Menu

Escuche Radio América

Persia en la profecía

  • Fecha de publicación: Martes, 25 Marzo 2008, 15:21 horas

Si usted menciona a Persia en el contexto de la profecía bíblica, probablemente la primera referencia que le llegue a su mente, sea la invasión a Israel en los últimos días, por una fuerza armada gigantesca comandada por “...Gog en tierra de Magog...” (Ez. 38:2b).

El profeta Ezequiel describe gráficamente la integración de una alianza grandiosa con Rusia en los últimos días, en la cual Persia está mencionada primero en la lista.  Hasta 1935, Persia retuvo su nombre antiguo.  Después de eso llegó a ser conocida como Irán, de una palabra en su idioma que significa «tierra de los arios».  Más adelante, en el curso de este artículo, veremos la importancia profética de este término.

Persia ocupa una posición central de importancia en el continente Euroasiático, y posee una gran reserva de petróleo y gas.  A mediados del siglo XX comenzó a figurar fuertemente en los planes de los financieros de occidente.  Conforme crecía en poder, siguió una revolución política que llevó a la formación de la república islámica de Irán, el primero de abril de 1979.
A partir de ese tiempo, ha forjado cada vez más alianzas económicas y políticas con Rusia.  De manera significativa, los rusos les proveen armas, tecnología y dinero a las naciones islámicas, a cambio de poder e influencia en su flanco sur.  La estrategia a largo plazo de Rusia es terminar por controlar el golfo Pérsico y el mar Mediterráneo.
Cualquiera con el más leve interés en la profecía bíblica, observa las payasadas de Mahmoud Ahmadinejad, el presidente de Irán, en la misma forma cómo uno miraría el chisporroteo de la mecha de un taco de dinamita.  Volátil en extremo, él ahora hace alarde de su capacidad nuclear y la forma cómo hará uso de todo esto en contra de Israel, el diminuto país que ha jurado aniquilar tantas veces.

Los estudiantes de la Biblia que la analizan desde el punto de vista dispensacional, ven este desarrollo tal vez como el paso final en la intensificación hacia otra guerra mundial.  La Biblia asegura que esta confrontación ocurrirá, cuando Persia, junto con Rusia y una hueste de otras naciones, invada a Israel, resultando en los juicios de la tribulación que conllevarán a la segunda venida de Cristo.  El clásico punto de vista judío de esta guerra la describe en tres fases:

1. La primera está marcada por la invasión a Israel de una confederación integrada por Rusia y Persia, que incluye partes de Turquía, el Norte de África y el Oriente de Europa.  De manera asombrosa, Egipto y los estados árabes están excluidos de la alianza.
2. Esta guerra escalará hasta un holocausto internacional global nuclear, y
3. Los ejércitos invasores serán completamente destruidos, dejando a Israel victorioso y ocupado con la labor de siete años de estar deshaciéndose de las armas de los enemigos.

Lo que sigue después de este punto, es la estabilidad política global del mundo que habrá quedado reducida a un caos absoluto.  La condición que prevalecerá en este punto está descrita en el libro de Apocalipsis, después que los “cuatro jinetes del Apocalipsis”cabalguen en su horrorosa misión, causando millones de víctimas, hambres, epidemias y colapso económico.
Al mismo tiempo, el Anticristo iniciará su espectacular auge al poder, presentándose a sí mismo como uno que puede salvar a la humanidad de esta gran hora de crisis.  Es el factor central, el punto extremo en la transición de la edad de la Iglesia hasta la edad del Reino.

A lo largo de los años ha habido mucha discusión acerca de la relación entre la invasión rusa y la tribulación.  El punto de vista de estudiosos de la profecía es que la invasión tendrá lugar antes de los siete años del período de la tribulación, el cual de acuerdo con Daniel, se iniciará con la firma de un pacto de siete años entre Israel y el Anticristo.

Esto significará, que esta firma infame será estampada en un documento importante en presencia de los ancianos de Israel, incluso mientras el humo de la gran invasión todavía flote en el aire.  Y aunque la guerra haya finalizado, será un tiempo peligroso marcado por el pandemonio económico, hambre, enfermedades y terremotos.  El Anticristo atrevidamente prometerá conducir a Israel y al mundo hacia una nueva era de prosperidad.

En ese tiempo, Gog y su fuerza invasora habrá sido exterminada milagrosamente, dejando a Israel para que se deshaga del material de guerra abandonado por el enemigo, entierre a los muertos y reconstruya lo destruido.  Ellos ciertamente considerarán su victoria como un milagro de Dios.  Desafortunadamente, no tendrán el discernimiento espiritual para reconocer que el supuesto “mesías” que está en medio de ellos no es el Prometido.

