¿Acusar o restaurar?
- Fecha de publicación: Jueves, 14 Julio 2011, 23:53 horas
- Publicado en Temas Bíblicos /
- Visitado 25609 veces /
- Tamaño de la fuente disminuir el tamaño de la fuente aumentar tamaño de la fuente /
- Imprimir /
Tengo en mi poder una nota con varias preguntas. No quiero ser acusador ni condescender con quien podría considerarse culpable.
Pido mucha atención, reflexión y paciencia.
La idea era contestar estas interrogantes en el programa Respuesta Bíblica, tal como hacemos con muchas otras.
Pero me pareció que las preguntas que aparecen, me sirven de bosquejo para todo un mensaje.
Agradezco al Señor por Su Palabra y la capacidad que Él ofrece a cada siervo Suyo, pastor, predicador, maestro, anciano, encargado de una iglesia etc...
¿BAJO QUÉ CIRCUSTANCIAS EL PASTOR DE UNA IGLESIA DEBE RENUNCIAR A SU CARGO?
Debe hacerlo cuando su salud no le permite continuar con las responsabilidades que el pastorado exige.
Si su familia no llena los requisitos que la Biblia exige suponiendo que es casado y tiene hijos, especialmente menores que dependen de sus padres. La lista que nos ofrece Pablo es muy completa: “2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo” (1 Timoteo 3:2-7).
“7 Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, 9retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tito 1:7-9).
Debe ser “irreprensible”. Lo que sigue explica el alcance de esta palabra.
• Esposo de una sola esposa...
Debe tenerse cuidado con la interpretación de este requisito a la luz de 1 Corintios 7:20-24... “20 Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede. ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más. Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo. Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios” (1 Corintios 7:20-24).
El tema de este capítulo es la cuestión matrimonio. Pero dos veces se menciona eso de “quédese como está”... “Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca con Dios” (v. 24).
¿Qué debía hacer el esposo pagano que se rendía a Cristo si tenía un harén de mujeres “esposas”? Si ha de volverse monógamo, ¿con cuál de las 5 o más que tiene se quedará? El tal nunca debía ser parte de los líderes (pastor, obispo, sobreveedor etc.).
El caso que Pablo menciona en 1 Corintios 6:15-17, de ninguna manera se puede aplicar al tema que estamos desarrollando: “15 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él” (1 Corintios 6:15-17).
Sobrio. No únicamente porque no se emborracha, sino... “equilibrado” en su proceder. Es decir... “prudente, decoroso”...
• Hospedador...
• Apto para enseñar...
• No dado a las bebidas alcohólicas.
• No un buscapleitos (pendenciero).
• “No codicioso de ganancias deshonestas”. Como la costumbre de revender algún artículo con un recargo exagerado. Comprar lotería o dedicarse a cualquier tipo de negocio para ganar mucho, incluso obrando al margen de la ley. Es decir, un usurero. Por eso agrega también... “no avaro”. La avaricia es idolatría: “5Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia” (Colosenses 3:5, 6).
Que sepa gobernar su propio hogar, porque la iglesia requiere de un verdadero gobernante.
Varias de las cualidades aquí son más bien para quien ha de ser nombrado para el pastorado. Un buen ejemplo es... “no un neófito”.
En muchos casos ocurre que el pastor al asumir el pastorado no sabe que con el correr de los años, bien podría descubrirse que adolece de algunos de estos males. Tales como, la pérdida de autoridad para con su esposa e hijos, la borrachera, la codicia de ganar dinero, la soberbia...
Varias de estas cualidades se repiten luego en Tito 1:7-9: “7 Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tito 1:7-9).
Estos requisitos para un pastor son claros y corresponden a los varones que evangelizan, pastorean, administran y enseñan.
Otra razón por qué debería de abandonar el pastorado, es cuando se vuelve ecuménica, teológicamente liberal.
Otra razón sería si se toma perezoso y no quiere trabajar.
CAÍDA EN EL PECADO
Es extraño el proceder de muchas iglesias, incluso pastores cuando se trata de algún pecado. Por lo visto el más negro, horrible, imperdonable o incluso... “mortal” (para distinguirlo del venial - católico romano), es el adulterio.
