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El código Da Vinci

  • Fecha de publicación: Viernes, 13 Abril 2012, 01:22 horas

Después que Dan Brown publicó su libro El código Da Vinci, una novela de ficción anticristiana que declara que los evangelios del Nuevo Testamento son una invención, y que la deidad del Señor Jesucristo es una fábula, fue aclamado de inmediato como un historiador brillante.

La publicación Library Journal definió su trabajo como «fascinante, una mezcla de historia y suspenso, una obra maestra que debe leerse obligatoriamente».

Este libro de inmediato se convirtió en un éxito de ventas en todo el mundo. Hasta ahora se han vendido millones de ejemplares de la novela, la que ha sido traducida a 44 idiomas, y con los derechos para la película en manos de Columbia Pictures y el director Ron Howard.

En Estados Unidos en particular, prevalece un estándar doble que es totalmente deplorable. En este país no se puede atacar a ningún sistema religioso, con excepción del cristianismo. Si alguien se atreve a criticar el politeísmo, el sistema de castas del hinduismo, o hacer comentarios adversos contra Buda por abandonar a su esposa e hijo para dedicarse a la meditación, de inmediato es acusado de intolerancia. Cuestionar aspectos de la vida del profeta Mahoma, no es políticamente correcto en nuestra sociedad pluralista, y puede incluso hasta ser peligroso. Pero hablar contra el cristianismo, caricaturizar al Señor Jesucristo y declarar falsedades en su contra y contra la iglesia que él fundó, no representa problema alguno. ¡Eso sí es políticamente correcto y la última moda!

No se puede negar que Dan Brown desarrolla una trama en su libro que atrapa al lector. Su descripción del museo de Louvre, de las catedrales y de los castillos franceses e ingleses son reales, bien documentada. La acción es arrolladora, sus 477 páginas cubren un período de horas, no de días o semanas. La narrativa es excitante y esos que gustan de los misterios, acertijos y enigmas se ven rápidamente atrapados. Sin duda esto contribuye en parte al éxito del libro.

Literalmente millones de lectores encuentran la obra del señor Brown fascinante, pero una cosa es bien clara: esta novela nunca habría sido aceptada ni siquiera como un buen misterio, sin su ataque gratuito en contra del cristianismo, al proclamar como una verdad hechos heréticos en contra de Cristo.

Es por esta razón que El código Da Vinci es tan peligroso, porque muchos lectores dan por sentado que todo el contexto suplementario y trasfondo que rodea al cristianismo es verdadero, cuando no es así. En lugar de eso, sus referencias son heréticas, entremezcladas con ficción o mentiras absolutas, comenzando desde la primera página en donde declara como un hecho la base de la entera trama.

En la novela los protagonistas se ven involucrados en una excitante aventura al tratar de descifrar la simbología secreta en la pintura de Leonardo Da Vinci. No obstante, hay que admitir que la trama, en parte se basa en hechos reales, en unos documentos misteriosos que aparecieron en París en 1956, con una larga lista de nombres. Supuestamente se trataba de miembros distinguidos del llamado Priorato de Sión, una misteriosa sociedad secreta, a la cual según dice el señor Brown, perteneció el pintor italiano Leonardo Da Vinci.

De acuerdo con este escritor y los defensores del Código Da Vinci, Leonardo dejó claves ocultas en sus obras, destacando esas claves en su famoso cuadro de la Mona Lisa. El señor Brown asegura que Leonardo era un miembro prominente de una orden esotérica y descendiente del linaje de Jesús. Este artista supuestamente dejó diversas claves ocultas en su obra, las que años más tarde descubrió un párroco rural del sur de Francia a finales del siglo XIX.

De acuerdo con el argumento de la novela, antes de morir asesinado, Jacques Sauniére, el último gran Maestre de una sociedad secreta que se remonta a la fundación de los templarios, le deja a su nieta Sophie una misteriosa clave. Sauniére y sus predecesores, entre los que se encontraban hombres como Isaac Newton y Leonardo Da Vinci, habían conservado durante siglos un conocimiento que podía cambiar completamente la historia de la humanidad.