Aparentemente, será en ese tiempo que edificarán su templo... el llamado “templo de la tribulación”, desde el cual el Anticristo, actuando como el Mesías verdadero, se dispondrá a gobernar al mundo.  Los judíos lo recibirán como su tan esperado rey.  Refiriéndose a este hombre, el Señor Jesucristo dijo: “Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis” (Jn. 5:43).

Persia, el garfio

La Biblia indica que la serie de eventos que llevarán a Israel a este lamentable estado, lo desencadenará la Persia bíblica, el Irán de hoy.  De manera significativa, para finales del mes de mayo de 2009, el presidente Ahmadinejad declaró que su país tenía más de siete mil centrifugadoras nucleares en operación, produciendo plutonio apto para fabricar ojivas nucleares.  Al mismo tiempo, hizo mofa de Estados Unidos y sus aliados, desafiando a las autoridades morales de esta nación, al asegurar «Que el holocausto es una ficción del occidente, además de su talón de Aquiles y su principal debilidad».

El 28 de mayo de 2009, Dudi Cohen del servicio de noticias Yediot Ahronot, escribió: «Respondiendo a los comentarios hechos por sus oponentes en un evento nacional por motivo de las elecciones, Ahmadinejad dijo a traves de una estación de radio que ‘el Occidente había creado una situación de falsa compasión por ellos mismos y que la estaba usando para oprimir a otras naciones’.

Él añadió: ‘Nosotros atacamos el asunto del holocausto, porque ni siquiera ellos mismos creen que tal cosa ocurrió, y al hacerlo atacamos su principal punto débil’».
Ahmadinejad y otros líderes radicales islámicos creen que el holocausto de la II Guerra Mundial que conllevó a la huida subsecuente de los judíos de regreso a su territorio, a Israel, fue algo fabricado por los gobiernos del occidente y sus medios noticiosos.  Ellos desafían el punto de vista internacional, considerando el apoyo a los judíos como algo ilegítimo.

En el mundo del islam, está posición no es considerada fuera de lugar.  Pero cuando cualquiera examina las pruebas recopiladas por los historiadores, en películas, grabaciones y testimonios escritos de los propios protagonistas y testigos presenciales, dando fe absoluta de que el holocausto verdaderamente fue una realidad, tales declaraciones rayan en la locura.

Como ya veremos, la moderna Persia tiene más influencia que la que generalmente se le reconoce.  Este hecho se refleja en las palabras iniciales de la profecía de Ezequiel, en donde Persia asume una posición dominante: “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec y Tubal, y profetiza contra él, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal.  Y te quebrantaré, y pondré garfios en tus quijadas, y te sacaré a ti y a todo tu ejército, caballos y jinetes, de todo en todo equipados, gran multitud con paveses y escudos, teniendo todos ellos espadas; Persia, Cus y Fut con ellos; todos ellos con escudo y yelmo” (Ez. 38:1-5).

Aquí, a Gog, el líder ruso, se le retrata como una gran bestia, con las riendas puestas, siendo arrastrada literalmente hasta la arena del conflicto.  No importa cuántas miles de palabras se hayan escrito respecto a lo que llevará a Rusia hasta Medio Oriente, el hecho que permanece, es que ellos participarán sin estar dispuestos a hacerlo, no intervendrán voluntariamente en la riña.
El Señor describe a Gog como una bestia bruta, llevada a tirones por la quijada hacia Medio Oriente, siendo arrastrada en medio del conflicto.

Rusia e Irán en la actualidad, son copartícipes de un pacto de defensa mutua por muchos años.  Además, el hecho que Rusia ha contribuido en la construcción del reactor nuclear Bushehr en Irán, es algo bien documentado.  Moscú tiene un interés poderoso en Irán.  Por consiguiente, si su lunático líder, en uno de sus ataques de furia dispara un misil contra Israel, Rusia se verá obligada a intervenir en el área para preservar su propia inversión e intereses en la política de la región.  Y sin duda lo hará si el caso lo amerita.

Al leer una vez más la profecía de Ezequiel 38:1-5, uno puede leer entre líneas, que inicialmente y de alguna forma Rusia se verá arrastrada hacia Medio Oriente en un conflicto que ya está fuera de control.  Este ciertamente sería el caso, si Irán disparara un misil provocando con esto un contra ataque de parte de Israel.  Si tal pareciera que Israel está en control de la situación, esto sería particularmente indeseable desde el punto de vista de los rusos.

En el versículo 4 de la profecía de Ezequiel, dice en efecto, que Persia lanzará una invasión que inexorablemente involucrará más y más a Rusia.  Esta sugerencia es sutil, pero para asegurarnos sólo tenemos que documentarnos tanto por medio de la historia como a través de los eventos contemporáneos.

Tradicionalmente, Rusia ha operado secretamente, disfrutando el arte de la manipulación distribuyendo armas y apoyo militar en la región, así sea a Irán, Siria, Jordania o Egipto.  En cumplimiento de la profecía de Ezequiel, ellos serán arrastrados a un conflicto desatado, lo cual los conllevará a una vil derrota.  Es probable entonces, que Persia actúe como el garfio en la quijada de Gog.

