¿Enseñar o entretener?
- Fecha de publicación: Jueves, 10 Abril 2008, 18:01 horas
- Escrito por Pastor, J. A. Holowaty
- Publicado en Temas Bíblicos /
- Visitado 19762 veces /
- Tamaño de la fuente disminuir el tamaño de la fuente aumentar tamaño de la fuente /
- Imprimir /
¿Es importante la cuestión doctrinas?
En cada edad siempre han existido personas que profesan el nombre de Cristo aunque quieren seguir las doctrinas y prácticas en conformidad con sus propios deseos sin tener en cuenta para nada la Palabra de Dios.
Otros, no exhiben el testimonio de un creyente fiel separado de la mundanalidad. Estas personas están preocupadas por predicar un evangelio social de respeto, en lugar de declarar lo que dice la Biblia.
A mediados del siglo XX los liberales y modernistas, al ver la falta de interés y la poca asistencia de feligreses a sus cultos, comenzaron a unirse con evangélicos más tolerantes. Fue así como introdujeron en sus iglesias actividades diferentes con el pretexto de mostrar preocupación por el evangelismo del mundo y para unirse y participar con ellos. Muchos de sus supuestos convertidos continuaron con la misma vida, doctrina y prácticas que seguían antes de su conversión. Se cambiaron ciertos métodos, mientras se elaboraron sistemas y estudios complicados pertinentes, accesibles y ajustables, al joven, al comerciante, al atleta, al político, a la estrella de cine y demás. Todo este programa es sumamente peligroso porque en el nombre del Espíritu Santo le prestan más atención a la carnalidad, mientras se glorían por la cantidad de miembros y las actividades, que más bien deberían llamarse diversiones, en vez de ser fieles a Cristo Jesús y a la Palabra de Dios. Le dan más importancia a la cantidad que a la calidad de vida fiel, sincera y obediente a Dios.
Entre los protestantes, el movimiento ecuménico se inició a fines del siglo pasado y el término ha sido utilizado por organizaciones internacionales de las diferentes denominaciones, agencias interdenominacionales y paraeclesiásticas. El Concilio Nacional de Iglesias de Cristo en Estados Unidos y el Concilio Mundial de Iglesias, con sede en Ginebra, Suiza, son tal vez las más conocidas. El ecumenismo, como tendencia dentro del cristianismo, tiene como su objetivo unificar a las iglesias o al menos acercarlas. Algunos tienen como meta la unión estructural de todas las iglesias, mientras que otros se proponen simplemente trabajar unidos en algunos proyectos.
A veces es difícil identificarlos porque gustan de asociarse con los cristianos fundamentalistas, de tal manera que muchos hoy en día, en favor de sus propios intereses, cuando están con los fundamentalistas se identifican como fundamentalistas sin serlo, y luego hacen lo mismo cuando están con los ecuménicos. En otras palabras, son personas que gustan de la simulación. Y esto es lo que dice la Biblia sobre un caso similar: "Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos" (Gá. 2:11-13).
A continuación vamos a considerar algunas de las características del ecumenismo evangélico y también cuáles son los rasgos que identifican a esas personas reconocidas como tales.
El amor es lo primero
Usando como base el compañerismo y la confraternidad, consideran el amor superior a la sana doctrina. Los principales grupos que están promoviendo este concepto son el movimiento pentecostal y el carismático y varios grupos interdenominacionales. Declaran que la doctrina divide, pero que el servicio une. Predican un evangelio social, mientras promueven las buenas obras para la salvación. "Tiene que tener buenas obras para saber si en realidad es salvo", es uno de sus principales lemas.
Además de esto, basan su cristianismo en las emociones, en levantar las manos, hablar en voz alta con el propósito de excitar los ánimos o para controlar las emociones, lloran, gritan y gustan de decir a cada instante: «¡Amén!, ¡Amén!, ¡Aleluya!, ¡Gloria a Dios!», etc. Con esto enardecen las emociones del ser humano y pasan por alto el consejo de la Palabra de Dios que nos enseña que debemos escuchar la predicación en silencio y ordenadamente. Las emociones son humanas, el oír en silencio y con orden es divino: "Pero hágase todo decentemente y con orden" (1 Co. 14:40).
No es posible tener un amor verdadero sin practicar la sana doctrina: "En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos" (1 Jn. 5:2,3).
"Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras" (2 Jn. 8-11).
"Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén" (2 P. 3:17,18).
"No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas" (He. 13:9).
Una mente abierta
Con frecuencia se pueden escuchar expresiones como estas: «Es necesario volver a examinar, reinvestigar y dejar la mente abierta en cuanto a los fundamentos de la fe». Dudan de la infalibilidad de la Escritura y ponen en tela de juicio su inspiración divina. Sustituyen la razón del hombre por la revelación de Dios, minando así el fundamento de la autoridad de la Biblia. Sin embargo, las doctrinas y la fe en la Palabra de Dios y en el Hijo de Dios son revelación divina, no asunto de investigación:
"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad" (2 Ti. 2:15).
"Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Ti. 3:16,17).
"Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina" (2 Ti. 4:1,2).
"Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas" (Pr. 3:5,6).
"Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Por tanto, velad ..." (Hch. 20:28-31).
"Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (2 P. 1:21).
"Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo ... Para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor" (1 Co. 1:17,31).
Tergiversan la Palabra de Dios
Tuercen las Escrituras a fin de acomodarlas a los descubrimientos y teorías científicas, incluyendo la teoría de la evolución. Menosprecian el relato de la creación dado en Génesis y otros libros de la Biblia. Si el hombre supiera más que su Creador, esto implicaría entonces que Dios en realidad no existe:
"Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres" (1 Co. 1:25).
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Gn. 1:1).
"Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho" (Jn. 1:3).
"Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracia. Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo" (Col. 2:6-8).
"Dice el necio en su corazón: No hay Dios..." (Sal. 53:1).
"Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal" (1 P. 3:15-17).
"Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén" (Ro. 1:25).
"Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos" (Is. 55:8,9).
Una nueva línea de pensamiento
Buscan la forma de revelar o crear líneas de pensamiento y argumentos que puedan cristianizar ideas, y sistemas paganos que se basan en la incredulidad. Su propósito es la glorificación de la filosofía, psicología, psiquiatría, astrología y demás. Pero no hay nada mejor para el hombre que la Palabra de Dios. Lo único verdadero es el arrepentimiento genuino y la fe en el Señor Jesucristo, el depositar toda nuestra confianza en él como el sustituto que recibió el castigo por nuestros pecados y entregarnos a él como nuestro único y suficiente salvador. El ser salvos por su gracia es lo que nos ayuda a obedecer a Dios:
"La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales" (Col. 3:16).
"Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos" (Ro. 16:17).
"Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo" (Col. 2:6-8).
"... Siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad" (2 Ti. 3:7).
"Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios" (3 Jn. 11).
El mensaje positivo
Predican un "mensaje positivo" y muchas veces hacen declaraciones como esta: «Dios me llamó a ganar almas, no a criticar a otros». Con gran emoción mundana atraen a muchos porque no reprenden el pecado. Pocas veces enseñan lo que es el arrepentimiento verdadero y mucho menos predican en contra del error. Hacen grandes promociones a fin de lograr muchos "convertidos" y gustan de hacer preguntas como estas: «¿Le gustaría tener la seguridad de que va a ir al cielo cuando muera? Para ser salvo sólo tiene que recibir al Señor Jesucristo como su Señor y Salvador. Y ahora que sabe esto, sólo tiene que decidir, determinar si sigue en su pecado o si recibe a Cristo. Tiene que escoger entre Cristo y el pecado. ¿Qué va a hacer con Cristo? ¿Va a recibirlo ahora en su corazón y tener vida eterna en el cielo, o va a rechazarlo y continuar en su camino rumbo al infierno?» Es cierto que este es un paso para la salvación, pero Dios además ha llamado a todos los cristianos al ministerio de ganar almas, dando testimonio con la vida y con la boca y contendiendo ardientemente por la pureza de la predicación de la Palabra de Dios y por la pureza de la fe que proclaman:
"Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario esribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos" (Jud. 3).
"Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Ti. 3:16,17).
"Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio" (2 Ti. 4:1-5).
No les gusta la separación
Encuentran más compañerismo entre otros iguales a ellos que participan de los placeres mundanos, que entre los que siguen la santa doctrina bíblica de la separación. Esta confusión satisface a Satanás, pero la Escritura dice: "Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas" (Ef. 5:11).
"No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres" (1 Co. 15:33).
