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El retorno de los "Nefilims"

  • Fecha de publicación: Miércoles, 11 Junio 2008, 20:08 horas

Una noticia desde Jerusalén, publicada por la Agencia de Noticias CNN, el 4 de septiembre de 2009, informaba que una excavación arqueológica en Jerusalén dejó expuesto un muro de 3.700 años, que según los expertos, es el más largo y antiguo de su clase descubierto en la región.

El muro está construido con bloques enormes, y sus descubridores asombrados se preguntan cómo fue que un pueblo de la antigüedad pudo haberlo edificado.  Con una altura de ocho metros, la pared de piedras gigantescas cortadas, dejó maravillados a los arqueólogos.

El director de la excavación Ronny Reich, comentó: «Construir un muro completamente vertical de ocho metros de altura... Realmente no sé cómo pudieron hacerlo sin equipo mecánico... No creo que ningún ingeniero hoy, podría realizarlo sin hacer uso de la energía eléctrica».

El arqueólogo Eli Shukron de la Autoridad de Antigüedades de Israel, añadió, «que todos los grandes bloques de piedra pesan de cuatro a cinco toneladas».
La Autoridad de Antigüedades de Israel dijo en una noticia que publicó: «La sección que ya se ha desenterrado tiene veintisiete metros de largo.  Sin embargo, se piensa que la fortificación se prolonga mucho más, porque la parte que ya quedó expuesta continúa extendiéndose hasta el occidente».

El muro fue descubierto dentro de la Ciudad de David, en el sitio de una excavación arqueológica fuera de la Ciudad Antigua del oriente de Jerusalén, sobre una pendiente del valle Silwan.  Se cree que el muro fue construido por los canaanitas, un pueblo antiguo que según dice la Biblia habitaba en Jerusalén y en otras partes del Medio Oriente.

Los señores Reich y Shukron dijeron en una declaración conjunta acerca del descubrimiento: «Este es el muro más monumental que se ha descubierto en la ciudad de David.  Es la primera construcción masiva encontrada en Jerusalén que antecede al período Herodiano».

Agregando: «Tal parece que es parte de un pasaje bien fortificado que desciende hasta la fuente de la torre, de alguna especie de fortaleza.
La fuente está localizada en el lugar más débil y vulnerable en el área.  A pesar de que la edificación de un pasaje protegido, era algo que involucraba un esfuerzo tremendo, se sabe de varias construcciones paralelas a estas en la antigüedad, si bien pertenecientes a períodos posteriores a las ruinas descubiertas aquí».
El señor Reich, profesor de la Universidad de Haifa, dijo: «Tales muros eran usados principalmente para defenderse en contra de nómadas que merodeaban en el desierto y que trataban de entrar y robar la ciudad.

Se trata de una fortificación gigantesca, desde el punto de vista de las dimensiones de la estructura, el espesor de la pared y el tamaño de las piedras que fueron incorporadas en la construcción.

El nuevo descubrimiento muestra, que el cuadro respecto a las defensas orientales de Jerusalén y el sistema antiguo de agua en la edad media de bronce, todavía está lejos de ser claro.  A pesar del hecho de que tantos han excavado la colina, hay una gran probabilidad que todavía estén ocultos en ella, elementos arquitectónicos grandes y bien conservados, en espera de ser descubiertos».

Esto no se trata de un caso aislado, sino que en diferentes lugares del mundo se yerguen construcciones monumentales, cuyo origen y procedencia son prácticamente un misterio.  Tal es el caso de las pirámides de Egipto.  Pero no sólo se trata del tamaño imponente de la gran pirámide de Giza, sino de los hechos increíbles respecto a su construcción y cualidades astronómicas.
La gran pirámide se levanta en el centro geográfico del mundo.  Se encuentra en el medio, entre la costa oeste de México y la costa este de China.  Entre el norte del cabo de Noruega y el cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica.  Se yergue en la intersección del paralelo treinta, tanto en latitud como en longitud.

La gran pirámide fue el edificio más alto en el mundo por miles de años, hasta que el hombre moderno comenzó a levantar rascacielos tales como el World Trade Center (Las torres gemelas).  Si la comparáramos con un rascacielos, la gran pirámide tendría cuarenta y dos pisos de alto.  Su construcción contiene piedras suficientes para levantar una pared de un metro con ochenta y dos centímetros de alto, desde Nueva York hasta Los Ángeles.

Según dicen los expertos, la pirámide de Giza está alineada con ciertas constelaciones de estrellas.  Asimismo se ha descubierto que otras estructuras similares en México y Camboya también tienen significado astronómico.

La gran pirámide de Giza consta de dos millones, trescientos mil bloques de piedra, que pesan alrededor de dos toneladas y media cada uno, mientras que hay algunos otros cuyo peso es hasta de cincuenta toneladas.  A pesar del vasto número de bloques usados y del peso increíble involucrado, la exactitud matemática de la disposición de la estructura es impresionante.  Otras construcciones alrededor del mundo suscitan las mismas preguntas.

