Necesitamos tener esperanza
- Fecha de publicación: Martes, 01 Diciembre 2015, 16:28 horas
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El doctor Francis Schaeffer, fue un cristiano evangélico norteamericano, filósofo y pastor, considerado como uno de los más grandes teólogos de los últimos cien años, nació en 1912 y falleció en 1984. Es muy famoso por sus escritos y la creación de la comunidad de L'Abri en Suiza.
Opositor al modernismo teológico, promovió una fe protestante más ortodoxa y un enfoque a la apologética cristiana, que a su juicio, respondía a las preguntas de nuestro tiempo. Un número de estudiosos consideran que las ideas de Schaeffer ayudaron a encender el renacimiento del derecho cristiano en Estados Unidos.
Él advirtió que conforme la anarquía se incrementara en nuestro mundo debido al relativismo moral, el totalitarismo aumentaría para controlar el caos. Hizo esta advertencia hace más de treinta años y dijo que teníamos un breve espacio de tiempo para preservar nuestras libertades religiosas. El doctor Schaeffer creía que el mayor factor que contribuiría al aumento del totalitarismo, era el hecho de que la Iglesia Evangélica en lugar de mantenerse firme y defender la verdad bíblica, se estaba acomodando a una cultura humanista en crecimiento.
Lo que fuera en un tiempo más aparente entre el “Movimiento de la iglesia emergente” y en el “Movimiento de las iglesias amigables”, ahora se ha convertido en una epidemia entre la cultura evangélica como un todo. Trágicamente lo que predijera el hermano Schaeffer que iba a ocurrir en la iglesia y en la cultura, está ahora haciéndose una realidad ante nuestros propios ojos. Él dijo que no importaba si el totalitarismo llegaba desde la izquierda o la derecha, porque los resultados serían los mismos.
Debido a todo lo anticipado por el doctor Schaeffer, hoy como nunca antes en nuestra era moderna, estamos viendo cada vez “una nueva forma de cristianismo” el que en todos los aspectos concebibles, se está esforzando por traer “una nueva reforma”. Sin duda está teniendo un “impacto en todas las iglesias” en el mundo occidental y mucho más allá. Pero detrás de esta nueva clase de cristianismo está una estrategia y maniobra bien diseñada por el príncipe de este mundo, el enemigo de nuestras almas, para quitar literalmente la fe de millones.
Persecuciones
Todo esto ha ocasionado que cientos de miles de creyentes se sientan desilusionados y tristes. Las agencias de noticias están colmadas de historias de cristianos que son cruelmente perseguidos y masacrados por las brutales manos de los agentes de ISIS en el Medio Oriente y por sectas musulmanas radicales, mientras que otros son víctimas de las nuevas persecuciones legales en sus propios países, especialmente en Estados Unidos.
Las persecuciones del islam en el mundo, no se han limitado a los terroristas de ISIS, o Estado Islámico, sino que también está el Boko Haram, un grupo terrorista de carácter fundamentalista islámico activo en Nigeria, cuyo objetivo declarado es el establecimiento de la ley Sharia como norma vigente en todos los estados. Boko Haram es considerado como una organización que apoya abiertamente el terrorismo contra la población civil y usa medios violentos y coactivos en la consecución de sus objetivos político-religiosos. Recientemente el grupo terrorista emitió un comunicado en el que reconocía su adhesión al Estado Islámico.
Pero eso no es todo, sino que además las “fuerzas rebeldes” en Siria, apoyadas por Estados Unidos, las que según asegura el presidente Obama son “moderadas”, también persiguen a los creyentes. Los líderes cristianos en el Medio Oriente desean aclararle al mundo entero, que aunque no esperan que el occidente los vaya a defender, sí desearían que dejara de armar, apoyar y facilitar la lucha de los terroristas, quienes han convertido sus vidas en un verdadero infierno.
