Apocalipsis
- Fecha de publicación: Martes, 11 Diciembre 2007, 20:51 horas
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La Iglesia de Jesucristo fue fundada sobre el testimonio de su deidad personal. El propio Jesús dijo: "... Y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (Mateo 16:18). El Señor podía hablar proféticamente del destino futuro de la Iglesia porque iba a encargarse personalmente de protegerla,
ya que él mismo la había establecido. En ningún otro lugar podemos ver esto más claramente que en la visión celestial de Juan, en la que retrata al Señor Jesucristo brillando en medio de los siete candeleros de oro, los que representan las siete iglesias.
Los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis abarcan el mensaje que le diera Cristo a las siete iglesias de Asia y se extiende hasta las iglesias que vendrían después. La condenación del Señor, su consejo y desafío son tan vitales hoy, como el día en que fueron escritos.
La Iglesia de Efeso - La Apostólica
Se extendió desde el año 30 hasta el 100 de la era cristiana
"Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios" (Apocalipsis 2:1-7).
Los eruditos bíblicos consideran a Efeso como una de las iglesias mejores y más grandes en los tiempos del Nuevo Testamento. Fue iniciada por el Apóstol Pablo a la conclusión de su segunda jornada misionera. "Y llegó a Efeso, y los dejó allí; y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos, los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo; mas no accedió" (Hechos 18:19,20). Se encontraba localizada en una ciudad perversa entregada a la adoración de la diosa Diana. El templo de Diana situado al nordeste de la ciudad, era considerado una de las siete maravillas de la antigüedad. Fue concluido a principios del siglo III antes de Cristo y le daba renombre a Efeso, la que se jactaba de ser "guardiana del templo de la gran diosa Diana" (Hechos 19:35).
Fueron impresionantes la superstición y el ocultismo que florecieron a la sombra del culto a esta diosa, cuyas características eran semejantes a las de la diosa oriental de la fertilidad. Pablo visitó esta ciudad dos veces, a finales de su segundo viaje misionero, cuando iba de prisa hacia Jerusalén. "Y llegó a Efeso, y los dejó allí; y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos, los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo; mas no accedió, sino que se despidió de ellos, diciendo: Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene; pero otra vez volveré a vosotros, si Dios quiere. Y zarpó de Efeso" (Hechos 18:19-21). Asimismo durante su tercer viaje: "Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso..." (Hechos 19:1)
Había en Efeso una numerosa colonia judía donde Pablo y sus compañeros, Aquila y Priscila, fueron bien acogidos al llegar por primera vez. El apóstol deseaba estar en Jerusalén para cierta fiesta y esto acortó su visita, pero sus compañeros permanecieron allí. Sin duda, fundaron la iglesia ayudados por Apolos. "Llegó entonces a Efeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. Éste había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios" (Hechos 18:24-26).
La segunda visita de Pablo duró tres años, pero esta vez la situación fue diferente. Al principio, los judíos lo recibieron bien, pero después de predicar tres meses en la sinagoga surgió la oposición. "Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno" (Hechos 19:8,9).
Pablo llevó a cabo allí una obra extensa, ayudado por convertidos como Tíquico, Epafras y Filemón. Su ministerio estuvo acompañado por "milagros extraordinarios" (Hechos 19:11). Fueron tantos los convertidos, que los fabricantes de ídolos vieron en peligro su negocio y provocaron un tremendo alboroto. "Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino. Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices; a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza; pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios! Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron" (Hechos 19:23-30).
Efeso o el Período Apostólico
De las siete iglesias mencionadas en los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis, esta es la única en la que se hace referencia a los apóstoles. Esto porta el pensamiento de que el mensaje de Cristo a la iglesia de Efeso, no sólo fue dirigido a una congregación local, sino a la iglesia del primer siglo, usualmente conocida como la iglesia primitiva o apostólica. Esto abarcó el período de tiempo desde el día de Pentecostés en el año 30 de la era cristiana hasta el 100.
El nombre Efeso significa "deseado" y esta era la más deseable de todas las iglesias. Se caracterizaba por un evangelismo ferviente. Una de las principales razones para esto fue el gran porcentaje de convertidos judíos que la integraban. La Iglesia de Jesucristo le debe mucho a los judíos, a quienes estamos en deuda por la Biblia y nuestro Salvador Jesucristo. El éxito de esta iglesia primitiva se debía en gran manera a la preponderancia del liderazgo judío y a su creencia contagiosa de que Jesús podía regresar mientras ellos aún estaban vivos.
Hay fuerte indicación de la Escritura de que la iglesia primitiva predicó el Evangelio alrededor del mundo. Romanos 10:18 nos dice: "Pero digo: ¿No han oído? Antes bien, por toda la tierra ha salido la voz de ellos, y hasta los fines de la tierra sus palabras". Romanos 16:26 relata que el Evangelio "... ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe". Dios asegura por medio del Apóstol Pablo en Colosenses 1:6 al referirse al Evangelio, "Que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros..." Y continúa diciendo Pablo en Colosenses 1:23, que "si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro".
Al reunir estos cuatro pasajes de la Escritura encontramos que antes que se hubiera completado el canon de la Escritura, la iglesia primitiva llevó a cabo la propagación más grande del Evangelio gracias a la predicación de cristianos judíos. De hecho, incluso con nuestros medios modernos de comunicación, como radio, televisión, computadoras, internet y demás, no podemos igualar el éxito evangelístico de ellos. Es interesante notar que la apostasía y la indiferencia son características de la Iglesia de Jesucristo bajo la administración de los gentiles, mientras que el evangelismo fue una característica del liderazgo judío. Esto lo corrobora la verdad profética encontrada en el capítulo 7 de Apocalipsis, de que el único tiempo en que el Evangelio será proclamado alrededor del mundo, será una vez más bajo el liderazgo judío, cuando los 144.000 judíos cristianos predicarán el Evangelio y ganarán a "una gran multitud, la cual nadie pod[rá] contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas..." (Apocalipsis 7:9).
La recomendación de Cristo
Quien habla en Apocalipsis 2:1-7, claro está que es el Señor Jesucristo, a quien Juan describe como si caminara en medio de siete candeleros de oro. Esto indica que Cristo y su poder siempre han estado disponibles a la Iglesia. De tal manera que es el cumplimiento de sus palabras en Mateo 28:20, "Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén".
Cristo alabó a esta iglesia por sus obras fieles y servicio cristiano. "Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia..." Para cualquier hijo de Dios el servicio a Cristo es una gozosa labor de amor, aunque es un trabajo. Cristo mantiene un registro de todo este servicio fiel, como dice en Mateo 10:42, "Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa". Ningún servicio es demasiado pequeño para que pase inadvertido a nuestro Salvador. El doctor M. R. DeHaan, un gran maestro de las profecías bíblicas, en una ocasión declaró: "Recibir a Cristo no cuesta nada, seguirlo cuesta algo, pero servirlo significa todo". El Señor Jesucristo dijo: "El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará" (Mateo 10:39).
Cada cristiano debería tener una comprensión absoluta de Efesios 2:8-10 que dice: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Efesios 2:8-10). Estamos familiarizados con el principio de salvación por gracia mediante la fe, pero pocos entienden que después de ser salvos debemos tener buenas obras, las que "Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas".
El elogio de Cristo - Una iglesia separada
La palabra para "iglesia", en griego es "Ekklesia" que significa "fuera de", "llamamiento". La Iglesia verdadera, es una iglesia que está en el mundo, pero que no es parte de él. "Que no puedes soportar a los malos..." Una de las cosas que caracterizó a esta iglesia primitiva, pero no a todas, fue su rechazo a tener compañerismo con los malos, con esos que llamándose cristianos "causa[ban] divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que... hab[ían] aprendido" (Romanos 16:17). La disciplina en la Iglesia es algo de lo cual no se escucha hablar hoy. La iglesia primitiva la practicaba, asimismo la iglesia de hoy que verdaderamente está llena del Espíritu Santo.
Una iglesia pura
"Yo [sé que]... has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos". Satanás comenzó a sembrar cizaña en el campo de trigo del Señor inmediatamente después del día de Pentecostés. Alguna de esta cizaña se disfrazó como apóstoles e iban engañando a las congregaciones abusando de su inocencia, porque no tenían una copia escrita de la Biblia. Claro está, Dios es fiel y esas iglesias que verdaderamente miraban a él y probaron a los falsos apóstoles para ver si eran de Dios, no fueron engañadas. La iglesia de Efeso fue una de esas que no se dejó arrastrar por los apóstoles falsos.
La Iglesia actual de Jesucristo necesita escuchar ese mensaje, porque hay muchos apóstoles falsos disfrazados como siervos de Jesucristo cuando en realidad son enemigos de la Cruz, sólo buscando su propia ganancia personal. El ecumenismo mundial tiene prácticamente fascinados a muchos líderes de la iglesia, y ha ido aislando a la Iglesia verdadera. Podemos esperar que esta tendencia continúe con creciente ferocidad hasta que venga el Señor. Hoy tenemos todo el derecho de probar a las personas para ver si son de Dios. Si sus enseñanzas no son consistentes con su fidelidad a la Palabra de Dios, hay que rechazarlos. Ya que el diablo se vale de la semántica tenemos que examinar lo que en realidad quieren decir con las palabras que emplean, al igual qué significan las propias palabras.
Una iglesia paciente
"... Has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado". La estructura de estas palabras indican claramente que la iglesia de Efeso era constante, que soportó y sufrió con paciencia durante toda su historia, que propagó el mensaje del Evangelio de Cristo sin desmayar, con valor. El entero elogio es un tributo a su fidelidad como una iglesia piadosa.
Una iglesia autónoma
"Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco". La palabra nicolaítas se deriva del griego "niko" que denota "conquistar, derrocar" y "laos" que significa "personas laicas". Parece que en los primeros días de la iglesia los seguidores de Nicolás sostenían dos puntos de vista heréticos muy serios:
Practicaban la sensualidad al separar por completo la naturaleza física y espiritual del hombre, otorgándose a sí mismos licencia para pecar.
Trataron de establecer un orden eclesiástico. Esta última herejía es conocida como "nicolaitinismo".
Evidentemente trataron de nombrar obispos, arzobispos, cardenales y papas. Esta es una idea que no concuerda con la Escritura y que hace que la iglesia local llegue a estar esclavizada por un grupo, por un puñado de hombres cuya vida espiritual puede determinar el éxito espiritual de la iglesia. Este verdaderamente es un principio peligroso, ya que cada ser humano depende de su relación con Jesucristo para mantener vitalidad espiritual. La otra cosa mala de esta práctica es que hace que la iglesia mire a las personas en busca de soluciones para sus problemas, en lugar de buscar la ayuda del Espíritu Santo. El Señor Jesucristo dijo antes de partir, "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir" (Juan 16:13).
Nicolaitinismo, que es sinónimo del clericalismo del día moderno, es un concepto sobre el cual dijo Jesucristo: "Las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco". Ojalá la Iglesia de Jesucristo pudiera aprender esta lección valiosa, de que no es por promoción, organización o administración, sino por el Espíritu del Señor. La más grande maldición del cristianismo moderno es el clericalismo. Cuando los seres humanos toman control del entrenamiento espiritual de otras personas y están en posición de dominarlos, su punto de vista teológico finalmente terminará por controlar esa iglesia.
La historia de la Iglesia de Jesucristo es un ciclo continuo de congregaciones autónomas amalgamándose en grandes convenciones o denominaciones de jerarquías eclesiásticas que finalmente se tornaron apóstatas. Esto en ocasiones causa el rompimiento de los grupos minoritarios que buscan sinceramente seguir las Escrituras y ser autónomos, dependiendo únicamente del Espíritu Santo. Evidentemente la iglesia de Efeso y la iglesia apostólica primitiva pudieron enfrentarse a los nicolaítas que fueron más tardes aceptados por la iglesia de Pérgamo.
La condenación de Cristo
Cristo sólo tuvo una condenación contra esta iglesia, pero fue realmente muy seria: "Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor". A pesar de tener básicamente fe, inconscientemente sucumbieron a la tendencia natural de permitir que la experiencia tan maravillosa de la salvación se convirtiera en algo común y corriente. Para el tiempo en que fuera dado este mensaje, ya la generación de los apóstoles había pasado con excepción del Apóstol Juan. Sus hijos ocupaban su lugar. Aunque los efesios amaban al Señor habían perdido esa chispa espontánea que encendiera al principio el amor por él. Esto podemos verlo ilustrado muchas veces en la experiencia humana entre los matrimonios, los que caen en un terreno peligroso cuando el esposo y la esposa comienzan a no prestarse la debida atención el uno hacia el otro. El amor encendido que experimentaron durante la luna de miel se va apagando y la vida de casados se convierte en una rutina. Si esto es devastador para el matrimonio, es mucho peor en nuestra relación con Cristo como cristianos o como iglesia.
Debemos mantener durante toda la vida, la maravillosa experiencia que tuvimos con Jesucristo al momento de la conversión, en sumisión al Espíritu Santo. La vida de la mayoría de los cristianos consiste de una primera experiencia de amor, que luego se convierte en una rutina. Durante este último período terminan aceptando como algo natural la maravillosa gracia de Dios y la gloriosa experiencia de ser una nueva creación en Cristo Jesús.
El consejo de Cristo
El Cristo de las iglesias le aconseja a la iglesia de Efeso que haga estas tres cosas:
Cristo amonesta severamente a los creyentes de Efeso para que recuerden su fidelidad en los primeros años, y les insta para que hagan un inventario de su vida espiritual. "Recuerda, por tanto, de dónde has caído..." Esto mismo es una necesidad urgente para la iglesia del siglo XXI.
"Arrepiéntete". Debían transformar su frialdad e indiferencia en una relación vital con Cristo.