La pregunta que tengo a la vista, dice:
Si un pastor comete adulterio y pide perdón a su esposa y ella lo perdona, ¿debe el pastor hacer saber esto a la Junta de pastores o líderes de su iglesia? Lo mismo se podría decir de un diácono, pastor asociado, evangelista etc... ¿Cómo manejar una situación así?
Esta pregunta merece una atención mayor, porque no es muy rara y por las consecuencias, dependiendo cómo se la encara. Especialmente si es el pastor titular.
1. ¿Qué significa adulterio? Todos sabemos. Es cuando un hombre, siendo casado, tiene una relación íntima con otra mujer, casada o soltera que no sea su esposa.
2. ¿Cuántos hombres cristianos nunca adulteraron? Piense por un momento, antes de horrorizarse, una cosa es la definición del término tal como la conocemos y otra completamente distinta es la definición que le dio el Señor: “27 Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. 28Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:27, 28).
¿Cree usted que hay algún hombre, incluso cristiano, pastor y muy respetado por su consagración, que nunca adulteró?
¿Qué diferencia hay entre el adulterio, la chismografía, la codicia, la hipocresía, la soberbia etc..?
Efectivamente, hay diferencia: “8 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca” (1 Corintios 6:18).
Muy poca diferencia hay entre adulterio y fornicación, pero en ambos casos... “contra su propio cuerpo peca”.
3. ¿Quién tiene que tratar el pecado del adulterio o la fornicación?
¿Será el equipo de pastores de la iglesia?
¿Será el cuerpo de diáconos?
¿Será algún... consejero de las reglas morales para los líderes de la Iglesia?
¿Realmente usted desea saber a quien le corresponde este asunto?: “4 Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Hebreos 13:4).
¿Cuándo es que... “los juzgará Dios”?
No, no crea que quien cometa este pecado y se reconcilia con su cónyuge, confesándole haberla ofendido, debe estar pensando que... algún día, tal vez ante el Tribunal de Cristo, llamará a ese pastor que adulteró para juzgarlo.
La vergüenza, la tristeza, la sensación de inmundo, hipócrita y falto de lealtad debe ser extremadamente desagradable. Así es cómo Dios se reserva el derecho de juzgar estos casos.
Hoy en día, siendo cristianos, somos mucho más hipócritas que aquellos, que no eran cristianos y le trajeron al Señor a una mujer adúltera: “3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más” (Juan 8:3-11).
¿No cree usted que la respuesta de Jesús, con su doble contenido, dista mucho de lo que hoy, quienes se creen capaces de juzgar este asunto en lugar de Dios? En primer lugar Jesús le preguntó si nadie la condenó. Ella dijo que no. Fue entonces cuando Él le dijo que tampoco Él la condenaría, pero con una condición “vete, y no peques más”.
4. ¿Qué ocurre cuando se procede en concordancia con el espíritu divino en estos casos?
En primer lugar, cuando el pastor u otro líder se “queman” con este pecado muy probablemente, no solamente jamás volverán a hacerlo, sino que actuarán como el caso que relató Jesús acerca de los dos deudores: “36Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. 48Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados” (Lucas 7:36-48).
¿Necesita este relato del Señor alguna aclaración?
¿Sabe usted cómo se describe este cuadro en la paráfrasis?...
«Un fariseo invitó a Jesús a comer. Ya en la mesa, una mujer de la calle, una prostituta, enterada de que estaba allí, entró tímidamente con un frasco de costoso perfume
y se tiró a sus pies a llorar. Sus lágrimas de dolor empapaban los pies del Maestro, pero los secaba con sus cabellos, los besaba, y los perfumaba. Cuando el fariseo se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, se dijo: “¡Si Jesús fuera profeta sabría qué clase de mujer es ésta!”
-Simón, tengo que decirte algo -le dijo Jesús.
-Dime, Maestro.
Un hombre prestó dinero a dos individuos. A uno le prestó cinco mil pesos; al otro le prestó quinientos.
Ninguno de los dos pudo devolver el dinero y él bondadosamente les perdonó la deuda. ¿Cuál de los dos crees que lo amará más después de aquello?