Hacia el norte y hacia el oriente

Como veremos, el moderno Irán está geopolíticamente bien ubicado para actuar como el iniciador de la guerra profetizada para los últimos días.  La Persia bíblica abarcaba mucho más territorio que el Irán del día moderno, el cual es realmente sólo la porción central de la nación antigua.  En su auge Persia era enorme, el imperio más grande del mundo antiguo.

En el siglo V A.C., sus reyes eran soberanos sobre el territorio que cubría el Irán de hoy, Iraq, Armenia, Paquistán y Afganistán.  Además de su propia jurisdicción, también se apropiaron de territorios al oeste y al suroeste.  ¡Asimilaron partes de lo que hoy sería Turquía, Grecia, Egipto, Siria, Jordania, Israel, Líbano, la región del Caúcaso, Libia y el norte de Arabia!

Durante los días del cautiverio de Daniel, desde el año 650 hasta el 536 A.C., Persia también incluía a Babilonia, la que sirvió por un tiempo como su capital, después que fuera movida desde Persépolis.

A partir del año 485 hasta el 465 A.C., Jerjes I gobernó Persia.  Su nombre hebreo “Asuero”, está citado en el libro de Ester, como el monarca que la eligió para que fuera su esposa.  Aquí está registrada la historia de la providencia de Dios, cuando ella se convirtió en reina y expuso la perversa conjura del malvado Amán.

Durante su reinado, Jerjes sufrió pérdidas catastróficas en batallas contra los griegos.  Sus tesoros se agotaron y Persia comenzó a declinar territorialmente en su poder, el cual volvió a expandirse una vez más, justo antes del auge y caída de Alejandro el Grande, quien murió en el año 323 A.C., después de conquistar el territorio de Persia a todo lo largo hasta el río Indo.
Ciertamente es justo decir que desde la perspectiva bíblica, la grandiosa Persia se extendía desde el río Indo en su parte más oriental, hasta el mar Egeo en el occidente.  En el sur, estaba limitada por el golfo Pérsico, el mar de Arabia y el desierto de Arabia.

Puesto en términos modernos, el territorio de Persia antigua corresponde a Irán, Afganistán y Paquistán.  De manera asombrosa, estos son los mismos países que ahora tratan de ingresar en el mundo de la fuerza nuclear, teniendo la habilidad para disparar misiles de largo alcance con ojivas atómicas.  Se sabe por largo tiempo que Paquistán cuenta con armamento nuclear, y ahora los seguidores de Al Qaeda, amenazan con tomar control del gobierno.  Si esto ocurriera, Afganistán rápidamente se convertiría en un escondite para armamento nuclear, y de allí rápidamente se propagaría todo el armamento nuclear virtualmente por la entera región de Persia antigua.

Claro está, con la ayuda de Rusia, Irán ahora es capaz de disparar misiles balísticos con cabezas nucleares.  En breve, Persia antigua habrá resurgido una vez más.
Con respecto a Gog, se ha dicho muy a menudo, que si uno extiende una línea partiendo del norte de Jerusalén, pasará exactamente al occidente de Moscú, en su camino hacia el Polo Norte.  Dos veces, el profeta usa las expresiones que indican “los confines del norte” y “las partes del norte”.

Dice: “Vendrás de tu lugar, de las regiones del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos a caballo, gran multitud y poderoso ejército... Y te quebrantaré, y te conduciré y te haré subir de las partes del norte, y te traeré sobre los montes de Israel” (Ez. 38:15; 39:2).

Claramente, la invasión cobrará su máxima fuerza cuando Rusia sea arrastrada en el teatro de la batalla.  Habiendo notado esto, es también interesante extender otra línea desde Jerusalén.  En esta ocasión, un trazo proyectado directamente desde el oriente de Jerusalén pasa a través de Lahore, la segunda ciudad más grande de Paquistán y capital de la provincia norte de Punjab.  Esa raya también atraviesa a Irán y Afganistán.  Es una línea de fuerza que cruza todo el camino desde Jerusalén a través del entero territorio de Persia antigua hasta el río Indo.
Las dos líneas: una al norte y la otra al oriente, crean un cuadrante del compás que encierra la fuerza colectiva que está ahora centrada sobre Israel.

Persia - Una fuerza espiritual

Al norte y al oriente de Jerusalén se está gestando una tormenta.  Por cuatro mil años, ha sido un territorio dominado por políticos diabólicos y hombres inicuos.  Por muchas razones, tal vez la mayoría de ellas desconocidas para la humanidad, las dinastías terrenales de Persia han constituido el bastión de las fuerzas hostiles a Israel.