Ahora Sophie, con la ayuda del experto en simbología Robert Langdon, comienza la búsqueda de ese secreto, en una trepidante carrera que les lleva a la primera clave que es el propio cadáver de Jacques Sauniére, quien antes de morir se desnuda, abre sus piernas y brazos, traza un círculo a su alrededor y representa así la famosa obra de Leonardo, El hombre de Vitrubio. Su búsqueda continúa en los famosos cuadros del genial pintor y en las paredes de antiguas catedrales. Un rompecabezas que deberán resolver pronto, ya que no están solos en el juego: el Opus Dei, una poderosa e influyente organización católica está dispuesta a emplear todos los medios para evitar que el secreto salga a la luz.

La novela es un apasionante juego de claves escondidas, sorprendentes revelaciones, acertijos ingeniosos, verdades, mentiras, realidades históricas, mitos, símbolos, ritos, misterios, anagramas (es decir frases y palabras que al invertir su orden dicen otra cosa) tal como si escribiésemos «amor» y luego lo convirtiéramos en «Roma». Es una trama llena de giros inesperados, narrada con un ritmo imparable, que conduce al lector hasta el supuesto secreto más celosamente guardado del inicio de nuestra era. De que:

• Jesús no es Dios hecho hombre. Brown asegura que inicialmente ningún cristiano pensaba que Jesús era Dios, hasta que el emperador Constantino lo deificó en el concilio de Nicea en el año 325.

• Jesús tuvo como compañera sentimental a María Magdalena con la que tuvo hijos, la descendencia real que fue la fundadora de la orden del Santo Grial, de la sangre real. Esta descendencia fue supuestamente la progenitora de la dinastía Merovingia en Francia y de los antepasados de la protagonista de la novela.

• Jesús y María Magdalena representaban la dualidad masculina y femenina, como Marte y Atenea, Isis y Osiris.

• Según el señor Brown, la Iglesia destruyó todos los evangelios gnósticos que no les gustaban, dejando sólo los cuatro evangelios los cuales retocaron convenientemente para que dijeran lo que les convenía. En la trama, el Opus Dei trata de impedir que los héroes saquen a la luz el secreto: «que el Grial son los descendientes de Jesús y Magdalena y que el primer Dios de los ‘cristianos’ gnósticos era femenino».

Sin embargo, estas ideas heréticas no son nada nuevo, sino que se remontan a una época anterior a la hechicería europea. Aparentemente fueron incorporadas en el cristianismo por un hombre llamado Mani, Manes o Maniqueo, el fundador del maniqueísmo. Maniqueo, quien naciera alrededor del año 242 de la era cristiana, trabajó como esclavo en la casa de un hombre que comerciaba con tesoros y objetos de artes antiguos.

Este hombre también conservaba un archivo de la iniciación de las sectas de las civilizaciones antiguas y murió un poco después que el joven Maniqueo llegó a vivir en su casa. Ravenscroft escribió que el hombre continuó inspirando al joven más allá de la tumba. Cuando joven, Maniqueo al igual que los sacerdotes zoroatristas proclamaba que el Señor Jesucristo era la encarnación del dios sol. Sus enseñanzas fueron condenadas como herejía y fue ejecutado en Bagdad despellejándosele vivo.

Pese a todo, sus doctrinas llegaron finalmente a Europa y pueden verse en la leyenda del Grial. Maniqueo combinó las enseñanzas cristianas de la salvación con las creencias zoroatristas de los dos principios opuestos que gobiernan el universo (una mezcla de luz y tinieblas) que representaban lo bueno y lo malo.

Con sus distorsiones y mentiras el señor Brown hace que muchos se hagan preguntas sobre estos asuntos vitales:

• La confiabilidad de la Biblia

• La verdadera naturaleza del Señor Jesucristo

• El origen de las creencias cristianas

• Las realidades dentro de la iglesia primitiva

• El papel de los supuestos “libros perdidos de la Biblia” y los muchos intentos falsos y herejes por desacreditar los evangelios del primer siglo.

Nada de esto es incidental en la novela, sino que es central a su trama. Constituye un ataque intencional contra el Señor Jesucristo y su iglesia. Es algo propio de una sociedad que no tiene fe en Dios y que intenta desacreditar a Jesús y el cristianismo. Esto fue evidente durante la entrevista pública que le hicieran al señor Brown en un especial de noticias de la cadena de televisión ABC y durante otra entrevista en el programa Good Morning America (Buenos días América). Es obvio que sus intenciones eran claramente deliberadas.