Hay otro edificio antiguo en Baalbek, Líbano, conocido como el templo de Júpiter.  Incorporado en sus cimientos están tres bloques descomunales cortados en la piedra, que pesan ochocientas toneladas cada uno.  No muy distante se encuentra otro bloque gigantesco de roca llamado la piedra del sur, que pesa mil toneladas.  Esto equivale al peso combinado de tres aviones jets 747.  La pregunta que surge es... ¿Cómo sus constructores cortaron bloques tan monumentales?  Pero lo que más intriga es... ¿Cómo los movieron para colocarlos allí?  Además... ¿Quién edificó todo esto?  ¿De dónde obtuvieron sus constructores tal conocimiento matemático y astronómico?  ¿Qué tecnología se empleó en su construcción?  Decir simplemente que los egipcios, o que esta o aquella civilización del pasado las erigieron, no es una respuesta satisfactoria, porque si el hombre comenzó en la edad de piedra, progresó hasta la del bronce y luego hacia la edad de hierro, tenemos que la pirámide más antigua fue edificada en algún instante entre la edad de piedra y la de bronce.

Esto sería casi como si dijéramos que en algún momento en el tiempo pasado, el hombre inventó la rueda, luego un poco después, otro construyó una carretilla, ¡pero en el tiempo comprendido entre la rueda y la carretilla alguien hizo un Mercedes Benz!  Esta es una comparación bien realista cuando consideramos la construcción de las pirámides y de esas otras edificaciones monumentales.

Aunque se han escrito muchos libros al respecto y se han planteado infinidad de hipótesis, todos estos escritores tienen una cosa en común: Han fallado en decirnos quiénes fueron esos constructores y de dónde obtuvieron tal conocimiento y habilidad.  Cuando alguno de estos respetables autores se arriesga a tratar de adivinar la identidad de estos misteriosos arquitectos y constructores, sus especulaciones son algo así como castillos de arena levantados al alcance del oleaje de la eternidad.

Son muchos los libros que se han escrito respecto a estas edificaciones, y de los paralelos astronómicos y propiedades matemáticas de los muchos monumentos que pueblan el globo.  Pero... ¿Qué mensaje nos cuentan estas edificaciones?  ¿Hay algo que podamos aprender de ellas y que hayamos pasado por alto?  Si las paredes de estos monumentos pudieran hablar, ¿qué información valiosa aportarían?  ¿Presagian acaso eventos venideros?  Muchos creen que sí.  Ahora vamos a tratar de develar este enigma, poniendo primero a un lado conceptos preconcebidos y haciendo este examen con una mente abierta.

Para eso vamos a olvidar opiniones y suposiciones pasadas, y vamos a examinar pasajes del Antiguo Testamento, ya que ellos bien pueden contener información útil y digna de confianza de la cual podemos aprender.  Piense de usted mismo como de un jurado, esperando por las pruebas.  Después que escuche todos los hechos, entonces usted mismo podrá expresar su veredicto.
Según los eruditos, el diluvio de Noé tuvo lugar en el año 2348 A.C.  En la Escritura encontramos un registro de criaturas celestiales misteriosas que invadieron la tierra y llevaron a cabo experimentos procreativos.  Por ejemplo, leemos en el capítulo 6 de Génesis: “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas... Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos.  Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre” (Gn. 6:1, 2, 4).

Ellos en forma literal tomaron mujeres de la tierra como compañeras, dando origen a una progenie monstruosa cuyo comportamiento era totalmente perverso.  La descendencia de esos ángeles son llamados “gigantes” en la Biblia, pero esta palabra es traducida del hebreo Nefilim, que significa «los caídos».

Pero entonces, ¿por qué se les llama “gigantes”?  La Biblia presenta muchísima evidencia de que realmente eran gigantes.  Más que eso, parece que tenían poderes sobrehumanos que dieron origen a esas antiguas leyendas de los dioses griegos.  Josefo, el historiador judío escribió en el primer siglo, en su obra Antigüedades de los Judíos, Libro uno, Capítulo tres, Parágrafo uno, que «muchos ángeles de Dios convivieron con mujeres y engendraron hijos injuriosos que despreciaban el bien, confiados en sus propias fuerzas; porque según la tradición estos hombres cometían actos similares a los de aquellos que los griegos llamaban gigantes».

Si usted está ligeramente familiarizado con la antigua mitología griega, no dudo que se estremecerá ante las implicaciones de esta declaración.  Esas antiguas leyendas están colmadas con perversas combinaciones de hombres y bestias.  Hablan de semidioses cuyos poderes eran usados caprichosamente para torturar y esclavizar a la humanidad.  Narran historias horribles de incesto, ocultismo y toda serie de horrores, de dioses que tomaban las vidas a su antojo.  Se caracterizaban por sus pensamientos y actos diabólicos en una pesadilla orgiástica de abuso de poder.  La mitología griega es una continua historia de horror, poblada con bestias y monstruos de cada descripción.

El libro de Génesis se refiere a ellos simplemente como “gigantes”.  Un gigante entonces es una especie de perversión de eso que es natural y que fuera originalmente designado por Dios para vivir en paz sobre la tierra.  De hecho, la traducción antigua en griego del Antiguo Testamento (llamada la Septuaginta) se refiere no sólo a los Nefilim, sino también a los Refaim como “gigantes”.  Pero en la traducción en inglés y en español de la Biblia, esta conexión está en su mayor parte perdida, en lugar de eso encontramos el uso del nombre propio Refaíta.

Es claro entonces, que la Biblia indica que hace miles de años, seres celestiales visitaron el planeta, tuvieron relaciones íntimas con las mujeres de la tierra y el resultado fue una raza de mutantes llamados los Nefilims.  Sin embargo, otros estudiosos creen que este versículo encierra mucho más, que se trata del registro de algo mucho más siniestro.

