piedra y la de hierro.  La mayoría de expertos creen que la gran pirámide fue construida por Khufu, conocido por los griegos como Keops.  Pero si fue edificada durante el reinado de Khufu, el cual se extendió durante 23 años y se usaron más de dos millones de bloques, se habría tenido que movilizar un bloque cada cinco minutos para completar la obra.

Esto no se trata de un caso aislado, sino que en diferentes lugares del mundo se yerguen construcciones monumentales, cuyo origen y procedencia son prácticamente un misterio.  Tal es el caso de las pirámides de Egipto.  Pero no sólo se trata del tamaño imponente de la gran pirámide de Giza, sino de los hechos increíbles respecto a su construcción y cualidades astronómicas.
La gran pirámide se levanta en el centro geográfico del mundo.  Se encuentra en el medio, entre la costa oeste de México y la costa este de China.  Entre el norte del cabo de Noruega y el cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica.  Se yergue en la intersección del paralelo treinta, tanto en latitud como en longitud.
La gran pirámide fue el edificio más alto en el mundo por miles de años, hasta que el hombre moderno comenzó a levantar rascacielos tales como el World Trade Center (Las torres gemelas).  Si la comparáramos con un rascacielos, la gran pirámide tendría cuarenta y dos pisos de alto.  Su construcción contiene piedras suficientes para levantar una pared de un metro con ochenta y dos centímetros de alto, desde Nueva York hasta Los Angeles.

Según dicen los expertos, la pirámide de Giza está alineada con ciertas constelaciones de estrellas.  Asimismo se ha descubierto que otras estructuras similares en México y Camboya también tienen significado astronómico.
La gran pirámide de Giza consta de dos millones, trescientos mil bloques de piedra, que pesan alrededor de dos toneladas y media cada uno, mientras que hay algunos otros cuyo peso es hasta de cincuenta toneladas.  A pesar del vasto número de bloques usados y del peso increíble involucrado, la exactitud matemática de la disposición de la estructura es impresionante.  Otras construcciones alrededor del mundo suscitan las mismas preguntas.
Hay otro edificio antiguo en Baalbek, Líbano, conocido como el templo de Júpiter.  Incorporado en sus cimientos están tres bloques descomunales cortados en la piedra, que pesan ochocientas toneladas cada uno.  No muy distante se encuentra otro bloque gigantesco de roca llamado la piedra del sur, que pesa mil toneladas.  Esto equivale al peso combinado de tres aviones jets 747.  Pero... ¿Cómo sus constructores cortaron bloques tan monumentales?  Aunque lo que más intriga es... ¿Cómo los movieron para colocarlos allí?
Pero... ¿Quién edificó todo esto?  ¿De dónde obtuvieron sus constructores tal conocimiento matemático y astronómico?  Además... ¿Qué tecnología se empleó en su construcción?  Decir simplemente que los egipcios, o que esta o aquella civilización del pasado, las erigieron, no es una respuesta satisfactoria, porque si el hombre comenzó en la edad de piedra, progresó hasta la del bronce y luego hacia la edad de hierro, tenemos que la pirámide más antigua fue edificada en algún instante entre la edad de piedra y la de bronce.

Esto sería casi como si dijéramos, que en algún momento en el tiempo pasado, el hombre inventó la rueda, luego, un poco después, otro construyó una carretilla, ¡pero en el tiempo comprendido entre la rueda y la carretilla alguien hizo un Mercedes Benz!  Esta es una comparación bien realista cuando consideramos la construcción de las pirámides y de esas otras edificaciones monumentales.

Aunque se han escrito muchos libros al respecto y se han planteado infinidad de hipótesis, todos estos escritores tienen una cosa en común: Han fallado en decirnos quiénes fueron esos constructores y de dónde obtuvieron tal conocimiento y habilidad.  Cuando alguno de estos respetables autores se arriesga a tratar de adivinar la identidad de estos misteriosos arquitectos y constructores, sus especulaciones son algo así como castillos de arena levantados al alcance del oleaje de la eternidad.

Son muchísimos los libros que se han escrito respecto a estas edificaciones, y de los paralelos astronómicos y propiedades matemáticas de los muchos monumentos que pueblan el globo.  Pero... ¿Qué mensaje nos cuentan estas edificaciones?  ¿Hay algo que podamos aprender de ellas y que hayamos pasado por alto?  Si las paredes de estos monumentos pudieran hablar, ¿qué información valiosa aportarían?  ¿Presagian acaso eventos venideros?  Muchos creen que sí.  Ahora vamos a tratar de develar este enigma, poniendo primero a un lado conceptos preconcebidos y haciendo este examen con una mente abierta.