Sin embargo, es necesario que estemos preparados para poder defender la verdad respecto a quién era realmente el Señor Jesucristo. El tema fundamental que yace detrás de la entera cadena de eventos es la herejía merovingia de que Jesús y María Magdalena tuvieron hijos, quienes finalmente dieron origen al linaje Merovingio de los reyes medievales de Francia, el cual continúa detrás de toda Europa hoy.

Mucho de esto fue adaptado del libro de Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln, titulado Holy Blood, Holy Grail (Sangre Sagrada, Santo Grial) que se publicara en 1982. El nombre de Leigh Teabing, uno de los expertos en criptografía en la novela de Brown, es un anagrama, una transposición de las letras de los nombres Leigh y Baigent.

De acuerdo con las explicaciones expertas, dadas en la novela de Brown, los secretos misteriosos que rodean la fabulosa búsqueda por el “Santo Grial” eran referencias codificadas a esta descendencia.

Como un ejemplo de los varios códigos sugeridos en la novela, está la idea de que en el famoso cuadro de Leonardo, La última cena, la persona sentada a la derecha del Señor Jesucristo no es Juan como se cree comúnmente, ¡sino una mujer! Esto, claro está, es otra de las características inventadas para apoyar la idea de que quien está sentada a su mano derecha es su consorte María Magdalena. La Mona Lisa y La virgen de las Rocas, también son parte de la trama inventada de esta mentira.

La novela no se limita sólo a los objetos de arte clásico, sino que hay varios textos criptográficos, el uso de los códigos hebreos atbash, en el cual la primera letra del alfabeto se sustituye por la última y sucesivamente, y una serie de acertijos y anagramas. Es imposible negar la forma inteligente como se usa todo esto en la intrigante conjura para envolver al lector.

Las personas que no conocen la Biblia, ni mucho menos al Señor Jesucristo como su salvador, sucumben muy fácilmente a todas estas mentiras, por lo tanto es necesario aclarar algunas cosas, como por ejemplo:

• ¿Quién era realmente María Magdalena?

• ¿Cómo sabemos que el Señor Jesucristo no era casado?

• ¿Por qué confiamos en los cuatro evangelios y rechazamos los otros?

• ¿Cómo y por qué fueron escogidos?

• ¿Por qué fueron rechazados los evangelios gnósticos y “los libros perdidos de la Biblia?

• ¿Fue que acaso existió una conspiración para editar la Biblia dentro de la iglesia primitiva?

• ¿Existe en realidad el Priorato de Sión?

• ¿Cuál es su agenda?

• ¿Es cierto que los “merovingios” tienen un programa determinado detrás de la Nueva Europa?

María Magdalena

Son incontables los libros que se han escrito clasificando las distorsiones deliberadas y las mentiras expuestas en la novela de Brown, sin embargo una de las principales ofensas, entre las muchas, es la herejía de María Magdalena, la cual constituye el tema central de la historia.

Lo primero que debemos aclarar es que la Escritura menciona más de seis Marías, las que a menudo son identificadas erróneamente, está:

• María la madre de Jesús, quien fue divinizada por los católicos: “Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS” (Lc. 1:30, 31).

• María de Betania, hermana de Marta y Lázaro. Era sin duda discípula de Jesús, y cuando éste llegó a su casa, le dejó a su hermana las preocupaciones domésticas para sentarse a los pies del Maestro. Jesús elogió la acción de María cuando Marta reclamó la ayuda de ésta. “Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana” (Jn. 11:1).

• María, madre de Jacobo y José. Era parte del grupo de mujeres que apoyaba a Jesús económicamente. Estuvo presente durante la crucifixión, entierro y resurrección del Señor: “...María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo” (Mt. 27:56).

• María la esposa de Cleofas: “Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas...” (Jn. 19:25).

• María la madre de Juan Marcos, prominente en la Iglesia, cuya casa era centro de reunión para los primeros cristianos en Jerusalén: “Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos...” (Hch. 12:12).

• María de Roma, a quien Pablo saluda y alude en Romanos 16:6 como trabajadora en la congregación de Roma: “Saludad a María, la cual ha trabajado mucho entre vosotros” (Ro. 16:6).

• María Magdalena. Mujer probablemente oriunda de Magdala. Se menciona solamente una vez durante el ministerio de Jesús, como persona liberada de siete demonios, que luego figuró entre las mujeres agradecidas que servían al grupo itinerante de discípulos: “Y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios” (Lc. 8:2).