Estas personas incluso aseguran que los libros apócrifos de Enoc, 2 Esdras, el Génesis Apócrifo y Jaser, apoyan la historia dada en el capítulo 6 de Génesis, añadiendo que el pecado de los ángeles llegó al extremo de incluir modificaciones genéticas de animales al igual que de seres humanos.

El libro de Jaser, que se menciona en la Biblia en Josué 10:13 y 2 Samuel 1:18, explica en el capítulo 4, versículo 18, que después que los ángeles caídos se llegaron a las hijas de los hombres, «los hijos de los hombres aprendieron a mezclar animales de una especie con otra, a fin de provocar al Señor».

Esta referencia clara al capítulo 6 de Génesis, indica que «los animales»también estaban incluidos en estos experimentos de cruce de especies que se estaban llevando a cabo, y que esta actividad resultó en el juicio divino.  El libro de Enoc también apoya esto, implicando que después que los ángeles caídos mezclaron su ADN con el de las mujeres «...empezaron a pecar contra todos los pájaros del cielo y contra todas las bestias de la tierra, contra los reptiles y contra los peces del mar...» (Enoc 7:5).

El Antiguo Testamento contiene referencias asociadas con las mutaciones genéticas que tuvieron lugar entre los seres humanos después de esta actividad, incluyendo una raza de gigantes, su gran fortaleza física, que tenían seis dedos en las manos y los pies, y que gustaban de beber sangre.  A continuación citaremos estos pasajes de la Escritura:

•    “Después hubo otra guerra en Gat, donde había un hombre de gran estatura, el cual tenía doce dedos en las manos, y otros doce en los pies, veinticuatro por todos; y también era descendiente de los gigantes” (2 S. 21:20).
•    “Después, Benaía hijo de Joiada, hijo de un varón esforzado, grande en proezas, de Cabseel.  Este mató a dos leones de Moab; y él mismo descendió y mató a un león en medio de un foso cuando estaba nevando” (2 S. 23:20).

En todo esto hay algo que queda claro: que hace miles de años seres celestiales visitaron la tierra, se entremezclaron con los seres humanos y el resultado fue una raza de mutantes llamados los Nefilims.  La consecuencia final fue el juicio inmediato de Dios, quien le ordenó a Israel que acabara con los Nefilims y sus descendientes.

Después de Génesis, volvemos a saber de ellos en el capítulo 2 de Deuteronomio, en donde se menciona a los refaítas que eran los descendientes de alguien llamado Rafá. En hebreo, «Rafá» significa «uno temible, gigante».  También en hebreo «emita» quiere decir «los terribles».  Mientras que los anaceos eran descendientes de Anac, cuya traducción es «gigante de cuello largo». Anac era hijo de Arba, nombre que en hebreo quiere decir «fortaleza de Baal».  Arba era uno de “los hijos de Het”, quien siete años antes de la construcción de Zoán en Egipto, edificó a Hebrón la que más tarde llegó a ser conocida como Quiriat-arba, que significa «la ciudad de Arba». Leemos en Génesis 23:2: “Y murió Sara en Quiriat-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán...” Anac su hijo, tenía tres descendientes distinguidos en los días de Moisés y Josué, quienes eran gigantes y moraban en Hebrón alrededor del año 1490 A.C.  Sus nombres eran “...Ahimán, Sesai y Talmai, hijos de Anac...” (Nm. 13:22b).

Los horeos, zomzomeos y aveos, eran todos descendientes de los Nefilims y fueron expulsados y destruidos por Josué y el pueblo de Israel cuando tomaron posesión del territorio.  «Horeo», en hebreo es troglodyte, que significa «hombre de las cavernas» o «esos que moran en cavernas». Eran los habitantes del monte Seir y familiares de los emitas y refaítas. Sus moradas excavadas en la piedra todavía se encuentran en las colinas de arenisca y montañas de Edom, pero especialmente en Petra.

«Zomzomeo» en hebreo connota «poderoso, vigoroso». Estas personas también estaban relacionadas con los refaítas que moraban en la región después ocupada por los amonitas, quienes también eran llamados «zuzitas», que significa «prominente, fuerte, gigante». Finalmente, los israelitas derrotaron a Og, el rey de Basán: “Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes...” (Dt. 3:11a).

Casi todos esos hombres monstruosos fueron derrotados en ese tiempo por los israelitas bajo el liderazgo de Josué, pero quedó un remanente, tal como está registrado en el libro de Josué: “También en aquel tiempo vino Josué y destruyó a los anaceos de los montes de Hebrón, de Debir, de Anab, de todos los montes de Judá y de todos los montes de Israel; Josué los destruyó a ellos y a sus ciudades.  Ninguno de los anaceos quedó en la tierra de los hijos de Israel; solamente quedaron en Gaza, en Gat y en Asdod” (Jos. 11:21, 22).
Ahora llegamos al año 974 A.C. y a un joven de 16 años de nombre David.  Habían transcurrido cuatrocientos setenta y siete años desde que Josué entró a la tierra prometida y destruyó a los gigantes, a todos, con excepción del remanente en Gaza, Gat y Asdod.  La historia en el capítulo 17 del primer libro de Samuel, narra la confrontación de David con el gigante Goliat.
Goliat era el campeón de los filisteos, los cuales son los palestinos del día moderno.  Usted notará que el gigante se llamaba Goliat de Gat, y en Gat, junto con Gaza y Asdod, había un remanente de gigantes que no fueron derrotados por los ejércitos de Josué, sino que escaparon.  Goliat era descendiente de este resto de gigantes.