Para eso vamos a olvidar opiniones y suposiciones pasadas, y vamos a examinar pasajes del Antiguo Testamento, ya que ellos bien pueden contener información útil y digna de confianza de la cual podemos aprender.  Piense de usted mismo como de un jurado, esperando por las pruebas.  Después que escuche todos los hechos, entonces usted mismo podrá expresar su veredicto.
Según los eruditos, el diluvio de Noé tuvo lugar en el año 2348 A.C.  En la Escritura encontramos un registro de criaturas celestiales misteriosas que invadieron la tierra y llevaron a cabo experimentos procreativos.  Por ejemplo, leemos en el capítulo 6 de Génesis: “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas... Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos.  Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre” (Gn. 6:1, 2, 4).

Ellos en forma literal tomaron mujeres de la tierra como compañeras, dando origen a una progenie monstruosa cuyo comportamiento era totalmente perverso.  La descendencia de esos ángeles son llamados “gigantes” en la Biblia, pero esta palabra es traducida del hebreo Nefilim, que significa «los caídos».

Pero entonces, ¿por qué se les llama “gigantes”?  La Biblia presenta muchísima evidencia de que realmente eran gigantes.  Más que eso, parece que tenían poderes sobrehumanos que dieron origen a esas antiguas leyendas de los dioses griegos.  Josefo, el historiador judío escribió en el primer siglo, en su obra Antigüedades de los Judíos, Libro uno, Capítulo tres, Parágrafo uno, que «Muchos ángeles de Dios convivieron con mujeres y engendraron hijos injuriosos que despreciaban el bien, confiados en sus propias fuerzas; porque según la tradición estos hombres cometían actos similares a los de aquellos que los griegos llamaban gigantes».

Esos de ustedes ligeramente familiarizados con la antigua mitología griega, no dudo que se estremecerán ante las implicaciones de esta declaración.  Esas antiguas leyendas están colmadas con perversas combinaciones de hombres y bestias.  Hablan de semidioses cuyos poderes eran usados caprichosamente para torturar y esclavizar a la humanidad.  Narran historias horribles de incesto, ocultismo y toda serie de horrores, de dioses que tomaban las vidas a su antojo.  Se caracterizaban por sus pensamientos y actos diabólicos en una pesadilla orgiástica de abuso de poder.  La mitología griega es una continua historia de horror, poblada con bestias y monstruos de cada descripción.
Es claro entonces, que la Biblia indica que hace miles de años, seres celestiales visitaron el planeta, tuvieron relaciones íntimas con las mujeres de la tierra y el resultado fue una raza de mutantes llamados los Nefilims.  Sin embargo, otros estudiosos creen que este versículo encierra mucho más, que se trata del registro de algo mucho más siniestro.

Si tal como están convencidos otro grupo de teólogos y eruditos en profecía, de que estas construcciones gigantescas fueron obra de los Nefilims, de los ángeles caídos, esto explicaría por qué Satanás puso también en la gran pirámide claves numéricas para desviar a las personas, ya que se asegura que la pirámide de Keops contiene una escalera, que se dice que es igual al número de años antes del fin del mundo, la cual se queda sin peldaños en el año 2012.
Señales en el cielo

     Dijo el Señor Jesucristo con relación a los últimos días: “Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas” (Lc. 21:25).

Los estudiosos de las profecías bíblicas hoy, se mantienen atentos observando los muchos conflictos y enfrentamientos que tienen lugar casi a diario en el Medio Oriente, y los desastres naturales de toda clase que ocurren por todo el mundo, al igual que los cambios en el sol y la luna.

En este artículo no voy a referirme a cada uno de estos tópicos, sin embargo algo que ha llamado mi atención especialmente en estos días, son los informes que he leído respecto al fenómeno tan extraño que está teniendo lugar en la luna.  Muchas personas se advirtieron de esta rareza y comenzaron a hablar de estos cambios en nuestro satélite, después del eclipse lunar ocurrido en el mes de diciembre del 2010.

Después de eso, astrónomos cristianos y aficionados tales como el hermano L. A. Marzulli, autor cristiano de la famosa trilogía de libros Los Nefilims, los que por varios años constituyeron un éxito absoluto de ventas en Estados Unidos, y Richard Shaw anfitrión y co-productor de la muy popular serie de documentales titulados Watchers (Los Vigilantes), de la compañía de producciones PinLight.com en Hollywood, han estado documentando lo que ocurre con este satélite.