Pero Persia también porta testimonio de la gracia de Dios, quien a lo largo de los siglos ha usado a sus gobernantes para bendecir a Israel, en la misma forma como usó a Asuero.  Aunque el Señor disciplinó a su pueblo del pacto, nunca lo abandonó, ni lo hará.  Uno de los grandes testimonios de este hecho se encuentra en las palabras iniciales del libro de Esdras, dice: “En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo: Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá.  Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa a Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén.  Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén” (Esd. 1:1-4).

Ciro, rey de Persia, movido por el Espíritu del Señor, decretó en el año 536 A.C. que se reconstruyera el templo de Israel, siguiendo a su destrucción por las fuerzas de Nabucodonosor en el año 586 A.C.  Más de un siglo antes, el profeta Isaías había escrito en términos precisos, que Ciro actuaría como agente Divino en el difícil logro de restaurar las ruinas de Jerusalén.  Las acciones de este gran gobernante, constituyen una de las mayores demostraciones de la historia de la soberanía de Dios: “Que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado... Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán” (Is. 44:28; 45:1).

En el libro de Daniel, escrito en el siglo VI A.C., encontramos las dinastías de Persia mencionadas prominentemente en el texto de la profecía que se extiende hasta un futuro distante, incluso mucho más allá de nuestro momento contemporáneo en la historia: “En el año tercero de Ciro rey de Persia fue revelada palabra a Daniel, llamado Beltsasar; y la palabra era verdadera, y el conflicto grande; pero él comprendió la palabra, y tuvo inteligencia en la visión.  En aquellos días yo Daniel estuve afligido por espacio de tres semanas.  No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas.  Y el día veinticuatro del mes primero estaba yo a la orilla del gran río Hidekel.  Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz.  Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud” (Dn. 10:1-6).

El tercer año del reinado de Ciro, debe haber correspondido al año 533 A.C., justo después de que expidiera el decreto para restaurar el templo de Jerusalén.  En este tiempo, Daniel recibió la visión increíble de la crónica de las dinastías gobernantes, que llevarán a la humanidad hasta la conclusión de los tiempos de los gentiles, y el establecimiento del reino de Cristo.

Respecto a estas potencias mundiales gentiles, tal parece que cada una de ellas está respaldada por una especie de vigilante angélico.  Tal como escribió Pablo en el Nuevo Testamento, el mundo de los gentiles es supervisado por un grupo de poderes en los cielos: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Ef. 6:12).

La manera en la cual Daniel recibió su visión, apoya fuertemente esta idea.  Quien se opuso a él, fue el principado que tiene cuidado de Persia: “Y he aquí una mano me tocó, e hizo que me pusiese sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos.  Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora.  Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando.  Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.  Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.  He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días” (Dn. 10:10-14).

¡Aquí tenemos el espectáculo del tenebroso poder sobrenatural de Persia que está en oposición a Dios!  Claro está, desde nuestra perspectiva esto no es nada increíble, ya que más tarde el propio Señor Jesucristo permitió que Satanás lo tentara antes de iniciar su ministerio público.

Muchos estudiosos de la Biblia, creen que fue el Cristo preencarnado quien se apareció para darle la visión a Daniel.  Siendo este el caso, es asombroso de que tuviera oposición por un período de veintiún días, tal como se mide el tiempo en la tierra.  Un comentario muy conocido el Keil and Delitzsch, volumen 9, página 410, dice lo siguiente: «Esta forma celestial lleva puesta sobre sí, el radiante talar blanco común a los ángeles, tal como el ángel mencionado en Ezequiel 9:2, sin embargo todas las otras características, tal como son descritas aquí (el brillo de su cuerpo radiante como el berilo, el resplandor de su rostro, sus ojos como antorchas de fuego, sus brazos y pies como de color de bronce bruñido, el sonido de su voz) todo esto señala a la revelación de la gloriosa aparición del Señor, y nos enseña que a quien Daniel vio, no fue un ángel-príncipe común, sino una manifestación de Jehová, el Logos».

Aquí tenemos una reflexión notable de los protocolos del cielo.  Las dinastías de este mundo tienen gobernantes, y sus regímenes son considerados aparentemente inviolables.  ¡El propio Señor lo reconoció!  Él fue detenido hasta que Miguel de alguna forma llegó para ayudarlo, a no dudar actuando como el representante de la nación de Israel.

La cosa importante para ver aquí, es que las edades de los gentiles están colocadas en las manos de poderosas jerarquías bajo el gobierno de Satanás.  Aparentemente, a cada una de ellas le ha sido otorgada la vigilancia de una era, en la marcha de los poderes gentiles.  Esta percepción es validada por las palabras de despedida del Señor.  Él dejó a Daniel después de expresar su intención de batallar contra la autoridad gobernante de Persia, agregando que después de eso la posición del gobernante celestial cambiaría de Persia a Grecia: “Él me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti?  Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá.  Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe” (Dn. 10:20, 21).