"Haz las primeras obras". Esto completa el consejo de Cristo y permanece como una prueba del amor de ellos. El Señor Jesucristo dijo: "Por sus frutos los conoceréis..." (Mateo 7:16), eso mismo aplica hoy a las iglesias y a los cristianos individualmente. Esos que verdaderamente aman al Señor le obedecen de corazón. El propio Señor Jesucristo dijo: "Si me amáis, guardad mis mandamientos" (Juan 14:15). Los hijos de Dios que tienen una excusa para su falta de consagración, demuestran con su conducta que en realidad no aman al Señor Jesucristo con todo su corazón, con toda su alma y con toda su mente. Los cristianos que no están dispuestos a poner sus talentos y aptitudes a los pies de Cristo Jesús tienen un grave problema - que no aman al Señor lo suficiente. Se puede concluir con seguridad que si amamos a Cristo como debemos, nuestra labor para él no será pesada, ni de ninguna manera un sacrificio.
El reto para el cristiano
El reto de Cristo para la iglesia de Efeso abarca dos puntos: "El que tiene oído, oiga..." y "Al que venciere...". Esta expresión "El que tiene oídos para oír, oiga"
aparece muchas veces en las parábolas del Señor Jesucristo. La declaración aplica a tres clases de individuos:
A los sordos. Esto claro está, no se refiere a oídos físicos, porque casi todos podemos oír. Obviamente tiene que ver con esos que no han experimentado el nuevo nacimiento y están sordos a la voz del Espíritu Santo. Consecuentemente no pueden escuchar la voz de Dios.
A los que tienen los oídos embotados. No todos los cristianos que han nacido de nuevo escuchan la voz de Dios cuando les habla. El Señor le dijo a los cristianos hebreos, que se habían "hecho tardos para oír" (Hebreos 5:11). Esta es una referencia a esos cristianos que están en rebelión en contra del gobierno del Espíritu Santo en sus vidas - una condición muy peligrosa para vivir.
A esos cristianos que están dispuestos espiritualmente para escuchar lo que el Espíritu le dice a las iglesias. La prueba para quien escucha puede verse en su conducta, porque la Escritura enseña que debemos ser "hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores" (Santiago 1:22).
Vida eterna para los vencedores
"Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios". El árbol de la vida que comerán los vencedores, es sin lugar a dudas el árbol por el cual fueron expulsados Adán y Eva del paraíso después de que pecaron, para que no lo comieran. Este árbol ocupará un lugar prominente en el paraíso de Dios que aguarda a todos los que han depositado su confianza en él. "En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones" (Apocalipsis 22:2).
Sólo los vencedores comerán del árbol de la vida eterna, pero ¿quiénes son los vencedores? 1 Juan 5:4,5 nos ofrece la respuesta. "Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?". El vencer al mundo es la experiencia que tiene lugar en la vida de los individuos que depositan su fe en Jesucristo. No hay ninguna otra forma mediante la cual un hombre o una mujer puedan ser vencedores.
Las personas en la edad de la iglesia de Efeso hasta cierto punto podían tener una excusa por haber abandonado su primer amor, ya que no tenían la Biblia para leerla diariamente y así mantener viva su vida espiritual, sin embargo nosotros no tenemos excusa. Así que como creyentes lo mejor que podemos hacer es retener nuestro primer amor, para que "La palabra de Cristo more en abundancia en [n]osotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales" (Colosenses 3:16).
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La iglesia de Esmirna - La perseguida
Se extendió desde el año 100 hasta el 312 de la era cristiana
"Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás. No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte" (Apocalipsis 2:8-11).
La congregación en Esmirna era una iglesia perseguida en una ciudad rica que tenía poco tiempo para los cristianos. La propia ciudad, fundada unos tres siglos antes de Cristo, fue un logro bien planeado de Alejandro el Grande. Era el centro comercial de Asia Menor y se encontraba en la ruta comercial directa de India y Persia a Roma. La gran cantidad de monedas encontradas por los arqueólogos en la ciudad, indican claramente que era una población rica. El segmento judío de la población parece que era irreligioso y negligente en las cosas espirituales. Son muy pocos los detalles específicos que se conocen respecto a la historia de la iglesia en Esmirna, aparte de los que nos ofrece la Escritura en el libro de Apocalipsis. Sin embargo, se puede decir con seguridad que fue la iglesia más fiel al enfrentar la persecución. Por este relato, las características conocidas de la iglesia de Esmirna indican que ante el Tribunal de Cristo se revelará como una de las congregaciones más destacadas en la historia de la iglesia.
El período de Esmirna es probablemente el tiempo más grande de persecución que la iglesia de Cristo haya conocido jamás. Satanás desató un ataque violento contra el cristianismo en un esfuerzo por aniquilarlo, ya que era evidente para él, que la iglesia apostólica, debido a su predicación fiel del Evangelio se había convertido en una seria amenaza para su impío imperio mundial. Esto puede verse fácilmente cuando se estudia la historia de la iglesia, porque Dios predominó y Satanás aprendió una lección valiosa: Entre más persiguió a los cristianos durante este período, más la iglesia vencía la característica condenatoria de la edad apostólica, la que abandonó su primer amor. El Señor Jesucristo no pronunció ni una sola palabra de condenación en contra de esta iglesia. Y Satanás aprendió un gran secreto, ¡qué la persecución no apaga la iglesia de Cristo! Consecuentemente esta edad concluyó con una disminución de la persecución. Satanás ahora se dispuso a hacer uso de la más efectiva de sus armas para debilitar la iglesia, la complacencia y la aprobación.
Principales persecuciones durante esta edad
Tal como profetizara el propio Señor Jesucristo en el versículo 10 cuando dijo que "tendr[ían] tribulación por diez días", esta edad de la iglesia soportó ocho de los diez períodos de persecución que tuvieron lugar bajo los emperadores romanos.
Nerón 54-68 después de Cristo Pablo decapitado y Pedro crucificado
Domiciano 81 al 96 Juan fue exiliado
Trojano 98 al 117 Ignacio fue quemado en la hoguera
Marco Aurelio 161 al 180 Asesinato del mártir Justino
Severo 193 al 211
Maximino 235 al 238
Decio 249 al 251
Valeriano 253 al 260
Aureliano 270 al 275
Dioclesiano 284 al 305
Diocleciano fue considerado el peor emperador en la historia de Roma y el más grande antagonista de la fe cristiana. Llevó a cabo el intento más violento por destruir la Biblia de la faz de la tierra. Bajo su liderazgo muchos ciudadanos romanos quemaron públicamente las Sagradas Escrituras.
Durante los siglos segundo y tercero, ésta era de la persecución vio a miles de cristianos que fueron llevados al anfiteatro de Roma para servir como alimento a los leones hambrientos mientras miles de espectadores aplaudían gozosos. Muchos fueron crucificados, otros cubiertos con pieles de animales y torturados hasta morir devorados por perros salvajes. Los cubrían con breas y los prendían como antorchas. Fueron hervidos en aceite y quemados en la hoguera, tal como Policarpo en la propia ciudad de Esmirna en el año 156 de nuestra era. Un historiador de la iglesia ha estimado que durante ese período, cinco millones de cristianos fueron martirizados por el testimonio de Jesucristo.
Una iglesia floreciente
La evidencia de la naturaleza sobrenatural de la Iglesia puede verse en el hecho, de que durante ese período de persecución, hubo el mayor número de creyentes en proporción a la población mundial. Además del establecimiento de iglesias en muchas partes del mundo, esta edad se distinguió por la producción de muchos manuscritos de las Sagradas Escrituras en diferentes idiomas. A principios de este período la Biblia fue traducida al siriaco, convirtiéndose en la Escritura oficial de las iglesias del oriente. Esta versión a su vez fue traducida también al árabe, persa y armenio. En el siglo segundo la Biblia fue traducida al latín en lo que se conoce como la Antigua Versión Latina, la que se convirtió en la Biblia de las iglesias de occidente por más de mil años y la que a su vez fue traducida a muchos idiomas diferentes.
Entre más las personas diseminaban las Escrituras y las usaban, incluso a pesar de la persecución, más crecía la iglesia en número, llegando a convertirse en un factor tan dominante en el imperio romano que el cristianismo fue establecido como la iglesia del estado por el emperador Constantino en el año 312 de la era cristiana. Sin embargo, el cese de la persecución fue el golpe maestro de Satanás y una gran tragedia para la iglesia. Esto podemos verlo en el próximo mensaje de Cristo a la iglesia de Pérgamo, la cual fue asimilada por el paganismo, perdió su fuego y recibió seria condenación de nuestro Señor.
El mensaje de Cristo a Esmirna
"El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto". Es interesante notar que Cristo comienza cada mensaje a las iglesias, rememorando la visión de sí mismo en el capítulo uno de Apocalipsis y mencionando una de las características de su naturaleza. Cuando se dirigió a la iglesia de Efeso, se refirió a sí mismo como "el que anda en medio de los siete candeleros de oro". Enfatizando con esto que provee fielmente para todas las iglesias. A Esmirna le hace hincapié de su naturaleza eterna - "El primero y el postrero"; su muerte por los pecados "el que estuvo muerto" y su resurrección - "Y el que viv[e], y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén" (Apocalipsis 1:18).
Una vez más vemos las características únicas del cristianismo en el hecho de que no adoramos a un hombre muerto, tal como los musulmanes, los budistas o los seguidores de Confucio, sino a un Cristo que está vivo. Debido a esto él puede obrar en favor de sus hijos en cualquier edad.
El elogio de Cristo
El mensaje a la iglesia de Esmirna es el más corto de todos. Sin embargo, una de las mayores alabanzas a esta iglesia es el hecho de que no la condena. La apología de Cristo destaca tres características de la iglesia: tribulación, pobreza y aflicción. El mensaje a la iglesia de Esmirna es el más corto de todos. Sin embargo, una de las mayores alabanzas a esta iglesia es el hecho de que no la condena. La apología de Cristo destaca tres características de la iglesia: tribulación, pobreza y aflicción.
Una iglesia perseguida - "Yo conozco tus obras, y tu tribulación". Esta fue una iglesia severamente perseguida. Como la palabra "obras" no aparece en el texto original, el énfasis aquí no es sobre la obra de fidelidad de la iglesia, que a no dudar fue mucha, sino en el hecho de que pasó por mucha persecución.
Una iglesia pobre - "Y tu pobreza (pero tú eres rico)". Los creyentes en Esmirna eran muy pobres en bienes materiales, a pesar de todo eran espiritualmente ricos. Además de la persecución física, tal parece que tuvieron que pasar por un período severo de persecución financiera. Esmirna no sólo era una ciudad de comercio, sino también de gremios que controlaban estrechamente a los artesanos de ese día, de la misma forma como hacen hoy las uniones y sindicatos. Debido a su intenso odio por los cristianos, cuando un hombre se convertía al cristianismo, se le boicoteaba su negocio, se le privaba del empleo o se hacía uso de otros medios para limitar sus oportunidades económicas. Esos cristianos que eran ricos se iban a la quiebra. Consecuentemente la iglesia contaba con muy pocos bienes monetarios. Esto fue cierto, no sólo en la iglesia de Esmirna, sino también en el segundo y tercer siglo de la iglesia.
Alguien ha dicho que las iglesias de los primeros tres siglos estuvieron marcadas por pobreza material y poder espiritual, mientras que las iglesias de nuestro día, están marcadas por riqueza material y pobreza espiritual. Es lamentable reconocer que esto es cierto. Los cristianos de hoy tienen la maldición de cosas materiales que no ayudan a su desarrollo espiritual. Los cristianos que son pobres deben alabar a Dios porque el Señor está demostrándoles su fidelidad, ya que si se lo permiten, les otorgará grandes bendiciones espirituales.
"Yo conozco... tu pobreza (pero tú eres rico)". Esto destaca el principio divino, de que a pesar de la condición económica de uno, ¡el conocer a Jesucristo trae consigo riqueza en esta vida y en la vida venidera! Muchos que son bien pobres en bienes materiales, tienen riquezas en esta vida que el dinero no puede comprar, gozo, paz, felicidad, contentamiento y realización eterna.
Esta riqueza invisible disponible a los hijos de Dios puede verse en la declaración del Apóstol Pablo en 2 Corintios 6:10: "Como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo" (2 Corintios 6:10). El apóstol no poseía cosas materiales en este mundo, pero pudo impartir riquezas y decir de sí mismo: "No teniendo nada, mas poseyéndolo todo". Sólo el cristiano es verdaderamente rico en esas cosas que son importantes. Ojalá que el pueblo de Dios en este siglo XXI pudiera darse cuenta del principio dado a la iglesia de Esmirna, ¡de que las riquezas no las provee este mundo! Nuestra identidad con Cristo determina la realización de nuestra riqueza. Entre más cerca estemos de él, más ricos somos. Y entre más lejos nos encontramos de Cristo, más pobres somos.
Una iglesia afligida
"Yo conozco... la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás". Los creyentes en Esmirna eran una iglesia afligida, atribulada por falsos maestros que aseguraban ser judíos, pero que realmente no eran. La definición del Nuevo Testamento es "que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios" (Romanos 2:29). No es suficiente con obedecer las enseñanzas de la Palabra en una forma legalista. La sumisión a Dios del corazón, no es la adherencia a un grupo de reglas, sino el gozo de hacer su voluntad.
La sinagoga de Satanás
Satanás tiene su propia fe. También tiene su iglesia llamada "sinagoga de Satanás". Cualquier iglesia que predica un evangelio diferente al Evangelio de Jesucristo, es una sinagoga de Satanás, llámese como se llame. Muchas de las llamadas iglesias cristianas hoy, son como los judíos de Esmirna - no son cristianos para nada y son condenados por el propio Salvador porque predican un mensaje diferente al que está expuesto en la Palabra de Dios. ¡En realidad son sinagogas de Satanás!
