Vientos de Apostasía - Es una obra para los cristianos confundidos a raíz de tantas... - Capítulo XIX
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Capítulo XIX
Aplausos, saltos y demás
Otra señal que indica en una iglesia que se aproxima el carruaje de la apostasía, es cuando comenzamos a escuchar "aplausos para Jesús ..." o simplemente como "parte de las alabanzas", porque la Biblia dice que debemos "batir las manos". Y ciertamente alguien podría decir: "Pero ... ¿qué tiene de malo que la congregación acompañe un himno batiendo las manos?". En sí no hay nada de malo, pero he comprobado que generalmente a través de los aplausos es como se introducen muchas otras modalidades de "alabamos". Se comienza con los inocentes aplausos, luego naturalmente "los saltos para Jesús", luego "las carcajadas para Jesús", después "abrazarse y levantarlas manos para Jesús". Sin darse cuenta la congregación comienza a ser manipulada por un gurú que está al frente, casi siempre con una guitarra, creyendo que lo que ocurre es que están dándole lugar al Espíritu Santo, ya que están algo así como ... "borrachos del Espíritu". Pero lo que sucede en realidad es que inocentemente se han rendido a un espíritu extraño quien se encarga de alejarlos de la Palabra para mantenerlos saltando y "alabando"por horas.
Después de casi dos horas de este ritual Aaróníco, con su becerro de oro caminando por la plataforma, soltando una que otra palabrita, algún chiste, alguna ilustración que vaya preparando los bolsillos de los presentes, porque a los "borrachos" habrá que despojarlos de lo que tienen, el becerro de oro brilla, gracias al juego de luces montadas profesionalmente. A distancia muchos podrían pensar que es una pelea, pero cualquier hombre de Dios, veterano en la Palabra, sabrá de qué se trata. Sin embargo, es indudable que esa multitud se lleva algo a su casa: ¡Se sienten bien! Dieron rienda suelta a sus emociones, gritaron, aplaudieron, fueron adulados porque el becerro es profesional y sabe cómo es la naturaleza del hombre.
¿Alguna vez se detuvo el lector a pensar en lo que realmente significan las alabanzas? En cierta oportunidad Jesús dijo: "En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos" (Jn. 15:8). No son los coros, las guitarras, los pianos, los órganos, los instrumentos de percusión o los violines los que mejor glorifican al Señor. Ciertamente tampoco son los gritos de "gloria a Dios y aleluya", ni los saltos, ni el.batir las manos. El Señor no pudo haber sido más claro. Debemos dar fruto y que esos frutos permanezcan. Sin duda el Señor Jesucristo se refiere a dos clases de frutos. Llevar almas a sus pies y vivir una vida guiada por el Espíritu. En ninguno de los dos casos intervienen ni saltos, ni cánticos, ni aplausos, ni los instrumentos. En el caso de un pecador, usted va y le habla de Cristo y en el caso de su vida dirigida por el Espíritu Santo, la Biblia dice: "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza" (Gal. 5:22).
En los días del profeta Isaías, Dios se quejó del tipo de alabanzas que le ofrecía su pueblo: "¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? No me traigáis mas vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos" (Is. 1:11-15).
Si tuviéramos que colocar esta protesta de Dios a la luz de lo que hacen hoy muchos de aquellos que pretenden ser hijos de Dios, diríamos: "¿Para qué me sirven vuestras reuniones multitudinarias con ofertas de sanidad del cuerpo, para beneficiar la come y reclamando supuestos 'dones del Espíritu', siendo que yo nada tengo que ver en esas reuniones? ¿Cuándo pedí yo dinero a la gente? ¿Por qué los supuestos ungidos de tantas congregaciones explotan a su gente en mi nombre? Esas reuniones tan concurridas, esos 'testimonios de sanidad' que son fraudes descarados, la búsqueda de poderes, el tumbar a la gente y practicar hechicería en mí nombre, pretendiendo que yo estoy en esos negocios, me tienen hastiado. Cuando ustedes extiendan sus manos hacia arriba aparentando ser un pueblo humillado y suplicante, moviéndose al compás de una música que hipnotiza colectivamente a miles de hombres y mujeres atrapados en el ocultismo, yo esconderé mi rostro de ustedes".