Aquí el Señor no sólo le dice a Daniel que va a tener lugar un cambio en el poder, sino que nadie más está luchando a su lado, excepto Miguel, el arcángel guardián de Israel.  Esto nos da una perspectiva más profunda de la batalla que se ha estado librando en los cielos desde la caída de Satanás.

Esta proclamación concluye el capítulo diez de Daniel.  Siguiendo inmediatamente, en el capítulo once, tenemos las palabras de la profecía recibidas por Daniel.  Documenta el cambio de poder de Persia a Grecia: “Y yo mismo, en el año primero de Darío el medo, estuve para animarlo y fortalecerlo.  Y ahora yo te mostraré la verdad.  He aquí que aún habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas más que todos ellos; y al hacerse fuerte con sus riquezas, levantará a todos contra el reino de Grecia.  Se levantará luego un rey valiente, el cual dominará con gran poder y hará su voluntad.  Pero cuando se haya levantado, su reino será quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo; no a sus descendientes, ni según el dominio con que él dominó; porque su reino será arrancado, y será para otros fuera de ellos” (Dn. 11:1-4).

En los días finales del gobierno de Medo-Persia, el Señor le dice a Daniel, que después de Darío habría tres gobernantes más, antes del cambio a una nueva dinastía, los cuales históricamente son Cambises, Smerdis y Darío Histaspes.  El cuarto es nada más y nada menos que Jerjes, el rey persa llamado Asuero que eligió a Ester como su reina.

Con su gran riqueza y naturaleza expansiva, Jerjes buscaba someter a todos sus enemigos.  Sus ataques en contra de los griegos finalmente ocasionó el agotamiento de sus riquezas y tesoros, y la destrucción de su reino por Alejandro el Grande, quien creía que los persas habían atacado su reino sin causa.

En los últimos dos versículos del pasaje anterior, “el rey valiente” es Alejandro el Grande, quien conquistó a Persia, la que se estimaba que en ese tiempo abarcaba todo el mundo civilizado.  Fue así como Persia se convirtió en territorio griego.  Siguiendo a la muerte de Alejandro ocurrida en el año 323 A.C., su reino se dividió entre sus cuatro generales: Tolomeo, Seleuco, Casandro y Lisímaco.  De ellos, Seleuco fue el más dominante, y de su dinastía finalmente salió el proto-anticristo, Antíoco Epífanes el Cuarto.

La dinastía Seléucida finalmente se fusionó con las casas reales de los césares romanos, alrededor del tiempo del Señor Jesucristo.  En los siglos que siguieron, el poder de Grecia menguó, seguido por Roma.  Las divisiones oriental y occidental de la iglesia institucional presidieron durante la edad del oscurantismo.

Aunque otros ganaron poder allí, a Persia todavía se le llamaba Persia.  Permaneciendo en un estado de letargo aparente a lo largo de los siglos, esta nación pacientemente esperaba por estos últimos días, para volver a surgir al poder una vez más.  Hoy, los ayatolahs, los talibanes y los partidos políticos de la región sienten que su tiempo ha llegado.

Ahmadinejad habló del Doceavo Imán, de Mohammed al-Mahdí, quien según los musulmanes chiítas, nació en el año 869 de la era cristiana, pero que no murió, sino que Aláh lo ocultó.  Algunos dicen que en el año 874 entró en una cueva secreta o un pozo, en donde vive hasta este día, esperando la hora apropiada para regresar.  Cuando lo haga, Jesús le seguirá como su siervo personal.  Este es el Mahdí, o el “Prometido”, quien Ahmadinejad cree que aparecerá muy pronto.

En el Irán moderno, cerca del 90% de la población es musulmana chiíta, constituyendo también una mayoría en Iraq y una fuerza poderosa en Afganistán, Siria y Líbano.  La facción líder de este grupo se llama a sí misma «Los Doce», debido a su creencia de que al-Mahdí fue el décimo segundo de un grupo de imanes que vivieron en los años que siguieron al 622 de la era cristiana, el tiempo de la fundación del islam y el comienzo de su calendario.

Este doceavo Imán es conocido como el Imán Mahdí, ese en quien la mayoría de iraníes hoy, han depositado sus esperanzas mesiánicas.  Ellos piensan de él como el salvador verdadero.  Son tan apasionados en sus creencias, que muchos consideraban al fallecido Ayatollah Khomeini como la manifestación del doceavo Imán.
Los chiítas creen, que el caos que se desatará en el mundo en los últimos días, hará que el doceavo Imán retorne para salvar el día.  Algunos grupos (uno en particular llamado el «Hojjatieh») creen que le corresponde a los musulmanes acelerar la condición caótica del mundo, y así este proceso apresurará el retorno del Imán.  Autoridades que aseguran saber la verdad del asunto han sugerido, que Ahmadinejam es un miembro clandestino de este grupo.  Esto explicaría en gran manera su obsesión por obtener armas nucleares.