"No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente... Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré" (2 Co. 6:14-17).
Consideran la iglesia sólo como una institución de beneficencia
Tratan cada vez más de hacer de la Iglesia un instrumento de cambios sociales por medio de programas de tipo humanitario. Sin pensarlo ni quererlo avanzan en la misma dirección de los católicos y miembros de otras sectas. Dios por su parte, nos hizo responsables de la gran comisión y nos insta a que contendamos por la pureza de la doctrina y el bienestar espiritual de nuestros hermanos. Sin embargo, el contender por la pureza del evangelio no autoriza a ningún creyente cristiano para ser contencioso y herir los sentimientos de otros. Sabemos que hay diferencias, así lo corroboró el apóstol Pablo: "Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados" (1 Co. 11:19).
"Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor" (Hch. 15:39,40).
Se comportan como los mundanos
Otra de las características del nuevo evangelio es que sus seguidores disfrutan con las actividades y placeres mundanos. No ven ningún peligro en ser partícipes de diversiones mundanas, tal como cine, televisión, música del mundo, discotecas, bailes, sensualidad entre los jóvenes, vicios como fumar, tomar socialmente bebidas alcohólicas o usar drogas, llevar a cabo negocios deshonestos. Se identifican con el mundo, no sólo con sus acciones, sino también con su modo de vestir y hablar, sin advertirse de que están practicando las obras de la carne. El creyente verdadero no tiene comunión con las tinieblas: "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él" (1 Jn. 2:15).
Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado" (1 Jn. 1:5-7).
"Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él" (Ro. 8:9).
"Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis... Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios" (Gá. 5:16, 17, 19-21).
Dios anhela tener una relación personal e íntima con cada uno de nosotros a través del estudio de su Palabra y la oración. El cooperar con los que no siguen una sana doctrina produce la unificación de programas sociales, trabajos misioneros o campañas evangelísticas con aquellos que practican las obras infructuosas de las tinieblas. La mayoría de los ecuménicos evangélicos presentan un "evangelio diferente", emocional y sensacional. Realmente han apostatado de la fe en Cristo, lo cual quiere decir que han cambiado y pervertido el plan de Dios para la salvación del hombre. Este plan nos enseña que primero debemos reconocer nuestra condición de pecador perdido, que debemos arrepentirnos, pedir el perdón de Dios y depositar nuestra confianza absoluta en el Señor Jesucristo como nuestro Señor y salvador. Como resultado de la salvación, debemos mantener la sana doctrina sin dejar de congregarnos con fidelidad, sinceridad y obediencia a Dios, apartándonos del pecado y de toda práctica mundana. Dios nos ofrece en su palabra, reglamentos muy estrictos en cuanto a la confraternidad y compañerismo con falsos "hermanos": "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente... Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré" (2 Co. 6:14-17).
"Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras" (2 Jn. 10,11).
"Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos" (Jud. 3).
"Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo" (Fil. 3:17-20).
"No que haya otro (evangelio), sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo" (Gá. 1:7).
¿Cuál debe ser nuestra actitud como cristianos bíblicos?
El Faraón de Egipto, en el tiempo cuando Moisés solicitaba la salida de Israel de Egipto, es una semblanza de nuestro adversario, Satanás.
Éxodo 10:8-11: Faraón está de acuerdo para que se vayan los varones, pero que sus ganados, sus hijos y sus esposas se queden.
Éxodo 10:24-26: Cuando Faraón no consiguió su primer intento, entonces les dijo: "Vayan los hombres, vayan además las mujeres, vayan todos sus hijos también, pero... dejen sus bienes, ovejas y todos los demás animales".
Moisés respondió: "Nuestros ganados irán también con nosotros; no quedará ni una pezuña; porque de ellos hemos de tomar para servir a Jehová nuestro Dios, y no sabemos con qué hemos de servir a Jehová hasta que lleguemos allá" (Ex. 10:26).
La determinación de Moisés debilitó a Faraón.
La convicción de Moisés derrotó a Faraón con todos sus argumentos.
La absoluta fidelidad, convicción y obediencia de Moisés, hicieron que Faraón finalmente cediera.
Moisés le dijo: "Estamos saliendo de la esclavitud de este Egipto que nos hizo la vida imposible. Estamos librándonos de la esclavitud y vamos a la libertad para conquistar esa vida plena, cuando lleguemos a Canaán".