Supongo que el que le debía más dinero -respondió Simón.
-Correcto.
¡Fíjate en esta desdichada! Cuando llegué no se te ocurrió darme agua para lavarme los pies; ella en cambio, me los ha lavado con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos.
Cuando llegué no me saludaste con un beso, pero esta mujer desde que entró no ha cesado de besarme los pies,
No me ungiste la cabeza con aceite, como es costumbre; ella, en cambio, me ha bañado los pies con un perfume costoso.
Me ama mucho porque sus pecados, que eran muchos, le fueron perdonados. Al que poco ha sido perdonado, poco ama.
Entonces le dijo a la mujer:
-Tus pecados ya están perdonados» (Lucas 7:36-48 - Parafraseado).
¿CÓMO DEBE PROCEDER LA IGLESIA CON UN PASTOR QUE COMETIÓ ADULTERIO?
1. Si consideramos “adulterio” lo que dice Jesús (Mateo 5:27, 28), debemos aclarar que no estamos hablando de este pecado: “7 Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. 28Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:27. 28).
2. Si estamos hablando de este pecado, donde el adulterio no se limita al pensamiento únicamente, esto cambia bastante, aunque el pecado sea el mismo, con la diferencia que el “adulterio de la mente” nunca dejará embarazada a una mujer.
3. Debemos tener mucho cuidado de no tratar este pecado de manera diferente a los otros, sea que lo cometa el pastor, algún otro líder de la Iglesia o cualquier otro hermano, casi anónimo.
DEBEMOS PLANTEARNOS UNA SERIE DE INTERROGANTES
4. ¿Cómo manejan este asunto la mayoría de las Iglesias? Lo hacen en base a lo que estipulan sus reglamentos, no según las Escrituras.
Son muchas las iglesias y organizaciones que aplican sus... principios estipulados en sus reglamentos y estatutos.
COSAS QUE SE DEBEN TENER EN CUENTA
El pastor debe confesar su pecado, tanto al Señor como a su esposa y debe recibir el perdón de ella. En cuanto al Señor, no existe ningún problema en lo que a perdón se refiere.
Si el pastor cuenta con un equipo de colaboradores de su inmediato entorno. Sea el equipo de pastores, sean los diáconos o un grupo como un presbiterio a cuyo cargo está la administración de la iglesia.
Si el pastor considera necesario y correcto comunicarlo a este reducido grupo, no está mal, pero sería mucho mejor que, aparte del Señor, únicamente la esposa lo supiera.
¿QUÉ OCURRE CUANDO TODA LA IGLESIA SE ENTERA?
¿Cuál sería el impacto en las familias que tienen hijos todavía menores?
¿Cómo afectaría tal confesión pública ante aquellos hermanos que traen a sus invitados, deseosos de que reciban a Cristo?
¿Cómo explicarán los padres a sus propios hijos todavía jovencitos la ausencia definitiva del pastor?
¿Qué se gana con revelar cualquier pecado en público, si se tiene en cuenta que, particularmente por este pecado la Biblia no deja dudas de que el Señor se reserva el derecho de juzgar?: “4 Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Hebreos 13:4).
¿Qué quería decir Pablo cuando escribió a la Iglesia de Corinto acerca de un pecado de inmoralidad en 1 Corintios 5:4? Note bien las palabras “reunidos vosotros” (los miembros de la iglesia únicamente: “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 5:4).
Debe notarse también porque este hermano autor del pecado, Pablo da su voto a distancia para que se lo entreguen a Satanás. Pero en este caso no hubo arrepentimiento. Ni bien el hermano se arrepintió, Pablo se apresura para decirles que lo reintegren en la membresía: “5Pero si alguno me ha causado tristeza, no me la ha causado a mí solo, sino en cierto modo (por no exagerar) a todos vosotros. Le basta a tal persona esta reprensión hecha por muchos; así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza. Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él” (2 Corintios 2:5-8).
Debemos notar que existe una gran diferencia entre el hermano arrepentido y el hermano que sigue su vida de pecado como si tuviera licencia especial exclusiva, sin necesidad de arrepentimiento y abandono del pecado.