Las dos herejías básicas que emanaron de la sinagoga de Satanás en el nombre del cristianismo fueron aparentes antes de la conclusión del segundo siglo. De hecho, existían en el tiempo en que Cristo le dio su mensaje a las iglesias de Efeso y Esmirna. Estas herejías eran falsas doctrinas de Cristo y una mezcla de ley y gracia. Prácticamente cada sistema religioso falso y secta proveniente del cristianismo, se remonta a una de estas dos herejías.
En el primer caso, las personas están confundidas respecto a la deidad personal de nuestro bendito Señor Jesucristo. Sugieren que aunque fue un buen hombre, no era el Hijo de Dios nacido de una virgen, quien vivió una vida sin pecado, murió como sacrificio por nuestros pecados y prometió retornar físicamente a la tierra un día.
En el segundo, le añaden algo a la salvación por gracia mediante la fe, tal como los que dicen que hay que guardar el sábado, observar ciertos ritos y ceremonias, no comer cierta clase de comidas, hacer ciertas obras, etc. La iglesia de los primeros tres siglos le hizo frente con éxito a estas dos enseñanzas insidiosas que están engañando a muchas personas hoy en una secta u en otra.
El consejo de Cristo
El Cristo de las iglesias le aconseja a la iglesia de Esmirna y a la edad de la iglesia de Esmirna dos cosas, le dice "No temas..." y "Sé fiel hasta la muerte". El Señor Jesucristo anticipó el sufrimiento que iban a padecer, por eso les declaró: "No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días". Esos diez días como ya dijera, son considerados por muchos estudiosos de la Biblia como diez períodos de persecución. Otros maestros de la Biblia sugieren que se refiere a los últimos diez años de la edad de esta iglesia, del año 303 al 312.
El consejo que les da el Señor, es el mismo que le da a los creyentes de todas las edades cuando caen en tribulación: "No temas..." ¡Esos que tienen a Jesucristo lo tienen todo, no importa lo intenso de la persecución! Si necesitamos gracia, Dios la suple; si es valor, Dios lo da, porque tenemos su divina promesa de que "Dios, pues, suplirá todo lo que [n]os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" (Filipenses 4:19).
"Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida". Hay riquezas adicionales involucradas en esta promesa de nuestro Señor. También "reinar[emos] con él mil años" (Apocalipsis 20:6), ésto en proporción directa con nuestra fidelidad en el servicio cristiano. El Señor Jesucristo dijo: "Sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan" (Mateo 6:20). Sólo los cristianos pueden acumular tesoros para la eternidad, pese al dicho popular de que "Al morir no nos llevamos nada". Eso no es cierto para los cristianos, porque de acuerdo con la economía de Dios podemos enviar nuestras riquezas por adelantado y acumularlas en el cielo. Tal como lo describe el juicio ante el Tribunal de Cristo. "Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego" (1 Corintios 3:9-15).
El desafío de Cristo
Una vez más el desafío de Cristo es para esos que tienen "oído" para escuchar "lo que el Espíritu dice a las iglesias" y es un reto para vencer, el cual como ya hemos visto, depende enteramente de la persona de Jesucristo. "El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte". Como ya viéramos en la visión de Cristo en medio de las iglesias, él sostiene en su mano las llaves del infierno y de la muerte. Los hijos de Dios tienen la promesa personal de Cristo de que no sufrirán la segunda muerte descrita en el capítulo 20 de Apocalipsis. Cuando la Biblia habla de muerte el término se refiere a la ruina completa en la vida de la persona, de tal forma que no puede llevar a cabo el plan de Dios para su vida, la cual es eterna. La muerte ocurre cuando una persona queda separada eternamente de Dios en lugar de estar unida a él. La segunda muerte tendrá lugar cuando todas esas personas que murieron en incredulidad sean arrojadas al lago de fuego. "Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda" (Apocalipsis 20:14). Los hijos de Dios no tienen porque sentir temor de esta segunda muerte, porque no tiene poder sobre ellos.
Una iglesia perseguida - "Yo conozco tus obras, y tu tribulación". Esta fue una iglesia severamente perseguida. Como la palabra "obras" no aparece en el texto original, el énfasis aquí no es sobre la obra de fidelidad de la iglesia, que a no dudar fue mucha, sino en el hecho de que pasó por mucha persecución.
Una iglesia pobre - "Y tu pobreza (pero tú eres rico)". Los creyentes en Esmirna eran muy pobres en bienes materiales, a pesar de todo eran espiritualmente ricos. Además de la persecución física, tal parece que tuvieron que pasar por un período severo de persecución financiera. Esmirna no sólo era una ciudad de comercio, sino también de gremios que controlaban estrechamente a los artesanos de ese día, de la misma forma como hacen hoy las uniones y sindicatos. Debido a su intenso odio por los cristianos, cuando un hombre se convertía al cristianismo, se le boicoteaba su negocio, se le privaba del empleo o se hacía uso de otros medios para limitar sus oportunidades económicas. Esos cristianos que eran ricos se iban a la quiebra. Consecuentemente la iglesia contaba con muy pocos bienes monetarios. Esto fue cierto, no sólo en la iglesia de Esmirna, sino también en el segundo y tercer siglo de la iglesia.
Alguien ha dicho que las iglesias de los primeros tres siglos estuvieron marcadas por pobreza material y poder espiritual, mientras que las iglesias de nuestro día, están marcadas por riqueza material y pobreza espiritual. Es lamentable reconocer que esto es cierto. Los cristianos de hoy tienen la maldición de cosas materiales que no ayudan a su desarrollo espiritual. Los cristianos que son pobres deben alabar a Dios porque el Señor está demostrándoles su fidelidad, ya que si se lo permiten, les otorgará grandes bendiciones espirituales.
"Yo conozco... tu pobreza (pero tú eres rico)". Esto destaca el principio divino, de que a pesar de la condición económica de uno, ¡el conocer a Jesucristo trae consigo riqueza en esta vida y en la vida venidera! Muchos que son bien pobres en bienes materiales, tienen riquezas en esta vida que el dinero no puede comprar, gozo, paz, felicidad, contentamiento y realización eterna.
Esta riqueza invisible disponible a los hijos de Dios puede verse en la declaración del Apóstol Pablo en 2 Corintios 6:10: "Como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo" (2 Corintios 6:10). El apóstol no poseía cosas materiales en este mundo, pero pudo impartir riquezas y decir de sí mismo: "No teniendo nada, mas poseyéndolo todo". Sólo el cristiano es verdaderamente rico en esas cosas que son importantes. Ojalá que el pueblo de Dios en este siglo XXI pudiera darse cuenta del principio dado a la iglesia de Esmirna, ¡de que las riquezas no las provee este mundo! Nuestra identidad con Cristo determina la realización de nuestra riqueza. Entre más cerca estemos de él, más ricos somos. Y entre más lejos nos encontramos de Cristo, más pobres somos.
Una iglesia afligida
"Yo conozco... la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás". Los creyentes en Esmirna eran una iglesia afligida, atribulada por falsos maestros que aseguraban ser judíos, pero que realmente no eran. La definición del Nuevo Testamento es "que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios" (Romanos 2:29). No es suficiente con obedecer las enseñanzas de la Palabra en una forma legalista. La sumisión a Dios del corazón, no es la adherencia a un grupo de reglas, sino el gozo de hacer su voluntad.
La sinagoga de Satanás
Satanás tiene su propia fe. También tiene su iglesia llamada "sinagoga de Satanás". Cualquier iglesia que predica un evangelio diferente al Evangelio de Jesucristo, es una sinagoga de Satanás, llámese como se llame. Muchas de las llamadas iglesias cristianas hoy, son como los judíos de Esmirna - no son cristianos para nada y son condenados por el propio Salvador porque predican un mensaje diferente al que está expuesto en la Palabra de Dios. ¡En realidad son sinagogas de Satanás!
Las dos herejías básicas que emanaron de la sinagoga de Satanás en el nombre del cristianismo fueron aparentes antes de la conclusión del segundo siglo. De hecho, existían en el tiempo en que Cristo le dio su mensaje a las iglesias de Efeso y Esmirna. Estas herejías eran falsas doctrinas de Cristo y una mezcla de ley y gracia. Prácticamente cada sistema religioso falso y secta proveniente del cristianismo, se remonta a una de estas dos herejías.
En el primer caso, las personas están confundidas respecto a la deidad personal de nuestro bendito Señor Jesucristo. Sugieren que aunque fue un buen hombre, no era el Hijo de Dios nacido de una virgen, quien vivió una vida sin pecado, murió como sacrificio por nuestros pecados y prometió retornar físicamente a la tierra un día.
En el segundo, le añaden algo a la salvación por gracia mediante la fe, tal como los que dicen que hay que guardar el sábado, observar ciertos ritos y ceremonias, no comer cierta clase de comidas, hacer ciertas obras, etc. La iglesia de los primeros tres siglos le hizo frente con éxito a estas dos enseñanzas insidiosas que están engañando a muchas personas hoy en una secta u en otra.
El consejo de Cristo
El Cristo de las iglesias le aconseja a la iglesia de Esmirna y a la edad de la iglesia de Esmirna dos cosas, le dice "No temas..." y "Sé fiel hasta la muerte". El Señor Jesucristo anticipó el sufrimiento que iban a padecer, por eso les declaró: "No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días". Esos diez días como ya dijera, son considerados por muchos estudiosos de la Biblia como diez períodos de persecución. Otros maestros de la Biblia sugieren que se refiere a los últimos diez años de la edad de esta iglesia, del año 303 al 312.
El consejo que les da el Señor, es el mismo que le da a los creyentes de todas las edades cuando caen en tribulación: "No temas..." ¡Esos que tienen a Jesucristo lo tienen todo, no importa lo intenso de la persecución! Si necesitamos gracia, Dios la suple; si es valor, Dios lo da, porque tenemos su divina promesa de que "Dios, pues, suplirá todo lo que [n]os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" (Filipenses 4:19).
"Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida". Hay riquezas adicionales involucradas en esta promesa de nuestro Señor. También "reinar[emos] con él mil años" (Apocalipsis 20:6), ésto en proporción directa con nuestra fidelidad en el servicio cristiano. El Señor Jesucristo dijo: "Sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan" (Mateo 6:20). Sólo los cristianos pueden acumular tesoros para la eternidad, pese al dicho popular de que "Al morir no nos llevamos nada". Eso no es cierto para los cristianos, porque de acuerdo con la economía de Dios podemos enviar nuestras riquezas por adelantado y acumularlas en el cielo. Tal como lo describe el juicio ante el Tribunal de Cristo. "Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego" (1 Corintios 3:9-15).
El desafío de Cristo
Una vez más el desafío de Cristo es para esos que tienen "oído" para escuchar "lo que el Espíritu dice a las iglesias" y es un reto para vencer, el cual como ya hemos visto, depende enteramente de la persona de Jesucristo. "El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte". Como ya viéramos en la visión de Cristo en medio de las iglesias, él sostiene en su mano las llaves del infierno y de la muerte. Los hijos de Dios tienen la promesa personal de Cristo de que no sufrirán la segunda muerte descrita en el capítulo 20 de Apocalipsis. Cuando la Biblia habla de muerte el término se refiere a la ruina completa en la vida de la persona, de tal forma que no puede llevar a cabo el plan de Dios para su vida, la cual es eterna. La muerte ocurre cuando una persona queda separada eternamente de Dios en lugar de estar unida a él. La segunda muerte tendrá lugar cuando todas esas personas que murieron en incredulidad sean arrojadas al lago de fuego. "Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda" (Apocalipsis 20:14). Los hijos de Dios no tienen porque sentir temor de esta segunda muerte, porque no tiene poder sobre ellos.
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La iglesia de Pérgamo - La complaciente
Se extendió desde el año 312 hasta el 606
"Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe" (Apocalipsis 2:12-17).
Pérgamo fue la ciudad capital de Asia hasta la conclusión del primer siglo. Era una ciudad entregada a la adoración de muchos dioses griegos. El gobierno romano local, incapaz de poder controlar la multitud de diferencias religiosas en la ciudad, exigía la cooperación de todos los grupos. Dos de los sistemas religiosos más prominentes de la ciudad, eran adoradores de Baco, el Dios de la orgia y de Asclepio o Esculapio el dios de la medicina.
El versículo 13 dice que allí "mora Satanás", lo cual era verdad. Satanás tiene un reino. En los tiempos primitivos, Babilonia fue considerada la capital de este reino. La idolatría tuvo su comienzo en Babilonia por medio de Nimrod, inspirado por Satanás. Mientras Babilonia era una potencia dominante, fue una sede excelente para los ataques de Satanás a la raza humana. Pero cuando la gloria de Babilonia comenzó a declinar y fue quedando desolada, Satanás buscó otro lugar y seleccionó a Pérgamo debido a su religión tan idólatra. Los misioneros que han tenido la oportunidad de estar en lugares bien paganos, han testificado que tal pareciera como si la propia atmósfera estuviera impregnada con la presencia de Satanás. A no dudar estas eran las condiciones en medio de la cual la pequeña iglesia de Pérgamo predicaba fielmente el Evangelio de Jesucristo.
Desde su ataque a la iglesia de Esmirna, Satanás aprendió que la persecución sólo hace que la iglesia prospere y continúe en un estado de perpetuo despertar espiritual. Después del ataque fallido de Diocleciano a la iglesia, Constantino le sucedió como emperador de Roma. El ascenso de Constantino al trono no fue sin controversia, y tuvo efectos que se extendieron al futuro en la iglesia cristiana de los siglos IV, V y VI. La historia registra que Constantino contendió por el trono con Majencio después de la muerte de Galerio. Tanto la historia romana como la tradición de la iglesia admiten, que Constantino al advertirse de la cantidad tan grande de convertidos al cristianismo, se sintió atraído por él y que supuestamente vio en visión una cruz de fuego en el cielo y escuchó una voz que le decía: "Con este signo vencerás".