La revista Christianity Today publicó un artículo titulado: “Líder Cristiano Sirio le dice al Occidente: ‘Dejen de Armar a Grupos Terroristas que Masacran a nuestro Pueblo’”. Y estas fueron las palabras del Patriarca de Antioquía, Moran Mor Ignacio Aphrem Segundo: “Si el Occidente desea hacer algo respecto a la crisis actual, lo más efectivo sería que apoyara a los gobiernos locales, que necesitan ejércitos y fuerzas suficientes para mantener la seguridad y defender a las respectivas poblaciones de ataques externos. Las instituciones nacionales deben ser fortalecidas y estabilizadas, pero lo que vemos es lo contrario, un desmembramiento forzoso apoyado por el exterior”.
Otro líder también envió un mensaje. Según el sacerdote católico iraquí, Douglas Bazi, el occidente debe “despertar”. Bazi mismo ha sido víctima de tortura, y ahora cuida de miles de refugiados que huyen de Mosul luego de que ISIS tomara control de la ciudad el año pasado.
A continuación, permítanos mencionar algunos de los ataques más recientes que los cristianos han sufrido a manos de los musulmanes, en varias partes del mundo desde el año 2014 hasta la fecha, esto sólo para que tengan una idea, porque la lista es tan larga que nos tomaría demasiado tiempo leerla completa.
Entre los muchos cristianos asesinados en Nigeria durante julio de 2015, una joven fue apedreada a muerte por rehusar renunciar a Cristo y convertirse al islam.
Un pastor de nombre Mark, perdió a su hija, Mónica, quien junto un grupo de 300 niñas mayormente cristianas, fueron secuestradas por la organización islámica Boko Haram en Chibok. Como la joven rehusó cambiar de religión, la enterraron hasta el cuello y la apedrearon hasta darle muerte.
En Paquistán, las niñas cristianas continúan siendo secuestradas y ultrajadas. Un nuevo informe indica que cada año, mil niñas no musulmanas son secuestradas, injuriadas y obligadas a convertirse al islam y a casarse con sus raptores.
En Irak, ISIS transformó en mezquita la Iglesia de San José, un templo antiguo caldeo en Mosul. Fotos del edificio muestran que la cúpula fue pintada en negro y que removieron todo vestigio de cruces y símbolos cristianos.
También en Irak capturan a hombres cristianos y exigen pago por sus rescates. El cadáver de Quais Abdul Shaya, fue devuelto a su familia luego de pagar el rescate de $25.000 dólares. Saher Hanna, quien trabajaba en el Ministerio del Interior, también fue asesinado luego de que sus secuestradores islámicos recibieran el dinero de rescate. Esa práctica de asesinar a los cristianos secuestrados, incluyendo niños, luego de recibir el pago no sólo se ejercita en Irak, sino también en muchas otras naciones musulmanas.
En Egipto, docenas de airados musulmanes se reunieron alrededor de la casa de un cristiano y lo acusaron de usar su hogar como iglesia, afortunadamente las fuerzas de seguridad llegaron a tiempo para dispersar a la multitud. Es algo común que cristianos cópticos sean culpados de esto por extremistas musulmanes, lo que refleja las dificultades que los creyentes enfrentan por mantener activa la iglesia allí.
En Nigeria, el lugar donde el Boko Haram tiene su sede, docenas de iglesias cristianas fueron atacadas. Treinta y dos templos y 300 casas fueron quemadas, cuando los islámicos fundamentalistas del Boko Haran atacaron la comunidad de Mussa en el Estado Borno, asesinando también a trece personas.
Una mujer musulmana se inmoló en la Iglesia Cristiana Redimida de Dios el domingo 5 de julio de 2015, en la ciudad de Potiskum. Un trabajador de la Cruz Roja, comentó: “El pastor, una mujer y sus dos hijos fueron asesinados. La gente iba camino a la iglesia cuando la atacante entró, de lo contrario la cifra de víctimas habría sido mayor”.
También se dio a conocimiento del público, que algunas de las 300 jovencitas cristianas secuestradas por Boko Haram el año pasado estaban siendo golpeadas, obligadas a convertirse al islam, y adoctrinadas en la creencia de que su misión es “cortar las gargantas de los judíos y llevar a cabo ataques suicidas”.
El domingo 12 de julio del 2015, fueron plantados explosivos en una iglesia en Jos, Nigeria, pero no detonaron y no hubo víctimas. La bomba fue detectada por el personal de seguridad de la iglesia.
