Vientos de Apostasía - Es una obra para los cristianos confundidos a raíz de tantas... - Capítulo XI
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Capítulo XI
Jesús y la sanidad divina
Los vientos de la apostasía soplan con verdadera furia llevándole desconcierto y confusión a muchísimos cristianos. Por un lado tenemos los vientos de la "autoestima" - gracias al doctor Dobson y su "Enfoque a la familia". Por el otro, los vientos de la "Mente positiva" con la ayuda del doctor Paúl Yonggi Cho, fundador y pastor de la Iglesia del evangelio completo en Seúl, Corea, la que ya cuenta con cerca de 700.000 miembros. Eso sin contar los vientos "de la sanidad divina" en los cuales están muchos, entre ellos Benny Hinn y cientos de miles más, siempre alegando que su predicación corresponde al "Evangelio completo".
Los vientos del señor Schuller no son menos peligrosos, cuando enseña por ejemplo, lo que es fe. "Creer" - dice él - "es ser positivo. No creer" - agrega "es ser negativo". Estos vientos del positivismo son muy frecuentes también y muy destructivos. Todos estos hombres tienen congregaciones numerosas, templos suntuosos, programas por radio y televisión y bastante dinero.
Lo que resulta extraño es que ellos en sus libros, hablan tan abiertamente de herejías, que no queda nada para deducir o imaginar. Sin embargo, son muchísimos los pastores que se tragan el anzuelo y que además los invitan a conferencias porque no notan el fraude que traen en sus enseñanzas. Paúl Yonggí Cho dice por ejemplo: "Usted es responsable de hacer milagros para esa gente. La Biblia no pertenece a la tercera dimensión, sino a la cuarta. En ella podemos leer acerca de Dios y encontrar a Dios, y conocer la vida que él ha preparado para nosotros. Podemos aprender en ella el lenguaje del Espíritu Santo. Leyendo la Biblia usted puede ampliar y profundizar sus sueños y visiones. Luego sostenga firme estos sueños y visiones, y ore, y espere con fe que el Espíritu Santo los haga realidad".
"Dios desea darle a usted los deseos de su corazón. Dios está listo a cumplir esos deseos, porque la Biblia dice: 'Deleítate asimismo en Jehová, y él te dará las peticiones de tu corazón' (Sal. 37:4). También en Proverbios 10:24 puede leerse: 'Pero a los justos les será dado todo lo que desean'. Si usted es hijo de Dios, y tiene grandes deseos y aspiraciones, forme primero una clara visión en su corazón, luego represéntela gráfica mente en su mente, orando de continuo..." (Cuarta dimensión, página 53).
Dejemos la definición de las "dimensiones" este hombre y veamos si lo que él dice es realmente lo que enseña la Biblia. ¿Es cierto que usted tiene que hacer milagros? Pablo dice que el Espíritu Santo reparte los dones a cada uno como él quiere, y declara en parte: "Ya unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos? Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aun más excelente" (I Cor. 12:23-31).
La Biblia niega rotundamente que uno puede hacer milagros si solamente tiene la fe suficiente para ello, porque los milagros están dentro de los "dones del Espíritu". Como son dones el mismo Espíritu los reparte como quiere. Usted puede anhelar un don, pero si el Espíritu Santo no lo dispuso así en su soberanía y potestad, no importa cuánto se lo pida, él tiene la última palabra, no su supuesta fe.
Luego, este hombre nos dice en su libro que ... "Leyendo la Biblia usted puede ampliar y profundizar sus visiones y sueños". ¿Qué valor tiene en tal caso la lectura de la Biblia, sí yo voy a "ampliar y visualizar mis visiones y sueños"? ¿Acaso no es la Biblia la autoridad final para mí como cristiano? ¿Quiere decir esto que una vez que lea la Biblia, mis visiones y sueños, como por arte de magia se convertirán en lo que Dios quiere para mí, aunque estén en contra de lo que Dios me dice en su Palabra inspirada? El Señor dijo por boca del profeta: "Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová ... Bendito el varón que confia en Jehová, y cuya confianza es Jehová... Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jer. 17: 5,7,9).
Usted no puede confiar en Dios y en su corazón al mismo tiempo. En sus propias visiones y en la revelación divina. O es un creyente en Dios y en Cristo o lo es en sí mismo y en sus visiones. Si hay algo que merece toda nuestra desconfianza es nuestro propio corazón, ya que suele engañarnos de manera desastrosa. Pero este autor declara todo lo contrario: "Dios desea manifestarse hoy a través de usted, tal como se manifestó en Cristo dos mil años atrás. Él es ahora tan poderoso como entonces, y está dependiendo de usted. Creo que Dios podría edificar una iglesia para diez mil personas en Corea, en Japón, en Alemania, en Estados Unidos o en cualquier parte porque la visión de una iglesia tan grande no está en el exterior, sino en el interior de uno'.
"¡Lo que es engendrado en su corazón y en su mente está listo para realizarse en su ambiente y circunstancias!!! No trate de hallar la respuesta de Dios en otra persona, porque la respuesta de Dios viene a su espíritu, y por medio de su espíritu la respuesta de Dios se materializa en sus circunstancias. Clame, y hable por una palabra de seguridad, porque de todos modos la Palabra de. Dios sale y crea Dios habló y se formó el cosmos. La Palabra de Dios es la materia prima que el Espíritu Santo usa para crear. De modo que usted debe pronunciar la palabra, porque esto es muy importante. La iglesia de hoy ha perdido el arte de dar órdenes ... Hay momentos en que usted debe orar, pero hay otros momentos en que sólo tiene que dar la orden" (Cuarta dimensión, páginas 26, 27).