Constantino creyó que esta visión era un mensaje de Dios para que abrazara la religión cristiana y para que conquistara a sus enemigos. Aceptó la fe cristiana y se declaró a sí mismo como su defensor y protector. Hay algunos que aceptan esto como un acto de buena fe, como una conversión genuina de parte de Constantino. Sin embargo, un examen cuidadoso de su vida indica, o que tenía un concepto muy pobre del cristianismo o que nunca experimentó el nuevo nacimiento por el Espíritu de Dios. Algo digno de elogio que hizo, fue ordenarle a Eusebio, obispo de Roma, que supervisara la producción de 50 copias de las Sagradas Escrituras para que las usaran las iglesias. Algunos de estos manuscritos, constituyen las copias de la Palabra de Dios más antiguas en existencia.
Cuando Constantino se convirtió en emperador de Roma, llegó a ser emperador virtual del mundo occidental. Como autonombrado protector de la fe cristiana, decretó un edicto de tolerancia para el cristianismo y le otorgó muchos favores a la iglesia cristiana. El gobierno proveyó dinero para el funcionamiento de la iglesia y muchos de los templos paganos fueron ocupados por los cristianos. Para complacer al emperador, estos líderes adoptaron costumbres que eran paralelas con las prácticas paganas. Un compromiso invariablemente conduce a otro y lo que al comenzar parecía ser una gran bendición terminó como una gran maldición. Durante los tres siglos siguientes de este período fueron adoptadas muchas prácticas anticristianas de origen pagano, las cuales privaron a la iglesia de su fuego y fervor evangelístico.
La influencia del paganismo en el cristianismo aumentó poco a poco con el paso de los años. La iglesia comenzó a envolverse a sí misma en misterio y rituales que tenían un fuerte parecido con el misticismo babilónico. Se introdujo la práctica del rosario cuyo origen es pagano. También la práctica del celibato entre los sacerdotes y las monjas, lo cual no tiene fundamento en la Escritura, sino en las vírgenes vestales del paganismo. A continuación permítame citar una lista parcial de los cambios contrarios a la Escritura que fueran introducidos en esta edad. Gradualmente estos cambios llegaron a tener más importancia que las enseñanzas originales del cristianismo.
Año 300 - Las oraciones por los muertos
Año 300 - El hacer la señal de la cruz
Año 375 - Se introdujo la adoración de los santos y de los ángeles
Año 394 - Se instituyó el sacrificio de la misa
Año 431 - Se inició el culto a María
Año 500 - Los sacerdotes comenzaron a vestirse en forma diferente a los laicos
Año 526 - Se comenzó a administrar la extremaunción como un sacramento
Año 593 - Se introdujo la doctrina del purgatorio
Año 600 - Los servicios de adoración comenzaron a celebrarse en latín
Año 600 - Las oraciones a María
A partir del año 312, la iglesia se convirtió en más romana y menos católica en sus prácticas. La iglesia católico romana de hoy es la prueba. Hasta ese tiempo, la iglesia era un grupo independiente de congregaciones locales, trabajando unidas siempre que era posible, pero sin estar dominadas por una autoridad central. El nombre Pérgamo significa literalmente "matrimonio" o "elevación". Cuando la iglesia contrajo matrimonio, por decirlo así, con la autoridad gubernamental y fue elevada a un lugar de aceptación, se deterioraron sus bendiciones y poder espiritual.
Se introdujo el posmilenialismo
Cuando el cristianismo se convirtió en la religión del estado, la esperanza bienaventurada del retorno inminente del Señor Jesucristo, que enseñara la iglesia de los primeros tres siglos y que produjo una iglesia evangelística, ferviente y consagrada, comenzó a cambiar. Conforme la iglesia se hacía rica y poderosa, se suponía que el mundo estaba mejorando y mejorando, y que el reino de Cristo ya había comenzado y que concluiría en mil años. Esto demandó una reinterpretación de la posición de Israel, lo cual se llevó a cabo sugiriendo que "Israel había sido desechado para siempre" y que las promesas a Israel, ahora le correspondían a la iglesia. No fue sino 14 siglos después que comenzó a enfatizarse una vez más el retorno de Cristo y con ello vino un retorno al fervor evangelístico. Cualquier congregación local o denominación que mantiene un fuerte énfasis en la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, es una iglesia que trabaja, que práctica las misiones y labora diligente para el Señor, pero en donde se pasa por alto esta doctrina, los cristianos son indiferentes y mundanos.
La naturaleza de Cristo revelada a Pérgamo
"El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto". Ya hemos visto previamente que Cristo seleccionó uno de los aspectos de su naturaleza revelados a Juan en su visión y presentados a cada iglesia individualmente. A Pérgamo le reveló "la espada aguda de dos filos", la que sin duda se refiere a la Palabra de Dios. La cura para la iglesia de Pérgamo, para esa edad y para cualquier edad de la iglesia, es la Palabra de Dios. Cristo por ejemplo la usó...
Para santificar la iglesia, "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad" (Juan 17:17).
Para limpiarla, "Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado" (Juan 15:3).
Para proveerle gozo, "Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido" (Juan 15:11).
Para darle paz, "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz..." (Juan 16:33). Si la iglesia de Pérgamo hubiera escuchado la Palabra de Dios, se habrían evitado todos los males de la edad del oscurantismo.
La alabanza de Cristo a Pérgamo
La alabanza de Cristo a Pérgamo se encuentra registrada en el versículo 13 y cae en tres categorías básicas:
"Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás". Hemos visto ya la naturaleza diabólica de esta ciudad que Satanás convirtió en su sede, la cual más tarde trasladó a Roma. Desde allí Satanás dirigió los asuntos de su reino mundial, pervirtiendo las almas de los seres humanos. Como ya hemos visto, Satanás durante los primeros tres siglos usó de toda su astucia para instigar a los emperadores romanos a que persiguieran a los cristianos, sin embargo aprendió que nunca los conquistaría si los atacaba, por eso cambió su estrategia durante el período de Pérgamo, a una de complacencia y elevación.
"Pero retienes mi nombre". A pesar de las circunstancias no se puede criticar a esta iglesia porque se mantuvo doctrinalmente pura. Pecaron al aceptar las ceremonias del paganismo, las que más tarde fueron apoyadas por doctrinas artificiales que no estaban en la Escritura y que contaminaron las doctrinas verdaderas de la iglesia. La verdad de este asunto, es que muchos líderes prominentes de la iglesia fueron producto de la edad de Pérgamo. Fue durante este tiempo que se libró la controversia contra Arrio en el Concilio de Nicea en el año 325. Arrio y sus seguidores negaban la deidad personal de nuestro Salvador.
De hecho, el concepto que tenían de Cristo era muy similar al de los testigos de Jehová del día moderno: Sostenían que Cristo fue el más grande de todos los seres creados, pero que no era igual al Padre. En este concilio, presidido por el propio Constantino, este asunto inspiró debates acalorados. Verdaderamente, debe haber sido bien extraño que un líder del gobierno presidiera una asamblea cristiana, mientras al mismo tiempo portara el título de los emperadores romanos anteriores, es decir el de sumo sacerdote de las religiones paganas.
Pese a todo, como esta iglesia retuvo el nombre de Cristo, la iglesia organizada no enseñó otra cosa más que la deidad personal de Jesucristo por más de mil años. No fue sino hasta que se introdujo el racionalismo y se produjo el modernismo del siglo XX y XXI, que la iglesia ha llegado a ser culpable de propagar doctrinas falsas con respecto a nuestro Señor. El diablo no pudo pervertir esta enseñanza convirtiéndola en un dogma, sin embargo, muchas de las supuestas iglesias cristianas de nuestro día, ponen en tela de juicio la deidad de Cristo.
"Y no has negado mi fe". Ya hemos hablado mucho de esto, de la pureza de su doctrina. En cuanto al "Antipas" mencionado en el versículo 13, los eruditos bíblicos ignoran quién era. Se ha ugerido que era un cristiano local en la ciudad de Pérgamo quien como muchos durante el primer siglo, selló el testimonio de su fe con su propia sangre.
Condenación
La condenación de Cristo dada a la iglesia de Pérgamo revela que, aunque su doctrina teológica respecto al Señor Jesucristo era correcta, sus prácticas y otras doctrinas eran radicalmente diabólicas. Estas doctrinas falsas caen en dos categorías. "Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación" (Apocalipsis 2:14).
1. La doctrina de Balaam
Para evaluar en forma apropiada esta doctrina, uno debe estar familiarizado con los capítulos 22 al 31 de Números. Allí leemos de las veces que Balaam trató de maldecir a Israel. Balac, rey de Moab, tenía miedo del pueblo de Israel que estaba pasando cerca de su territorio, por eso contrató a Balaam, para que usara su don de profecía contra Israel. No obstante, cada vez que Balaam abrió su boca para maldecirlo, pronunció una bendición. Finalmente, desesperado le dio malos consejos a Balac, lo indujo para que pusiera "tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación". A sugerencia de Balaam, los israelitas comenzaron a casarse con las moabitas, lo cual era contrario a la voluntad de Dios. Fue así como el pueblo se contaminó espiritual y socialmente. La única forma de tratar con el paganismo y las doctrinas falsas es condenándolas y desarraigándolas. Este consejo de Pablo a la iglesia de Colosas es el más apropiado: "Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo" (Colosenses 2:6-8).
Esto fue típico de la iglesia de Pérgamo, porque aunque los creyentes fueron fieles al nombre de Cristo y mantuvieron la fe con respecto a la doctrina teológica, no permanecieron separados del mundo, sino que se amalgamaron con el paganismo. Como ya hemos visto, el paganismo predominó. ¡Así ocurre siempre! Los cristianos sólo pueden contar con el poder ilimitado del Espíritu Santo, cuando son obedientes a la voluntad de Dios, pero cuando le desobedecen y hacen alianza con el mundo, se enredan en una maraña que los priva del poder y los conduce a la ruina. Una muestra de esta mezcla de la doctrina de Balaam, podemos verla en la moneda que se encuentra hoy en el Museo Británico en Londres, que fuera estampada en los días de Constantino. En un lado tiene impreso emblemas cristianos y en el otro, dioses paganos. Algunas tradiciones antiguas sugieren que cuando le entregaron a la iglesia cristiana las grandes basílicas paganas para que las usaran como lugar de reunión y así complacer al emperador, simplemente tomaron las estatuas de los ídolos paganos y les borraron los nombres con el cincel, grabándole luego los nombres de santos cristianos. No puedo afirmar que esto sea cierto, pero lo que sí es verdad es que la iglesia romana actual porta evidencia de este hecho.
2. La doctrina de los nicolaítas
"Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas". Ya examinamos la doctrina de los nicolaítas bajo la iglesia de Efeso, la que rechazó esta herejía. Sin embargo, la misma fue aceptada por la iglesia de Pérgamo y la edad de Pérgamo. El nicolaitismo es la doctrina de la jerarquía eclesiástica gobernando a los laicos, quienes no tenían voz alguna en los asuntos de la iglesia, sino que se les obligó a obedecer ciegamente los decretos del clero.
En esta era moderna, el trabajo de la administración de la iglesia y la promoción del cristianismo, a menudo demanda tanto tiempo y esfuerzo del pastor, quien no puede dedicar la cantidad de tiempo que debiera para entrevistarse cara a cara con los no regenerados. Aunque el ministro fiel debe estudiar las Escrituras para poder predicar la Palabra de Dios, siempre debe tener presente la amonestación de Pablo a Timoteo: "Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina... Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio" (2 Timoteo 4:2,5). Este ministerio evangelístico es mucho más efectivo cuando el ministro trata personalmente con los no regenerados. Algunos de los sermones bíblicos más grandiosos jamás predicados han sido dados por inspiración del Espíritu Santo a hombres de Dios mientras trataban con las almas perdidas. El Señor Jesucristo dejó bien clara su opinión respecto a los sistemas jerárquicos del gobierno de la iglesia, cuando dijo "la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco". Esta enseñanza ha arruinado más iglesias que ninguna otra.
El consejo
El consejo de Cristo a la iglesia de Pérgamo es la declaración simple de un principio básico de Dios: "Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca". Esta espada es la Palabra de Dios. Usted también asegúrese de esto, porque si hay algo en la Palabra de Dios a lo que no ha querido someterse, un día tendrá que responder por este principio cuando comparezca ante el Señor Jesucristo en su venida. Preste atención a lo que dice 1 Corintios 11:31: "Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados". Esto garantiza, de que en lugar de escuchar un fallo condenatorio, vamos a oír al Maestro decirnos: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor" (Mateo 25:21).
El desafío de Cristo as la iglesia de Pérgamo
El reto de nuestro Señor a esta iglesia está dirigido a los vencedores, "Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe" (1 Juan 5:4). Este reto está dividido en dos hermosos símbolos con significado: "Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca".
El maná escondido
El maná escondido es un símbolo que cualquier estudiante de la Biblia puede entender con facilidad. Maná fue el pan celestial que Dios hizo descender del cielo para alimentar al pueblo de Israel cuando estaba en el desierto. Es una semblanza del alimento espiritual provisto por Dios en su Palabra. Debe entenderse claramente que comer este alimento es una función individual, no una función de la iglesia. Así como los israelitas tuvieron que ir cada uno a recoger su porción de maná en el desierto, de la misma manera los hijos de Dios en la iglesia de Pérgamo o en cualquier edad de la iglesia, dependen cada uno de él para su alimento espiritual. No importa cuál sea el dilema en la vida, si sus hijos lo buscan, Dios suplirá sus necesidades. "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" (Filipenses 4:19).