También se ha informado que algunos miembros del gabinete iraní son miembros de Hojjatieh.  Ciertamente, es verdad que a los miembros del gabinete iraní se les requiere que firmen un compromiso formal de que creen en la venida del Doceavo Imán.

Es obvio que los líderes iraníes desean causar problemas, especialmente con el fin de eliminar la influencia del occidente en el medio oriente, la cual consideran satánica.  Esto se duplica con respecto a Israel y los judíos, a quienes han prometido destruir porque su sistema religioso, moral y ético así lo requiere.

Una vez existió Elam

La historia primitiva de Persia involucró a un pueblo llamado los elamitas.  Aunque eran descendientes de Sem, los eruditos los han clasificado como caucásicos.  Están mencionados en la Biblia como arqueros cuyas poderosas fuerzas atacaron al Israel antiguo.  Ellos eran originarios del linaje ario de Persia, y pueden ser considerados como los nativos ancestrales del área.  Sus ascendientes directos se convirtieron en el núcleo de las posteriores y más grandes dinastías de Persia.  Desde los días antiguos hasta aproximadamente el año 640 A.C., fueron un pueblo poderoso y civilizado que ocupó el corazón de la región que ahora se le llama Irán.

En ese tiempo ellos fueron derrotados, más tarde se vieron forzados a pagarle tributo a los reyes persas de los siglos IV y V A.C.  Hablando bíblicamente, Elam fue conocido como un enemigo de los judíos.  En los días de Sedequías, el último rey de Judá, le fue dada una profecía a Jeremías con respecto a la casa de Elam, cuyos descendientes en los últimos días ahora se consideran como arios... es decir como iraníes.

Dijo el profeta: “Palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías acerca de Elam, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo quiebro el arco de Elam, parte principal de su fortaleza.  Traeré sobre Elam los cuatro vientos de los cuatro puntos del cielo, y los aventaré a todos estos vientos; y no habrá nación a donde no vayan fugitivos de Elam.  Y haré que Elam se intimide delante de sus enemigos, y delante de los que buscan su vida; y traeré sobre ellos mal, y el ardor de mi ira, dice Jehová; y enviaré en pos de ellos espada hasta que los acabe.  Y pondré mi trono en Elam, y destruiré a su rey y a su príncipe, dice Jehová.  Pero acontecerá en los últimos días, que haré volver a los cautivos de Elam, dice Jehová” (Jer. 49:34-39).

Note que esta es una profecía para los últimos días.  El Señor sabe quiénes son los elamitas, y que son enemigos antiguos de Israel.  Esos que ahora habitan el territorio de Persia antigua están orgullosos de su genealogía y su historia antigua de poder.  Sienten que su sueño de volver una vez más a recuperar su antigua autoridad está próximo a convertirse en una realidad.

Sin embargo, desde el punto de vista de la Biblia, sabemos que su pacto actual con Rusia, resultará sólo en una aparatosa derrota.  En el capítulo 39 de Ezequiel, vemos el punto de vista global de las consecuencias de la batalla, ya que Israel tendrá que estar sepultando a los muertos por siete meses, y quemando las armas de los enemigos derrotados durante siete años.

•    “En aquel tiempo yo daré a Gog lugar para sepultura allí en Israel, el valle de los que pasan al oriente del mar; y obstruirá el paso a los transeúntes, pues allí enterrarán a Gog y a toda su multitud; y lo llamarán el Valle de Hamón-gog.  Y la casa de Israel los estará enterrando por siete meses, para limpiar la tierra” (Ez. 39:11, 12)
•    “Y los moradores de las ciudades de Israel saldrán, y encenderán y quemarán armas, escudos, paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas; y los quemarán en el fuego por siete años” (Ez. 39:9).

No obstante, antes en esta profecía, Ezequiel nos da una perspectiva diferente de la misma escena.  En el capítulo 32, nuestro punto de vista cambia a uno transdimensional “detrás del escenario”, a un punto de vista espiritual.

Notamos que en el capítulo 39 de Ezequiel, dice que a los huesos de los muertos se les da un entierro decente.  Mientras que en el capítulo 32, se nos presenta una visión en “rayos x” del infierno, y del destino verdadero de esos cuyos cuerpos son sepultados.  Ahora estamos mirando bajo tierra, y vemos... “Allí Elam, y toda su multitud por los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales descendieron incircuncisos a lo más profundo de la tierra, porque sembraron su terror en la tierra de los vivientes, mas llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro.  En medio de los muertos le pusieron lecho con toda su multitud; a sus alrededores están sus sepulcros; todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque fue puesto su espanto en la tierra de los vivientes, mas llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro; él fue puesto en medio de los muertos.  Allí Mesec y Tubal, y toda su multitud; sus sepulcros en sus alrededores; todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque habían sembrado su terror en la tierra de los vivientes.  Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, los cuales descendieron al Seol con sus armas de guerra, y sus espadas puestas debajo de sus cabezas; mas sus pecados estarán sobre sus huesos, por cuanto fueron terror de fuertes en la tierra de los vivientes.  Tú, pues, serás quebrantado entre los incircuncisos, y yacerás con los muertos a espada” (Ez. 32:24-28).

