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Profecías del retorno de Israel

  • Fecha de publicación: Sábado, 11 Junio 2011, 03:47 horas

Tan pronto como se proclamara la refundación del estado de Israel en 1948, los judíos comenzaron a llegar desde los cuatro puntos cardinales de la tierra: norte, sur, este y oeste.  Tal como dijo el profeta en Isaías 43:5,6: “No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré.

  Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra” (Isaías 43:5, 6).

  • “No temas, porque yo estoy contigo... Diré al norte: Da acá...” Los judíos llegaron a Palestina de todas las naciones de Europa.  Checoslovaquia permitió que 20.000 de los israelitas sobrevivientes partieran.  Cerca de 30.000 llegaron desde Turquía, 36.000 de Bulgaria.  Más de la mitad de los judíos en Yugoslavia retornaron.
  • Y sigue diciendo la profecía: “Del oriente traeré tu generación”.  Antes de la independencia, 87% de los judíos que regresaron a Palestina provenían de países europeos, con sólo un 10% desde los países orientales.  Durante el primer año y medio de la independencia de Israel, hubo un aumento del 37% de judíos que llegaban desde el oriente y para 1953 el porcentaje había llegado al 50%.  Ochocientos judíos llegaron desde Shangai y Hong Kong.
  • Y prosigue la profecía: “Y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra”. Los judíos vivían en la mayoría de los territorios árabes, incluso antes de que llegaran los árabes.  En Libia había una comunidad judía próspera, 600 años antes de la conquista árabe allí.  Cerca de 900.000 judíos moraban en territorios árabes antes del establecimiento de Israel. Hoy sólo hay menos de 40.000 judíos en el mundo árabe.  Han regresado a Israel.
  • “Y del occidente te recogeré”.  Dijo Dios por medio del profeta.  Hubo una estampida virtual desde Egipto, Marruecos, Túnez, Argelia, Europa, Estados Unidos y desde la mayoría de los países latino americanos.

A continuación permítame citar otros pasajes de la Escritura que anticipan el retorno del pueblo judío.

  • “Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos” (Génesis 17:8).
  • “Y te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres” (Deuteronomio 30:5).
  • “Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre, y tu memoria de generación en generación.  Te levantarás y tendrás misericordia de Sion, porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado.  Porque tus siervos aman sus piedras, y del polvo de ella tienen compasión.  Entonces las naciones temerán el nombre de Jehová, y todos los reyes de la tierra tu gloria; por cuanto Jehová habrá edificado a Sion, y en su gloria será visto” (Salmos 102:12-16).
  • “Acontecerá en aquel tiempo, que los que hayan quedado de Israel y los que hayan quedado de la casa de Jacob, nunca más se apoyarán en el que los hirió, sino que se apoyarán con verdad en Jehová, el Santo de Israel.  El remanente volverá, el remanente de Jacob volverá al Dios fuerte.  Porque si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas del mar, el remanente de él volverá; la destrucción acordada rebosará justicia.  Pues el Señor, Jehová de los ejércitos, hará consumación ya determinada en medio de la tierra” (Isaías 10:20-23).
  • “Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar.  Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra.  Y se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán destruidos. Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín” (Isaías 11:11-13).
  • “Y habrá camino para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto” (Isaías 11:16).
  • “Días vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la faz del mundo llenará de fruto” (Isaías 27:6).
  • “Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa.  Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón.  Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro” (Isaías 35:1, 2).
  • “Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos.  Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria” (Isaías 49:1)
  • “Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades; para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Mostraos.  En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos.  No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas.  Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas.  He aquí éstos vendrán de lejos; y he aquí éstos del norte y del occidente, y éstos de la tierra de Sinim.  Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia” (Isaías 49:8-13).
  • "Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo; y os tomaré uno de cada ciudad, y dos de cada familia, y os introduciré en Sion" (Jeremías 3:14).
  • “Ve y clama estas palabras hacia el norte, y di: Vuélvete, oh rebelde Israel, dice Jehová; no haré caer mi ira sobre ti, porque misericordioso soy yo, dice Jehová, no guardaré para siempre el enojo” (Jeremías 3:12).
  • “Sino: Vive Jehová que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del norte, y de todas las tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su tierra” (Jeremías 23:8).
  • “En aquellos tiempos irán de la casa de Judá a la casa de Israel, y vendrán juntamente de la tierra del norte a la tierra que hice heredar a vuestros padres” (Jeremías 3:18).
  • “Porque así ha dicho Jehová: Regocijaos en Jacob con alegría, y dad voces de júbilo a la cabeza de naciones; haced oír, alabad, y decid: Oh Jehová, salva a tu pueblo, el remanente de Israel. He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, y los reuniré de los fines de la tierra, y entre ellos ciegos y cojos, la mujer que está encinta y la que dio a luz juntamente; en gran compañía volverán acá. Irán con lloro, mas con misericordia los haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy a Israel por padre, y Efraín es mi primogénito. Oíd palabra de Jehová, oh naciones, y hacedlo saber en las costas que están lejos, y decid: El que esparció a Israel lo reunirá y guardará, como el pastor a su rebaño” (Jeremías 31:7-10).
  • “Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa.  Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón.  Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro” (Isaías 35:1, 2).
  • “Y la tierra asolada será labrada, en lugar de haber permanecido asolada a ojos de todos los que pasaron.  Y dirán: Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edén; y estas ciudades que eran desiertas y asoladas y arruinadas, están fortificadas y habitadas.  Y las naciones que queden en vuestros alrededores sabrán que yo reedifiqué lo que estaba derribado, y planté lo que estaba desolado; yo Jehová he hablado, y lo haré.  Así ha dicho Jehová el Señor: Aún seré solicitado por la casa de Israel, para hacerles esto; multiplicaré los hombres como se multiplican los rebaños” (Ezequiel 36:34-37).
  • “¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión. No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad. En pos de Jehová caminarán; él rugirá como león; rugirá, y los hijos vendrán temblando desde el occidente” (Oseas 11:8-10).
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