La piedra blanca
El significado simbólico de la piedra blanca no es tan fácil de determinar como el del maná. Los comentaristas bíblicos no logran ponerse de acuerdo a este respecto, aunque coincidan hasta cierto punto. El blanco en la Biblia se refiere a la justicia de Dios. En conexión con esto, me gusta recordar una costumbre antigua como la clave que revela el significado del misterio de esta piedra. Tal parece que en el tiempo antiguo una piedra blanca significaba absolución. Por ejemplo, si un hombre era juzgado en la corte, los jurados daban su voto depositando una piedra blanca, indicando con esto que lo absolvían de culpa. Esto ciertamente armonizaría con muchos otros pasajes de la Escritura que indican que Cristo le da la absolución a los hijos de Dios que claman a él por perdón y salvación, lo cual coincide con Romanos 5:1 que dice: "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo". Claro está, la gran diferencia es que nosotros somos culpables, pero como Cristo murió por nuestros pecados, recibiremos la piedra blanca absolutoria como un hermoso símbolo del perdón otorgado mediante los méritos de Jesucristo.
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La iglesia de Tiatira - La iglesia pagana
Se extendió desde el año 606 hasta la edad del oscurantismo
"Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto: Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras. Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga; pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias" (Apocalipsis 2:18-29).
La ciudad de Tiatira probablemente fue fundada por Alejandro el Grande unos 300 años antes de Jesucristo. Era una ciudad rica en Macedonia, notable en el mundo antiguo por ser la primera en fabricar el tinte púrpura que estaba reservado en ese tiempo sólo para los reyes. Se cree que la ciudad fue evangelizada por la iglesia de Efeso o quizá por Lidia, la primera persona convertida por Pablo en Filipo. "Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía" (Hechos 16:14). La principal característica de esta iglesia, más que sus doctrinas, parece ser sus "obras" en favor de las personas. De hecho, como veremos, fue culpada por permitir que una falsa profetisa propagara sus herejías.
La iglesia en Tiatira produjo lo que se conoce en la historia como la edad del oscurantismo. Es decir que el programa de fusionar el paganismo con el cristianismo comenzó bajo la iglesia de Pérgamo y alcanzó su clímax con la iglesia de Tiatira, porque el paganismo es oscuridad. La luz que el Señor Jesucristo le confiara a su Iglesia parpadeó durante la edad del oscurantismo y no volvió a brillar sino hasta los días de la Reforma. Bajo el período de esta iglesia y los subsiguientes tuvieron lugar muchos más cambios en la doctrina, todos de origen pagano. Algunos fueron...
Año 607 - Bonifacio fue nombrado primer papa
Año 709 - Se implantó la costumbre de besarle el pie al papa.
Año 786 - La adoración de imágenes y reliquias
Año 850 - Comenzó a usarse el agua bendita
Año 995 - La canonización de los santos muertos
Año 998 - El ayuno los primeros viernes y durante la cuaresma
Año 1079 - El celibato sacerdotal
Año 1090 - Se implantó la práctica de rezar el rosario
Año 1184 - La inquisición
Año 1190 - La venta de indulgencias
Año 1215 - La transubstanciación
Año 1220 - La adoración de la hostia
Año 1229 - Se prohibió que los laicos leyeran la Biblia
Año 1414 - Se prohibió que los laicos participaran del vino durante la comunión
Año 1439 - Se decretó la doctrina del purgatorio
Año 1439 - Se confirmó la doctrina de los siete sacramentos
Año 1508 - Se aprobó el Ave María
Año 1534 - Se fundó la orden Jesuita
Año 1545 - Se le otorgó a la tradición una autoridad igual a la Biblia
Año 1546 - Se le agregaron los libros apócrifos a la Biblia
Año 1854 - La inmaculada concepción de María
Año 1864 - Se proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción
Ano 1870 - Se decretó la infalibilidad del papa
Año 1930 - Se condenó a las escuelas públicas
Año 1950 - Se decretó la doctrina del ascenso de María al cielo en cuerpo y alma
Año 1965 - Se proclamó a María como Madre de la Iglesia
Tal como lo comprueba la historia, son muchos más los cambios paganos que han tenido lugar en la doctrina de la iglesia, pero lo que es más irónico, es que la iglesia de Roma asegure que siempre ha sido lo mismo. Pese a todos son muchos los que creen toda esta mentira.
La más grande herejía de Roma
La palabra "Tiatira" se origina de dos vocablos que significan "sacrificio" y "continuidad". Esto introdujo la herejía central propagada por la iglesia de Roma que niega la obra consumada de Cristo y que insiste en un sacrificio continuo el que a su vez produjo cosas tales como las oraciones por los muertos, el encendido de velas y demás. Todas estas herejías fueron tomadas prestadas de la religión misteriosa de Babilonia, la madre de todas las costumbres paganas e idolatrías, ninguna de las cuales las enseña el Nuevo Testamento. Durante este período, desde el año 607 hasta la fecha, la sede universal de la iglesia católico romana en Roma, gradualmente se fue tornando más babilónica que cristiana.
Las herejías, como explicara en un principio, caen en una de dos categorías básicas: en un concepto falso sobre la deidad de Cristo o en mezclar las obras con la salvación. A la iglesia de Roma, realmente no se le puede acusar de enseñar un concepto falso respecto a la deidad personal de Cristo, sin embargo su énfasis en "el sacrificio continuo" y el rechazo a la obra consumada de nuestro Señor, hizo y hace que las personas traten de ganar la salvación mediante sus obras, penitencias, indulgencias y muchos otros sacrificios a los cuales nuestro Señor le llamó en Apocalipsis 2:24 "las profundidades de Satanás" (Apocalipsis 2:24).
Una de las cosas más peligrosas que hiciera la iglesia de Roma en el siglo XX fue elevar a María a la posición de diosa, como corredentora y comediadora con Cristo. Incluso los medios noticiosos comentaron que millones de católicos le pidieron al papa que la declarara como miembro de la Santísima Trinidad, aunque esta petición no prosperó. Sin embargo, la llaman "La Reina del cielo, la Madre de Dios" y hasta "Dispensadora de salvación", todo lo cual contradice la Escritura. Escuche las propias palabras de Jesús: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6). El atreverse siquiera a sugerir que una persona, así sea la madre humana de Jesús, puede dispensar el don de la vida eterna, no es sólo una herejía, sino una blasfemia. El Apóstol Pedro al referirse a Jesús como el único dispensador de la salvación dijo: "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4:12).
La similitud de la iglesia de Roma con el paganismo
Cuando uno visita por ejemplo, la catedral en la ciudad de México, se asombra al comprobar cuán parecidos son sus servicios con los rituales paganos. Permítame sólo citarle algunos:
La penitencia - Impresiona ver a las personas arrastrándose por el duro concreto sobre sus rodillas y manos, en muchos casos provocándose heridas en sus piernas, todo en un intento por castigarse a sí mismos, siendo que la Escritura enseña: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8,9).
El misterio - Sus servicios están revestidos de una naturaleza misteriosa. Hasta hace apenas unos años las personas ni siquiera podían comprender lo que decía el sacerdote en la misa, ya que todo era en latín. Cuando el sacerdote elevaba la hostia para que supuestamente tuviera lugar el milagro de la transubstanciación, las personas no podían mirar, hacerlo era pecado mortal. Como si esto no fuera suficiente, en muchas iglesias se mantienen restos y supuestas reliquias de santos muertos. Las personas se acercan a los ataúdes y los besan o toman algodones y los frotan sobre el ataúd y luego usan estos algodones para sobarse alguna parte adolorida porque el algodón santificado le cura sus dolencias. En contraste el Señor Jesucristo habló de ese "que oye y entiende la palabra..." (Mateo 13:23).
La idolatría - En todas las iglesias pueden verse ídolos e iconos representando a Jesucristo, los apóstoles y otros santos, a pesar de que la idolatría está estrictamente prohibida en la Biblia. "No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra" (Éxodo 20:4).
Los rezos y salmodias - Durante los servicios se puede escuchar a los sacerdotes repitiendo rezos y salmodias. En contraste, el Señor Jesucristo nos dijo: "Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos" (Mateo 6:7).
María como figura central - En la catedral de México y en muchos otros templos romanos, el cuadro de María ocupa el lugar más prominente, mientras que los ídolos que representan a Jesucristo están a un lado. La Biblia enseña que Cristo "en todo t[iene] la preeminencia" (Colosenses 1:18).
El crucifijo - Una de las imágenes que puede verse en todas las iglesias es el crucifijo con la imagen de Jesús colgando de la cruz, a pesar de que el ángel, el día de la resurrección dijo: "No está aquí, pues ha resucitado..." (Mateo 28:6). Un día esas personas podrán comprender esto que dijo el Señor Jesucristo de sí mismo: "Y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades" (Apocalipsis 1:18).
Una de las diferencias obvias entre los católicos y protestantes es la cruz que usan como símbolo de su fe. La cruz católica tiene a Cristo colgando sobre ella, conmemorando con esto su sacrificio continuo por nuestros pecados. La cruz de los protestantes está vacía, indicando que Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó al tercer día. "Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras" (1 Corintios 15:3,4).
El carácter de Cristo revelado
"El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto". El que nuestro Señor se llame a sí mismo con el título de "Hijo de Dios" es muy instructivo cuando se compara con Apocalipsis 1:13 en donde se llama "Hijo del Hombre". Estos títulos son sinónimos y se pueden intercambiar. Deberíamos tener esto bien en mente, especialmente hoy cuando los falsos maestros están propensos a defender la naturaleza humana de Cristo, excluyendo la divina. También es muy instructivo para esos en la iglesia de Roma que sólo lo consideran "el hijo de María".
Los "ojos como llama de fuego, y [los] pies semejantes al bronce bruñido" denotan que Cristo está mirando con juicio penetrante a la iglesia porque permitió que se infiltraran las falsas enseñanzas en su medio y engañaran a sus siervos.
La alabanza de Cristo
La alabanza del Señor a la iglesia de Tiatira llega en seis palabras: "Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras".
Los elogia por sus "obras" - indicando que muchos a lo largo de la extensa historia de Roma ha estado sirviendo a Jesucristo fielmente.
Por su "amor" - El amor por la humanidad caracterizó a esta iglesia, porque en ese tiempo los hospitales y los sanatorios eran exclusivamente el trabajo de la iglesia.
Por su "fe" - Aunque no le da la misma prominencia que a las obras y al amor, no obstante, la fe fue una característica de esa edad y de esa iglesia.
Por el "servicio" - Es decir por su ministerio.
Por su "paciencia" - implicando con esto el largo tiempo de servicio de esta iglesia.
Por hacer sus "obras postreras... más que las primeras" - Las buenas obras de la iglesia, excepto por el período de la inquisición en la que muchos fueron sacrificados, son dignos de elogio.
Debería también tenerse en mente que aunque la vasta mayoría de miembros permanecieron en ignorancia y oscuridad, muchos fueron fieles al Señor Jesucristo. Algunas personas destacadas de ese período son John Wycliffe, John Hus, Girolamo Savonarola y muchos otros, quienes ganaron la corona del martirio porque se rehusaron a renunciar a la Palabra de Dios y a Cristo el Señor. De hecho, unas de las marcas más negras en la historia de la iglesia de Roma es que quemaron en la hoguera a hombres como Wycliffe y Hus, cuyo único pecado fue tratar de traducir la Biblia en la lengua materna de las personas. Históricamente ningún carcelero ha mantenido jamás a un prisionero en confinamiento total, ¡en la forma como hizo la iglesia de Roma con la Biblia y el pueblo de Dios por más de un milenio! No asombra que a este tiempo se le llamara "Edad del Oscurantismo". La Biblia es la luz del mundo y la comisión de la iglesia es permitir que esa luz brille.
La condenación de Cristo
"Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos". La condenación de nuestro Señor a la iglesia de Tiatira es de dos formas: >
La condenó por permitir que una falsa profetisa esclavizara y apartara de la verdad a sus siervos, y
La condenó por no arrepentirse cuando tuvo la oportunidad.
El Señor Jesucristo se remonta al Antiguo Testamento y usa el nombre de la mujer que infiltró la doctrina de Balaam entre el pueblo de Israel y pervirtió a la nación. La usó como punto de comparación para referirse a esos que llevaron el paganismo y sus enseñanzas diabólicas en la iglesia. En la Biblia, cuando se menciona a una mujer para comunicar una enseñanza religiosa, siempre se trata de religión falsa. Tal es el caso de esta parábola: "El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado. Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo" (Mateo 13:33-35). Aquí la mujer que tomó la levadura, la cual es símbolo del mal, y la escondió en tres medidas de harina hasta que todo fue leudado, es una semblanza profética de lo que tuvo lugar con las enseñanzas falsas durante este período. Las enseñanzas de la falsa profetisa Jezabel, abarcaron dos formas:
Porque con sus enseñanzas, hizo que las personas "fornicar[an]" y cometieran inmoralidad sexual
"Y que com[ieran] cosas sacrificadas a los ídolos", lo cual es un símbolo de la unión de la iglesia con el mundo. Durante ese tiempo, Roma trató de poner los reinos de este mundo, bajo el dominio del papa en Roma, sin tener en cuenta las palabras del Señor Jesucristo, quien dijo: "Mi reino no es de este mundo..." (Juan 18:36).