Sin embargo, en el año 591 de la era cristiana, el papa Gregorio Primero, el Magno, durante un sermón de Pascua, erróneamente declaró que la prostituta del capítulo 7 de Lucas, era la María Magdalena del capítulo 8 de Lucas. En 1969, el Vaticano corrigió siglos de error, reconociendo que no hay base alguna para identificar a María Magdalena como una prostituta.

María Magdalena es muy visible en el registro de los evangelios. Siguió a Jesús desde Galilea, ministrándole. Presenció su crucifixión, y con el propósito de ungir su cuerpo, acompañada de otras mujeres llegó a la tumba. Fue la primera en ver al Señor resucitado e informó de su resurrección a los discípulos.

En cuanto al argumento de que el Señor Jesucristo tenía que ser casado porque «era rabino y por consiguiente debía ser miembro del Sanedrín, el cual exigía que sus miembros estuvieran casados», hay que aclarar que sus discípulos le llamaban «rabí», no porque fuese rabino y miembro del Sanedrín, como argumenta el señor Brown, sino que «rabí» quiere decir «Maestro» y Jesús era su maestro. No hay base alguna para sugerir que Jesús estuviera casado, o que tuviera relaciones íntimas con Magdalena. Esta sola idea demuestra, que el señor Brown no tiene idea alguna de quién es Jesús y para qué vino.

Las leyendas acerca de Jesús y María Magdalena, comenzaron a emerger en el sur de Francia durante el siglo IX. La novela de Brown intenta apoyar estas repulsivas alusiones tomando como base, fuera de su contexto, el versículo 32 del Evangelio apócrifo según Felipe el cual dice: «Tres eran las que caminaban continuamente con el Señor: su madre María, la hermana de ésta y Magdalena, a quien se designa como su compañera. María es, en efecto, su hermana, su madre y su compañera». Sin embargo, esto no sugiere matrimonio, ni ninguna insinuación sexual.

El señor Brown se basa en una palabra aramea de este texto, a pesar de que El evangelio apócrifo según Felipe llegó hasta nosotros en cóptico. La palabra que él traduce como esposa, es el vocablo griego koinonia, que significa «compañerismo entre hermanos».

Para reafirmar su posición, hace alusión al versículo 55, que dice: «La compañera (de Cristo es María) Magdalena. (El Señor amaba a María) más que a (todos) los discípulos (y) la besó en la (boca repetidas) veces». Pero hay algo bien interesante en este versículo, y es que hay frases y palabras que están escritas dentro de corchetes, sencillamente porque estas porciones estaban borradas en el texto original y fueron añadidas. El texto original dice: «La compañera... Magdalena... más que a... los discípulos... la besó en la... veces». ¡Valiente clave!

Es cierto que trabajar con manuscritos antiguos es bien difícil, porque realmente nadie puede adivinar qué decía el texto original. En la mayoría de los casos se añaden las palabras basándose en el contexto y en el sentido común. En este texto algunos sugieren que bien podría decir que la besó en la frente, o cualquier otra cosa, pero otros sugirieron que fue en la boca por esta otra porción del versículo 31 del mismo Evangelio apócrifo según Felipe, donde dice: «Los perfectos son fecundados por un beso y engendran. Por eso nos besamos nosotros también unos a otros (y) recibimos la fecundación por la gracia que nos es común».

El evangelio apócrifo según Felipe no hace ninguna referencia adicional que apoye este reclamo de Brown, de que María y el Señor Jesucristo fueran esposos, pero incluso aun en el caso que lo hiciera no tendría importancia alguna, ya que este texto fue escrito más de dos siglos después del período de los evangelios, con un seudónimo que usó alguien que pretendía ser quien no era. Ningún erudito respetable lo toma seriamente, ni lo considera con mérito histórico.

El Concilio de Nicea

El Concilio de Niceafue convocado en el año 325 de la era cristiana por el emperador Constantino, para determinar las disputas con el arrianismo el cual amenazaba la unidad de la iglesia cristiana. Un poco más de 300 obispos se reunieron en Nicea, para decidir disputas sobre la Cristología, no para modificar el “canon”, es decir, los libros que eran considerados como parte de la Escritura y que eran aceptados por la Iglesia primitiva como inspirados por Dios.