¿QUIÉN INVENTÓ EL ADULTERIO COMO REY DE LOS PECADOS...?
Yo no tengo la menor idea de donde salió el indiscutible “fallo” del pecado más grave de todos...
Lo único que veo aquí es que se aplica muy bien lo que Jesús dijo: “7 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: 8Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. 9Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mateo 15:7-9).
Notemos las palabras... “Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”.
Creo que esta “brillante idea” vino en el paquete del “culto y adoración a la familia”.
¿QUÉ ENTENDEMOS DE RESTAURACIÓN?
Estamos siempre muy dispuestos para juzgar, pero... ¿qué dice la Biblia que debemos hacer con quien cae en algún pecado?
ALGUNOS EJEMPLOS
El caso más conocido (de restauración) es el de Pedro: “15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas” (Juan 21:15-17).
¿Notó que Jesús no menciona para nada la caída de Pedro cuando negó reiteradamente que lo conocía?: 69Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el galileo. Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices. Saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús el nazareno. Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre. Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre. Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo. Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente” (Mateo 26:69-75).
¿Qué había sucedido? ¡Pedro se había comprometido, y con él los demás condiscípulos a tomar incluso el lugar del Señor dejándose clavar!: 33Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré. Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo” (Mateo 26:33-35).
Aquí Pedro no fracasó sólo, sino que... “todos los discípulos dijeron lo mismo”. Esto significa que el cuadro de Pedro es aun mucho más grave, puesto que arrastraba consigo a los otros hombres también.
Jesús pudo haberle dicho... “¡Me decepcionaste, Pedro!”
Pudo haberle dicho... “Te descalificaste para lo que deseaba que fueras”.
Dios el Padre te reveló para que fueras el primero en reconocerme como el Mesías: “17Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mateo 16:17).
Pedro, yo te prometí entregar las llaves del reino de los cielos para que abrieras las puertas al cielo, primero a los Judíos y luego a los gentiles, pero con lo que hiciste allá en el patio de Caifas.
Pedro... ¡Debías haber mantenido tu palabra y no atemorizarte ante aquellos que te reconocieron como mi discípulo!
Pedro: Perdiste todas tus oportunidades y ya sabes por qué.
¿Cómo puedo confiar ahora en un individuo capaz de negarme como tú lo hiciste?
Pedro: No culpes a nadie, tú mismo, con esta actitud ¡TE DESCALIFICASTE Y NO PODRÁS SER EL HOMBRE QUE YO TE DIJE QUE SERÍAS!
¿QUÉ ESPERABA PEDRO DE JESÚS?
¡Esperaba el rechazo y por eso ya hacía los arreglos para abandonar el ministerio y volver a la pesca!: “2Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada” (Juan 21:2, 3).
Y NOSOTROS HOY: ¿CONDENAMOS O RESTAURAMOS?
¿Sabe usted cómo debe sentirse cualquier esposo que realmente ama a su esposa y desea siempre serle fiel? ¿Cuánto más un predicador, pastor, maestro de la Palabra de Dios?
Se siente fracasado, anulado, imperdonable, avergonzado, entristecido, arrepentido, manchado, traidor y descalificado ¡para siempre!
La advertencia de 1 Corintios 10:12 debe ser tomada en cuenta recordando lo que aparece en los versículos 8-11. “8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil. Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. 11Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (1 Corintios 10:8-11).
“12Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Corintios 10:12).
¿CUÁL DEBE SER EL PROCEDER DE LA IGLESIA...?
Me he dado cuenta de que cuando seguimos los pasos trazados en la Biblia, nunca lamentaremos por la forma cómo manejamos el asunto.
Supongamos que es el pastor que ha cometido pecado de inmoralidad. Tal vez se trata de un hombre que tiene hijos mayores o incluso ya es abuelo.
En tal caso él ha pecado en tres direcciones...
1. Pecó contra Dios
2. Pecó contra la Iglesia
3. Pecó contra su propia esposa.
Debe confesarse con Dios, pedirle perdón y aceptar Su perdón. Hay muchos textos que hablan del perdón divino...
