Cómo tratar la cuestión inmoralidad
- Fecha de publicación: Martes, 02 Agosto 2011, 03:23 horas
- Escrito por Pastor, J. A. Holowaty
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Ninguna iglesia puede jactarse de que no tiene entre sus miembros a un sólo miembro comprometido, en algún grado, con el pecado de inmoralidad. Ya sea una vida desordenada en la familia, para con la iglesia, en su trabajo, la falta de decoro, de paciencia, de veracidad, problemas con la pornografía, la falta de colaboración con la causa del Señor etc...
¿Es usted una de esas personas que recibe algún... préstamo “sólo para unos días”, pero luego nunca devuelve, porque realmente nunca tuvo la impresión de hacerlo? ¿No es esto inmoral? ¿Cuál debe ser nuestro proceder cuando no estamos en condiciones de cumplir con la promesa que hicimos al hermano, vecino o compañero de trabajo?
Consideremos algunos textos bíblicos: “33 Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. 37Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede” (Mateo 5:33-37).
¿Cómo resolver el problema de la falta de palabra?: “25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros” (Efesios 4:25).
“19 El labio veraz permanecerá para siempre; mas la lengua mentirosa sólo por un momento” (Proverbios 12:19).
“13 El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice” (Sofonías 3:13).
“16 Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas” (Zacarías 8:16).
“6 La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad” (Malaquías 2:6).
“14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia” (Efesios 6:14).
Hace una semana hablé sobre el flagelo de la pornografía. Las estadísticas de quienes están seriamente comprometidos con este pecado no pueden ser ignoradas.
Entre los textos que mencioné, incluí también el de 1 Corintios 5:11: “11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis” (1 Corintios 5:11).
El no haberlo aclarado, me he dado cuenta que algunos podrían quedar confundidos. Nos basta formularnos algunas interrogantes:
¿Significa esto que si una hija, no siendo casada, llega a tener un hijo, sus padres deben aislarla de su casa, no comer con ella y romper con ella todo contacto?
¿Significa esto que un joven, cuya vida de inmoralidad sexual es comprobada, debe ser alejado de la casa de sus padres?
¿Qué diferencia hay entre la adicción a la pornografía y la fornicación?
¿Qué deben hacer los padres con su hijo mayor cuya vida desordenada es un peligro para los demás varones más jóvenes?
EXAMINEMOS LO QUE TENEMOS EN 1 CORINTIOS 5...
1. Pablo dice que corre la voz por allí que hay en la iglesia pecado de fornicación.
2. A renglón seguido dice que es un tipo de fornicación tal que entre los mundanos ni se nombra. Aclara luego: “tanto que alguno tiene la mujer de su padre” (v. 1).
3. Mientras este pecado por lo visto era del conocimiento de la iglesia, y sin embargo la iglesia, dice Pablo... “Y vosotros estáis envanecidos...” (v. 2a).
Era tal la carnalidad y el orgullo, que ellos no lograron reaccionar con indignación ante tan grave pecado...
¿Y por qué se sentían orgullosos?
Es probable que la razón de tanto orgullo eran los dones que abundaban en esa iglesia: “7 de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; 8el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 1:7, 8).
“1 No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales... “7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; 9a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. 10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. 11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (1 Corintios 12:1, 7-11).
“1 Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis... 12Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia” (1 Corintios 14:1, 12).
Al leer las cartas a los Corintios uno queda con la impresión que no les faltaba ningún don. Irónicamente tampoco les faltaba pecado alguno.
En cuanto a dones, había hermanos elocuentes, expositores de las doctrinas cristianas. Hermanos para la música, la administración, la oración, la visitación y la restauración. Lo mismo que destacados evangelistas, razón que permitió un gran crecimiento numérico de la iglesia.
Todo esto era tan hermoso, tan ruidoso, tan agradable, tan brillante que los hermanos ni importancia daban a muchos pecados, los cuales a semejanza de las termitas estaban minando la estabilidad de la iglesia.