Otro de los puntos principales tratados en este concilio, fue la disputa entre Arrioy Atanasio. Arrio argumentaba que el Señor Jesucristo era simplemente un ser creado. Como gozaba de respeto entre la iglesia sus ideas habían causado profundas disputas a través del imperio. Atanasio defendía la absoluta deidad de Cristo y fue completamente vindicado en este concilio.

Sin embargo la versión del señor Brownes que en este concilio los líderes de la iglesia decidieron que Jesús era divino, ya que según él hasta ese momento sólo era considerado por sus seguidores como un profeta mortal. Afirma que esto fue resuelto por una votación bien estrecha, y que también fue entonces cuando se seleccionaron los cuatro evangelios entre más de 80. ¡Todo esto es una mentira deliberada para apoyar su ataque contra el Señor Jesucristo y su Iglesia!

Fueron 20 las decisiones adoptadas en el Concilio de Nicea. El contenido de todas ellas todavía existe y ninguno de los temas involucrados tiene que ver con el canon. En cuanto al voto, sólo cinco de unos 318, no estuvieron de acuerdo y al final sólo dos rehusaron firmar las resoluciones finales que reafirmaban la deidad del Señor Jesucristo, pero ninguna decisión involucraba la canonicidadde los evangelios.

Son demasiadas las pruebas que confirman la Deidad de Cristo. Podría citar miles de testimonios para demostrarlo, pero eso ya sería tema de otro estudio. No sólo los primeros padres de la Iglesia lo confirmaron, sino que estimo que una de las mayores pruebas contra esos que niegan a Cristo como Dios, fueron las grandes persecuciones en Roma y el martirio voluntario y muerte que sufrieron los primeros cristianos, por negarse a adorar al emperador. El martirio de ellos fue un resultado de su compromiso total con Cristo como Dios.

Cómo se estructuró el Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento fue constituido como un canon en el primer siglo, mientras los apóstoles todavía estaban vivos y todos los hechos podían ser verificados:

“Tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra” (Lc. 1:2).

“Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección” (Hch. 1:21, 22).

• Fue apoyado por Cristo anticipadamente: “Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:25, 26).

• Y fue considerado como la palabra profética más segura: “Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (2 P. 1:16-19).

Los evangelios gnósticos

El término «gnóstico» significa «gnosis» o conocimiento. No obstante, aquí se refiere al concepto de un secreto oculto, o conocimiento especial. Los gnósticos eran un problema creciente en la Iglesia primitiva, la mayoría de las epístolas del Nuevo Testamento, al igual que las numerosas citas de los padres de la Iglesia primitiva fueron para refutar muchas de las herejías promovidas por los gnósticos.

De hecho, la segunda carta de Pablo a los Tesalonicenses fue una respuesta a una falsificación que pusieron a circular como si hubiera sido escrita por Pablo. Por eso dijo: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias” (2 Ti. 4:3).

El gran número de documentos falsificados emergieron durante los siglos que siguieron a los ministerios de los apóstoles y fueron rechazados universalmente por la Iglesia primitiva. Un grupo de estos escritos fueron encontrados en NagHammadi, Egipto, los cuales datan de los siglos tercero o cuarto y son aceptados sin crítica por el señor Browncomo si fuesen fidedignos. Esto incluye El evangelio de Tomás, El evangelio apócrifo según Felipe, El evangelio de María, El evangelio de la verdad y unas cuatro docenas de otros más.

Estos no son para nada “evangelios”, sino más bien opiniones especulativas, totalmente desprovistas de cualquier hecho verificable. Además, fueron escritos bajo pseudónimos falsos en un intento por darles legitimidad. La Iglesia primitiva rechazó todos los documentos firmados con pseudónimo, por considerarlos inconsistentes con el concepto de inspiración divina.

Finalmente, estos “evangelios” fueron escritos siglos después de haber muerto el último de los apóstoles y todos esos que fueron testigos de los milagros y vida del Señor Jesucristo y de los relatos narrados en el Nuevo Testamento. Estos escritos no sólo son anti-históricos, sino que carecen de historicidad alguna.

Los Merovingios

Los merovingios fueron una dinastía de reyes franceses que gobernaron entre los siglos V al VIII de la era cristiana. Según la tradición son descendientes de Meroveo, el primero de la dinastía Merovingia. Entre los reyes más destacados de la dinastía Merovea, están Meroveo, rey de los francos, su hijo ChildericoPrimero y su nieto Clodoveo Primero.