• “17 He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados” (Isaías 38:17).
• “25 Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Isaías 43:25).
• “22Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí” (Isaías 44:22).
• “7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar” (Isaías 55:7).
• “18 ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia” (Miqueas 7:18).
• “19 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).
• “1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Juan 2:1, 2).
Contra la iglesia. Lo único que debe interesar a la iglesia es que haya arrepentimiento. Si de antemano se ha arrepentido, la iglesia no será edificada con saber del pecado: “15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano” (Mateo 18:15-17).
Debemos notar que cualquier pecado que el cristiano comete, el que lo cometió debe reconocerlo y arrepentido abandonarlo. De no lograrse esto, el culpable debe ser enfrentado con un testigo: “16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra” (Mateo 18:16).
“19 Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos” (1 Timoteo 5:19).
Recién en tercera instancia, el hermano debe comparecer ante la iglesia, su pecado expuesto y la iglesia debe tratar de convencerlo para que admita haber pecado y se arrepienta.
Si no hay admisión, pero claras pruebas, entonces la iglesia debe tomar alguna medida disciplinaria: “4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús” (1 Corintios 5:4, 5).
¿Qué ocurre si el esposo le confiesa su pecado a su esposa y ella le perdona? ¡Allí debe terminar todo!
DIOS SE RESERVA EL DERECHO DE TRATAR ESTE PECADO
“4 Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Hebreos 13:4).
¿Qué pasa si el pastor, anciano etc... comparte su falta con algunos hermanos de su confianza? Ellos deben aplicar Gálatas 6:1, 2: “1Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. 2Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”.
¡CUÁNTO DAÑO HACE EL PECADO!
El sólo hecho de pecar ya es muy dañino, cuánto más al trascender públicamente.
¿Cuál será el impacto en la vida de los jovencitos y jóvenes en la iglesia?
¿Cuál será el impacto en los cristianos nuevos?
¿Cuál será en toda la iglesia? ¿Se dividirá la Iglesia?
¿Puede usted imaginar las murmuraciones?
¿Se aplica aquí lo de Lucas 17:1-4: “1 Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale” (Lucas 17:1-4).
¿No cree usted que todo predicador conoce estas advertencias divinas?
¿No se siente el predicador completamente destrozado?
¿Se animaría usted a herir aun más al ya destrozado o vendaría sus heridas?
¿Rechazaría usted el pastorado de un hombre que haya pecado así, considerando que sus propias fantasías y codicias sexuales no importan...?
¿Es correcto que el pecado de inmoralidad sexual sea el “Rey de todos los pecados”?
ADVERTENCIAS QUE RECORDAR
1. El pecado del adulterio es muy grave si lo medimos por la secuela que deja en la iglesia...
2. Para un líder que lo comete hay un... “Antes y Después”...
3. El adulterio de un líder cristiano se asemeja al malherido ayudado por ese samaritano, después de que, tanto el sacerdote como el levita, quienes también lo vieron, pasaron de largo: “25Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo” (Lucas 10:25-37).
Todo pecado deja mal herido a quien lo comete, especialmente el adulterio.
El herido no necesita de jueces, no necesita de sermones, no necesita de burladores, no necesita de desprecio. ¡Necesita de comprensión, oraciones, amistad, cuando se haya arrepentido y lo haya confesado a su cónyuge y al Señor!
4. Nunca olvide lo de Mateo 5:28 ¡Es demasiado probable que usted es un adúltero también!: “28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:28).
5. No olvidemos la advertencia de Pablo, cuando dijo: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1. Corintios 10:12).
Podemos estar seguros de que David nunca planeó cometer adulterio ¡y menos mandar matar al inocente y fiel soldado suyo, ¡Urías! Pero hizo ambas cosas.
Pedro jamás planeó negar a su Señor, pero lo hizo hasta por triplicado.
¿Qué hizo Dios con David?
¿Qué hizo nuestro Señor con Pedro? ¿Le trajo en cara alguna vez su grave pecado?
¿Eran los pecados de ambos algo... menores que el que nos ocupa hoy?