Dios le dio tiempo para que se arrepintiera "pero no qui[so] arrepentirse de su fornicación". En realidad esta iglesia tuvo bastante tiempo, casi mil años, pero no lo hizo. "He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella". Nuestro Señor aquí predice que esta iglesia y esos que son persuadidos para seguir sus enseñanzas falsas pasarán por la gran tribulación, ya que de acuerdo con el capítulo 17 de Apocalipsis es la iglesia de la tribulación. Esta advertencia debería hablarle a cada cristiano que cree en la Biblia, porque es imposible ser cristiano y estar involucrado con el movimiento ecuménico. El papa Juan XXIII a través de su Concilio Ecuménico popularizó el concepto de "que todos serán uno". Los protestantes, no regenerados y herejes, están llevando a cabo este programa mano a mano con la iglesia de Roma. Los seguidores fieles de Dios deben medir todas las cosas de acuerdo con el estándar de la Palabra de Dios y si es necesario aislarse.
Otra cosa que hizo el papa Juan XXIII fue publicar una Encíclica en la que animaba a los católicos a leer la Biblia. Al hacerlo le abrió la puerta a millones de católicos para que leyeran la Palabra de Dios por primera vez y muchos de quienes la leyeron recibieron a Cristo como su Salvador personal. De acuerdo con una encuesta 13 millones de católicos en Estados Unidos aseguran haber experimentado el nuevo nacimiento. Sólo Dios sabe si verdaderamente han nacido de nuevo, porque el Señor dice: "Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón..." La muerte es una referencia a la segunda muerte, cuando todos los no regenerados serán arrojados al lago de fuego.
"Y os daré a cada uno según vuestras obras". Esto es una referencia obvia al juicio equitativo ante el gran trono blanco, cuando todos los no regenerados comparecerán ante la presencia de Cristo. "Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego" (Apocalipsis 20:11-15).
El consejo de Cristo
El consejo de nuestro Señor a la iglesia de Tiatira aparentemente fue dirigido a los creyentes fieles que rechazaron las doctrinas falsas. "Lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga", refiriéndose al hecho que muchos durante la tribulación se rehusarán a ceder bajo el falso sistema religioso conocido como "la ramera" del capítulo 17 de Apocalipsis.
El reto de Cristo
"Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones". Hay dos aspectos en el reto de nuestro Señor a los vencedores de este período:
Si él o ella es fiel en esa edad, el Señor les dará posiciones de líderes y autoridad durante el milenio.
"Le dar[á] la estrella de la mañana". Este hermoso título se entiende claramente a la luz de las palabras de nuestro Señor en Apocalipsis 22:16 en donde explica que él mismo es "la estrella resplandeciente de la mañana". Esta promesa es la propia presencia de Cristo morando con los vencedores, con todos los que creyeron en él y le recibieron como Señor y Salvador.
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La iglesia de Sardis - La muerta
"Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias" (Apocalipsis 3:1-6).
¡No hay peor cosa que una iglesia muerta! Es como un hombre muriendo de sed en medio del desierto, que ve un pozo de agua en la distancia, solo para descubrir que está seco. Muchas almas sedientas tropiezan a través del desierto de este mundo para luego ver finalmente, que lo que pensaron era su salvación en la forma de una iglesia, está completamente muerta. Tal es el cuadro que nos ofrece la Escritura de la iglesia de Sardis y de la edad que representa.
Sardis, la ciudad capital del reino de Lidia, fue prominente en Asia Menor. Todavía era muy próspera en la época apostólica, gracias al oro que se extraía del río Pactolo que la atravesaba, y al comercio que le proporcionaban cinco carreteras principales. Fue una ciudad muy rica que finalmente fue destruida por un terremoto. Parece que la iglesia local allí tenía un nombre aceptable en ciertas áreas, pero realmente estaba muerta. Esto es bien trágico, en vista del hecho de que la vida es una característica del cristiano que ha experimentado el nuevo nacimiento. Jesús dijo: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10). Sin embargo, había unos pocos creyentes fieles en Sardis que no tenían sus vestiduras manchadas.
La edad de la iglesia muerta
Sardis significa "escaparse" o esos "que se escapan". Este nombre junto con la condenación de nuestro Señor a esta iglesia, provee una descripción perfecta de las iglesias de la Reforma. La Reforma protestante se desarrolló como resultado del énfasis continuado de la iglesia de Roma en las doctrinas paganas, en lugar de adherirse a los principios de la Escritura. Este texto favorito de Martín Lutero fue el lema de la Reforma: "Mas el justo por la fe vivirá" (Romanos 1:17). La tragedia de esta iglesia de la Reforma fue que recibió dos reproches de parte del Señor:
Se convirtieron en iglesias del estado. Lutero, por ejemplo, buscó la aprobación de los líderes políticos y finalmente la Iglesia Luterana se convirtió en la iglesia oficial de Alemania, al igual que las otras a través de Europa. El peligro de esto, fue que la iglesia incluyó a toda la población, eliminando así la necesidad de la aceptación personal de Jesucristo y el énfasis en la relación individual con Dios. Otro peligro fue la tendencia de querer satisfacer al gobierno en lugar de complacer a Dios.
La iglesia de la Reforma falló al no cambiar muchas de las enseñanzas y costumbres de la iglesia de Roma. Se continuó con el bautismo de los infantes, a pesar de que no hay base en la Escritura para esto. Asimismo se continuó con la práctica de rociar el agua bendita, el ritualismo y muchos elementos de los sacramentos se perpetuaron. El ritual y la formalidad, característicos de las formas paganas de adoración, no conducen a una adoración genuina, porque apelan a la naturaleza sensual humana. La Biblia enseña que Dios debe ser adorado en espíritu y en verdad. El ritualismo proveniente del paganismo no se origina del Espíritu Santo, por lo tanto no comunica verdad.
El aspecto de la naturaleza de Cristo revelada a Sardis es muy instructivo. Se remonta por completo a la visión que narra Juan en el capítulo 1 de Apocalipsis. El Señor seleccionó dos características de sí mismo: "Los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas". "El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto". Los siete espíritus se refieren al Espíritu Santo. Las estrellas son los ángeles de las iglesias. Esta iglesia tuvo la oportunidad para conocer la verdad y obedecer al Señor, si sólo hubiera escuchado su advertencia. La explicación natural de la deficiencia de ellos parece ser que prefirieron confiar en el estado en lugar de confiar en Dios. Si Lutero y otros reformadores hubieran dependido únicamente del Espíritu Santo en lugar de las autoridades gubernamentales y los líderes, la Reforma habría sido una experiencia espiritual mucho mayor de lo que fue.
La alabanza de Cristo
La iglesia de Sardis recibe la alabanza más breve de todas las iglesias de parte de nuestro Señor Jesucristo. De hecho, algunos eruditos bíblicos no incluyen la alabanza para esta iglesia, pero sí la condenación. "Yo conozco tus obras". Esto muy bien puede referirse a las etapas iniciales de la Reforma, cuando Martín Lutero y otros decidieron desafiar a las autoridades romanas, incluso arriesgando sus propias vidas, para obedecer las enseñanzas de la Biblia sobre la salvación por fe.
"Que tienes nombre", probablemente se refiere al hecho que la iglesia de la Reforma tenía reputación de ser fiel a Cristo, particularmente en los primeros días del movimiento. "De que vives" indica que había cierta vida en la iglesia. Ciertamente esos que habían depositado su fe en Jesucristo estaban vivos. Sin embargo, debo hacer notar que el hecho que uno deposite su fe en el Señor Jesucristo y reciba salvación no garantiza obediencia consistente al Espíritu Santo. La obediencia constante es el resultado de someterse día a día a la voluntad de Dios.
La condenación de Cristo
"Y estás muert[a]". A esto fue a lo que me referí, de que el ritual y la ceremonia de la iglesia de la Reforma, a menudo opacó la vida verdadera que había en ella, de tal manera que fue impotente e inefectiva en las manos de Dios. Esto se halla definido en Apocalipsis 3:2 que dice: "Porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios" (Apocalipsis 3:2). Aunque los líderes de la Reforma comenzaron bien, no procedieron a continuar con la obra de reformar la iglesia, sino que quedaron cortos de acuerdo con los estándares divinos.
El consejo de Cristo
El consejo de nuestro Señor Jesucristo a la iglesia de Sardis fue que hiciera cinco cosas y si las hacía sería aceptable delante de él.
"Sé vigilante". Ésta es una expresión que indica una deficiencia seria en la enseñanza de los líderes de la Reforma. La palabra que usa el Señor aquí, también se cita en otros pasajes de la Escritura para indicar la actitud de vida que debe caracterizar a sus hijos en virtud de su retorno prometido. La deficiencia más seria en las enseñanzas de la Reforma fue que carecía de instrucción sobre la profecía bíblica y la separación. Cuando los cristianos están instruidos en la profecía son más aptos para ser cristianos separados y consagrados que esos que no saben nada respecto a las promesas de la segunda venida del Señor.
"Afirma las otras cosas que están para morir". Esto evidentemente se refiere a la necesidad de afirmar las buenas enseñanzas doctrinales de los primeros días de la Reforma, las cuales se limitaban a salvación por fe, la depravación total de la raza humana y la autoridad de la Palabra de Dios.
"Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído", indica el regreso a los días de bendiciones como resultado de escudriñar las Escrituras y depender de Dios en lugar de depender del estado y del ritual.
"Y guárdalo". Esto comunica la advertencia de adherirse tenazmente a las doctrinas claramente enseñadas en la Escritura. Ya fue suficientemente malo que no presionaran lo suficiente en el desarrollo de verdades de la Biblia, pero es incluso peor que la iglesia de Sardis todavía esté representada por algunas de las denominaciones de hoy.
"Arrepiéntete". El arrepentimiento no sólo involucra el acto de volverse a Dios, sino un corazón sumiso. Las iglesias de la Reforma necesitaban volverse a Cristo, buscando su voluntad y las enseñanzas de su Espíritu, en lugar de haber aceptado sus propias ideas preconcebidas acerca de la interpretación de la verdad. Si se hubieran arrepentido, a no dudar el Espíritu Santos las habría guiado a toda verdad.
La advertencia de Cristo a Sardis
"Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti". Como las iglesias de la Reforma no escucharon las advertencias de nuestro Señor, es obvio que van a ser tomadas por sorpresa cuando el Señor regrese. Una de las muchas evidencias de esta ignorancia de parte de las iglesias de la Reforma es que hay líderes de ellas que son miembros de los programas ecuménicos del Concilio Mundial de Iglesias, el cual propone unir a los protestantes con los católicos y finalmente con todas las religiones. Poco después que la Iglesia verdadera sea arrebatada para estar con Cristo, la comunidad religiosa unirá a todos los grupos religiosos como una gran iglesia global. Si ellos sólo entendieran la palabra profética de Dios se darían cuenta que son cómplices y están contribuyendo al programa del Anticristo, porque esa será su iglesia durante los primeros tres años y medio de la tribulación.
Algunos fieles en Sardis
"Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas". Como en todas las edades de la iglesia, la Reforma tuvo individuos que fueron fieles a su Señor. Ellos vieron a través de la pompa del ornato religioso de los sacramentos y rituales y llegaron a la aceptación personal de Cristo como Salvador y Señor. Debido a su fe en él y obediencia a su Palabra, "no han manchado sus vestiduras", es decir que no se comprometieron con la actitud y conducta del mundo, sino que decidieron más bien vivir vidas separadas y piadosas.
El Señor ha prometido que todos los que sean fieles a él durante la persecución, "andarán con [él] en vestiduras blancas, porque son dignas". Cuenta una historia que hace varios años cuando Estados Unidos estableció campamentos de socorro para ayudar a los refugiados armenios, llegó una jovencita que esperaba fuera de la tienda para que le prestaran ayuda médica. Sus ojos oscuros revelaban el tremendo dolor que atormentaba su cuerpo. Alguien le preguntó: "¿Te han lastimado?". A lo cual ella respondió: "Estoy cargando la cruz. Estoy soportando en mi cuerpo la cruz de Jesucristo. Ahora sé cómo sufrió él". Los empleados que la entrevistaron no entendieron, pero la enfermera que la asistió cuando le hizo quitarse el vestido, vio una cruz marcada con hierro al rojo vivo en su hombro. La herida estaba hinchada y enrojecida por la infección. La jovencita explicó: "Cada día, ellos me decían: '¿Mahoma o Cristo?'. Cuando el último día, dije 'Cristo', me marcaron una cruz con un hierro encendido sobre mi hombro. Ahora, mientras viva cargaré esta cruz y algún día cuando vea a Jesús estaré feliz".
Muchos de nosotros que nunca hemos sentido el aguijón de la persecución por la causa de Jesucristo, estaremos a un lado ante el Tribunal de Cristo, estremecidos cuando esos que la sufrieron sean recompensados.
El desafío de Cristo a Sardis
El reto de Cristo a esta iglesia, al igual que a las demás, está también dirigido a cada uno individualmente. "El que venciere será vestido de vestiduras blancas". Estos vencedores como ya he dicho son una referencia directa a esos que han nacido de nuevo por fe en Cristo Jesús y el ser vestidos con vestiduras blancas, refleja la justicia de Cristo con la cual somos vestidos desde el día que nacimos de nuevo. "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Corintios 5:21).
"Y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles". Esto indica la seguridad del creyente. El libro de la vida es el que contiene los nombres de todos los seres vivientes, pero es posible que el nombre de uno sea borrado por tres razones:
Por pecar en contra de Dios. "Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro" (Éxodo 32:33).
Por no ser un vencedor, lo cual es sinónimo de no haber experimentado el nuevo nacimiento, de no haber confiado en Cristo. "Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe" (1 Juan 5:1-4).
Por quitarle palabras a las profecías del libro de Apocalipsis. "Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro" (Apocalipsis 22:19).
Nuestro Señor concluye: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias". Usted podrá oír, siempre y cuando haya prestado atención a las palabras del Señor y haya nacido de nuevo. Eso le garantizará que su nombre nunca sea borrado del libro de la vida.
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La iglesia de Filadelfia
"Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias" (Apocalipsis 3:7-13).
