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Un recordatorio para los cristianos hoy

Corinto era la ciudad más grande de Grecia.  Historiadores estiman que para el tiempo del apóstol Pablo contaba con unos 650.000 habitantes, asimismo era una de las poblaciones más famosas de la antigüedad: Un puerto, centro comercial y capital de la provincia de Acaya.  Aunque era famosa por su riqueza material, también lo era por su inmoralidad. De hecho, su nombre se volvió sinónimo de corrupción y decir que alguien era “corintio” equivalía a declarar que “practicaba la prostitución”.

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Pablo y sus viajes

El apóstol  Pablo fue tal vez uno de los principales viajeros de su día.  Visitó muchas  tierras e indudablemente tuvo oportunidad de ver muchos escenarios en esos diferentes lugares.  Cuando regresaba escribía mucho.  Sus epístolas fueron ampliamente leídas por la iglesia primitiva.  Sin embargo, en todos los escritos del apóstol, no hay una sola línea que describa los escenarios de los países por donde pasó, ni una línea para detallar las maravillas de la arquitectura de su día, ni las costumbres de los pueblos.

¿No es esto singular?  Hay una razón para ello, porque mientras viajaba el apóstol estaba ciego a todo, con excepción de una sola cosa.  En el camino a Damasco, cuando se encontró con el Señor Jesús, quedó ciego por la visión de su gran gloria y a partir de ese momento no pudo ver nada más, excepto al Señor, tampoco pudo hablar de otra cosa más, sólo de su Evangelio.
R. A. Jaffery

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El ejemplo del apóstol Juan

Hay una hermosa y pintoresca leyenda relacionada con el apóstol Juan.  Cuenta que Juan tenía una perdiz domesticada la cual quería mucho y que se entretenía alimentándola y cuidándola.

Un cierto día un cazador que pasaba con su arco y flechas, se quedó asombrado al ver al gran apóstol, tan venerable por su edad y santidad, ocupado en tal clase de entretenimiento.

El apóstol le preguntó si acaso él mantenía siempre su arco tenso a lo que el cazador respondió que si hacía eso el arco terminaría por no servir para nada.  "Sí" - replicó Juan, "tú no tensionas el arco todo el tiempo para prevenir que se dañe, así también yo relajo la mente por esa misma razón".

Sería muy conveniente que usted siga el ejemplo de Juan y relaje su mente de cuando en cuando.
Prairie Overcomer

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