6. Lo único que nos queda... cuando algún líder llega a este extremo, es Gálatas. 6:1-3: “1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña” (Gálatas. 6:1-3).
A esto agréguele la REGLA DE ORO: “12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas” (Mateo 7:12).
¿QUÉ OCURRE CUANDO TODA LA IGLESIA SE ENTERA?
¿Cuál sería el impacto en las familias que tienen hijos todavía menores?
¿Cómo afectaría tal confesión pública ante aquellos hermanos que traen a sus invitados, deseosos de que reciban a Cristo?
¿Cómo explicarán los padres a sus propios hijos todavía jovencitos la ausencia definitiva del Pastor?
¿Qué se gana con revelar cualquier pecado en público, si se tiene en cuenta que, particularmente por este pecado, la Biblia no deja dudas de que el Señor se reserva el derecho de juzgar? “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (He. 13:4).
¿Qué quería decir Pablo cuando escribió a la Iglesia de Corinto acerca de un pecado de inmoralidad, en 1 Corintios 5:4? “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo” (1 Co. 5:14). Note bien las palabras “reunidos vosotros” (los miembros de la iglesia únicamente).
Debe notarse también por qué a este hermano, autor del pecado, Pablo da su voto a distancia para que se lo entreguen a Satanás, porque en este caso no hubo arrepentimiento. Ni bien el hermano se arrepintió, Pablo se apresura para decirles que lo reintegren en la membresía. “Pero si alguno me ha causado tristeza, no me la ha causado a mí solo, sino en cierto modo (por no exagerar) a todos vosotros. Le basta a tal persona esta reprensión hecha por muchos; así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza. Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él” (2 Co. 2:5-8).
Debemos notar que existe una gran diferencia entre el hermano arrepentido, y el hermano que sigue su vida de pecado como si tuviera licencia especial exclusiva, sin necesidad de arrepentimiento y abandono del pecado.
¿QUIÉN INVENTÓ EL ADULTERIO COMO “REY DE LOS PECADOS”?
Yo no tengo la menor idea de dónde salió el indiscutible “fallo” del pecado más grave de todos. Lo único que veo aquí, es que se aplica muy bien lo que Jesús dijo: “Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mt. 15:7-9). Notemos las palabras... “Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”. Creo que esta “brillante idea” vino en el paquete del “culto y adoración a la familia”.
¿QUÉ ENTENDEMOS DE RESTAURACIÓN?
Estamos siempre muy dispuestos para juzgar, pero... ¿qué dice la Biblia que debemos hacer con quien cae en algún pecado?
Un buen ejemplo es el de Pedro, el caso más conocido de restauración. “Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas”(Jn. 21:15-17).
¿Notó que Jesús no menciona para nada la caída de Pedro, cuando negó reiteradamente que lo conocía? “Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el galileo. Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices. Saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús el nazareno. Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre. Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre. Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo. Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente” (Mt. 26:69-75).
¿Qué había sucedido? ¡Pedro se había comprometido, y con él los demás condiscípulos a tomar incluso el lugar del Señor dejándose clavar! “Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré. Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo” (Mt. 26:33-35).
Aquí Pedro no fracasó solo, sino que... “todos los discípulos dijeron lo mismo”. Esto significa que el cuadro de Pedro es aún mucho más grave, puesto que arrastraba consigo a los otros hombres también.
Jesús pudo haberle dicho... «¡Me decepcionaste, Pedro! Te descalificaste para lo que deseaba que fueras. Dios el Padre te reveló para que fueras el primero en reconocerme como el Mesías, ‘Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos’ (Mt. 16:17). Pedro, yo te prometí entregar las llaves del reino de los cielos, para que abrieras las puertas al cielo, primero a los judíos y luego a los gentiles, pero con lo que hiciste allá en el patio de Caifás… ¡Debías haber mantenido tu palabra y no atemorizarte ante aquellos que te reconocieron como mi discípulo! Perdiste todas tus oportunidades y ya sabes por qué. ¿Cómo puedo confiar ahora en un individuo capaz de negarme como tú lo hiciste? No culpes a nadie, tú mismo, con esta actitud… ¡TE DESCALIFICASTE Y NO PODRÁS SER EL HOMBRE QUE YO TE DIJE QUE SERÍAS!».