Esto es lo que debiéramos hacer nosotros hoy:
• Mis bienes y talentos no los dejaré para el mundo.
• Mi familia y todo cuanto somos y tenemos, debe alejarse del "Egipto" de este mundo.
La forma que usó Moisés para contestar al Faraón es única. Él le dijo que ellos saldrían tan completamente de Egipto que los egipcios luego no podrían hallar ni siquiera una pezuña.
¿Qué hubiera pasado si Moisés no fuera tan terminante?
Si hubieran dejado a sus familias (esposas e hijos), los varones pronto regresarían. Si luego hubieran dejado sus ganados, tendrían necesariamente que regresar, porque no podrían sobrevivir en el desierto sin alimento.
Si hemos de salir, le dijo Moisés, lo haremos con todo, absolutamente todo, al punto que nada quedará tras nuestro.
¿No debemos hacer nosotros lo mismo hoy?
• ¿En qué punto cederemos ante el Faraón del ecumenismo moderno?
• ¿Cuál es el punto que "no conviene defender?"
• ¿Dejaremos como algo no muy importante la gracia divina?
• ¿Dejaremos la doctrina de la resurrección?
• ¿Dejaremos la cuestión bautismo, la cena del Señor y cosas así?
• ¿Dejaremos de evangelizar a los ruselistas, mormones, católicos, munistas y tantos otros, para no dar la idea de que no son salvos?
• ¿Dejaremos la cuestión "música" como algo sin importancia, aunque bien sabemos que se trata de una imitación del mundo y lo mundano?
• ¿Cuánto tiempo pasará (si cedemos) para que volvamos de lleno al mundo con todo su "Egipto?"
La pezuña de un animal no tenía ningún valor, pero Moisés fue tajante, diciendo: "No quedará ni una pezuña".
Si nos dicen: «El amor primero», debemos contestar: «La obediencia primero, porque no es posible probar el amor si no hay obediencia»: "Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros" (1 S. 15:22).
No es amor cuando, por cultivar un falso compañerismo, tratamos de pasar por alto los errores doctrinales de quienes pretenden nuestra amistad y unión.
No es amor cuando, con el fin de poseer una "mente abierta", diluimos el evangelio de Cristo hasta convertirlo en ritos, ceremonias, fiestas patronales, reuniones multitudinarias, tradiciones y cosas parecidas, siempre y cuando ello "nos una más y más".
Cuando queremos unirnos con todos y con todo, necesariamente el precio será desobedecer a Dios y aceptar la prédica del "Faraón" (ecumenismo) de nuestro propio "Egipto", que es el mundo.
La vida cristiana separada de las falsas doctrinas requiere verdadera lucha
"Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos" (Jud. 3).
¿Y por qué tenemos que contender, luchar, en cierto modo pelear, y esto... "ardientemente?" "Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios, el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo" (Jud. 4).
Luego nos dicen acerca de "una nueva linea de pensamiento". No hay nada nuevo en la apostasía y la herejía. Lo que la "unidad a cualquier precio" desea es la vieja sugerencia de la serpiente en el Edén: Negar la lealtad a Dios y obedecer al adversario.
Nada ha debilitado más a la Iglesia cristiana que el alejamiento de las doctrinas del Señor y los apóstoles.
El mensaje positivo
Quien más quien menos hemos escuchado acerca del "mensaje positivo", tanto es así que el gran luminar de la apostasía, llamado Robert Shuler, quien tiene a millones de televidentes de sus arengas dominicales, dice: «Si usted habla, predica o enseña la cuestión INFIERNO, usted necesita elevar su autoestima».
Si esto es cierto, entonces el primer hombre que necesitaba de un psicólogo para "elevar su baja autoestima" fue Jesús mismo.
Este hombre, llamado Jesús, habló más del infierno que del cielo.
¿Hay esperanza para que el ecumenismo se revierta?
¡No, rotundamente no!: "Y tú, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oid qué palabra viene de Jehová. Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen alagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra. Pero cuando ello viniere (y viene ya), sabrán que hubo profeta entre ellos" (Ez. 33:30-33).
La gente en los días del profeta Ezequiel no era muy diferente de lo que es hoy. Lo único que le gustaba de él, era su voz como de un singular cantante.
