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La Deidad de Cristo

La doctrina de la Deidad de Cristo, es decir, que Cristo es Dios, es uno de los pilares fundamentales de la iglesia cristiana.  Esta doctrina es claramente enseñada a través de toda la Biblia.

El propósito de este artículo es presentar primeramente lo que la Palabra de Dios enseña acerca de la Deidad de nuestro Señor Jesucristo y en segundo lugar, presentar una respuesta adecuada a aquellos que niegan esta doctrina bíblica fundamental.

Solo nos mueve, el deseo de exponer con claridad la Palabra de Dios y dejar que la Biblia hable por sí misma.  Veamos pues lo que Dios nos dice en su Palabra:

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La salvación y mucho más (II)

¿Qué quería decirnos el Señor cuando dijo que al acercarse el día de la partida de la Iglesia el mundo se parecería mucho al de los días de Lot?

Jesús mencionó solamente el materialismo, pero el sólo hecho de haber mencionado a Lot, debemos entender esto teniendo en cuenta la inmoralidad en aquellos días: “Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma.  Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo, y dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la calle nos quedaremos esta noche. Mas él porfió con ellos mucho, y fueron con él, y entraron en su casa; y les hizo banquete, y coció panes sin levadura, y comieron. Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos. Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí, y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad…
Y ellos respondieron: Quita allá; y añadieron: Vino este extraño para habitar entre nosotros, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper la puerta. Entonces los varones alargaron la mano, y metieron a Lot en casa con ellos, y cerraron la puerta. Y a los hombres que estaban a la puerta de la casa hirieron con ceguera desde el menor hasta el mayor, de manera que se fatigaban buscando la puerta. Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más?  Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar; porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo. Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad. Mas pareció a sus yernos como que se burlaba” (Gn. 19:1-7, 9-14).

Enumeremos algunas cosas que se nos dice aquí:

1. Es probable que la presente generación ya haya superado en desenfreno, materialismo e inmoralidad a los de Sodoma.

2. El pobre Lot, quien, como dice la Biblia fue librado por Dios con urgencia:“Y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos)” (2 P. 2:7, 8).

3. Ni siquiera las oraciones tan insistentes de Abraham, el amigo de Dios, pudieron evitar el castigo del fuego y el azufre que convirtió a Sodoma y algunas otras ciudades en ceniza en cuestión de minutos.

4. ¡Cómo intercedía Abraham para que Dios no destruyeran esas ciudades!  Notemos cómo oraba este hombre de Dios.  Comenzó mencionando que tal vez habría 50 justos, luego bajó a 45, luego a 40, luego a 30, luego a 20 y finalmente a 10: Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? …  Quizá faltarán de cincuenta justos cinco; ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco. Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor a los cuarenta. Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta. Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte. Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez (Gn. 18:24, 28-32).

Al día siguiente de la quema de Sodoma, Abraham se levantó bien de mañana y se fue a ese lugar para ver qué había quedado: “El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar. Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal. Y subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante de Jehová. Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno” (Gn. 19:23-28).

Cuando el Señor habló de los días de Lot, muchos de los que lo escucharon recordaban lo ocurrido: “Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste” (Lc. 17:28-30).

Dios mismo se encargó de que Lot y su familia no sufrieran el mismo fin, pero... ¿quién se ocupará de los salvos cuando llegue el día que Dios juzgará con fuego a nuestras grandes ciudades?  La misma biblia lo responde, notemos lo que sigue: “Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada. Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado” (Lc. 17:34-36).

“Pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos...  Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 P. 3:7, 10).

“Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá” (Is. 51:6).

Nuestra conducta hoy, debe ser como está escrito en 2 Pedro 3:11-14: “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz”.

¿Cómo  debemos  orar  hoy?  ¿Qué  debemos  pedir?

1. En primer lugar, debemos orar sin cesar: “Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos. Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Ts. 5:15-18).

2. Nunca olvide que, al orar, usted está siendo asistido por un Intermediario Todopoderoso. El Señor Intercede por usted: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo” (1 Ti. 2:5, 6).

