Hace muchos años un hermano, quien cultivaba de todo, especialmente tomates, un día le fue bastante mal y de paso fue a la casa de otro hermano para hablar por unos minutos. Comenzó a quejarse de que intentó vender los tomates, pero… qué nadie quería comprar. Entonces el hermano intervino diciendo… «Tenga fe, hermano, tenga fe». A esto, el desilusionado hermano contestó «aunque tenga “dos” fe, si no quiere no quiere…» Es aquí, en la fe, donde la mayoría de los cristianos fallan.
Esta vez procuraremos entender cómo debe ser una iglesia verdaderamente bíblica. Si no es bíblica, tampoco es cristiana. Siga todo cuanto lea en adelante y podrá entender qué significa la verdadera fe.