Sabían que lo que decía era la verdad, era el mensaje de Dios, pero abiertamente se oponían, diciendo: "No queremos corregirnos, arrepentirnos ni cambiar. Seremos así como somos, aunque no estamos negando que lo que dices es bíblico, es proveniente de Dios, pero nosotros no queremos arrepentimos de nuestra manera de vivir."
El apóstol Pedro nos advierte del mismo problema
"Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado" (2 P. 2:1,2).
Cierta vez se encontraron cuatro ciegos y trataban de identificar a un elefante. El primero tocó la pata y dijo: «Esto es una columna». El segundo le contradijo, porque tocó la cola y dijo: «Esto es un bastón». El tercero toco una oreja, y dijo: «Esto es un ventilador». El cuarto tocó la trompa, y dijo: «Esto es un acordeón».
Entre columna, bastón, ventilador y acordeón, hay una gran diferencia, pero cada uno de esos ciegos estaba absolutamente seguro que lo que había "descubierto" era eso y no otra cosa.
Jesús habló del ciego que guía al ciego: "Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo" (Mt. 15:14).
No siempre los ciegos voluntarios (no hay peor ciego que el que no quiere ver) despertaron a la realidad. El profeta dice: "Palpamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como sin ojos; tropezamos a mediodía como de noche; estamos en lugares oscuros como muertos" (Is. 59:10). El profeta habla aquí de la ceguera espiritual y voluntaria, porque Israel sabía cuál era la voluntad de Dios para ellos, pero decidieron desconocerla. Entonces quedaron sin la capacidad para saber distinguir la verdad de la mentira.
Llegaron a tan bajo nivel que comenzaron a adorar a las imágenes y a los dioses paganos. Hoy tenemos una gran "cristiandad" con innumerables imágenes, cultos a los muertos y cultos a la "reina del cielo", tal como lo denuncia Dios por boca de Jeremías: "Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo (hoy le encienden velas, le cantan y le rezan) y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira" (Jer. 7:18).
¿Ha visto usted este tipo de abominable paganismo que pretende ser cristianismo? ¿Ha visto a hombres bien vestidos, bien educados y bien arreglados, llevando una estatua como si se tratara de una de las tantas deidades paganas, cantándole (a su ídolo) sus canciones religiosas?
A este tipo de "cristianismo" le quieren llevar a usted aquellos que están trabajando coordinadamente para regresar a Roma. Si usted como pastor, anciano, misionero o líder en una congregación, no se une a esta abominable superstición, le dirán: «Ese hombre está desubicado».
El apóstol Pablo escribió: "Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado" (2 Co. 3:14).
"En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios" (2 Co. 4:4).
"Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón" (Ef. 4:18).
"Sordos, oíd, y vosotros, ciegos, mirad para ver. ¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo, como mi mensajero que envié? ¿Quién es ciego como mi escogido... que ve muchas cosas y no advierte, que abre los oídos y no oye?" (Is. 42:18-20).
¿Estamos mejorando?
Si pretendemos que las cosas van a mejorar en el mundo, entonces somos parte de estos... ciegos voluntarios. Ciegos que no quieren ver, sordos que no quieren oír.
Durante muchos años, especialmente después de 1945, cuando terminó la II Guerra Mundial, Estados Unidos comenzó a tener una gran influencia en todo nuestro continente y en el resto del mundo. Pero lo triste del caso es que las generaciones pasaron y se levantaron nuevas que poco a poco iban dando las espaldas al Señor, Creador y Salvador. ¡Cómo ha cambiado todo en ese país!
Recuerdo los años de los hippies, especialmente en la década de 1960 y parte de 1970. Luego llegaron otras novedades y para 1980 comenzó su marcha triunfal el SIDA. Llegó también todo tipo de superstición pagana de los gurúes de India y otros países que exportaron sus productos con rótulos de "ciencia".
¿Y qué de la iglesia?
En la Iglesia surgieron los que trajeron "el evangelio de la autoestima", el de la visualización, el de la prosperidad material, la sanidad y las experiencias sobrenaturales.
¿Cuál es el resultado de todo esto? Un resumen que apareció en el ministerio de La Biblia Dice, nos permite captar la gravedad de lo que está ocurriendo. Sabiendo todo esto, es natural que tengamos los problemas espirituales y doctrinales que tenemos.