3. Debemos despojarnos de cualquier hábito mundano que intente dominarnos.

4. Debemos aprovechar todas las oportunidades para que el Señor nos encuentre dedicados a Su causa.

5. Si tenemos entre nuestros familiares o personas que aún no son salvos debemos, tal como lo hizo Lot con sus futuros yernos, hablarles, aunque se burlen de nosotros.

6. No hay nada de malo si deseamos interceder, en oración, por aquellos a quienes deseamos conducir al Salvador, tal como lo hizo Abraham por toda esa ciudad, porque allí vivía su sobrino.

7. Digamos a los no salvos:

• Dios los ama.

• El Señor desea salvarlos y si lo reciben por la fe, serán salvos.

• Debe saber que su salvación usted no la puede ganar, sino que el Señor Jesús se la ganó mediante Su propia muerte colgado de una cruz.

• Usted debe saber que después de la muerte, NO hay posibilidad alguna de Salvación.

• No hay religión alguna que pueda salvar: “Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hch. 4:11, 12).

• Todos los hombres somos pecadores, pero tal vez ignore la gran salvación que Dios ha preparado para nosotros.  
¡Cuánto nos gustaría que usted fuera un cristiano verdadero y que no se dejara manipular por nadie!  De ser así, ya sabe, nos veremos en la PATRIA CELESTIAL.  ¡El Señor viene pronto!

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La salvación y mucho más

I. Entender  a  Abraham  es  entender  la  salvación  (Romanos 4:1-8).
“¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado”.

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¿Por qué predicamos el evangelio?

1. Porque el Señor nos manda: “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mt. 28:18-20).

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¿Dios también tiene fe?

¿Sabe usted que existen muchos predicadores quienes enseñan que Dios también tiene fe?  Pero... ¿Acaso no es cierto que Él es Omnisciente (que lo sabe todo)?  Y si tiene fe, ¿fe en qué o en quién?  Los que predican esta herejía, afirman que Dios tiene fe en nosotros.  Pero Dios dice todo lo contrario.  Él dice: “Yo conozco tus obras…” (Ap. 3:15a).  Él no necesita creer en nadie ni en nada, porque conoce todo y a todos: “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz. Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas” (Sal. 139:1-16).

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Después de la Gran Tribulación

Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria. Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo” (Mr. 13:24-27).

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Cronología de la Tribulación (IV)

La destrucción de Babilonia

En algún momento, en medio de todo este caos y horror tendrá lugar la destrucción de Babilonia, el falso sistema religioso.  Dios reserva el juicio final para aquellos que mantuvieron las tradiciones religiosas de Babilonia antigua, y estos versículos se refieren a la destrucción de Roma.  Dios le da a esta ciudad del falso rey, el Anticristo, y del falso sumo sacerdote, el Papa, la copa llena del vino del furor de su ira: Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!” (Ap. 18:9, 10).

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Cronología de la Tribulación (III)

Quinta trompeta

“El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo” (Ap. 9:1).  Es obvio que la palabra “estrella” en este versículo se usa en forma figurada.  La llave del pozo del abismo no se le puede dar a una cosa o a un objeto, sino a un ser.  Aquí la palabra estrella se usa como muchas veces la usamos para referirnos “a una estrella de cine, del deporte”, etc., e indica que se trata de un ángel.

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Cronología de la Tribulación (II)

En el boletín anterior fuimos conociendo y entendiendo sobre los juicios de los primeros sellos.  Nos detuvimos en el cuarto, que trae plagas, más hambre, y más guerra.  A continuación, completaremos la enseñanza del cuarto sello.

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Cronología de la Tribulación

Luego del evento conocido como el Rapto o el Arrebatamiento de la Iglesia, se desatará el periodo de la Tribulación, el cual está dividido en una serie de 21 juicios, todos los cuales tendrán lugar en orden cronológico, aunque las catástrofes que ocurrirán en cada uno de ellos, estén entremezcladas unas con otras.  El propósito principal para este tiempo de Tribulación es que Dios desea que las personas lo busquen y le acepten como Salvador.

El Señor usará este periodo para derramar su ira sobre un mundo perverso y para llevar a todo Israel de regreso a su territorio y que ellos puedan llegar al conocimiento de que Jesús es su Mesías.  Cada uno de los juicios está subdividido en uno de siete tipos:

1 - Los juicios de los sellos.

