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Mano a Mano con el Señor

  • Fecha de publicación: Lunes, 20 Enero 2020, 08:16 horas
“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones” (Santiago 4: 8)

Uno de los grandes placeres al leer la historia del cristianismo es descubrir cuán multinacional y multiétnico es el cuerpo de Cristo.  Consideremos por ejemplo, el caso de Andrew Murray: étnicamente era escocés, pero sirvió como misionero en la Iglesia Holandesa Reformada de Sud África, en la cual nació y ministró.

Hijo de padres misioneros, él y su hermano estudiaron en las universidades de Escocia y de Holanda.  En ese tiempo, en los años 1840, la iglesia holandesa estaba pasando por un período de sequía espiritual, pero los hermanos Murray estaban muy activos integrando un movimiento para un despertar espiritual, llamando a los creyentes para que entendieran que su relación personal con Dios era la más importante, un asunto tanto del corazón como de la cabeza.

Los dos hermanos fueron ordenados y regresaron a Sud África en donde ambos fueron instrumentos claves en el despertar espiritual que tuvo lugar allí en 1860.  Andrew estaba activo en la obra misionera para los residentes de Sud África de color al igual que para blancos.  Como muchos obreros cristianos en esa nación bilingüe, hablaba con fluidez tanto holandés como inglés.

Pero en lo que más se destacó fue como escritor de devociones.  Considerando todo el tiempo que le dedicó a la predicación y las misiones, es asombroso que llegara a escribir más de 200 libros.  Probablemente el más querido de todos es Permanezca en Cristo, que consiste de 31 meditaciones sobre lo que el Señor Jesucristo quiso decir en Juan 15:4, cuando le dijo a sus discípulos “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí”.

El pastor Murray decía que la mayoría de cristianos ven al Señor Jesucristo, como alguien a quien debemos obedecer y orar en tiempos de necesidad, pero que la vida realmente placentera es esa en la cual el creyente pueda sentir en todo momento la cercanía de Cristo.  Los cristianos vivimos “vidas divididas”, destinando sólo momentos para leer la Biblia o libros devocionales, cuando el Señor Jesucristo de hecho anhela todo de nosotros, todo el tiempo.

El pastor Murray murió a la edad de 89 años, el 18 de enero de 1917, pero sus escritos permanecen hasta este mismo día, tocando las vidas de esos que desean caminar más cerca de Dios.

Señor Jesús, te reconocemos como Salvador,  Rey y Señor de nuestras vidas, pero también como Amigo y Compañero, anhelando tener siempre compañerismo contigo.  Amén.

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