Era un hombre de elevada estatura, su altura era de seis codos y un palmo, lo cual era igual a cuatro metros de alto.  No se nos da su peso, pero debe haber sido en proporción a su altura, ya que toda su armadura, junto con el casco, la cota de malla, las grebas en las piernas, la lanza que pesaba seiscientos siclos de hierro y las jabalinas, debían tener un peso descomunal.  El número seis estaba estampado sobre él como una marca distintiva.  David por su parte, cuando le colocaron la armadura no podía ni caminar, así que quitándosela fue a él, únicamente con su cayado de pastor, su honda y cinco piedras lisas, aunque sólo usó una y luego se valió de la misma espada del gigante para cortarle la cabeza.  Todos estos gigantes, a no dudar, eran descendientes de los ángeles caídos.

Pero hay algo más, leemos en el Libro de Enoc: «Así sucedió, que cuando en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas; y los Vigilantes, hijos del cielo las vieron y las desearon, y se dijeron unos a otros: ‘Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos’... Y eran en total doscientos los que descendieron sobre la cima del monte que llamaron ‘Hermón’, porque sobre él habían jurado y se habían comprometido mutuamente bajo anatema» (Enoc 6:1, 2, 6).

De todos los lugares de este planeta a donde los ángeles pudieron haber descendido, lo hicieron en la frontera norte de la tierra prometida.  ¡Exactamente en el lugar donde fuera desenterrada esta pared colosal en Jerusalén!  Conociendo tal vez, los proyectos futuros de que Dios planeaba entregarle este territorio a los descendientes de Abraham, estos ángeles maquinaron su estrategia para introducir “la simiente de la serpiente”en la raza humana.  Asimismo el monte Hermón se encuentra en el territorio en donde Cam y su familia emigraron después del juicio de Dios en la torre de Babel.  Según Génesis 10:6, Cam tuvo cuatro hijos: “Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán”.

Canaán se estableció en el área del monte Hermón y en dirección sur del territorio que se convirtió en la tierra prometida de Abraham.  Es por eso que a la tierra prometida se le llamó «Canaán» en los días de Moisés y Josué.  Mizraim prosiguió a trasladarse en dirección sur hacia Egipto.  Coincidentemente, el monte Hermón tiene tres picos y la familia de Cam encontró otra serie de tres picosque habían sido construidos antes del diluvio, los cuales creen los estudiosos que son las tres grandes pirámides.

El Libro de Enoc continúa: «Todos y sus jefes tomaron para sí mujeres y cada uno escogió entre todas y comenzaron a entrar en ellas y a contaminarse con ellas, a enseñarles la brujería, la magia y el corte de raíces y a enseñarles sobre las plantas.  Quedaron embarazadas de ellos y parieron gigantes de unos tres mil codos de altura que nacieron sobre la tierra y conforme a su niñez crecieron; y devoraban el trabajo de todos los hijos de los hombres hasta que los humanos ya no lograban abastecerles.  Entonces, los gigantes se volvieron contra los humanos para matarlos y devorarlos’ (Sal. 14:4; Mi. 3:3)» (Enoc 7:1-4).

Tal parece que estos ángeles caídos (los Nefilims) contaminaron prácticamente toda la vida sobre la tierra.  Realmente no sabemos cuántas personas se contagiaron, lo único que la Escritura nos dice es que Noé y su familia permanecieron genéticamente puros.  Por esta razón, Dios destruyó la raza humana con el diluvio.  Si no hubiera sido por Noé y sus tres hijos, estos ángeles caídos le habrían puesto fin a la vida sobre el planeta.  Noé, Sem, Cam y Jafet ayudaron a salvar a los animales y repoblar la tierra.

Desde un punto de vista cristiano, esto podría explicar cómo fue que los sumerios de Mesopotamia, quienes eran enemigos de Jehová, surgieron de la nada alrededor del año 3500 A.C., trayendo con ellos un panteón de deidades, el primer idioma escrito y un conocimiento superior de las ciencias de la tierra.  Esto también explicaría, por qué muchas de las religiones que siguieron a la mitología sumeria, incluyendo la mitología griega, emergieron de la idea original de que seres poderosos, con nombres como «Zeus» y «Apolo», visitaron la tierra, tuvieron relaciones íntimas con mujeres, y procrearon criaturas híbridas semi-humanoides.

Es por eso que los estudiosos de las profecías, creen que la actividad reciente de los ovnis, tal vez sea un nuevo intento por engendrar una raza guerrera en contra de Dios, conforme nos aproximamos al final de la edad y a la llegada del Armagedón.

Estas personas también aseguran que la Biblia, ¡es el libro que más habla de los ovnis de todos los tiempos!  Y para apoyar su hipótesis citan estos textos:

•   “Mientras yo miraba los seres vivientes, he aquí una rueda sobre la tierra junto a los seres vivientes, a los cuatro lados” (Ez. 1:15).
•   “Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche.  Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego” (Ex. 13:21, 22).
•   “Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino” (2 R. 2:11).

La “rueda”de Ezequiel, “la columna de nube” y el “carro de fuego”,todos son vistos como ejemplos de avistamientos de ovnis.
Es lo mismo que sugieren las películas de Hollywood, la proposición de que la humanidad es posiblemente la descendencia de un antiguo, o tal vez continuo, experimento extraterrestre.  Expertos en ovnis, aseguran que los dioses de la mitología son evidencia de encuentros con seres de otros mundos.  Están convencidos que los hombres de la antigüedad, bien pudieron haber creído que estos viajeros del espacio eran dioses y que por eso registraron su llegada, sus experimentos y partidas, en jeroglíficos, megalitos y tabletas de piedra, como encuentros sobrenaturales entre los dioses y los hombres.