Es así como podemos ver que la memoria del Señor es verdaderamente infinita.  Él recuerda la genealogía de Elam, la que puede ser trazada hasta el mundo antiguo inmediatamente después del diluvio.  Lingüísticamente, todos los idiomas se remontan a un sólo origen «Indo-europeo», que en ocasiones se menciona únicamente como los «arios».  Los dos términos son sinónimos.  No hace mucho tiempo, la otra expresión de uso común era los «indo-iraníes».

La cultura y lenguaje de ellos se extendió a través del mundo antiguo.  El latín, griego, sánscrito y muchas otras lenguas europeas, son todas de origen indo-europeo, habiéndose originado en el territorio de Elam.

Algunos han tratado de despertar el poder de este imperio antiguo, tal como hizo Hitler, cuando convocó el espectro de la raza aria, el cual enseñaba que los euroasiáticos antiguos habían invadido a India.  Ellos eran considerados como la raza original superior, y se ajustaban perfectamente en los planes de Hitler para recrear el hombre superior ario en el Tercer Reich que iba a gobernar al mundo.  El arqueólogo y etno-historiador Gustaf Kossina, quien nació en 1858 y murió en 1931, los describió como una raza maestra, la cual se originó del linaje indo-europeo, supuestamente con una herencia nórdica de ojos azules.

De hecho, los alemanes no son descendientes de los arios, ni tampoco su imaginaria invasión al valle Indo fue una historia verdadera.  En realidad, Elam es la fuente de origen de un linaje genealógico que surgió directamente de Sem: “También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet.  Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram” (Gn. 10:21, 22).

Hitler estaba equivocado en su suposición de que era él ese que se levantaría para dominar sobre la base de su poder ario.  Sus maestros ocultistas también estaban errados.  Pero los mentores espirituales detrás de Hitler sí estaban correctos respecto a una cosa: Que en el tiempo del Señor, el pueblo de Persia antigua se levantará para guiar al mundo hacia una reacción en cadena, una conflagración que iniciará la gran tribulación.  Impulsados tanto genealógica como políticamente, ellos están marchando hacia su destino histórico.  En conformidad con la Palabra profética de Dios, todo parece indicar que Persia desencadenará la próxima catástrofe del Medio Oriente.
La saeta que vuela de día

En la era del primer ministro Benjamín Netanyahu, las tensiones están aumentando en Israel en una forma que rivaliza a enero de 1991, cuando los misiles Scud de Iraq, impactaron tanto a Tel Aviv como a Haifa.  Irán ahora está haciendo rápidos progresos para convertirse en una potencia de misiles de primera categoría.

Tal como informó las agencia de noticias DEBKAfile, el 13 de junio de 2009, «Irán ha retrasado la manufactura de los misiles Shehab-3 en favor de la producción masiva de un misil más preciso en dos etapas, con un rango de dos mil kilómetros, el Sejil 2, el cual fue probado exitosamente el 20 de mayo de 2009.
‘El misil Sejil 2, que tiene una tecnología avanzada, fue lanzado y alcanzó exactamente el blanco’, manifestó Ahmadinejad durante una visita a la provincia de Semnan, en el norte del país, y donde según la agencia oficial de noticias IRNA tuvo lugar el lanzamiento.  La televisión estatal dijo que se trató de una prueba y mostró imágenes de un misil despegando y dejando una estela incandescente de fuego y humo.
El Sejil 2, con un rango de alcance de dos mil kilómetros podría llegar casi tan lejos como otro misil iraní, el Shahab 3, incluso puede impactar el territorio de Israel y las bases estadounidenses en el Golfo Pérsico.
El exitoso experimento fue transmitido por televisión local, de modo similar al lanzamiento del cohete de medio alcance Shabab 3, el primero de factura completamente nacional.
Se ha proyectado que más de mil nuevos misiles Sejil 2 saldrán de las líneas de producción en cinco años, a una tasa de doscientos por año.
Fuentes occidentales dicen que los iraníes son más que ambiciosos y que en la actualidad pueden producir más de diez a quince misiles al año, aunque con una inversión multimillonaria en dólares ellos podrían elevar su rendimiento a veinte.
Los misiles de combustible líquido como los Shehab toman horas de preparación antes de dispararlos, durante ese tiempo están expuestos a  ser detectados por los satélites espías de Estados Unidos e Israel, mientras que los Sejil, debido a que son energizados por combustible sólido tienen la gran ventaja del sigilo.  Sólo pueden ser detectados por los satélites militares y los sistemas de radar de advertencia temprana como el American FBX-T instalado en el Negev de Israel, después que se encuentran en el aire y están volando en dirección al blanco».