¿QUÉ ESPERABA PEDRO DE JESÚS?
¡Esperaba el rechazo, y por eso ya hacía los arreglos para abandonar el ministerio y volver a la pesca! “Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada” (Jn. 21:2, 3).
Y NOSOTROS HOY: ¿CONDENAMOS O RESTAURAMOS?
¿Sabe usted cómo debe sentirse cualquier esposo que realmente ama a su esposa y desea siempre serle fiel? ¿Cuánto más un predicador, Pastor, maestro de la Palabra de Dios? Se siente fracasado, anulado, imperdonable, avergonzado, entristecido, arrepentido, manchado, traidor y descalificado ¡para siempre! La advertencia de 1 Corintios 10:12 debe ser tomada en cuenta, recordando lo que aparece en los versículos 8-11: “Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil. Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos”. Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Co. 10:8-12).
¿CUÁL DEBE SER EL PROCEDER DE LA IGLESIA?
Me he dado cuenta que cuando seguimos los pasos trazados en la Biblia, nunca lamentaremos por la forma cómo manejamos el asunto. Supongamos que es el Pastor quien ha cometido pecado de inmoralidad, tal vez se trata de un hombre que tiene hijos mayores o incluso ya es abuelo. En tal caso él ha pecado en tres direcciones:
1.Pecó contra Dios
2. Pecó contra la Iglesia
3.Pecó contra su propia esposa.
Debe confesarse con Dios, pedirle perdón y aceptar Su perdón. Hay muchos textos que hablan del perdón Divino:
• “He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados” (Is. 38:17).
• “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Is. 43:25).
• “Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí”(Is. 44:22).
• “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”(Is. 55:7).
• “¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia”(Mi. 7:18).
• “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”(1 Jn. 1:9).
• “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”(1 Jn. 2:1, 2).
Contra la iglesia. Lo único que debe interesar a la iglesia es que haya arrepentimiento. Si de antemano se ha arrepentido, la iglesia no será edificada con saber del pecado. “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano” (Mt. 18:15-17).
Debemos notar que cualquier pecado que el cristiano comete, el que lo cometió debe reconocerlo y arrepentido abandonarlo. De no lograrse esto, el culpable debe ser enfrentado con un testigo. “Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra” (Mt. 18:16). “Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos” (1 Ti. 5:19).
Recién en tercera instancia, el hermano debe comparecer ante la iglesia, su pecado debe ser expuesto y la iglesia debe tratar de convencerlo para que admita haber pecado y se arrepienta. Si no hay admisión, pero claras pruebas, entonces la iglesia debe tomar alguna medida disciplinaria. “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús” (1 Co. 5:4, 5).
¿Qué ocurre si el esposo le confiesa su pecado a su esposa y ella le perdona? ¡Allí debe terminar todo!
DIOS SE RESERVA EL DERECHO DE TRATAR ESTE PECADO
“Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (He. 13:4). ¿Qué pasa si el Pastor, anciano, etc., comparte su falta con algunos hermanos de su confianza? Ellos deben aplicar Gálatas 6:1, 2: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”.
¡CUÁNTO DAÑO HACE EL PECADO!
El sólo hecho de pecar ya es muy dañino, cuánto más al trascender públicamente.
• ¿Cuál será el impacto en la vida de los jovencitos y jóvenes en la iglesia?
• ¿Cuál será el impacto en los cristianos nuevos?
• ¿Cuál será el impacto en toda la iglesia?
• ¿Se dividirá la Iglesia?
• ¿Puede usted imaginar las murmuraciones?
• ¿Se aplica aquí lo de Lucas 17:1-4?: “Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale”. ¿No cree usted que todo predicador conoce estas advertencias Divinas?
¿No se siente el predicador completamente destrozado? ¿Se animaría usted a herir aún más al ya destrozado o vendaría sus heridas? ¿Rechazaría usted el pastorado de un hombre que haya pecado así, considerando que sus propias fantasías y codicias sexuales no importan?
¿Es correcto que el pecado de inmoralidad sexual sea el “rey de todos los pecados”?