Ellos dicen que la extraña apariencia de algunos de los dioses, tal como están descritos en varios jeroglíficos (criaturas humanoides con cabeza de halcón, leones con cabezas de toro, etc.), puede ser considerada como evidencia de que los extraterrestres llevaron a cabo experimentos de clonación, de mutaciones y de cruces transgénicos de personas con animales.
Hay quienes aceptan esta hipótesis como una alternativa humanista al registro bíblico de la creación.  Es increíble advertir cuántas personas creen en tal teoría.  Este interés cada vez más creciente en los ovnis y en lo paranormal ha dado origen a una hueste de especiales de televisión y programas semanales que describen a estas criaturas de otros mundos y a esos terceros que aseguran que se han encontrado con ellas.

Uno de los aspectos más perturbadores de este fenómeno de los ovnis, son las noticias incesantes provenientes de todo el mundo sobre abducciones o secuestros llevados a cabo por criaturas pequeñas con ojos grandes almendrados, quienes supuestamente pilotean los ovnis y llevan a cabo experimentos médicos con sus víctimas.  El movimiento de la Nueva Era argumenta que tal actividad es prueba de los continuados experimentos entre humanos y extraterrestres, y hacen notar que los aspectos radicales de tales experimentos han incluido la impregnación de las víctimas, a quienes más tarde se les remueven los embriones híbridos.

La Escritura registra en el capítulo 24 de Mateo, que el Señor Jesucristo dijo, que estos eventos que ocurrieron durante los días de Noé, se comparaban con los días previos al rapto de la Iglesia.  Esta profecía es asombrosa, cuando uno se da cuenta, que la actividad aparente de estos seres celestiales cesó aproximadamente hasta 1940.  Luego, siguiendo al incidente de Roswell, que tuvo lugar en Nuevo México en 1947, y la refundación del estado de Israel en 1948, las personas alrededor del mundo comenzaron a tener encuentros con criaturas extrañas que están llevando a cabo experimentos reproductivos con una regularidad cada vez más creciente.  Uno se ve forzado a preguntarse: ¿Qué está pasando?  ¿Quiénes son estas criaturas?  ¿Son los visitantes actuales de los ovnis, los mismos del tiempo de Noé?  Y si es así, entonces ¿de qué se tratan estos experimentos reproductivos?  Quizá la respuesta a esta pregunta, se encuentra en el capítulo 6 de Génesis.

¿Los Nefilims hoy?

Lo que voy a citar a continuación es parte de un artículo publicado en el sitio de internet Raiders News Network, dirigido por Thomas Horn, una personalidad reconocida en la radio, quien en las últimas décadas ha escrito gran variedad de libros y de artículos que son citados de continuo por escritores cristianos y la agencia cristiana de noticias World Net Daily.
Él dice: «Issik Kul es un remoto lago de aguas profundas localizado en el norte de los montañas Tian Shan en el área de Kirguizistán en Asia Central.  El nombre significa ‘agua templada’, el lago está rodeado por picos nevados, pero nunca se congela.

Según el señor V. Krapiva, un conocido escritor ucraniano, a mediados de la década de 1930, al explorar una cueva cerca del lago Issik Kul, se descubrieron tres esqueletos humanos, cada uno de más de tres metros de altura.  Los esqueletos estaban adornados con decoraciones que lucían como murciélagos hechos de plata.  Los exploradores se asustaron y guardaron silencio respecto al descubrimiento por muchos años.  Fundieron las decoraciones de plata, pero guardaron una pieza.  Los científicos soviéticos que la han examinado dicen que no pueden determinar su edad.  De manera interesante, una leyenda kirguisa habla de una ciudad sumergida en el lago, cuyo gobernante de la ciudad, el rey Ossounes, era una criatura con ‘largas orejas’.

Otra mención más antigua similar a esta, data de principios de los años 1900.  Varios niños en Georgia, que en ese tiempo era parte del imperio ruso, descubrieron una cueva dentro de la montaña, colmada de esqueletos de humanoides, cada uno de unos tres metros de alto.  Este incidente se encuentra registrado en un libro publicado en Nueva York en 1925, titulado ‘Cualquier cosa puede ocurrir’.

Varios años después, tuvo lugar un incidente mucho más siniestro en la Unión Soviética.  En la revista ‘Anomaliya’, edición 4 de 1992, apareció un artículo escrito por Mark Shteynberg, un veterano soviético de la guerra de Afganistán.  Es autor de varios libros, y un experto militar en Rusia, quien reside en Estados Unidos.  En el verano de 1982, Shteynberg, junto con el teniente coronel Gennady Zverev, condujeron activamente un entrenamiento de reconocimiento con buzos, con hombres rana, en las regiones de Turquestán y Asia Central.  Estos entrenamientos se llevaron a cabo en el lago Issik Kul.

Durante sus entrenamientos militares, los buzos se encontraron con unos ‘nadadores misteriosos’, eran criaturas humanoides de casi tres metros de alto.  Llevaban puestos vestidos ajustados de color plata, a pesar de las temperaturas congelantes del agua.  Estos nadadores no tenían ningún equipo de buceo sólo unos cascos que les cubrían la cabeza.