En su última serie Señales en el cielo y la tierra, ellos presentan evidencia de cambios obviamente muy perturbadores en nuestra luna, tales como esos de que habla la Biblia, para los últimos días.

Lo que es igualmente perturbador, es que la comunidad científica tiene temor de hacer comentarios sobre lo que está ocurriendo en nuestra luna.  ¿Pero qué sucede realmente?  ¿Serán esos videos de la luna tomados en su mayoría por aficionados, una prueba incuestionable?  Algunos han sido grabados por cámaras de celulares y cualquiera puede verlos en el sitio de internet YouTube.com.  Sin embargo, para los videos que se observan en la serie Watchers, Shaw usó una cámara infrarroja.  Este mismo sistema de cámaras es el que se utilizó para filmar películas que han sido un éxito de taquilla, tal como el Libro de Elí, G. I. Joe el auge de la Cobra, Zona verde, y Presagio, sólo para mencionar unas pocas.

Pero... ¿Qué está sucediendo realmente y por qué los científicos tienen tanto temor de comentarlo?  En esta entrevista vital, Shaw y Marzulli ofrecen respuestas, las que asimismo perturbarán su ánimo.

Muchas personas comenzaron a advertirse de estos cambios después del eclipse lunar ocurrido en diciembre del año 2010.  Se dedicaron a comparar fotos que habían tomado previas al eclipse y esas otras tomadas después, y comprobaron que la luna, de hecho ha rotado sustancialmente.  Observaron que la luna ocupa ahora una posición que no se había visto nunca antes.  Usted mismo puede ver la comparación de estas fotografías por internet.

Definitivamente no soy experto en matemáticas, por lo tanto no puedo decirle cuántos grados ha rotado, pero sí puedo decirle que al observar las fotos se advierte que se ha movido considerablemente.  Y si uno observa esas fotos con cuidado, advierte que hubo instancias, durante sus varias fases, cuando la luna parece que giró, y este satélite no está supuesto a hacer eso durante ninguna de sus fases.

En la serie Watchers 2, ellos explicaron que tal parece que se movió 135 grados.  Teniendo en cuenta que el círculo tiene 360 grados, esto implica que se movió más de un tercio de su antigua posición.  Estos hermanos llamaron a observatorios astronómicos como el de la Universidad de Pepperdine y la Universidad de Los Angeles en California, tratando de hacer unas preguntas para saber qué es lo que está ocurriendo, aunque no pudieron obtener ninguna respuesta de parte de nadie, ya que unos argumentaron ignorancia, mientras que otros simplemente colgaron el teléfono.

Son varias las especulaciones que se han hecho a este respecto.  Hay unos que dicen que se debe «a que el planeta Nibiru, o el planeta ‘Equis’, está entrando a nuestro sistema solar».  Otros, «que se debe a la proximidad del alineamiento planetario anticipado para el año 2012», sin embargo lo que sí sabemos por cierto, es que tal como dijo el apóstol Pablo, “Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara.  Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido” (1 Co. 13:12).  “Mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará” (1 Co. 13:10).  En algún momento las cosas serán evidentes para la Iglesia y el gran engaño finalmente arrastrará al mundo entero.

Los creyentes, en quienes mora el Espíritu Santo, son quienes restringen las fuerzas de las tinieblas y los que impiden que el Anticristo se manifieste, pero una vez que la Iglesia sea sacada fuera de este mundo en el rapto, se pondrán en movimiento los planes de Satanás: “Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.  Y entonces se manifestará aquel inicuo...” (2 Ts. 2:7, 8a).  Cuando eso ocurra, “...¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (Ap. 12:12b).

La Escritura nos dice que en los últimos días habrá señales en el sol, la luna y los cuerpos celestiales, y tal parece que estos cambios en la luna y los muchos desastres que han ocurrido en el año 2011, bien podrían ser parte de estas señales profetizadas: “Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas” (Lc. 21:25).

El libro apócrifo de Enoc hace referencia a los hechos y cosas que sucederán en los últimos días, cuando declara: «...Todas las cosas sobre la tierra se alterarán y no saldrán a su debido tiempo; la lluvia será retenida y los cielos la retendrán... La luna alterará su orden y no aparecerá a su debido tiempo» (Enoc 80:2b, 4).  El capítulo hace referencia a los cambios en toda la creación, incluyendo el sol, la luna, las estrellas y las estaciones.