Esta iglesia es un regreso a la primera y segunda iglesia, a la de Efeso y Esmirna de los primeros tres siglos. Su corazón se conmoverá cuando estudie este pasaje y desee ser identificado con esta clase de iglesia. La iglesia de Filadelfia estaba localizada en el centro de una civilización griega. Fundada sólo 189 años antes de Cristo, la ciudad ejercía una influencia sorprendente en esa área del mundo antiguo. Esta iglesia tuvo que haber sido vital, porque Filadelfia permaneció como una ciudad cristiana independiente hasta la conclusión del siglo XIV, cuando fue conquistada por los turcos.
El nombre Filadelfia significa literalmente "amor fraternal". El Señor Jesucristo seleccionó a esta iglesia para describir la edad de la iglesia que se inició alrededor del año 1750 y que continuará hasta la tribulación. Así como Sardis salió de Tiatira, la edad de Filadelfia sale de Sardis. Como vimos anteriormente, la iglesia de la Reforma llegó a estar muerta cuando se convirtió en iglesia del estado. Sin embargo, Filadelfia está marcada por la vitalidad de la vida. En esta edad de la iglesia Dios trabajó en una forma maravillosa produciendo grandes despertares espirituales en Europa y en dos islas británicas, propagándose incluso a Norte América. Estos grandes movimientos espirituales produjeron a cambio lo que se conoce hoy como el movimiento misionero moderno.
Fue el Espíritu de Dios moviéndose en favor de su pueblo lo que hizo que un zapatero inglés se sintiera tan abrumado por los perdidos en India, que en 1793 se convirtió en el primer misionero extranjero. William Carey fue seguido por otros jóvenes a quienes también tocó el Espíritu de Dios y así ha sido hasta la fecha. Fue así como comenzó "El Movimiento Misionero de Fe". Tal como dijera el Señor "he puesto delante de ti una puerta abierta". Esta puerta abierta encontró a hombres tales como Adoniram Judson, David Livingstone, Jonathan Goforth y literalmente miles de hombres y mujeres que viajaron a África, China, Japón, Corea, India, Sur América y otros lugares.
Uno de los factores que impulsó este gran movimiento misionero fue el que se hubiera podido imprimir la Biblia en el lenguaje nativo de los pueblos y la tendencia natural de las personas de aceptar la Biblia literalmente. Fue por eso que cuando el joven William Carey leyó la ordenanza de nuestro Señor, "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19), se sintió inclinado a obedecer.
El segundo factor que contribuyó a este movimiento misionero fue el interés creciente en el estudio de la doctrina de la segunda venida de Cristo. Alrededor del año 1800 comenzó a enseñarse una vez mas la doctrina del retorno premilenial de Cristo, que había permanecido prácticamente olvidada desde finales del siglo tercero. Esta enseñanza como ya dijera, contribuyó a edificar una iglesia más separada y consagrada y aumentó el celo por el evangelismo y el sacrificio misionero por cumplir con la gran comisión. Los cristianos de esta edad han estado dispuestos a hacer lo que sea necesario en preparación para el retorno del Señor.
La naturaleza de Cristo revelada
Hay cuatro aspectos del carácter de Cristo que le son revelados a Filadelfia en el versículo 7, dos de los cuales no los vemos en la visión de Juan en el capítulo 1 de Apocalipsis.
"El Santo". El Señor Jesucristo le recuerda a su iglesia su santidad. Es bueno también recordar en este punto, que también dijo: "Sed santos, porque yo soy santo" (1 Pedro 1:16). Señaló este aspecto de su naturaleza para significar la práctica de la iglesia de Filadelfia de mantenerse separada del mundo en santidad.
"El Verdadero". En varios pasajes de la Biblia, el Señor se refiere a sí mismo como la "Verdad", tal como en Juan 4:6. El doctor J. Vernon McGee ofrece esta sugerencia: "Verdadero significa genuino con una nota adicional de perfección e integridad". Moisés no dio el "pan verdadero", Jesús es el "Pan Verdadero". Él mismo lo confirmó con estas palabras: "De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás" (Juan 6:32-35). Por esto vemos, que Cristo no sólo es la Verdad, sino la Verdad final. Ninguna otra verdad es definitiva para este mundo, como la verdad en Jesucristo. Este aspecto de su naturaleza bien puede aludir al movimiento hacia la separación doctrinal que caracterizó a la edad de Filadelfia.
"El que tiene la llave de David". Esto es una referencia obvia a la autoridad de Cristo. Anticipa su gobierno final del mundo, pero también se relaciona con Apocalipsis 1:5: A "Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre".
"El que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre". El Señor Jesucristo le dio a sus discípulos la comisión de ir por el mundo y hacer discípulos, de predicar las buenas nuevas, basándose en lo que él mismo dijo en Mateo 28:18: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra" (Mateo 28:18). Las puertas de la oportunidad para predicar el Evangelio están controladas por el Señor Jesucristo. Ningún dictador mundial puede cerrar la puerta a la predicación del Evangelio, a menos que Cristo lo permita. Esto no es sólo cierto para el movimiento misionero de la iglesia de la edad de Filadelfia, sino también para las personas.
La alabanza de Cristo
El Señor Jesucristo alabó a la iglesia de Filadelfia por cuatro cosas, las cuales a cambio invocan una promesa de parte de él.
"Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar". Esto evidentemente se refiere a la puerta de la oportunidad abierta a ellos para la proclamación del Evangelio, una de las principales características del servicio fiel a través de esta edad de la iglesia. El Apóstol Pablo en 1 Corintios 16:9, considera la puerta abierta como una oportunidad para el servicio cristiano.
"Porque aunque tienes poca fuerza". Esto alude a que los creyentes de Filadelfia eran una minoría. A excepción de unas pocas iglesias en Norte América, esta edad está caracterizada por pequeñas congregaciones, las cuales de acuerdo con los estándares humanos "tienen poca fuerza". Esto, claro está es fuerza verdadera, porque dijo Dios por medio de Pablo: "Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Corintios 12:10).
"Has guardado mi palabra". Esta iglesia no sólo creía la Palabra de Dios, sino que la obedecía. Las iglesias de la Reforma, del pasado y del presente, creen la Palabra de Dios, pero no se caracterizan por la obediencia a ella. Mientras que la iglesia de Filadelfia sí fue obediente.
"Y no has negado mi nombre". Satanás siempre trata de contrarrestar el trabajo efectivo para el Señor. Es interesante notar que el mayor aumento en falsos cristos y religiones falsas, comenzó durante este mismo período de tiempo. Una característica de esta edad de la iglesia es que se rehúsa a negar el nombre del Señor, ofreciendo por medio de esto un reto que hay que presentarle a todo cristiano fiel conforme se aproxima la conclusión de esta edad.
La promesa de Cristo
La promesa única de Cristo, como resultado de la actitud tan loable de esta iglesia, tiene dos divisiones básicas: vindicación y preservación.
Vindicación - "He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado". Cristo prometió que todas las religiones falsas, los impostores y los falsos maestros, quienes dicen ser judíos y no lo son, algún día se postrarán a los pies de ellos. Estos herejes reconocerán que al perseguir a la iglesia fiel de Cristo, le volvieron la espalda a él.
Preservación - "Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra". El mundo nunca ha conocido un período universal de tribulación. Este pasaje es una referencia obvia al período de siete años de la tribulación. Sin embargo, esta promesa es a la iglesia de Filadelfia, la que será arrebatada al cielo antes que comience la tribulación.
Es difícil entender por qué algunos cristianos sugieren que la Iglesia tendrá que pasar por la tribulación, ante ésta y tantas otras declaraciones claras del Señor de que la "guardar[á] de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero". Obviamente esto nunca ha ocurrido antes. Los estudiosos de las profecías creen que este tiempo de tribulación sólo comenzará cuando el Anticristo firme un pacto con Israel por siete años. El rapto de la Iglesia antecederá la firma del pacto. Esto explica por qué muchos creen que lo próximo que tendrá lugar en la agenda profética, será el rapto.
El consejo de Cristo
"He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona". El consejo del Señor Jesucristo a la iglesia de Filadelfia es la promesa de su segunda venida. Es bien interesante el hecho, de que enfatice que la iglesia de Filadelfia existirá para el tiempo de su venida. De acuerdo con la historia, esta edad de la iglesia que ya casi tiene 300 años, es el más corto de los períodos de la iglesia. El consejo del Señor es que retengan lo que ya tienen y que continúen fieles hasta el fin. La iglesia de Filadelfia se caracteriza por un espíritu de despertar espiritual que promueve el evangelismo y las misiones.
Las iglesias en la actualidad que siguen esta fórmula, están disfrutando de un crecimiento sin precedentes. De hecho, estamos siendo testigos del desarrollo de grandes iglesias del tipo de Filadelfia en casi todas las ciudades norteamericanas. Estas iglesias tienen vida y vitalidad, una evidencia del poder del Espíritu Santo sobre ellas.
El vacío de la civilización occidental debido a su filosofía atea humanista, le ha dado a las iglesias del tipo Filadelfia la más grande oportunidad en casi 300 años de historia para cosechar almas humanas. Por primera vez en siglos, la raza humana no sólo está filosóficamente vacía, sino que también está consciente de ese vacío. Las iglesias fieles con sana enseñanza bíblica, dedicadas al evangelismo y a las misiones, están sacando a muchos de su desierto filosófico hacia la vida abundante que Cristo vino para ofrecerle a la humanidad.
El reto de Cristo
El desafío de Cristo a los vencedores, a los que experimentaron el nuevo nacimiento, es en tres partes:
"Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí". Una columna habla de estabilidad. Los cristianos sólo tienen estabilidad en Cristo. Y aunque el mundo a menudo los desprecie y rechace por su fe, en la vida venidera no serán forasteros, sino que gozarán de una vida plena en Cristo.
"Y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo". El nombre de Dios escrito, es indicativo del hecho de que los creyentes verdaderos se identifican con Cristo por el sello del nombre de Dios, el que les garantiza el derecho a entrar en la ciudad de Dios, la Nueva Jerusalén que desciende del cielo y que está descrita en Apocalipsis 21:9 al 22:6.
"Y escribiré... mi nombre nuevo". Los creyentes en la iglesia de Filadelfia, no sólo tendrán el nombre de Dios, el cual les otorga la entrada en la ciudad de Dios, sino que también el nombre de Jesucristo, el cual según Apocalipsis 22:3,4 les otorga el derecho a ser sus siervos."Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes" (Apocalipsis 22:3,4). Una de las benditas promesas en la Palabra de Dios a sus hijos, es que un día veremos a ese que es objeto de nuestro amor, al Señor Jesucristo, a quien hemos adorado en espíritu y en verdad a través de su Palabra. Lo veremos cara a cara. Esta es una experiencia exclusiva para todos los vencedores. Los que sólo son oidores de la Palabra, no son justificados delante de Dios, sino que los justificados delante de Dios son quienes recibieron al Señor Jesucristo y en conformidad se prepararon para recibirlo.
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La iglesia de Laodicea
"Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias" (Apocalipsis 3:14-22).
La última de las siete iglesias es la más decepcionante de todas. ¡De hecho es repugnante! El Señor la compara a la experiencia de tomar agua tibia, lo cual provoca náuseas y vómito. En este sentido es una profecía gráfica de la moderna iglesia apóstata.
Laodicea era una ciudad de Asia Menor, rica y próspera, ubicada a unos 64 kilómetros de Efeso. Una ciudad impregnada de la cultura y enseñanza griega, era un centro floreciente de comercio e industria. La iglesia local debe haber sido rica, como está evidenciado por el hecho, que entre las ruinas del día presente hay tres iglesias que se remontan a los primeros días del cristianismo. A pesar de su riqueza, nada se sabe del ministerio de esta iglesia, en materia de predicación del Evangelio a través de la región.
Debe tenerse en mente que las primeras tres edades de la iglesia difieren de las últimas cuatro en que cada una de las anteriores concluyó al principio de la siguiente la iglesia. Efeso, fue remplazada por Esmirna, Esmirna por Pérgamo y Pérgamo por Tiatira. Si examinamos detenidamente las edades de la iglesia que siguen nos daremos cuenta que todavía tenemos a Tiatira, Sardis y Filadelfia entre nosotros hoy. De tal manera que Laodicea se les añade, saliendo de las tres que la anteceden.
La edad de Laodicea comenzó alrededor del año 1900 y está aumentando en intensidad a un paso arrollador. Laodicea bien puede ser la iglesia ecuménica que está ganando impulso en esta misma hora. Las características de la edad de Laodicea puede verse mejor en un examen detallado de la condenación de Cristo sobre ella.
La descripción de Cristo a Laodicea
En la visión de Juan del capítulo 1, sólo encontramos uno de los tres títulos que usó el Señor Jesucristo para describir su naturaleza a Laodicea.
"Amén", es una palabra hebrea que significa "verdad" y porta consigo el significado de finalidad. En este sentido, Cristo es la Verdad final. Es decir, que toda la revelación de Dios a la humanidad acerca de sí mismo se encuentra en la persona de Jesucristo. Si desea saber de Dios, todo lo que tiene que hacer es estudiar la vida de Jesucristo. El doctor Merril C. Tenney, ha declarado que "Cristo es el sello de la verdad revelada de Dios, la finalidad de todo eso de que ha hablado el Padre. Más allá de él, Dios no tiene nada más que decirle al hombre".
"El testigo fiel y verdadero". El Señor Jesucristo es la Verdad y el fiel testimonio de la Verdad. Como sabe el fin desde el principio, podemos aceptar su Palabra como la autoridad absoluta por dos razones, porque Jesús es Dios, "... En él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (Colosenses 2:9).
"El principio de la creación de Dios". Cuando consideramos Juan 1:13, es obvio que todas las cosas fueron creadas por medio del poder de Cristo: "Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho". Asimismo Colosenses 1:16,17 declara: "Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten" (Colosenses 1:16,17).