TODO ES RELATIVO
Los cristianos rara vez escuchan de verdad lo que el ministro está predicando y enseñando. Por eso les toma mucho tiempo advertirse que están ante un gurú no ante un predicador. Él usa la Biblia, ora a Dios, canta himnos cristianos, dice gloria a Dios y de cuando en cuando "aleluya". Pero permítame ayudarle para que usted pueda descubrir cuanto antes al apóstata. Observe entre otras cosas, si ese "predicador" comienza a decir: "Bueno, uno no puede asegurar que Moisés escribió el Pentateuco ... Tampoco podemos asegurar que Jesús nació de una virgen, eso era lo que la gente creía en esos días. Tampoco se puede asegurar que resucitó, pero sea como fuere, él sí vivió una vida santa y ejemplar . No se puede creer el relato del diluvio, porque casi todos los pueblos, incluyendo los aztecas, mayas y otros, tienen leyendas similares. La arqueología ha demostrado que la creencia de una lluvia torrencial debido al enojo de los dioses, la tenían casi todos los pueblos del planeta. Cada uno su propia versión, pero todas parecidas a la epopeya del Noé de la Biblia".
Si escucha con atención a un apóstata, se dará cuenta de que para él, todo es relativo. La Biblia no es la declaración terminante de Dios digna de confianza, sino simplemente un compendio de las creencias populares, en otras palabras, su mensaje central son las creencias del pueblo hebreo. Si su pastor cree estas cosas, las habla y las predica, usted debe salir de esa iglesia cuanto antes. Debemos tener presente que en el fondo, lo que creen estas iglesias de la prosperidad económica, la sanidad a pedido y el don de lenguas a pedido, es lo mismo que enseña y predica la llamada Nueva Era.
UNÁMONOS
Si su pastor es famoso porque integra algún concilio de pastores de la ciudad o de toda una región, ésto es otra señal negativa. El lugar del pastor siempre debe ser su iglesia. Su deber es cuidar de la grey de Dios, no de buscar la "unidad" con gente que predica todo viento de doctrinas. Uno de los trucos que Satanás ha montado para fomentar el ecumenismo sin que la gente se alarme por el ocultismo y las falsas doctrinas en las iglesias cristianas, es justamente el propiciar reuniones conjuntas, ecuménicas, interdenominacionales. aunque hayan diferencias abismales en materia de doctrinas.
No existe ninguna necesidad de unirse con las demás iglesias porque algún predicador fogoso llega a la ciudad y seguramente promete grandes milagros.
No es bíblico auspiciar esta clase de reuniones uniéndose a veces con todo tipo de personas, e incluso se dan casos en que se le dice a los nuevos convertidos que "asistan a la iglesia más cercana a su hogar", sin decirles nada más. ¿Quiere decir esto que si la iglesia más cercana es la católica, la mormona, el salón del reino, el centro de rosacruces o la misma iglesia de Satanás, el supuesto "convertido" deberá en obediencia a sus consejeros concurrir allí?
La iglesia necesita concentrar sus esfuerzos a nivel local. No requiere de predicadores que suelen aparecer con todo un séquito de "profesionales", para así crearles gastos astronómicos a los hermanos, quienes muchas veces son personas de escasos recursos. Es notable ver cómo actuaron los hermanos de la iglesia primitiva. El capítulo 15 del libro de Hechos nos habla del concilio de la iglesia en Jerusalén. Allí se trata de manera especial el asunto de la conversión de los gentiles. El capítulo 16 de Hechos nos dice, que Pablo conoció a un joven llamado Timoteo,"Y daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio" (Hec. 16:2). Aquí tenemos a un joven conocido en dos ciudades del Asia Menor, y el versículo indica que las iglesias en forma individual daban buen testimonio de él. "Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que las guardasen. Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día" (Hec. 16:4,5).
Pablo, Bernabé y Timoteo no le entregaron cartas respecto a lo que habían acordado los hermanos en Jerusalén, a los presidentes de una asociación de iglesias del Asia Menor, ni a un secretario ejecutivo de una convención que agrupaba un buen número de iglesias. Lo que Pablo hizo fue darle una carta a cada iglesia en forma individua, porque ese era siempre el concepto de la iglesia, que cada congregación funcionará en forma individual, no colectiva.
Nunca debemos preocuparnos de la "unidad", sino ocuparnos en ella. La unidad no es obra humana, sino divina. La situación geográfica, la denominacional y hasta la idiomática, hace que sea mucho mejor que cada iglesia trabaje independientemente. Además, esto hace mucho más difícil que un poco de levadura "leude toda la masa", si esta masa está en recipientes separados. La "levadura" podrá leudar un recipiente, pero dejará intactos los demás.
En Corinto había pecados muy grandes, muy graves, pero la iglesia de Corinto no formaba parte de una convención, de una asociación o algo parecido, con las iglesias de Tesalónica, Galacia, etc. De haber sido así, todas las iglesias se habrían contaminado con el corintianismo, pero gracias a esta individualidad, las otras iglesias quedaron libres de tanta falsa doctrina, tanto pecado e inmoralidad. La unidad de que habla la Biblia es de tipo espiritual. Eso es lo que implica cuando dice: "Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz" (Efe. 4:3). La Biblia ni siquiera nos dice que debemos orar por la unidad, porque fue el Señor Jesús quien oró por esto y sin duda alguna su oración fue oída, porque la iglesia cristiana definitivamente está unida, aunque no uniformada.
