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El engaño de los extraterrestres

     Son miles los estudios que se publican a diario sobre el fenómeno de los OVNIS, y nosotros, al igual que estudiosos reconocidos de la profecía como Gary Stearman y Thomas Horn, hemos repetido una y otra vez que estamos en profundo desacuerdo con la idea de que la tierra está siendo visitada por criaturas del espacio de otros sistemas estelares, incluso de galaxias.

La imagen de Dios en el hombre - Parte VI -

Por consiguiente, durante aproximadamente los primeros cuatro mil años de la historia del mundo, los únicos “hijos de Dios” eran los ángeles, ya fuesen buenos o malos.  No sólo esta interpretación es la más literal y simple hablando bíblicamente; sino que es también la única que apoyan todas las fuentes extra-bíblicas judías y todos los comentaristas cristianos hasta Agustín, quien simple e inequívocamente lo negó.

La imagen de Dios en el hombre - Parte IV -

Si la información que recibimos originalmente de Dios está siendo comprometida a tal grado, que un día la entera raza humana sufrirá su corrupción final conocida como extinción, entonces es claro que necesitamos del Programador Maestro para que arregle el código original.  Afortunadamente nuestro Hacedor ha provisto una forma para que nuestro código sea corregido. 

La imagen de Dios en el hombre - Parte III -

Necesitamos considerar que tal como afirma 1 Juan 1:5, Dios es luz: Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él”.  Por consiguiente, luz en lo que concierne a Dios, no es algo que fue creado, pero tenga bien presente que no se trata de la luz de Génesis 1:3, sino que Dios intrínsecamente es luz. 

La imagen de Dios en el hombre - Parte II -

     Cuando Dios visitó la tierra en el Antiguo Testamento, lo hizo como una Cristofanía, es decir, que quien se manifestó fue Jesús, no el Padre.  Considere sólo unos pocos ejemplos en los cuales al Ángel del Señor también se le llama Dios.  Esto sirve para mostrarnos, que quien ha sido visto es Dios el Hijo, pero no Dios el Padre, lo cual es consistente con las propias palabras de Jesús:

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