2 - Los juicios de las trompetas.

3.  Los juicios de las copas.

Cada juicio sucesivo sobre la tierra, será más terrible que el anterior.  Es un proceso gradual que comenzará lentamente e irá aumentando en frecuencia e intensidad, hasta que finalmente regrese el Señor Jesucristo con su Iglesia, tal como prometió en Mateo 24:22: Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados”, y le ponga fin.

La destrucción de Rusia
La forma cómo el Anticristo, un maestro en diplomacia, conquistará al mundo, será ofreciéndole paz y prosperidad a la humanidad.  Tal parece que esto podrá lograrse si pone a un lado a Rusia y sus seguidores.  Los capítulos 38 y 39 de Ezequiel nos dicen que Rusia concebirá la idea de conquistar a Israel.  Justo en el momento en que se dispongan a hacerlo, Dios destruirá a esta nación en forma sobrenatural: En aquel tiempo, cuando venga Gog contra la tierra de Israel, dijo Jehová el Señor, subirá mi ira y mi enojo. Porque he hablado en mi celo, y en el fuego de mi ira: Que en aquel tiempo habrá gran temblor sobre la tierra de Israel; que los peces del mar, las aves del cielo, las bestias del campo y toda serpiente que se arrastra sobre la tierra, y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra, temblarán ante mi presencia; y se desmoronarán los montes, y los vallados caerán, y todo muro caerá a tierra. Y en todos mis montes llamaré contra él la espada, dice Jehová el Señor; la espada de cada cual será contra su hermano. Y yo litigaré contra él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él, impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre. Y seré engrandecido y santificado, y seré conocido ante los ojos de muchas naciones; y sabrán que yo soy Jehová” (Ez. 38:18-23).

En medio del caos que causará esto, el Anticristo podría muy bien ofrecer paz al mundo entero a fin de evitar la guerra entre las naciones.  Pero... ¿En qué momento tendrá lugar la destrucción de Rusia?  Es imposible ser dogmático al responder esta pregunta.  Lo más factible es que ocurra antes de que comience la Tribulación, porque Israel pasará siete años quemando las armas, después que Dios haya traído destrucción sobre ellos: Y los moradores de las ciudades de Israel saldrán, y encenderán y quemarán armas, escudos, paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas; y los quemarán en el fuego por siete años. No traerán leña del campo, ni cortarán de los bosques, sino quemarán las armas en el fuego; y despojarán a sus despojadores, y robarán a los que les robaron, dice Jehová el Señor” (Ez. 39:9, 10).

¡Asimismo es imposible pensar que esto pueda tener lugar durante el milenio!  Por consiguiente, debe ocurrir o al principio de la Tribulación o antes. Incluso hay expositores de la Palabra de Dios que creen que el rapto podría ocurrir en medio de la destrucción de Rusia y que así la humanidad tal vez podría pensar que simplemente fuimos destruidos.  O bien que Rusia podría ser destruida antes del rapto de la Iglesia, porque como ya dijimos la profecía de Ezequiel asegura que Israel estará quemando las armas por siete años.  Como los judíos serán perseguidos por el Anticristo por los últimos tres años y medio de la tribulación, esto también sugiere que Rusia y sus aliados árabes bien podrían ser destruidos tres años y medio antes del principio de la Tribulación, porque es imposible que se estén escondiendo y al mismo tiempo quemando armas.

Según Daniel 9:27, a este evento le sigue la firma de un pacto de siete años entre Israel y sus enemigos: Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”.

El primer sello
El Anticristo, quien ya será un personaje importante, pero no se habrá revelado como tal, recibirá una herida mortal que se sanará milagrosamente, será entonces cuando Satanás vendrá a morar en él: Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia” (Ap. 13:3).  Debido a este “milagro” y a su gran carisma como líder y político, recibirá el apoyo de una confederación multinacional la cual bien podría ser la Unión Europea.

