La parábola del sembrador - P. II
- Publicado en Boletin Dominical
“Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga” (Mt. 13:8, 9).
“Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga” (Mt. 13:8, 9).
“He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga” (Mt. 13:3-9).
Dedicaremos el boletín Dominical al feroz ataque contra la Biblia. Nunca antes hubo defensores tan importantes en favor de la Biblia, lo mismo que los feroces enemigos de las Escrituras. Especialmente en lo concerniente a las Profecías Bíblicas, tanto las cumplidas como las que han de cumplirse.
Algunas de las cosas que usted sabe, seguramente dirá que no se puede afirmar que lo sabe. Sin embargo, lea con atención y se dará cuenta que tiene la razón de que sabe más de lo que le gustaría admitir.
Conforme vamos madurando en nuestro caminar con Dios, poco a poco nos damos cuenta que quiere el amor incondicional de Sus hijos. Anhela que Lo amemos hasta el sacrificio, incluso aun cuando no podamos comprender plenamente todo lo que sucede en nuestras vidas, desea que vivamos para Él. Tal es el amor que refleja la vida de Job, quien ante situaciones terribles, continuó confiando en el Señor. Al final, vemos que recompensó su fe, amor y confianza, restaurando su familia y fortuna.
Los ingenieros jamás han ideado una computadora que iguale a la suprema creación de Dios: al hombre. Un atleta puede correr 40 kilómetros por hora, lanzar una pelota a 160 kilómetros por hora o saltar a una altura de más de dos metros. Nuestras actividades comunes y corrientes se deben a la energía de una maquinaria maravillosa, que por su complejidad y eficacia haría parecer rudimentaria a la más perfeccionada de las computadoras.
Los científicos constantemente están buscando evidencias para la evolución. Ellos insisten en que la vida tuvo que originarse de la nada, de la no vida. Una hipótesis reciente sugiere que los cometas sembraron el planeta con bloques de construcción para la vida. ¿Es esta una teoría basada en la buena ciencia, o es simplemente el deseo de especular porque un Creador es la única alternativa?