Los refugiados palestinos
- Fecha de publicación: Domingo, 29 Noviembre -0001, 20:09 horas
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Cuánto sabe usted acerca de los problemas de los palestinos e israelíes en el Medio Oriente? Aquí tiene un pequeño vistazo del problema real, no de lo que seguramente escucha y lee en las noticias. Notará que cuando los criminales “palestinos” no pudieron hallar hogar en Jordania, en Siria ni en ningún otro país, se hicieron los desplazados y echaron la culpa a Israel.
El término «refugiados palestinos» se refiere a la población de exiliados de origen palestino que dejó sus hogares tradicionales tras la guerra árabe-israelí de 1948 y durante el proceso del conflicto árabe-israelí. Los palestinos que quedaron dentro del estado de Israel adquirieron la ciudadanía israelí y son oficialmente árabe-israelíes, mientras que aquellos que fueron exiliados de sus tierras pero habitan dentro de los “Territorios Palestinos”, gobernados por la Autoridad Nacional Palestina, son oficialmente desplazados, según las definiciones de la Organización de Naciones Unidas.
La Organización de Liberación Palestina (OLP) fue creada por la Liga Árabe en 1964 y sus objetivos declarados eran la destrucción del estado de Israel mediante la “lucha armada” la que inicialmente era controlada por la mayor parte del gobierno egipcio. La carta orgánica original de la OLP llamaba abiertamente por la aniquilación de Israel, así como el retorno de los refugiados palestinos y la autodeterminación de los árabes palestinos, que en ese momento se encontraban bajo la ocupación jordana y egipcia de los territorios de Cisjordania y la Franja de Gaza respectivamente.
Los refugiados palestinos son políticamente regidos por la Autoridad Nacional Palestina y la OLP, sin embargo, el tema sobre su derecho a regresar es uno de los principales motivos de discordia para el logro de la paz entre palestinos e israelíes. Estos refugiados han sufrido en muchos casos severos problemas sociales y crisis humanitarias viviendo en condiciones miserables en muchos países anfitriones árabes, en donde generalmente ocupan empleos de baja calidad y poca remuneración.
A causa de sus actividades ilegales en Jordania, en la década de 1960 se creó un conflicto entre la OLP y el rey Hussein de Jordania. Las facciones de la OLP, usaban el territorio cercano a la frontera entre Jordania e Israel para construir bases guerrilleras y entrenar a sus soldados. Como los guerrilleros palestinos no respetaban las leyes del rey, empezaron a enfrentarse con las Fuerzas Armadas Reales de Jordania en confrontaciones pequeñas. Además en algunas regiones de Jordania regían las leyes palestinas y el rey no ejercía control, fue así como se propagó la idea de que Yasser Arafat, el dirigente de la OLP, intentaría derrocar al rey Hussein y establecer en Jordania un gobierno palestino como un primer paso para reconquistar Palestina, cundiendo así el pánico en el palacio real en Ammán.
Los secuestros de vuelos internacionales realizados por el Frente Popular de Liberación Palestina el 6 de septiembre de 1969 enojaron y humillaron al rey jordano, quien sentía que perdía el control de su propio reino. Por ello, decidió atacar antes que lo atacaran primero. El 15 de septiembre de 1970 sus fuerzas avanzaron contra las bases de la OLP en todo el país asesinando a miles de guerrilleros de todas las facciones y a ciudadanos palestinos en los campos de refugiados. Las estimaciones de las muertes fluctúan entre tres mil a treinta mil víctimas mortales. El hecho fue bautizado como Septiembre Negro por parte de los palestinos.
El 18 de septiembre durante la crisis, Siria trató de intervenir en favor de los guerrilleros palestinos. Su intervención era sólo para protegerlos de una masacre. Enviaron fuerzas armadas bajo el mando de la rama siria del Ejército de Liberación de Palestina, cuya sede se encontraba en Damasco, y que estaba controlada por el gobierno, siendo recibidos por la brigada de blindados del ejército jordano.
Ante la intromisión de Siria, el rey Hussein de Jordania le pidió a Estados Unidos y Gran Bretaña que intervinieran en la guerra, hasta le dijo a los gobernantes de Estados Unidos que de hecho atacaran a Siria. Algunas transcripciones de los comunicados diplomáticos muestran incluso, que Hussein solicitó la intervención israelí contra Siria, rogando que lo ayudaran en todo lo posible.