Simultáneamente con la manifestación del Anticristo y el inicio de su gobierno, en el cielo el Cordero comenzará a abrir los sellos.  La apertura del primer sello inicia el periodo de siete años durante los cuales el Anticristo cabalgará sobre un caballo blanco.  En el mundo antiguo, el caballo blanco era símbolo de conquista.  El arco es un emblema de su control sobre las armas de guerra.  La corona lo identifica como ese que finalmente será aceptado como rey del mundo.  Con el rompimiento del primer sello comienza su conquista de todos los reinos, lenguas y naciones: Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer” (Ap. 6:1, 2).

El Anticristo hará una alianza con el falso profeta y unidos implantarán un sistema mundial político, económico y religioso: Y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? (Ap. 13:4).

El segundo sello
El propósito del segundo sello es quitar la paz de la tierra.  Obviamente cuando el Anticristo tome control del mundo, algunas naciones que no estarán conformes tratarán de evitar su dominio.  Pero, aunque intenten romper los grilletes será imposible.  Esto es evidente por la apertura del siguiente sello que propaga guerras sangrientas: Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada” (Ap. 6:4).

A la mitad de la Tribulación comenzarán a ocurrir muchas cosas en rápida sucesión.  A mediados de la septuagésima semana de Daniel, el Anticristo quebrantará el pacto con Israel. Hará que cese el sacrificio y la ofrenda en el lugar de adoración judío, y profanará el templo al entrar en el Lugar Santísimo y autoproclamarse Dios.  Este acto se conoce en la Escritura como “la abominación desoladora” (Dn. 9:27b).

El falso profeta construirá una imagen del Anticristo: Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase” (Ap. 13:14, 15).

El Anticristo blasfemará abiertamente de tres grupos: Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo” (Ap. 13:6).

Todos los habitantes del planeta serán marcados con el número, el nombre o la marca de este dictador mundial, ya sea en la mano derecha o la frente y quienes no acepten morirán de hambre o serán ejecutados: Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis” (Ap. 13:16-18).

Después de la abominación desoladora comenzará una persecución encarnizada en contra de los judíos, quienes huirán al desierto ocultándose de la ira del Anticristo: Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días” (Ap. 12:6).

El tercer sello
La apertura del tercer sello trae consigo la guerra acompañada del hambre.  Este tercer jinete simboliza a una gran hambruna que tendrá lugar, probablemente como resultado de las guerras producidas por el segundo jinete. La comida escaseará, pero los lujos tales como el vino y el aceite aún estarán disponibles. Habrá un colapso económico global.  Una hambre en una escala nunca antes vista en la historia de la humanidad.

A lo largo de la existencia, el hambre siempre ha sido una compañera constante de la guerra, pero el jinete del caballo negro presenta una clase diferente de hambre.  Es de alcance global: Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino” (Ap. 6:5, 6).

El cuarto sello
El cuarto sello introduce al cuarto jinete, símbolo de la muerte y devastación.  Parece ser una combinación de los jinetes previos.  Traerá más guerra y terribles hambrunas junto con terribles plagas y enfermedades. Lo que es más asombroso, o quizá terrorífico, es que los cuatro jinetes del Apocalipsis, sólo son “precursores” de juicios aún peores que ocurrirán posteriormente en la Tribulación y que están detallados en los capítulos 8, 9 y 16 de Apocalipsis.

Este otro jinete tiene la horrorosa misión de desatar el mismo infierno sobre la tierra.  Tiene autoridad para matar a un cuarto de la humanidad.  En el término de unos pocos meses millones de hombres y mujeres morirán, unos por las guerras y las pestes, otros por las catástrofes, inanición, y muchos sucumbirán como mártires de la fe víctimas de la persecución que el Anticristo emprenderá contra toda oposición: Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra” (Ap. 6:7, 8). Su recorrido se extiende a todo lo largo de la Tribulación.  Durante su permanencia se le entregan armas especiales con las cuales trabajar:

1 La “espada” o las armas militares.

2 El “hambre” o la inanición.

4 “Mortandad” o pestes, con enfermedades epidémicas incurables.

“Las fieras de la tierra”.  Hay dos formas de interpretar este pasaje y ambas son literales.  Una, son las bestias salvajes que atacarán a los seres humanos, pero también se puede tratar de organismos vivos, de bacterias.

                           Continuará...

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