El señor Shteynberg declaró que los comandos militares locales en Siberia decidieron capturar a una de las criaturas.  Con este propósito en mente se envió un grupo de siete buceadores.  Cuando los buzos trataron de atrapar a la criatura con una red, el entero grupo fue empujado por una fuerza misteriosa desde las aguas profundas hasta la superficie.  Como los equipos de buceo no permiten que los buzos asciendan a la superficie sin el debido proceso de descompresión, todos los miembros de la expedición se vieron aquejados de aeroembolismo.  El único tratamiento disponible consistía de confinamiento inmediato en cámaras de descompresión, pero sólo tenían una funcionando bien y no podía contener más de dos personas.

Dado lo desesperado de la situación, colocaron a cuatro hombres en la cámara, como resultado tres de ellos perecieron, incluyendo al jefe del grupo, y los demás quedaron completamente incapacitados.  Debido a esto, se dio una advertencia contra futuros intentos por capturar a los misteriosos ‘nadadores’».

Se tiene conocimiento de incidentes similares registrados en otros lagos de aguas profundas, en donde se han registrado fenómenos análogos y apariciones de criaturas submarinas, además de avistamientos de discos gigantescos y esferas que descienden a la profundidad de las aguas.

Otros incidentes

Por su parte, Jaime Maussan un reconocido investigador de Ovnis, de México, publicó información el 9 de septiembre de 2009, sobre el cuerpo de una criatura extraña que está siendo motivo de investigación en México.  El cuerpo fue encontrado en Metepec, México, en el año 2007, por el granjero Marao López, quien se dice que por varias horas trató de infructuosamente de ahogar la criatura.  Para aumentar el misterio con respecto a este grotesco ser, el granjero que la encontró apareció muerto en extrañas circunstancias, quemado dentro de un vehículo estacionado en la cuneta de una carretera cerca de su casa.

El señor Maussan asegura que el cuerpo ha sido identificado como algo real, muy parecido a la «Bestia de Elmendorf», que fuera el nombre que se le dio a una criatura culpable de varios ataques al ganado en Elmendorf, un pueblo en Texas.  Sin embargo, ninguna de las cuatro pruebas llevadas a cabo con su ADN han resultado concluyentes, ni han revelado ningún ADN conocido.  Anatómicamente, la criatura exhibe una combinación de estructuras similares a los de los seres humanos, tal como articulaciones, pero otras partes de su cuerpo sugieren un origen reptil.

En agosto de 2008, el periódico Newspaper Rock, de Canyonlands National Park, Utah, publicó la noticia del hallazgo de un petroglifo, de una gran roca, en la que estaban impresas las huellas de pies gigantescos, con seis dedos en cada uno.

El transhumanismo

Con la llegada del siglo XXI, a diario escuchamos nuevos términos y nuevas expresiones y una de ellas es «transhumanismo».  Transhumanismo es un movimiento radical, internacional, intelectual y cultural que apoya el uso de nuevas ciencias, tal como las modificaciones genéticas, para realzar las habilidades físicas y mentales, al igual que las aptitudes, a fin de que los humanos puedan ser finalmente transformados en seres con habilidades grandemente expandidas, hasta el punto de merecer que se les describa como «poshumanos».

Debido a esto, Brad Sherman un miembro del partido demócrata de California, director del Comité de Asuntos Exteriores de la Casa Blanca, mejor conocido como un experto en la propagación de armas nucleares y terrorismo, está en la actualidad, junto con un grupo de agencias especializadas, estudiando las implicaciones de las modificaciones genéticas y las tecnologías para transformar a los seres humanos, ya que existe la posibilidad de que surjan grupos de “terroristas transhumanos”, de terroristas modificados genéticamente con habilidades especiales.
El columnista Mark Stencel, escribió el 15 de marzo de 2009, un artículo titulado «Genes sin Fronteras», que más bien parecía el argumento para una película de ciencia-ficción de Hollywood, que una discusión científica real, debatiendo el potencial biotecnológico para crear súper soldados, súper inteligentes y súper animales, que podrían convertirse en agentes de una fuerza letal sin precedentes.

George Annas, profesor y presidente del Departamento de Salud, Bioética y Derechos Humanos, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston; Lori Andrews una distinguida profesora de leyes de la Universidad Chicago-Kent y directora del Instituto para Ciencias, Leyes y Tecnología y Rosario Isasi una doctora, abogada en salud y derechos humanos, cuya investigación y trabajo está enfocado en la regulación de las tecnologías de la genética humana, fueron aún más apocalípticos en un artículo que publicaron en el American Journal of Law and Medicine, titulado Protegiendo la especie humana en peligro: En busca de un tratado internacional que prohíba la clonación y las alteraciones hereditarias.

Ellos decían en parte: «Las nuevas especies o poshumanos, muy probablemente verán a los seres humanos normales, como inferiores, incluso como salvajes, aptos para ser esclavizados o asesinados.  Por otra parte, las personas normales, podrían ver a los poshumanos como una amenaza, y de poder hasta maquinarían un ataque preventivo para asesinarlos, antes de que ellos traten de esclavizarlos.  Es este potencial predecible para genocidio, lo que convierte a la ingeniería genética en un instrumento potencial de bioterrorismo».

Son las observaciones de científicos tan reconocidos como Annas, Andrews, e Isasi, las que hacen que uno se pregunte, si acaso no será esta la razón para que los siervos del Anticristo actúen con tanta brutalidad y falta de compasión y destruyan a todos esos que rehúsen recibir la marca de la bestia.