Según el rabino Matityahu Glazerson, nacido y educado en Israel, quien estudió en varias academias rabínicas, incluyendo Kfar Chassidim, Ponievez, y Chevron, y además enseña, dicta conferencias en colegios y diversas instituciones y es autor de más de 30 libros, se ha probado que el Tora (los primeros cinco libros de la Biblia) contiene códigos matemáticos ocultos en su texto.  Uno de estos códigos concierne a la luna y dice: «Se observará un cambio en la luna en el año 5771».  Lo curioso es que el año 5771 en el calendario hebreo, corresponde a nuestro año 2011.

Lorenzo Iorio de la Universidad de Cornell, escribió un documento sobre la relatividad general y cosmología cuántica, titulado: Sobre el anómalo aumento de la excentricidad de la órbita de la luna, y su declaración final sobre lo que está sucediendo fue: «De tal manera que el asunto de encontrar una explicación satisfactoria para el comportamiento anómalo de la excentricidad de la luna permanece abierto».

Algo verdaderamente está ocurriendo en la luna en estos últimos días, y esto es más impactante cuando se toma en cuenta el tiempo en que está sucediendo.  Este será el infame año 2012, el tiempo escogido por Satanás para propagar su mentira de que sus “dioses” regresarán a la tierra, implicando mucho más que sólo un alineamiento planetario.

De ninguna manera estoy ni remotamente fijando fechas, simplemente estoy examinando todo lo que está ocurriendo.  De algo estoy seguro y es que no será el fin del mundo, como muchos de la Nueva Era sugieren, porque antes deben transcurrir por los menos mil siete años, antes que tenga lugar el fin de este mundo tal como lo conocemos y que Dios haga nuevos cielos y nueva tierra.  Tampoco será un cambio en la conciencia y avanzaremos en conocimiento hasta convertirnos en dioses.  Todo esto no son más que las infames mentiras de Satanás.

Muchos están convencidos que las profecías antiguas indican que este año tendrá lugar algo así como una metamorfosis, una bien grande.  Las predicciones varían ampliamente respecto a lo que ocurrirá.  Abarcan desde el apocalipsis total, hasta una especie de transmutación cuántica en el conocimiento y conciencia humana.  Lo que sí es un hecho, es que una gran mayoría está de acuerdo en que tendrá lugar un gran cambio para el planeta tierra y la raza humana.

La conclusión de ellos, después de recopilar todo “el material profético”, es simple: De que todas las fuentes de información coinciden en que el mundo finalizará este año.  Y dicen: «Después de todo, no puede ser pura coincidencia, que tantos adivinos de la antigüedad y del presente, psíquicos y astrólogos digan lo mismo».  Y su línea final es: «Nunca antes, tantas personas de diferentes épocas, trasfondos culturales y puntos de vista, habían señalado un día determinado como la fecha de expiración para la civilización humana».

Permítame aclararle: con esto no le estoy dando credibilidad a la profecía extra bíblica, sino confirmando la forma cómo Satanás trata de copiar y pervertirlo todo, hasta el conocimiento matemático del Dios Todopoderoso.  Dios es omnisciente, y todo lo sabe, Satanás es sólo un ser creado muy inteligente, con un plan.

Satanás sabe que le queda poco tiempo, y en estos últimos días está haciendo hasta lo imposible para comunicar su plan.  El apóstol Pablo nos advierte que puede disfrazarse de ángel de luz.

La Biblia no nos da una fecha específica para la última generación, pero el lenguaje universal en que está escrita nos suministra muchas claves.  Hemos visto cómo Dios usa los números para comunicar ciertas verdades.  Proverbios 25:2 nos dice: “Gloria de Dios es encubrir un asunto; pero honra del rey es escudriñarlo”.

Como cristianos, cada uno de nosotros somos reyes y sacerdotes ante Dios, y mientras no podemos saber con seguridad ciertas cosas porque Él ha colocado un velo alrededor del tiempo exacto, sí nos está permitido escudriñar esas otras que ocultó.

De ninguna manera estoy afirmando que toda esta historia del año 2012 sea cierta, tampoco estoy diciendo que podemos saber la fecha del rapto, sin embargo la Biblia sí nos provee claves, de hecho, ese es el propósito de las profecías bíblicas, permitir que sepamos, que una de las señales más notables en los últimos días es la proliferación del engaño satánico, para que “Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas” (Mr. 13:29).

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