Si invertimos el orden de estos tres títulos seleccionados por el Señor, vemos que lo presentan como quien inició toda la creación, el testigo fiel de todo lo que emana de Dios y la autoridad final, como lo será ciertamente a su segunda venida.
El consejo de Cristo a Laodicea
La iglesia de Laodicea tiene la distinción de ser la única cuya conducta fue tan reprensible que ni siquiera el Cristo de gloria, quien sabía todas las cosas sobre ella, pudo encontrar una sola cosa en qué elogiarla. Verdaderamente, esta es una acusación trágica contra el cristianismo de este siglo XXI.
La condenación de Cristo a Laodicea
La condenación de Jesús a la iglesia de Laodicea fue doble:
Eran repugnantemente tibios: "Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!". El Señor deja claro de que está bien al tanto de la condición neutral de la iglesia en los últimos días. La expresión que no es "caliente", se refiere al celo por las buenas obras. Y que no es "fría" implica estar sin vida. En lugar de eso es "tibia", indiferente. ¡Qué descripción más increíble de la iglesia del día moderno! Tanta organización, comités, actividades, ¡pero carece de poder!
El Espíritu Santo hizo esta advertencia: "También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres... que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita" (2 Timoteo 3:1,2,5). La iglesia tibia que asegura representar a Jesucristo, nunca ve la transformación de un alma de las tinieblas a la vida, pero en lugar de eso engaña a muchos porque no tiene el poder del Evangelio de Cristo. Estas iglesias, usualmente están más interesadas en la acción social que en el evangelismo, más interesadas en la reforma que en la transformación, en planear que en orar. Consecuentemente, le dan náuseas al Señor. "Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca". El Señor Jesucristo no reclama a esta iglesia para sí, aunque sus miembros reclamen que le pertenecen.
Se engañan respecto a sí mismos - "Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo". Toda mentira es mala, pero el engaño más devastador es engañarse a sí mismo. La iglesia de Laodicea y la edad que representa está caracterizada por el engaño. Este hecho puede verse fácilmente, al comparar la descripción de Laodicea de sí misma y cómo la describe el Señor.
Laodicea dice de sí misma: "Yo soy ric[a], y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad". La abundancia material no conduce a la espiritualidad. La iglesia de Laodicea de hoy, es "rica". Sus templos son los mejores. Hay edificios con una arquitectura maravillosa que cuestan millones de dólares, organizaciones que recaudan también millones y una gran membresía aunque no son consagrados. Por eso dice que no necesita nada, pero no se da cuenta de su condición espiritual tan pobre, por eso Jesús le dice: "Porque separados de mí nada podéis hacer" (Juan 15:5).
Los seres humanos pueden organizar, edificar, promover, predicar y enseñar, pero sólo el Espíritu de Dios puede convencer de pecado las almas humanas. Sólo el Espíritu de Dios puede transformar las vidas de las personas. Sólo el Espíritu de Dios puede glorificar a Jesucristo, quien dijo del Espíritu Santo, "Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber" (Juan 16:14). Esto ofrece una buena forma para probar cualquiera obra que se haga en nombre de Jesucristo. ¡Si glorifica a la humanidad, no es la obra del Espíritu Santo!
Pero... ¿Glorifica esta edad de la iglesia a Jesús? ¡No! En lugar de predicar el Evangelio en el nombre de Jesús para alcanzar el máximo número de almas en estos últimos días, ellos pasan su tiempo negando "la fe que ha sido una vez dada a los santos" (Judas 3). Tal como dijo no hace mucho el pastor de una de las principales denominaciones en Estados Unidos: "No quiero condenar a nadie, diciéndole que Cristo es el único camino de salvación, porque eso reprobaría su creencia como equivocada". En lugar de confrontar a los perdidos con la verdad de la Biblia, están dedicados a causas sociales. La iglesia de Laodicea de hoy está al frente de los movimientos en favor de los derechos de los homosexuales y lesbianas y del movimiento feminista. Los servicios de la iglesia pueden estar muy bien organizados, con música excelente, nueva y contemporánea. El coro puede cantar mil cánticos nuevos, como los mismos ángeles. El pastor puede condenar el pecado y señalar el camino correcto claramente. ¡Pero, sin el Espíritu Santo todo se vuelve como letra que mata! Sus líderes están ordenando a mujeres como pastoras, a pesar de que la Biblia ni siquiera menciona tal cosa, por eso el mensaje del Señor para ellas es bien claro: "Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" (Mateo 7:23).
La descripción de Cristo de Laodicea
El estado verdadero de la iglesia de Laodicea puede verse en detalle por lo que Cristo vio en esta iglesia. Para él, Laodicea es...
"Un desventurado, miserable". Aunque practica el pensamiento positivo y publica libros acerca de cómo tener paz, en su interior, sus miembros son muy infelices, muy desgraciados, porque las riquezas nunca satisfacen el hambre en el corazón humano.
"Pobre". Aunque ricos en cosas materiales, los miembros de la iglesia de Laodicea son pobres porque no conocen a Cristo. Esto concuerda con la declaración del Señor Jesucristo en Marcos 8:36: "Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?" (Marcos 8:36).
"Ciego". Aunque los miembros de la iglesia de Laodicea piensan que han aprendido y que lo comprenden todo gracias a su sofisticado método de enseñanza y de adquirir "sabiduría", no entienden el camino de Dios. Esta ceguera la ilustra, la forma cómo el cristianismo del siglo XXI aboga por los derechos civiles. Hoy en día se usan los púlpitos de las iglesias para causas sociales, lo cual es prueba de la ceguera de estas iglesias, ya que están tratando de solucionar problemas externos, raciales y humanos, valiéndose de la educación. ¡Qué cosa más absurda! ¡Primero hay que cambiar al hombre en su interior, y eso sólo puede hacerlo Cristo! Entre más las personas tratan de solucionar estos problemas sin Cristo, más confundidos llegan a estar.
"Desnudo". La iglesia del siglo XXI está vestida de religión. Está envuelta con vestiduras religiosas. Algunos encienden sus velas, portan en las manos sus símbolos y emblemas, ofrecen sus rezos, leen sus credos y practican sus penitencias. Otros tienen grandes iglesias, miles de miembros y programas de televisión increíbles. La fuerza detrás de la iglesia moderna, la iglesia del tipo de Laodicea, es sabiduría y conocimiento. ¡Cuán grandiosos ríos de conocimiento fluyen a través de la iglesia de los últimos días! Computadoras con miles de megabits, Biblias computarizadas, comentarios computarizados, programas sobre filosofía, consejería, para recaudar fondos y cuidado de los niños. Sin embargo son pocos los miembros de esta iglesia que verdaderamente son salvos, y todavía menos los que son libertados del pecado por sus mensajes. Por eso el Señor Jesucristo los ve como si estuvieran desnudos, porque no están vestidos con las vestiduras de justicia. Si al menos esta edad de la iglesia pudiera darse cuenta, que aunque usa el nombre de Cristo, no cree en él como el Hijo Divino de Dios, que lo ha excluido de en medio de ella y que sin él no es nada.
El consejo de Cristo a Laodicea
El Señor Jesucristo le aconseja a Laodicea que haga cuatro cosas, las cuales son parte de la experiencia de la salvación. Esto demuestra que esta iglesia no ha experimentado el nuevo nacimiento. Le dice:
"Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico". Las riquezas eternas no se adquieren con la adquisición de posesiones materiales. En lugar de eso se obtienen mediante la sangre de Cristo y están disponibles sólo por fe. Dice 1 Pedro 1:7 que nuestra fe es "mucho más preciosa que el oro". Es interesante notar que el Señor le diga a la iglesia de Laodicea que es "pobre" y que necesita que compre algo.
En Isaías 55:1, leemos la invitación de Dios a los seres humanos, para que vengan y compren lo que necesiten: "A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio..." La salvación no se compra por medio de esfuerzos humanos. Fue adquirida para nosotros por Cristo al morir en la cruz del Calvario a fin de expiar nuestra culpa. Por consiguiente el más pobre puede recibirla con sólo humillarse delante de Dios, clamar el nombre del Señor y creer en él.
"Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres... vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez". Esto denota la justicia que se requiere para presentarse delante de Dios. El Señor conoce su desnudez y que necesita "vestiduras blancas". En Isaías 61:10 leemos que Dios provee las "vestiduras de salvación... [y el] manto de justicia... [y] como a novio [nos] atavió, y como a novia adornada con sus joyas". Dios le imputa a los seres humanos su justicia, cuando claman el nombre del Señor Jesucristo y son salvos.
"Y unge tus ojos con colirio, para que veas". Esta es una indicación de que los seres humanos necesitan iluminación espiritual. No importa cuán brillantes puedan ser las personas en la carne, pero si en ellas no habita el Espíritu Santo, nunca comprenderán los caminos de Dios. "Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente" (1 Corintios 2:14).
"Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete". El Señor Jesucristo desafía a esta iglesia materialista, tibia e indiferente, basándose en su amor por ellos, incluso a pesar de su condición perdida y le pide que se arrepienta de sus pecados y se vuelva a él.
El consejo de Cristo
El mensaje de Cristo a Laodicea contiene un consejo muy interesante que es dirigido específicamente a las personas de la edad de esta iglesia. Aunque la iglesia lo ha excluido, a esos que estén dispuestos a recibirlo, el Señor les hace una invitación especial que también aplica a individuos de todas las edades de la iglesia. "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo".
Este versículo de la Escritura ha sido hermosamente descrito por un santo de Dios, "como la explicación más simple del plan de salvación incluido en una declaración tan breve dentro de los límites de la Palabra de Dios". La puerta que se menciona aquí es obviamente la puerta del corazón, el que es el centro del ser. La Biblia dice: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida" (Proverbios 4:23). Consecuentemente, encontramos a Cristo tocando a la puerta de este centro emocional llamado el corazón, pidiendo que le dejen entrar. Él no se abre camino por la fuerza, sino que con paciencia toca y dice: "Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él..." Por casi 2.000 años, nuestro Señor fiel, paciente y maravillosamente, toca las puertas de los corazones humanos. Pero... ¿Cómo toca? En muchas formas, cuatro de las cuales voy a compartirlas con usted.
A través de su Palabra. El Señor Jesucristo dijo: "De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida" (Juan 5:24). Debemos escuchar la bendita Palabra de Dios para ser salvos. Muchos han oído los suaves golpes del Señor a la puerta de sus corazones mientras leían una porción de su Palabra. Algunas veces estos toques se evidencian por violenta reacción y rechazo, pero no minimiza el hecho de que Cristo ha tocado.
Por medio de su pueblo. Otro de los métodos que usa el Señor para tocar a la puerta del corazón humano es a través de sus hijos. La Escritura dice: "¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?" (Romanos 10:14). Usualmente pensamos de los grandes predicadores de la iglesia, tal como D.L. Moody, Billy Graham, Adrian Rogers, Charles Stanley y muchos otros. Pero sólo sabremos la verdad cuando estemos delante del Tribunal de Cristo, porque Jesús toca la puerta por medio de personas comunes y corrientes, a menudo a través de cristianos humildes.
Por medio de su Santo Espíritu. El Señor Jesucristo dejó claro en Juan 14:8 que envió al Espíritu Santo para "convencer... al mundo de pecado, de justicia y de juicio" (Juan 16:8). Muchos que pensaron que habían escapado del pastor y de la Palabra de Dios, se han despertado a media noche agitándose intranquilos en sus camas, ante la convicción del Espíritu de Dios que son los golpes suaves de Jesús tocando a las puertas de sus corazones.
Por medio de la providencia. Esto se refiere al dulce alineamiento de Dios con la persona, indicándole de continuo la necesidad de invitar a Jesús a que entre en su corazón. Muchos que han sentido el ardiente soplo de la muerte sobre ellos, reconoce que fueron salvos por la providencia de Dios. Tal vez no reconocieron que era los dulces golpecitos de Jesús en la puerta de sus corazones, pero el caso es el mismo.
Tal vez alguno de los que me escucha en este momento ha oído al Señor tocando a la puerta de su corazón en todas estas formas: por su Palabra, su pueblo, su Santo Espíritu y su providencia. La pregunta clave es: ¿Le ha abierto la puerta y ha aceptado su promesa? "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo". Esto indica compañerismo con Jesús. Estamos incompletos hasta que no tenemos compañerismo con Dios por medio de su Hijo Jesucristo. "Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros" (1 Juan 1:10).
El reto de Cristo a Laodicea
El desafío de Cristo a Laodicea, como los otros seis retos, es que sea vencedora, que sean creyentes nacidos de nuevo. "Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono". Esta victoria final del cristiano, no se verá en esta vida, sino en la vida venidera y es un reto a la fidelidad.
"El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias". ¿Ha escuchado lo que el Señor le dijo a las iglesias? El mensaje de Cristo a Laodicea indica que esta edad se aproxima a su fin, que la apostasía y la indiferencia seguirán aumentando. No asombra que el Señor Jesucristo le pregunte a esta edad: "Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?" (Lucas 18:8). No espere que vamos a ver despertares espirituales como los ocurridos en los días de Moody, Finney y otros, porque la apostasía es parte de la iglesia de Laodicea. ¿Y quién puede negar que el movimiento ecuménico de este día claramente cumple con esta predicción?
Ya para concluir los mensajes de Cristo a las siete iglesias, le pido a Dios, que todos ustedes puedan escuchar la invitación del Señor para que abran la puerta de sus corazones. El cuadro de Cristo tocando a la puerta, no es sólo una representación de lo que ha estado haciendo durante estos dos mil años pasados, sino un cuadro de lo que hará en esta edad para atraer a las personas. Si rehúsa voluntariamente a abrir la puerta de su corazón, ¡estará rechazando a Jesucristo!