Después de llamarlos a la reflexión, diciendo... “¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción?” (1 Corintios 5:2).
El pecado era grave, se trataba de inmoralidad extrema, asquerosa...
El pecado por lo visto era del dominio de la iglesia...
Las personas involucradas no lo negaban...
Probablemente ese joven era el único miembro de la iglesia, no así su padre y su madrastra.
PABLO LES DICE QUÉ DEBEN HACER
1. Yo ya he emitido mi juicio en cuanto a ese joven hermano.
2. La iglesia debe reunirse y yo estaré espiritualmente con ustedes habiendo ya dado mi voto.
3. La iglesia debe tomar la decisión de entregar a ese hermano a Satanás.
4. ¿Cómo debían los hermanos tratar a un miembro de la Iglesia entregado a Satanás?: “11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros” (1 Corintios 5:11-13).
5. Notemos el versículo 6, cuando dice... “NO ES BUENA VUESTRA JACTANCIA”. Sin duda la “jactancia” de ellos era... la aparente buena marcha de la iglesia gracias a que no les faltaba ningún don.
6. Pablo hace una pregunta, diciendo... “¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?”.
Ese pecado era la levadura...
La tolerancia del mismo era la masa que numéricamente crecía con cada semana.
Los hermanos estaban tan felices, tan gozosos, tan animados, que creían que con este... “contagio de gozo santo” ese pecado desaparecería sólo.
¡Es que ellos nunca pensaron que el pecado actúa como la levadura, no como una mosca que cae en una cacerola con sopa hirviendo!
Los hermanos creían que ese... “un solo hermanito” pronto desaparecerá con su conducta tan inmoral. ¡Nunca se les ocurrió que el pecado tolerado es comparado con la levadura!
Es por eso que Pablo dice: “8 Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad” (1 Corintios 5:8).
¿QUÉ EN CUANTO A LA RESTAURACIÓN?
¡Justamente Pablo invita a la iglesia a la restauración de ese hermano!
El mal que sufre un enfermo no siempre requiere una cirugía. Muchas veces puede ser... “restaurado” con algún tratamiento menos drástico.
Pablo era un buen médico para la iglesia, supo diagnosticar el mal y prescribir la terapia.
A veces hay que amputar una pierna...
Otras veces ambas...
A veces un brazo, una mano, cortar parte de la lengua, uno o más dedos...
¿Sabe usted cuál es la enfermedad muy peligrosa pero indolora? ¡La lepra!
¿DIO BUEN RESULTADO ESTA... “CIRUGÍA”?
Pasó algún tiempo y Pablo escribió otra carta a esa iglesia...
¡Pero esta vez es completamente otro tono, porque la cirugía fue todo un éxito y el mal se extirpó completamente: “5 Pero si alguno me ha causado tristeza, no me la ha causado a mí solo, sino en cierto modo (por no exagerar) a todos vosotros. Le basta a tal persona esta reprensión hecha por muchos; así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza. Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él. Porque también para este fin os escribí, para tener la prueba de si vosotros sois obedientes en todo. Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2:5-11).
Debemos notar lo que Pablo les dice en 2 Corintios 2:8: “8 Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él” (2 Corintios 2:8).
¿CÓMO OPERA EN ESTO LA RESTAURACIÓN?
1. David necesitaba restauración y oraba: “12 Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente” (Salmo 51:12).
2. Los espirituales deben dedicarse, no tanto a criticar ni ignorar a los débiles sino a restaurarlos: “1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo” (Gálatas 6:1, 2).
3. Es deber del cristiano que permanece fiel a Cristo, ayudar a quien se extravíe: “19Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, 20sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados” (Santiago 5:19, 20).
¡No se imagina usted el bien que hace a quien necesita comprensión, paciencia y restauración!
Pero lo mismo ocurre en el caso contrario... ¡No se imagina usted el daño que hace al hermano que reclama restauración cuando lo difama, lo acusa y lo menosprecia, juzgándolo de no ser salvo..!