La Iglesia debe concentrarse en la evangelización de los inconversos y la edificación de los cristianos. No tiene que vivir en pugna con otras iglesias de la zona, pero tampoco tiene por qué buscar alianzas con ellas, salvo que se trate de iglesias verdaderamente bíblicas y que el deseo que los mueva a esa unión sea algún esfuerzo en común, puesto que las dos son del mismo corte bíblico fundamental. La iglesia bíblica no se ocupa de la unidad, sino que la disfruta. Todo cristiano verdadero sabe perfectamente que la unidad es obra del Espíritu Santo, no de ejecutivos con título de reverendos.
LA BIBLIA: ¿ES O CONTIENE LA PALABRA DE DIOS?
Es extremadamente necesario que se descubra cuanto antes este otro "paquete" en el carruaje de apostasías. El cristiano verdadero no tiene ninguna razón para dudar de la inspiración de la Biblia, la palabra de Dios. El hispano debe tener presente que aparte de las versiones Reina Valera 1909,1960 y la revisada en 1977, ninguna otra versión es digna de crédito. Este no es un tratado sobre las diferentes versiones bíblicas, pero conviene recordar algunas amonestaciones bíblicas al respecto.
Hace muchos años Jeremías escribió: "¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas ... he aquí que aborrecieron la palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría tienen?" (Jer. 8:8,9).
La Palabra de Dios ha sido atacada siempre. Ya la estaban alterando en los días de Jeremías los escribas que la copiaban convirtiéndola así en mentira. Hoy, existen versiones bíblicas mal traducidas en forma deliberada y otras con notas al margen, abiertamente contrarias al texto. Estos dos casos correspondían en el pasado sólo a los testigos de Jehová y a los católicos, respectivamente. Ahora el panorama bíblico ha cambiado radicalmente y el cristiano se encuentra con muchísimas nuevas versiones bíblicas. Incluso en algunas versiones llamadas protestantes, hasta encontramos los textos apócrifos. El apóstol Pablo le dijo a Timoteo: "Toan la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (II Tim, 3:16).
Esta declaración inspirada por el Espíritu Santo, deja plenamente claro que la Biblia es inspirada y que por lo tanto su autoridad es divina. La Biblia instruye, redarguye, corrige, prepara y perfecciona al hombre. Una iglesia que acepta la versión Dios llega al hombre, la Biblia Pentecostal, esta última con sus citas correspondientes en donde entre otras cosas se niega la seguridad de la salvación, y otras versiones diferentes a la Reina Valera, ya está en serio peligro y usted debe tener mucho cuidado de no ser arrastrado por el error. Salomón dice: "Toda palabra de Dios es limpia; él es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso"(Prov. 30:5,6). Pedro escribió: "Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (II Ped. 1:21).
Aceptemos que Dios habla .en primera persona, tal como aparece en la Biblia, y cuidémonos de que lo dicho por él no sea alterado. Debemos tener mucho cuidado, porque abundan las versiones llamadas modernas y de fácil lectura, especialmente en el idioma inglés, que contradicen lo que enseña la Biblia. Es nuestro deber recordar que Satanás tiene gran interés en que la Biblia pierda en el concepto del hombre toda credibilidad. Estamos llegando a un punto en que ya no se podrá saber cuál de las versiones es correcta. Para aquellos que en forma tan liviana alteran las Escrituras, sería bueno recordarles las palabras de Juan: "Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas. Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía. Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro" (Apoc. 22:18,19).
Cualquiera de estas dos cosas son una seria amenaza de parte de Dios: El agregarle o quitarle a la Biblia - aunque sean los libros apócrifos o advertencias para explicar caprichosamente textos fuera de su contexto. Tal como el caso sobre la salvación, por la cual "debemos trabajar". Esto es lo que aparece en una nota de una de estas versiones bíblicas. La base del cristianismo es la Biblia. Su fe está fundada en los principios bíblicos. Pero ... ¿Sobre cuál Biblia? Los mormones tienen su versión, los testigos la suya, y últimamente hasta los pentecostales. Aquellos que alteran la Biblia y la publican, aparentemente no se advierten del daño que le hacen a millones de lectores, ni del severo castigo que les espera. Pero el día de rendir cuentas llegará, todos deberemos responder por lo que hemos dicho y hecho. La misma publicación de este libro es en sí una seria responsabilidad, yo estoy perfectamente consciente de lo qué significa.
Hay otras cosas que podría mencionar y que son una especie de advertencia para que el cristiano pueda reconocer la falsa iglesia, pero por ahora lo dejaremos aquí, ya que el espacio no me permite ampliar más este tema.