También uno se pregunta, si no se daría el caso, de que los científicos o las agencias especializadas se inspiren en esto y se dispongan a crear monstruos como muchos de los que aparecen en la trilogía de El señor de los anillos, o súper soldados como Frankenstein.  Hoy no sólo se visualiza inyectar a jóvenes de ambos sexos con hormonas, implantarle microchips y electrodos en sus cuerpos para controlar sus órganos internos y funciones cerebrales, y administrarle drogas que amortigüen algunas de sus tendencias normales humanas, tal como la necesidad de dormir, el miedo a la muerte y la repugnancia a matar a otros seres humanos, sino que tal como dijo el periodista experto en política Chris Floyd, en un artículo para CounterPunch: «Algunas de las investigaciones que se están llevando a cabo ahora mismo, involucran la alteración del código genético de los soldados, mediante la modificación de porciones del ADN, a fin de modelar un nuevo tipo de especímenes humanos, uno que funcione como una máquina, que mate incansablemente por días y noches... Mutaciones que revolucionarán el orden contemporáneo de las batallas y garantizarán el ‘dominio operacional’ a través del entero rango del potencial militar».

Al pensar en todo esto, quienes estudian las profecías se plantean la posibilidad, de... ¿Qué pasaría si tales científicos descubrieran restos de Nefilims con el ADN intacto, y el gobierno de alguna forma estuviera dispuesto a clonar o a entremezclar este ADN con el humano, para crear de alguna forma el homo-nefilim?

Si aceptamos la historia bíblica de los Nefilims como real, es posible que algún día tenga lugar tal descubrimiento, o que tal vez ya sea una realidad.  Podrían encontrar restos de Nefilims relativamente recientes y tratar de sacarle muestras y así hacer una mezcla humana con gigantes bíblicos.  Ya existe la tecnología para traer a la vida especies que se extinguieron.  Ya se están estudiando los métodos para clonar tigres de Tasmania, mamuts lanudos y otras criaturas extinguidas.

La revista National Geographic de mayo de 2009, también confirmó esta posibilidad en un artículo titulado Receta para una resurrección. En este artículo se cita a Hendrik Poinar de la Universidad de McMaster, en Ontario, Canadá, una autoridad en ADN antiguo, que sirviera como científico consultante para la película Parque Jurásico, y quien dijo: «Me reí cuando Steven Spielberg dijo que clonar animales extintos era inevitable.  Pero ya no me río más... Esto va a ocurrir, es sólo cosa de trabajar con los detalles».

El señor Thomas Horn se pregunta: «Pero... ¿Conllevará esta misma tecnología a la resurrección de la deidad pagana Apolo, o lo que es lo mismo Osiris o Nimrod, quien regresará para gobernar el ‘Novus Order Seclorum’?».

Y continúa diciendo el señor Horn: «Los restos del cuerpo de esta ‘deidad’ podrían encontrarse en una tumba en Giza… o tal vez en Washington, DC… o en un ‘sarcófago sagrado’, tal como el ex presidente norteamericano Henry Wallace le dijo en una carta al escritor, científico e investigador ruso Nicholas Roerich.  Este ataúd es considerado en los círculos esotéricos como el ‘sarcófago de Osiris’.  Si es así, es concebible que se planee revivir el tejido de este ser, haciendo uso de la biotecnología.

Las personas que no están familiarizadas con la escatología bíblica podrían encontrar esta idea como algo fantástico, pero lo interesante es que la Biblia dice que el Anticristo morirá y luego de alguna manera que no podemos explicar, resucitará.  Eso es exactamente lo que parece implicar Apocalipsis 17:8, cuando dice: ‘La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será’.

Conforme la biotecnología y la biología sintética avanzan hasta el grado que ahora podemos anticipar realísticamente, el que se revivan especies que han desaparecido por largo tiempo, algunos estudiosos creen que existe la posibilidad de que el “Hombre de pecado”de hecho sea el retorno de Apolión, o lo que es lo mismo de Osiris o Nimrod.
Yo de ninguna manera estoy diciendo que esto será así, sino que conforme nos aproximamos a los últimos días, este es el tema que domina el pensamiento de los estudiosos hoy: de que la aparición del Anticristo es algo inminente.

A lo largo de los años, eruditos bíblicos como Gary Stearman han escrito extensamente sobre Nimrod y su conexión con Apolo u Osiris, y la asociación de esta figura histórica con la religión misteriosa de Babilonia, los Vigilantes y los Nefilims, incluyendo su regreso y el retorno al paganismo.

Alexander Hislop en su libro clásico Las dos Babilonias, también apoya la tesis del señor Stearman, de que la religión misteriosa de Babilonia se basaba en la adoración de Nimrod.
La biotecnología podría servir para crear versiones de semidioses y animales mitológicos, los cuales también podrían desempeñar un papel importante en el reino del Anticristo.  Vemos que el libro de Apocalipsis habla de criaturas extrañas, que hoy gracias a la biotecnología podrían ser criaturas reales.  Leemos por ejemplo que dice: “El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses... Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre.  Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre... Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban” (Ap. 9:7-10, 17, 19).

Según algunos teólogos, esto fue lo mismo que ocurrió durante el diluvio, que el ADN de los Nefilims se entremezcló con el de los seres humanos y de los animales, y será lo mismo que ocurrirá en los últimos días, con todas estas alteraciones que ya se están llevando a cabo en el código genético.  Ellos creen que se tratará de crear una generación de seres alterados genéticamente en preparación para el Armagedón.

