Boletin dominical - 09/08/09
Esto, mi amigo, es Roma. Estos son los dogmas que asociamos con el catolicismo. No son escriturales. Son la antítesis del Nuevo Testamento. En diferencia a una membresía un tanto más educada e iluminada, la iglesia concede hacer pequeñas modificaciones aquí y allí. Por ejemplo, en el año 1966 el papa Pablo IV proclamó el fin de la obligación tradicional que los católicos tenían de abstenerse de comer carne los viernes. Abolió el índice de Libros Prohibidos, y degradó una constelación de santos que habían sido canonizados por la iglesia. Por siglos a estos santos se les había rezado y eran reverenciados por los fieles desde tiempo inmemorial. Cambios así no han afectado las bases del romanismo.