En respuesta a una explosión en la mezquita que le dio muerte a 20 personas, miembros del Boko Haram incendiaron dos templos el 6 de julio en Jos. De acuerdo a los informes, el ataque a la mezquita ha revivido las tensiones históricas entre miembros de ambos credos. Los cristianos en Nigeria ahora no sólo tienen miedo del Boko Haram, sino de los ataques de sus vecinos musulmanes en Nigeria. Estos mismos guerrilleros asesinaron a tiros a 29 personas en dos enclaves cristianos del noreste de Nigeria.
La mayoría de la gente en el pueblo de Dille trataron de huir, pero muchos fueron abatidos a tiros y muchos hogares fueron incendiados. Por otra parte, en un concurrido mercado en el noreste de la ciudad Damaturu, una mujer suicida se inmoló, matando a quince personas e hiriendo a cincuenta. Y en el pueblo Maikadiri, al menos catorce personas murieron y 500 vacas fueron sacrificadas.
Inmoralidad
En los correos electrónicos que recibimos en nuestra página de Internet, al igual que en los mensajes en las redes sociales, muchos cristianos lamentan el declinamiento rápido y sin precedentes de la sociedad, particularmente la estadounidense, la que se ha empeñado en echar fuera, todo vestigio de Dios y de moralidad. El mundo entero parece estarse desmoronando a nuestro alrededor.
El avance tan dramático del mal y las perversidades en este 2015, ha hecho que cristianos, especialmente los ancianos, hayan caído en una profunda depresión. ¿Y quién puede culparlos? Verdaderamente estamos viviendo en tiempos tenebrosos y preocupantes.
La corrupción ha alcanzado su máximo nivel, videos muestran a los abortistas alardeando sobre el dinero que ganan al vender las partes de bebés abortados, mientras que al mundo en general no le importa.
Los canales de televisión literalmente están colmados de programas en donde las personas satisfacen sus bajas pasiones al escuchar a otros contar sus perversidades y aberraciones, mientras todos se regocijan y aplauden. En uno de esos programas, la audiencia aplaudió de pie a una anciana de 74 años que contó que acababa de tener su primera experiencia con otra persona de su mismo sexo y que había sido como ir a la gloria.
Ya ni siquiera se trata de uniones entre personas del mismo sexo, sino que ahora están las parejas conocidas como “swingers”. El 18 de octubre del 2015, salió publicada la noticia, que dos homosexuales se “divorciaron” recientemente bajo la ley canadiense, para así poder incluir un tercer hombre en la relación, además de sus propias hermanas, las que usarán como madres sustitutas para que den a luz sus hijos.
Adam Grant, uno de estos hombres le dijo al corresponsal del periódico Daily Mail: “Sólo queremos decir, que el amor es amor. Que debemos multiplicar, no dividir. Así que no importa si somos tres, los que participamos de un vínculo amoroso, cuatro o más”.
Grant y su compañero Shayne Curran conocieron a Sebastián Tran en un club nocturno, y como ambos se sintieron atraídos por él, lo incluyeron en su relación, pero como la ley canadiense no permite la poligamia, se divorciaron para así tenerlo como pareja de ambos.
A fin de tener hijos, las hermanas de los dos primeros, servirán de madres sustitutas e incluso donarán sus propios óvulos, porque los dos hombres están de acuerdo en mantener a la “familia, lo más unida posible”. Añadiendo: “Deseamos mezclar nuestros genes de tal manera, que nuestros hijos sean lo más cercano posible a nosotros, genéticamente”.
Con el aumento en la corrupción, la tasa de matrimonios en Estados Unidos entre personas heterosexuales había disminuido, pero desde que se aprobó la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo, la tasa de matrimonios aumentó drásticamente, pero sólo entre los homosexuales y lesbianas, porque los matrimonios entre personas normales se han reducido al mínimo.
Esos cristianos ancianos sienten como si les hubieran administrado un fuerte puñetazo en el estómago, y simplemente no se pueden reponer del dolor. No ha habido victorias que los animen. La tristeza que los embarga se puede comparar a la que experimentamos cuando asistimos al funeral de un familiar o un amigo muy querido, realmente sentimos como si algo maravilloso hubiera muerto. Es así, como tal parece que muchos creyentes han perdido la esperanza.