¿Qué significa... “cubre multitud de pecados”?
Restaurar es cubrir amorosamente lo que sé de alguien, ya que me propuse restaurarlo.
No cubrir es todo lo contrario, es descubrir multitud de pecados y descubrirlos.
LA SUPREMA RESTAURACIÓN
Para entender bien este diálogo de restauración entre Pedro y Jesús, siendo Jesús el restaurador, debemos traer a la memoria por qué Pedro necesitaba esta ayuda.
Pedro había prometido incluso, si fuere necesario, morir en lugar del Señor, cosa que también los demás dijeron: “29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no. 30Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces. 31Mas él con mayor insistencia decía: Si me fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo” (Marcos 14:29-31).
¿Negó Pedro a Jesús?: “54 Y prendiéndole, le llevaron, y le condujeron a casa del sumo sacerdote. Y Pedro le seguía de lejos.
Y habiendo ellos encendido fuego en medio del patio, se sentaron alrededor; y Pedro se sentó también entre ellos. Pero una criada, al verle sentado al fuego, se fijó en él, y dijo: También éste estaba con él.
Pero él lo negó, diciendo: Mujer, no lo conozco. Un poco después, viéndole otro, dijo: Tú también eres de ellos. Y Pedro dijo: Hombre, no lo soy. Como una hora después, otro afirmaba, diciendo: Verdaderamente también éste estaba con él, porque es galileo. 60Y Pedro dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y en seguida, mientras él todavía hablaba, el gallo cantó. Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente” (Lucas 22:54-62).
Cuando Pedro, recordando su vergonzoso fracaso, se disponía a volver a su trabajo de la pesca, en eso se le acerca el Señor ¡para restaurarlo!
Hubo en todo esto un ingrediente INDISPENSABLE para que la restauración produzca los resultados esperados. ¡Fue su arrepentimiento!: 61 Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente” (Lucas 22:61, 62).
Notemos algunos detalles de esta restauración: “15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas” (Juan 21:15-17).
1. Jesús buscó a Pedro, no Pedro a Jesús.
2. La pregunta que le hizo ha sido siempre la misma... “me amas más que éstos”.
3. No mencionó para nada su promesa, incluso de morir en lugar de Jesús.
4. Nada le dijo sobre su reiterada negación, hasta con juramento.
5. No le dijo que ahora no podría confiar más en un hombre que había negado todo cuanto dijo haber creído ¡y eso, públicamente!
¿Qué fue lo que hizo el Señor? Lo vio arrepentido y lo RESTAURÓ. Él no necesitaba salvación, pero con urgencia necesitaba restauración.
Esta actitud del Señor debe ayudarnos a saber cómo restaurar a quien la necesita.
¿ERA RESTAURACIÓN LO QUE HIZO PABLO AL ENTREGAR A SATANÁS A ESE INMORAL Y PERVERSO?
No debemos equivocarnos, porque Pablo primero tenía que provocar el arrepentimiento y el resultado fue maravilloso.
¿QUÉ HIZO PABLO?
1. Pablo dijo a los hermanos que lo abandonen, que rompan con él la amistad.
2. Les dijo que no se juntaran con él. ¿Por qué? ¡Porque él no se arrepentiría hasta verse abandonado de los hermanos!
3. Cuando Pablo les mencionó la levadura, ellos se dieron cuenta que el lugar donde se congregaban se convertiría en un prostíbulo.
4. ¿Es usted un hermano/a restaurador? No es fácil, pero el restaurado le estará agradecido por el tiempo y la eternidad.
Pablo entregó a otros a Satanás, además de este inmoral. Ellos fueron, Himeneo y Alejandro: “18 Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar” (1 Timoteo 1:18-20).
Luego aparece “Alejandro el calderero”: “14Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos. Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras. En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (2 Timoteo 4:14-18).
Es importante notar que Pablo, al identificar a este Alejandro, le recomienda a Timoteo que también él se cuide de semejante individuo. ¿Por qué?