Pero ... ¿No es cierto acaso que Dios se manifiesta a través de su palabra inspirada - la Biblia? ¿No es cierto acaso que el Señor Jesucristo es la suprema revelación divina y que en él y en sus enseñanzas nosotros tenemos toda su revelación? El autor de la Epístola a los Hebreos dice: "Dios habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo y a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo" (Heb. 1:1,2).
Los cristianos saben muy bien lo peligroso que es pretender que todavía continúan las revelaciones divinas. En otros tiempos Dios habló a través de muchos medios, pero desde Cristo hasta ahora, aquello que estuviera oculto para las generaciones pasadas, llegó a ser revelado en la persona de Cristo Jesús. Por eso el profeta exclama: "¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido" (Is. 8:20). Pero ... ¿Es cierto que nosotros mismos creamos nuestras circunstancias, gracias a que ahora ya no tenemos siempre que orar, sino que debemos ordenar? Pero ... ¿Acaso no es esta la enseñanza de la Nueva Era? Esa corriente enseña que cada ser humano es exactamente igual a Jesús, y si él era Dios encarnado, y Dios es el Creador de todas las cosas, ¿acaso no podemos nosotros dar órdenes y crear nuevas galaxias, nuevos planetas y todo cuánto se nos antoje? Todo es cuestión del poder mental, hay que saber interpretar y explotar el poder ilimitado de nuestra mente.
Si Dios con la sola palabra creó las cosas, ¿por qué no nosotros, si somos iguales a él? "La materia prima" - dice este autor - es "la Palabra de Dios", pero la Biblia nos dice que la Palabra - el Verbo - es Cristo mismo. En tal caso, nosotros tenemos que usar al Verbo, a Dios, para crear lo que deseamos, tanto las circunstancias, éxitos, fracasos, salud o enfermedad, hasta nuestra propia eternidad. Luego, este hombre nos dice, que "La iglesia de hoy ha perdido el arte de dar órdenes", pero la iglesia cristiana nunca ha dado ni dará órdenes. Nuestros hermanos de la iglesia primitiva se reunían y clamaban a Dios cada vez que eran amenazados por la jerarquía eclesiástica judía. En Hechos 4:23-30 está registrado uno de estos incidentes, y Lucas termina diciendo: "Cuando hubieron orado no dado órdenes el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaron con denuedo la palabra de Dios" (Hec. 4:31).
Cuando Heredes se proponía matar a Pedro mientras éste estaba en la cárcel, la Biblia dice: "Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacia sin cesar oración a Dios por él" (Hec. 12:5), Pablo el apóstol, más de una vez solicitó las oraciones de los hermanos, tanto por sí mismo como por sus compañeros de trabajo. Pablo evidentemente no conocía el poder que hoy mueve a quienes dicen predicar el mismo Evangelio. La Biblia no nos dice que tenemos que visualizar las cosas que necesitamos, ni que tenemos que imaginarlas en tal o cual forma en nuestra mente y seguir nuestros pensamientos. Lo que la Biblia nos enseña es que debemos reconocer que toda la revelación de Dios está en sus páginas y que cualquier revelación que alguien diga haber recibido, nunca será de parte de Dios. Nuestro corazón tampoco es digno de confianza, según la Biblia es "engañoso más que todas las cosas". Por eso dice Pedro: "Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones" (II Ped. 1:19).
Pero tal como dijera Dios de su pueblo Israel en los días del profeta Isaías, el cuadro es el mismo hoy. "De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvia..." (Is. 44:20). Los cristianos sabemos que Dios nos habla a través de su Palabra. Aunque él mismo dijo e hizo muchas cosas que no están registradas en los evangelios, lo que tenemos escrito en el Canon Sagrado, es lo que el Espíritu Santo escogió para "que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (II Tim. 3:17). Juan nos dice: "Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre" (Jn. 20:30,31).
Teniendo en cuenta lo que hoy se enseña sobre la revelación divina, es claro entender lo que está ocurriendo tocante a la sanidad divina. Los profetas habían predicho que él exhibiría ciertas características a fin de que los judíos no tuvieran problemas para identificarlo. Por ejemplo, nacería en Belén, debía nacer de una virgen, proceder también de Egipto, sanar a los enfermos, dar vista a los ciegos, etc. Estas señales eran necesarias para que los judíos no tuvieran problema en identificarlo. Los profetas asimismo predijeron que sería un descendiente de la tribu de Judá.
Es muy importante que recordemos las credenciales mesiánicas de nuestro Salvador. Él cumplió con todas ellas. La Biblia no enseña que puesto que "Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos", él sanará hoy como sanó ayer. Porque si se aplicara este mismo concepto a sus credenciales, él Señor debería nuevamente nacer en Belén, a nuestro entero antojo o porque tenemos fe en que es Todopoderoso. También debería ser llevado como un bebé a Egipto por José y María, y debería dedicarse a la carpintería con José, porque esto fue lo que hizo antes y como "Jesucristo es el mismo ayer hoy y por los siglos", también deberá volver a Getsemaní, al Calvario y resucitar cada vez que nosotros "oramos con fe". Bien sabemos que tal cosa no puede ser, nunca ocurrirá, no importa cuánta fe tengamos. Lo cierto es que hay cosas que sucedieron en la vida de Cristo en cumplimiento de la profecía, que nunca más se cumplirán, sin que él deje de ser "el mismo", sino que sigue un plan trazado desde la eternidad.