En el año 496 de la era cristiana, el obispo de Roma hizo un pacto con Clodoveo, el nieto de Meroveo, y rey de los francos, llamándole el «Nuevo Constantino». Asimismo le otorgó autoridad para presidir sobre un imperio romano “cristianizado”.

Cuando el rey Clodoveo murió, su hijo Clotarioascendió al trono. Clotariofue sucedido por su hijo Childerico Primero, quien fue sucedido por su hijo ClotarioSegundo. Finalmente tomó el mando Dagoberto, quien fue asesinado después de convertirse en rey de los francos en el año 630 de la era cristiana. Dagoberto Primero fue padre de dos hijos quienes eran portadores del linaje Merovingio. El primer hijo fue Clodoveo Segundo y la sucesión continuó a ChildericoTercero. Él fue el último Merovingio conocido que se sentó sobre el trono de Francia. El otro hijo fue SegibertoTercero, de quien descendió Godofredo de Bouillony varias otras familias reales, tal como los Blanchefort, Gisors, Saint Clair, quienes en Inglaterra son conocidos como los Sinclair, los Montesquiou, los Monpezat, Poher, Luisignan, Plantardy Habsburgo-Lorraine.

Alex, hermana de Godofredo de Bouillony Baudouin, contrajo matrimonio con el emperador Enrique Cuarto del Sacro Imperio Romano. Y así el linaje continuó hasta la dinastía de Habsburgo.

Se dice que la dinastía Merovingia se las ingenió para emparentar con las familias reales europeas, llegando a ocupar la mayoría de tronos en Europa. No obstante el hecho es que hoy existe una organización secreta en Europa conocida como «Los guardianes del Santo Grial».

Es cierto que la mayoría de las familias gobernantes en Europa, si acaso no todas, son descendientes de la dinastía Merovingia y aunque usted no lo crea, en esta dinastía Merovingia se hallan incluidos hasta Papas de la Iglesia Católica, entre ellos Esteban Noveno, líder de la iglesia en el siglo sexto, durante el período de las cruzadas.

Por otra parte las cruzadas jugaron un papel importante en el ascenso del linaje Merovingio. Muchos de los cruzados eran franceses que fueron a Palestina a librar la tierra santa del poder musulmán. Para el año 1061 de la era cristiana, las cruzadas católicas habían conquistado la ciudad de Jerusalén y habían puesto en el trono de Jerusalén a Godofredo de Bouillon, del linaje Merovingio.

Algunos dicen que Godofredo de Bouillon, quien declaraba ser descendiente del linaje de David, organizó en el año 1099 una sociedad secreta llamada el «Orden de Sion» y que hoy se llama «Prieure» que significa «Priorato de Sion». Esta orden clandestina, el «Priorato de Sion», todavía existe hoy después de casi 900 años de haber sido constituida. Sin embargo otros aseguran que el «Priorato de Sion» fue organizado en 1956, con Pierre Plantardcomo su gran Maestre, un antisemita con un récord criminal de fraude. Sus antecedentes fueron comprobados por un grupo de documentos que fueron encontrados en la Biblioteca Nacional de París. Pero se asegura también que esos documentos fueron colocados allí por el propio Pierre Plantard. Uno de sus hombres de confianza admitió haberlo asistido en la fabricación de estos materiales, incluyendo las tablas genealógicas y listas de los grandes maestres del priorato. Esto fue expuesto en una serie de libros y en un documental presentado por la BBC de Londres en 1996.

El Código Da Vinci, es solamente uno de los muchos ataques de que está siendo objeto el cristianismo verdadero en estos últimos días. Tales ataques no son nada nuevo, han tenido lugar una y otra vez en la historia de la Iglesia. Sin embargo, siempre ha prevalecido la verdad. La fe cristiana está bien equipada para defenderse por sí misma contra tales asaltos.

El cristianismo se basa en historia, no en mitos; en hechos no en ficción. Tal vez todo esto, en el fin sea beneficioso. Por extraño que pueda parecer, la herejía siempre ha sido buena para la Iglesia, ya que nos obliga a renovar nuestra atención en las doctrinas centrales del cristianismo a fin de contraatacar el error. Sin las herejías no tendríamos los grandes dogmas de la fe cristiana.

Esta popular novela, es verdaderamente una ficción perversa, presentada sutilmente como un hecho, siendo claramente en sí misma un cumplimiento de esta profecía: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado” (2 P. 2:1, 2).

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