El milagro de la encarnación - PII
- Publicado en Boletin Dominical
Sigamos con la lista de lo más interesante sobre el nacimiento del Señor Jesucristo y de cada uno de nosotros:
Sigamos con la lista de lo más interesante sobre el nacimiento del Señor Jesucristo y de cada uno de nosotros:
A algunos cristianos, les gusta colocar en sus hogares durante la temporada de Navidad, una pequeña escena del pesebre como un recordatorio del milagro de la encarnación, o adornos alusivos a esta celebración. El consenso de los teólogos más destacados a lo largo de la historia y de la gran mayoría de creyentes, es que el Señor Jesucristo no nació el 25 de diciembre, sino que muy probablemente su nacimiento tuvo lugar durante el tiempo de la Fiesta de los Tabernáculos, entre los meses de septiembre y octubre. Sin embargo, continuamos conmemorando esa fecha en el mes de diciembre.
Muchas de las creencias falsas involucradas en la doctrina de la mariología han evolucionado a lo largo de los siglos. Se fueron desarrollando por la tradición y voluntad de los hombres, no porque estén reveladas en la Palabra de Dios. A no dudar, son falsas. En ningún lugar de la Biblia se insinúa siquiera que María naciera sin la naturaleza pecaminosa. Ella tuvo un padre humano como todas las demás personas. Después que nació Jesús tuvo otros hijos, murió y partió para estar con Jesús en el cielo. Esto es bien claro, ya que ella misma confesó a su Hijo Jesús como su Señor y Salvador cuando declaró: “Mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” (Lc. 1:47). No debemos admitir que la falsa doctrina de la mariología no nos permita ver la importancia de María, en el plan y propósito de Dios al dar a luz al Salvador.
Algunos cristianos están reticentes a observar la Navidad, ya que aseguran que muchos de los eventos asociados con su celebración son de origen secular o pagano. Sin embargo, vamos a considerar a continuación si hay algo acerca del 25 de diciembre, que en buena conciencia podamos separar y observar como si estuviera asociado con la venida de Jesucristo o el amor de Dios, al enviar a su Hijo unigénito en la forma de carne humana, para morir por los pecados de la humanidad.