El 21 de septiembre la quinta división de Siria rompió las defensas de la Brigada Acorazada jordana, y la hizo retroceder hasta la encrucijada ar-Ramtha, mientras el rey Hussein estaba aterrado. El 22 de septiembre la fuerza aérea real jordana comenzó a atacar a las fuerzas sirias, las que quedaron muy diezmadas a causa de esto. Los ataques aéreos constantes terminaron por quebrantar la voluntad de los sirios y en la tarde del 22 de septiembre la quinta división comenzó a retirarse.
El caso fue, que la rápida retirada de los sirios fue un severo golpe para las esperanzas de los palestinos. Las fuerzas armadas jordanas de manera consistente atacaron las sedes de los palestinos en Ammán y amenazaron con seguir haciendo lo mismo en otras regiones en el reino. Finalmente los palestinos estuvieron de acuerdo en hacer un alto al fuego. Hussein y Arafat atendieron a una reunión de los líderes árabes en el Cairo, en donde Arafat obtuvo una victoria diplomática. El 27 de septiembre de 1970, Hussein fue obligado a firmar un acuerdo en el que se comprometió a preservar el derecho de las organizaciones palestinas que operaban en Jordania, lo cual constituyó una humillación, ya que en él se consideraba a ambos lados del conflicto como iguales.
Hagamos un poco de estudio sobre este conflicto basándonos en la Palabra de Dios. Cualquiera sea el caso de los llamados palestinos, es bueno que miremos, no tanto a los enemigos de Israel, sino a lo que dice la Palabra de Dios. Porque bien sabemos que finalmente se cumplirá lo que el Juez de toda la tierra ha determinado.
El no consultará con las Naciones Unidas, con las autoridades árabes, con el consejo de seguridad, ni buscará votos de los gobernantes del mundo. El ya dijo la última palabra sobre la cuestión Israel y su futuro eterno.
1. En primer lugar los Israelitas no escogieron la tierra cuya mínima parte ahora habitan, la tierra de Canaán, sino que les fue dada por Dios. Dios es el dueño del título de propiedad de todo cuanto él entregó a Israel. Sean palestinos, sean otros árabes, musulmanes, vaticanos o quien quiera, tendrán que enfrentarse a Dios mismo cuando intenten desalojar a Israel de su tierra.
2. Jerusalén llegará a ser la ciudad del mundo que hará temblar a todas las naciones, porque Dios la considera la capital de ese territorio dado a la descendencia de Abraham (Zac. 12:2, 3). Los primeros que se mencionan aquí son los que habitan alrededor de Judá. Jerusalén llegará a ser como piedra pesada a todos los pueblos (Zac. 12:3, 9). Mientras tanto, ¿qué estará sucediendo con los israelíes? (Zac. 12:10). Todos los israelíes que habiten su territorio, reconocerán a Jesús como su Mesías, Rey y Señor.
3. Quien busca destruir a Israel, “…toca a la niña de su ojo” (Zac. 2:8b). El Señor no trató, no está tratando ni tratará Sus asuntos con los políticos, ni buscará “aliados para su partido”.
4. Los judíos serán buscados por muchas naciones del mundo, porque todos sus enemigos se darán cuenta de que Dios estará con ellos (Zac. 8:20-23).
5. ¿A qué otro pueblo dirige Dios palabras como las que dirige a Israel? (Sof. 3:13-20).
Mientras el Señor está observando lo que ocurre en todo el planeta, lo que ocurre con Su pueblo Israel, el odio y la determinación de exterminarlos, ¿cuál es su actitud? ¡El se ríe de la locura de quienes se sienten dueños de Su propiedad! (Sal. 2:1-6). ¿Es injusto Dios al valerse de Su omnipotencia y destruir a sus criaturas? No, no lo es, porque El nunca hace algo sin advertir al mundo de lo que les ocurrirá si lo ignoran (Am. 3:7, 8).
¿Sabe usted quién es el dueño de la tierra que hoy ocupa Israel y mucho de lo que les fue arrebatado? Dios dice: “…Porque la tierra mía es…” (Lv. 25:23).
El hombre, los gobiernos, la ONU, etc., pueden robarle a sus semejantes y votar quien sabe cuántas resoluciones cuando se trata de Israel, pero la última palabra la tiene Dios mismo. ¡Cuán importante es que recordemos esto y que intercedamos por Israel para que no teman y sigan confiando en Aquel que los colocó en ese territorio!