Sumado a esto, está la partida en estos últimos años de varios hombres de Dios que fueron pilares en el estudio de la profecía, tales como Dave Hunt, Grant Jeffrey, J. R. Church, Jack Kinsella, Noah Hutchings y tantos otros más que animaron al Cuerpo de Cristo con sus predicaciones a través de la radio, y libros, y que ya hoy se encuentran con el Señor. Todo esto ha contribuido también a la tristeza de muchos cristianos.
Sin embargo, uno de los mayores consuelos que tenemos los creyentes es el estudio de la profecía bíblica, el que además de permitirnos conocer mejor a Dios, a su plan y su propósito, nos proporciona gran alivio, aleja el temor de nosotros y nos garantiza esperanza. Cuando el creyente en Cristo estudia las profecías en la Palabra de Dios, sabe qué le depara realmente el futuro, la seguridad de que un día habrán de cumplirse esos maravillosos eventos que el Señor ha prometido, muchos de los cuales ya hemos sido testigos de su cumplimiento.
Nos convencemos que pese a todo lo que puedan decir los escépticos, Dios siempre cumple sus promesas y sabemos por seguro qué nos depara el destino porque todo está garantizado por nuestro Creador. La seguridad en todo esto nos ayuda de manera radical a esperar y tener confianza para el futuro.
Sin esperanza las personas viven preocupadas todo el tiempo. Se dicen: “El futuro luce terrible. Lo único que vemos son desastres y corrupción a nuestro alrededor”. Ciertamente, eso es verdad, pero cuando estudiamos la profecía, podemos captar el panorama completo, y la conclusión de todo es que en el final, ¡el Señor Jesucristo reinará en gloria! Por consiguiente, todos los que aceptamos a Cristo como nuestro Señor y Salvador, también somos ganadores.
La Biblia nos anima respecto al hecho que un día los cristianos viviremos en paz, honestidad y justicia durante el Reinado Milenial y luego en el estado eterno.
Las profecías bíblicas nos prometen que el mal será derrotado y destruido ¡Qué Satanás un día, ya no estará más en este mundo! Estos eventos habrán de ocurrir pronto, así que debemos estar expectantes.
Aunque es cierto que la profecía tiene un lado sombrío, tal como persecución y destrucción, también tiene otro esplendoroso: las promesas maravillosas de Dios para nosotros. Lo único que tenemos que hacer es aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador para estar seguros que seremos parte del rapto de la Iglesia. De que seremos parte de ese glorioso evento, y estaremos protegidos por Dios cuando Él derrame su ira sobre este mundo, porque el Padre Celestial siempre protege a esos que ama.
Las personas necesitan entender que los juicios venideros serán contra esos que rechazan a Dios. El juicio será para los que le desobedecen, y Apocalipsis 9:20-21 dice exactamente quiénes son: “Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos” (Apocalipsis 9:20-21).
Sentimos un gran alivio ante la seguridad que la ira y el juicio de Dios no será contra los que hemos confiado en Él, sino contra quienes le rechazaron. Tal como declara la Escritura:
“Y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera... Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 1:10; 5:9).
“Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” (Romanos 5:9).
“Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia” (Efesios 5:6).
“Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:4).
“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra” (Apocalipsis 3:10).
La ira de Dios se derramará sobre los desobedientes, los que continúan rebelándose contra Él. A esos que le llaman “bueno” a lo “malo”. Tenga bien presente que Dios no juzgará a quienes aceptaron al Señor Jesucristo como su Salvador.
La promesa para los creyentes es esta: “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.” (1 Tesalonicenses 4:15-17). “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad” (1 Corintios 15:51-53).
Los creyentes en Cristo seremos sacados fuera de este mundo por el propio Señor, antes que la ira Divina se derrame sobre este planeta, no porque seamos mejores que ellos, sino porque creímos en Él y le aceptamos como Señor y Salvador. No es Dios quien sentencia a los hombres al infierno, sino que son ellos mismos los que deciden ir allí al rechazar el perdón y el regalo de vida eterna ofrecido por Él. “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).