A la luz de este desarrollo, debemos también recordar que Irán ahora está manufacturando ojivas nucleares.

Los misiles de 1991

En una ocasión previa, en 1991, Israel resistió un bombardeo de misiles.  Pero la amenaza que ahora se proyecta en el horizonte, es mucho más amenazadora.
Claramente recordamos las cintas aislantes y la tela de nylon para sellar las habitaciones, además de las máscaras de gas que fueron entregadas a los ciudadanos israelíes, temerosos de los agentes químicos y biológicos, ya que Saddam Hussein había mostrado previamente su disponibilidad a usarlos con la población civil.

En comparación con los misiles de hoy, los Scuds eran primitivos, lentos e inexactos.  Desde entonces la tecnología ha avanzado a una tasa vertiginosa por el mundo árabe, en manos de traficantes de armas y científicos inescrupulosos, quienes son ricamente recompensados por los líderes y mullah árabes, por proveerles estas tecnologías del siglo XXI.

En 1990 y 1991, los iraquíes estaban desenfrenados causando estragos en el Medio Oriente.  En agosto de 1990, invadieron a Kuwait, lo cual ocasionó la guerra del golfo durante la presidencia de George Bush, padre.  Él decretó sanciones económicas contra Iraq y presidió sobre una coalición de fuerzas, las que finalmente aplastaron las tropas de Saddam, enviando a los sobrevivientes corriendo de regreso a Bagdad.

Para los musulmanes del Medio Oriente, la Operación Tormenta del Desierto fue una derrota lamentable y humillante.  En general, fue un tiempo horrendo para los enemigos de la Alianza Occidental, Iraq en particular.

Fue así, como Saddam, tratando de hacer algo que le permitiera continuar siendo respetado, y por lo menos vengarse, el primero de enero de 1991, lanzó sus misiles Scuds contra Israel.  En ese tiempo comentamos que entre las tropas norteamericanas el Salmo 91 se convirtió en el favorito para la meditación bíblica.  Recordamos en particular, la referencia al versículo 5: “No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día”.

El tema del cántico de Israel

Como este salmo trata con asuntos que son pertinentes a las cosas que están ocurriendo hoy, vamos a citarlo completamente: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.  Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.  El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora.  Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.  No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya.  Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará.  Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.  Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada.  Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.  En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.  Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón.  Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.  Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré.  Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación” (Sal. 91).

En una forma, Salmos 91 es el tema del cántico de Israel. Habla de la protección y providencia sobrenatural del Señor, ante enemigos que podrían lanzar un ataque sorpresa en cualquier momento.  De tal manera que “el lazo del cazador” es una ofensiva sorpresa que es completamente invisible hasta que surge.

“El terror nocturno” parece ser una referencia a la miríada de cohetes y misiles disparados durante la oscuridad de la noche, y a los grupos de guerrilleros terroristas que los seguirán.  La noche de 1991 cuando los iraníes dispararon su andanada de misiles Scuds, quedó impresa con fuego en la memoria de los israelíes.

La “saeta que vuele de día”, bien podrían ser los misiles balísticos que llegarán velozmente y sin advertencia.  También es bien interesante, que Israel haya desarrollado un sistema interceptor antimisiles llamado Arrow, es decir «Saeta» o flecha.

“La peste destructora” bien podría representar los agentes químicos y biológicos disparados y dispersados por medio de misiles.  La “pestilencia que ande en oscuridad... y mortandad que en medio del día destruya”, podría referirse a la explosión de ojivas nucleares.

Incluso en medio de esta guerra catastrófica, el Señor promete proteger a Israel de las plagas y problemas que el enemigo traerá sobre ellos.

Sin embargo, ahora los líderes occidentales están diciéndole a los gobernantes de Israel, que no apoyarán ningún intento de parte de ellos por reducir el poder del enemigo.  Específicamente, el señor Barack Obama, presidente de Estados Unidos, le advirtió a Benjamín Netanyahu que no se le ocurra incursionar en Irán, en un intento por eliminar un futuro ataque sorpresivo.

Se está forzando a Israel a que permanezca de brazos cruzados mientras Irán continúa produciendo sus nuevos misiles, los cuales son precisos en un rango de unos dos mil kilómetros.  Israel sólo se encuentra a unos mil cuarenta y seis kilómetros de distancia de los montes del occidente de Irán, dejándolos con muy poca, si acaso ninguna advertencia, en caso de un ataque.

En el corazón y mente de los musulmanes, Israel está condenado, no obstante ignoran el simple hecho que Dios le dijo a su pueblo, que al igual que la gallina, “Con sus plumas lo cubrirá, y debajo de sus alas estará seguro...” (Sal. 91:4).

volver arriba