Este ha sido el espíritu del Anticristo, y era la meta de Adolfo Hitler, un tipo del Anticristo, quien ambicionaba crear una raza superior.  El teólogo inglés George Hawkins Pember, estaba de acuerdo con esta premisa, y en su obra maestra publicada en 1876 Las primeras edades de la Tierra, analizó la profecía del Señor Jesucristo que dice, que los últimos días serían “como los días de Noé”.

Pember detalló las siete grandes causas de la destrucción del diluvio y al documentar su desarrollo, dijo: «La séptima señal y la más aterradora, será la aparición de los ‘Nefilims’, la llegada sobre la tierra de principados, potestades, de gobernadores de las tinieblas, huestes espirituales de maldad en las regiones celestes, quienes volverán a entremezclarse con la raza humana».

Dado todo lo que dijeron los profetas de la Biblia, acerca del día cuando los Nefilims regresarán a la tierra para hacer la guerra en contra de Dios, es muy perturbador pensar, en que por primera vez desde el tiempo del diluvio, el hombre cuenta con los medios para repetir intencionalmente lo que dicen los registros antiguos que hicieron los Vigilantes.  El ritmo acelerado de la exploración científica en contra del orden divino de Dios, el transhumanismo, el renacimiento de la tecnología subsecuente para alterar el orden natural instituido por el Creador, sin duda alguna nos está acercando cada vez hasta los acontecimientos finales.

Las setenta generaciones de Enoc

Enoc era el hijo de Jared y padre de Matusalén, y bisabuelo de Noé.  Sus escritos proveen el relato más detallado de la caída de los «Vigilantes», los ángeles que fueron los padres de los infames Nefilims.  Aunque el libro de Enoc no está incluido en la Biblia, se le menciona en el Nuevo Testamento, en los versículos 14 y 15 de la epístola de Judas, donde se citan sus profecías, también en el Antiguo Testamento.

Cuando se descubrieron los Rollos del mar Muerto, se encontraron fragmentos del libro de Enoc, lo que ayudó a los eruditos a verificar su antigüedad, al mismo tiempo que a corroborar que los antiguos consideraban este texto como inspirado.  Muchos de los padres de la iglesia también estimaban el libro de Enoc como sagrado, entre ellos Tertuliano, el mártir Justino, Irineo, Orígenes y Clemente de Alejandría.  Este es un hecho importante, porque si Enoc verdaderamente fue un profeta, entonces deberíamos tener en cuenta sus palabras, porque su libro es el texto que más habla del pronto retorno de los Nefilims.

En el capítulo 10, segunda parte del versículo 12 del libro de Enoc dice, que los Vigilantes que fueron juzgados durante el diluvio, estarían «...Encadenados durante setenta generaciones en los valles de la tierra hasta el gran día de su juicio». Y dice el versículo 13 a continuación, que «En esos días se les llevará al abismo de fuego, a los tormentos y al encierro en la prisión eterna».

Luego en el capítulo 15, Enoc escribe sobre la descendencia muerta de los Vigilantes, los gigantes o Nefilims, e implica que son liberados en el mismo tiempo, para traer muerte y destrucción sobre los hombres: «Los espíritus malos proceden de sus cuerpos, porque han nacido de humanos y de los santos Vigilantes... Y los espíritus de los gigantes, de los Nefilim, que afligen, oprimen, invaden, combaten y destruyen sobre la tierra y causan penalidades... Estos espíritus se levantarán contra los hijos de los hombres y contra las mujeres porque de ellos proceden» (Enoc 15:9a, 11a, 12).

Esta profecía en particular, es similar a otras en la Biblia que indican que en un día futuro, los Vigilantes se levantarán para juicio, mientras que su descendencia surgirá desde las profundidades de la tierra para causar caos en el planeta.  Según Enoc, este evento sin paralelo está programado para ocurrir, luego que hayan transcurrido setenta generaciones desde el tiempo del diluvio.
Aunque los eruditos tradicionalmente ubican el tiempo del gran diluvio entre los años 2500 al 2300 A.C., las dataciones modernas llevadas a cabo por algunos investigadores, estiman que bien pudo ocurrir entre los años 2800 al 2900 A.C.  Esta es la fecha aproximada dada por el grupo conocido como Holocene Impact Working Group, integrado por científicos de Estados Unidos, Rusia, Australia, Francia e Irlanda, quienes sostienen la hipótesis, que el gran diluvio es el resultado de un gran cometa que impactó el océano Índico entre los años 2800 al 2900 A.C., lo que ocasionó un tsunami gigantesco.

Dice Salmos 90:10a: “Los días de nuestra edad son setenta años...” En otras palabras, bíblicamente una generación son setenta años.  Si contamos las setenta generaciones de Enoc, encontramos que setenta por setenta, equivale a cuatro mil novecientos años, siguiendo al diluvio.  Si el diluvio tuvo lugar entre los años 2800 y 2900 A.C., esto trae el retorno de los Nefilims a la hora inmediata.  En otras palabras, si esta fecha es correcta, la humanidad se encuentra ahora en el umbral, de que los Vigilantes salgan de sus prisiones subterráneas y sean arrojados al abismo de fuego.

Ahora, yo no estoy asegurando que la nueva fecha determinada por los científicos para el diluvio de Noé sea correcta, o que las teorías del señor Thomas Horn y de otros estudiosos de las profecías sean correctas, pero lo que sí es obvio, es que ya se proyecta en el horizonte el día en que el Anticristo, el hombre de pecado, el hijo de perdición hará su presencia manifiesta en la tierra: “Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.  Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.  Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia” (2 Ts. 2:7-12).

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